Aunque son grandes y fuertes, no me intimidan, por el contrario, me dan paz. No hablan, pero no juzgan. No se molestan por los pecados que cometo, pero cada vez que caigo, ellos me levantan y me sanan mis heridas. Cuando lloro, me abrazan y cuando río, se gozan conmigo. Muchas veces quisiera que no estuvieran a mi lado, pero creo que mi soledad sería peor. rdelavellano@yahoo.com.mx (no es juego, no es broma)
2006-07-14
03:56:35
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pregunta de
DiAlgo
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Filosofía