Precursores de la resistencia civil como forma de lucha para impulsar la democracia, los panistas de hoy, de los estados del país, consideran que ya no es válido ni legítimo ese tipo de movilizaciones para exigir respeto al voto.
Ahora, dicen, la elección ya se contó voto por voto y el plantón perredista es ilegítimo.
Los líderes del blanquiazul en el Distrito Federal, Oaxaca, Sinaloa, Chihuahua, Campeche, Puebla y Guanajuato sostienen que las manifestaciones protagonizadas por ellos en el pasado ocurrieron cuando no existían instituciones electorales sólidas y ciudadanas.
Y que esa, y no otra, era la razón que justificó la “resistencia civil pacífica” de antaño.
Acuñada en Chihuahua en 1986, la resistencia civil fue una forma de lucha que el PAN justificó cuando consideraron que no había otra forma de vencer al fraude electoral.
El nombre del principio activista se amplió después al de Resistencia Civil Activa y Pacífica, como ahora la refiere López Obrador –priista en aquel año–, y cuyos principios fueron impartidos como lecciones entre los blanquiazules.
–¿En qué momento es legítima una resistencia civil y cuándo deja de serlo? –se le cuestiona a Fernando Álvarez, presidente panista en Chihuahua.
–Gracias a la resistencia civil que organizamos en aquel entonces se construyeron las instituciones democráticas como el IFE, el Tribunal y la Fepade. Ahora tenemos leyes electorales. Pero antes no, por eso era legítima la lucha. Dejo claro que respetamos el derecho a la manifestación si se respeta a los otros.
–¿Cuál es la solución política al actual conflicto político?
–Tender puentes con la gente menos radical que está alrededor de Andrés Manuel, tender los lazos con la gente con la que se puede hablar en el PRD.
Desde Oaxaca, el dirigente del PAN en aquella entidad, Jorge Valencia, cuestiona igualmente la resistencia civil de López Obrador.
“Es al Tribunal al que le toca decidir y responder si es procedente el conteo, pero no puede quedar un precedente de que quien pierda cuestione los resultados y exija un nuevo conteo. Nos enfrentamos simple y llanamente a la terquedad de quien no sabe perder”.
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La lucha política llevada a las calles por Acción Nacional a lo largo de su historia no es ajena al Distrito Federal, ni siquiera al Paseo de la Reforma, aun por procesos electorales completamente ajenos a la ciudad de México.
A partir del 15 de diciembre de 1988 –más de cinco meses después de la elección presidencial de ese año–, Manuel J. Clouthier, Maquío, protestó al pie del Ángel de la Independencia con un ayuno de 177 horas, contra las irregularidades en el proceso por el que se calificó a Carlos Salinas de Gortari como presidente electo.
Carlos Gelista milita en el PAN desde 1987 y ahora es el dirigente de ese partido en el Distrito Federal. Vivió las protestas encabezadas por Maquío en el Palacio de Bellas Artes y bajo el Ángel de la Independencia. De ahí que este sea el monumento emblemático de los panistas.
La de Bellas Artes, en particular, derivó en una zacapela entre la policía del entonces Departamento del DF y los inconformes, quienes fueron replegados por el propio dirigente partidista.
Pero ahora, dice, todo es diferente.
“La manifestación de Obrador no es una resistencia civil, es un atropello a los habitantes del DF en el cual, no nada más participa el PRD y su ex candidato López Obrador, sino también el mismo Gobierno de la Ciudad de México, lo que hace el asunto mucho más grave. Las afectaciones no sólo alcanzan a los habitantes del DF, sino a los 20 millones de personas que vivimos en el área metropolitana”.
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La resistencia civil es parte de la vida y formación política de Vicente Fox, según describe él mismo en su relato autobiográfico A Los Pinos.
En el capítulo “A la arena política”, Fox recuerda la admiración que sintió por Clouthier –“ese rebelde”– en León el 2 de enero de 1988, cuando llamó “mentiroso y traidor” al entonces secretario de Gobernación, Manuel Bartlett. Dieciocho años después, López Obrador es cuestionado por los panistas por llamar al presidente de la República “traidor a la democracia”.
“En 1988, cuando finalmente tuvimos tirado el sistema y les pusimos el pie en el pescuezo, fuimos una bola de coyones y no le dimos el tiro de gracia cuando pudimos, en gran medida por una corriente de temerosos al interior del PAN”, acusa Fox en el texto publicado en 1999.
En 1991, Vicente Fox enfrentó nuevamente los excesos de la manipulación electoral, cuando contendió por la gubernatura de su estado contra el priista y ex regente capitalino Ramón Aguirre, quien debió pedir licencia definitiva momentos después de que el Congreso guanajuatense lo declarara gobernador electo.
“Iniciamos una marcha de 60 kilómetros a la ciudad de Guanajuato, la que llamamos ‘La Caminata por la Democracia’, para exigir al Tribunal Estatal Electoral la anulación de, por lo menos, 700 casillas. Como parte de las acciones de resistencia civil, tomamos carreteras, el aeropuerto internacional, cercamos a la ciudad de Guanajuato; plazas como las de León, Celaya, Irapuato o Dolores rebosaban ciudadanos, lo mismo, amas de casa que estudiantes y ancianos, que denunciaban el fraude electoral”, refiere.
–¿Cómo conciliar las críticas que hace el PAN a la resistencia civil del PRD cuando, en su momento, Acción Nacional realizó protestas que afectaron el derecho de terceros? –se le pregunta a Fernando Torres, líder en Guanajuato.
–Cuando el PAN tomó este tipo de acciones dejaba alternativas. Si bien es cierto que el PAN tomó algunas carreteras, siempre se dejaba un carril. El aeropuerto no se tomó en la idea de que la gente no pudiera abordar. El discurso de López Obrador es peligroso.
–Pero la idea de la resistencia parte del descreimiento en las instituciones existentes.
–El PAN no afectó el derecho de terceros y eran otras las circunstancias y las instituciones –insiste Torres.
–¿Por qué no aceptar el voto por voto?
–Porque mal haríamos en desconocer la validez de las instituciones y de las leyes teniendo un presidente electo.
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Ana Teresa Aranda Orozco, actual secretaria federal de Desarrollo Social, también se integró a acciones de resistencia civil en Puebla, cuando dirigió al PAN en esta entidad gobernada por Manuel Bartlett.
Ahora se han invertido los papeles: el aún senador señala que el fraude salió, de entre otras oficinas, de la dependencia encabezada por la funcionaria.
El actual presiente del comité poblano, Eduardo Rivera, considera que al final los platos rotos serán pagados por el PRD.
–¿Las manifestaciones de López Obrador se vuelven en su contra?
–Definitivamente. Se comprometió a respetar los resultados y al IFE aún por un voto de diferencia en su contra y que ahora se va a las manifestaciones. Dijo que no afectaría a terceros y ahí está. No es congruente. En Puebla, el PRD tuvo un crecimiento importante y ahora puedes ver que no hay ninguna manifestación en su favor. Hay decepción.
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Incluso después de 1996, cuando se independizó al Instituto Federal Electoral del Ejecutivo y se creó el Tribunal Electoral del poder Judicial de la Federación, el PAN salió a las calles a reclamar fraudes electorales en su contra.
En su historia reciente, los panistas no sólo se movilizaron después de la resolución del órgano electoral en Sinaloa, sino aun después de la determinación del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en ratificar el triunfo del PRI en aquella entidad.
En 2004 los panistas acusaron un fraude electoral en la elección para la gubernatura de Sinaloa, que permaneció bajo gobierno priista.
El candidato blanquiazul en esa contienda, Heriberto Félix Guerra, recurrió a la huelga de hambre, como ahora hacen los perredistas a las afueras del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Y, como están los perredistas capitalinos en el Paseo de la Reforma, los sinaloenses efectuaron su protesta en la misma calle del Distrito Federal; las protestas también alcanzaron a Nuevo León.
En el Paseo de la Reforma, el dirigente nacional, Luis Felipe Bravo Mena, repartió volantes a los automovilistas.
“Si el PAN quiere volver a esas épocas de tratar de buscar a través de lo que ellos llaman resistencia civil y en los Tribunales lo que no ganaron en las urnas, lo lamentamos con profunda pena”, les cuestionó entonces el secretario técnico del Consejo Político del PRI, David Penchyna.
Cuando el fallo le resultó adverso, el PAN insistió en las manifestaciones.
El 1 de agosto de este año, en un encuentro con industriales textileros, Felipe Calderón reiteró: “Hay quienes pretenden obtener en las calles lo que no obtuvieron en las urnas; al igual que millones de mexicanos, expreso mi rechazo absoluto a quienes pretenden secuestrar a los habitantes del Distrito Federal con tal de lograr sus ambiciones”.
El Canal 6 de Julio difundió una producción que incluye escenas captadas en octubre de 1989, cuando militantes del PAN incendiaron el palacio municipal de Culiacán, a pesar de que en el interior se encontraban menores de edad quienes resultaron intoxicados.
“Culpamos al PRD de cualquier acto de violencia o vandálico que llegue a presentarse. Si el Tribunal accede al voto por voto, estamos de acuerdo”, advierte Gastélum, de Sinaloa.
–Pero el PAN, en 2004, inclusive desconoció los resultados del Tribunal Electoral –se le recuerda.
–Los argumentos eran muy valederos, sustentábamos nuestras quejas con argumentos. En esta ocasión, lo que debe hacerse es recabar todas las pruebas. Es verdad que a nadie le gusta perder, pero es importante no desbordar las pasiones, es importante no radicalizar las acciones y que el Tribunal no ceda a chantajes. Si se hace de nuevo el conteo, y el Peje vuelve a perder, como sería, pediría entonces la anulación de la elección. Esa es su tirada.
Vicente Fox, cuando la resistencia le rindió frutos en Guanajuato.
Fox y Muñoz Ledo echaron abajo el fraude de Ramón Aguirre.
2006-08-07
16:33:03
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4 respuestas
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pregunta de
¡¡ AMLISTA ¡¡
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