“Un cientifico vivia preocupado por los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para resolverlos. Pasaba días enteros en su laboratorio, buscando respuestas a sus dudas.
Cierto día, su hijo de siete años invadió su oficina. El científico, nervioso por la interrupción, arrancó, para entretenerlo, una hoja de una revista que tenía la foto del mundo y la cortó en muchos pedazos con unas tijeras y se la entregó al niño, diciéndole: Hijo, ayúdame a arreglar el mundo, aquí está roto en mil pedazos, mira si me puedes ayudar a arreglarlo.
En unos pocos minutos él oyó que su hijo gritaba: ¡Papá, lo hice! conseguí terminarlo todo, míralo aquí está. Al principio el científico no daba crédito a las palabras del niño, pues era imposible que, a su edad, hubiera armado un mapa que nunca había visto, pero para su sorpresa todo estaba perfectamente armado y todas las piezas en su sitio.
2007-02-13
03:49:35
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pregunta de
Alejandra
5
en
Religión y espiritualidad