Todos predican amor al prójimo, asisten a las iglesias, se sienten solidarios...Pero cuando se trata de elegir entre ser útil hasta después de la muerte, son todos unos egoístas. Y están los otros que dicen con orgullo que prefieren ser cremados, como si fuera toda una azaña. Además, no hace falta tener muerte cerebral para donar algo, basta con ayudar a los estudiantes de medicina con lo que se puede rescatar, para que no anden comprando huesos en los cementerios.Con mi único hijo hicimos un pacto: el que muere primero, autoriza al otro a donar los órganos útiles o el cuerpo mismo a las universidades.Mucha tecnología, mucho avance científico, pero en cuestiones de humanidad y, sobre todo, de sentido común, estamos en la edad de la piedra.Me da vergüenza pertenecer a un país así, con mentes tan pequeñas.
2007-01-09
15:20:56
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pregunta de
Anonymous
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