El día de ayer, por la noche, abordé un microbus aquí en la ciudad de México. Me toco ir parado, dado que a esa hora, ya sabrán como está el transporte.
Pero desde donde me encontraba, pude ser testigo de la más pura y sublime expresión del amor...
Ese sentimiento, para algunos el más loco, para otros lo más maravilloso. El amor... por el cual se han librado batallas y atravesado desiertos.. ese sentimiento, que le da a nuestras almas, el sabor de vivir plenamente.
Aun costado mío, en la última fila de asientos, venía un hombre, de lentes, entrado en unos 40 años, quizá. Afuera seguía lloviendo y su imagen se reflejaba en el vidrio empañado... con los ojos undidos en propia reflexión. No sé si por preocupación, no se si por soñar... A su lado, en el asiento que da a la ventanilla.. venía con el, un niño, su hijo. Traía lo que podría pensarse que era, un uniforme deportivo, si no, entonces más bien sería la ropa adecuada para sentir la sensación de libertad.
2007-03-10
02:57:23
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pregunta de
Tlaco
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Familia