Con esto, Friedrich Nietzsche (1844-1900) quería desacreditar la fe cristiana. Con toda la fuerza de su entendimiento luchó infatigablemente contra el cristianismo. Por eso se podría ver como ironía divina el hecho de que su afirmación confirme precisamente una declaración esencial del Evangelio: Cristo no vino para curar a los sanos, sino para salvar a “los enfermos”, es decir, “a los pecadores”. El cristianismo no es una religión para “nobles”; la fe en Cristo es el único camino que Dios ha dado para la salvación de seres perdidos.
Respondiendo Jesús, les dijo:
Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.
No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.
Lucas 5:31-32.
2007-01-26
21:03:32
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El Varon
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Religión y espiritualidad