Un abrazo para todos. Graciela - la boti
Quien habla mucho, piensa poco, ligera, o superficialmente. Deberíamos volvernos más meditadores y menos habladores.
Quien no dice cosas inncesarias no habrá desperdiciado su tiempo de trabajo sobre si mismo.
No se llega la la verdad con muchas palabras ni discursos, sino con estudio, reflexión, meditación silenciosa.
Consecuentemente aprender a callar es aprender a pensar y meditar. Por esta razón la disciplina del silencio tenía una importancia tan grande en la Escuela Pitagórica, donde no era permitido que ningún discípulo hablase, bajo ningún pretexto, antes de que hubiesen transcurrido los tres años de su noviciado. Saber callar no es menos importante que saber hablar.
En el silencio las ideas maduran y esclarecen, y la Verdad aparece como una verdadera palabra que es comunicada en lo secreto del alma de cada Ser.
El arte del Silencio es, por tanto, un arte complejo, no consiste únicamente en el mutismo, sino que se completa con el silencio interior del pensamiento: Cuando sepamos callar el pensamiento, una Verdad se podrá revelar íntimamente y manifestarse en nuestra conciencia.
Para poder realizar esta disciplina del silencio, también tenemos que comprender el significado y el alcance. Tenemos que callar delante de las personas que podrían perturbarse si hablamos acerca de los conocimientos que poseemos.
Silencio también significa dejar pasar las acusaciones y calumnias, esperando con tranquila seguridad que la verdad triunfe y se revele por si misma, por la propia fuerza inherente a ella, como siempre inevitablemente tiene que suceder.
2007-09-26
11:29:42
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