Mientras huías de la soledad mi alma inconsciente de sus sentimientos hacía que me acercara más a ti; me enamorara más de ti. ¿Aceptarías tú a alguien como yo: lastimada, herida, dañada?
Lo hiciste. Sin darte cuenta pensaste que llegaba a hacerte sentir mejor contigo mismo. Igual yo, pensé que me salvarías del abismo por el que caía día a día.
Y me salvaste, cogiste mi mano y jalaste hacia arriba en un tiempo en que la vida no tenía importancia para mí. Me querías como era, y aprendí a quererme yo también. No sé si hice lo mismo y pude salvarte de lo que querías, pero espero haberlo hecho.
Mas los problemas que afrontamos en nuestra niñez afloraron una y otra vez hasta que tu ego y el mío se encontraran y atacaran tantas veces que ni recuerdo ya. Tenemos una hija, y eso me preocupa mucho más. Cada día me odias mas, cada día te quiero menos; y nuestra hija sólo desea vernos juntos, felices, en paz. Cómo darle gusto a esa pequeñina que empieza a vivir y ya pide tanto para nosotros?
2007-03-22
06:26:09
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pregunta de
Mayo
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Matrimonios y Divorcios