Hace tiempo que cometió el suicidio político de disentir en el seno de un partido "democrático". A nadie le extraña que ahora, desde su destierro europeo, se atreva a ponerle las peras al cuarto a esta impresentable cuadrilla de jerifaltes, capaz de pagar cualquier precio por amarrarse a la poltrona.
Dice que se ha cedido a un chantaje con la liberación del ese fámelico, 25 veces asesino. Que todo estaba premeditado. Que si el problema era su salud, debería de volver a prisión al primer síntoma de mejoría.
La van a lapidar sus correligionarios, como si hubiese sido ministra con Arias Navarro. Porque son las matemáticas electorales las que dirigen la política del PSOE, y hoy es tiempo de abertxales, como ayer lo fue de morir a traición en un esquina.
Ya despertaron sospechas de Nacional Sindicalismo gentes tan "dudosas" como Alfonso Guerra o Joaquín Leguina, por afirmar que la necesidad de un pacto electoral no puede condicionar la herencia y el futuro de nuestra Democracia.
2007-03-06
19:24:06
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pregunta de
Anonymous
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Política