ANAHUAC:
Me despierta mi mayordomo y me lleva el desayuno a la cama, que siempre consiste en: selección de fruta fresca de temporada, jugo natural, pan recién traído de “El Globo” (mínimo) y café de marca europea (aunque los mejores cafés nada tengan qué ver con tierras europeas).
Marco al celular de mis papis (que se encuentran en la recámara contigua) para darles los buenos días.
Les llamo a mis nacos, ineptos e incultos profesores para “advertirles” que hoy no podré asistir a clases, pues tengo una cita con algunos amigos (los primos de Azcárraga Jean, el “niño verde”, Roberto Slim y demás juniors ********) y mil compromisos sociales esperando por mí. Así que “bye” a la Uni, al menos for today.
Me lanzo disparado(a) en mi Porsche convertible, rumbo a la tienda más nice de la ciudad, en busca de ropa y accesorios que me resalten como lo que soy: la neta de este naco planeta. ¡I don’t have any clothes! Y sí muchas actividades en las que es súper esencial mi presencia.
El resto del día se me va de shopping en shopping. Si soy chava me la vivo en el spa: manicure, pedicure, retoque de tinte y luces, tratamiento facial y dos horas al celular, acordando con el galán en dónde vamos a cenar. Si soy chavo: rutinas maratónicamente chafas en el gimnasio, tres horas jugando con la Palm y otras tres navegando por la red a través de la laptop, llamadas por celular a esa tipa de nalgas enormes y sesos pequeños (que tengo por free) o bien, a los brothers para acordar a qué table dance iremos por la noche, pues necesito mi dosis de morbo nocturno.
IBEROAMERICANA:
Me despierta mi mami y desayunamos crêpes en la terrace, mientras leo alguna revista socialité.
Después de mirarme en la sección de sociedad, llamo al editorial de la estúpida revista porque el fotógrafo inepto que me hizo las tomas, no se fijó y salí te-rri-ble. ¡Que lo despidan en este preciso instante o se verán en muy serios problemas con mi papi!
Salgo rumbo a la Uni, a aburrirme unas cuantas horas porque definitivamente, la escuela ha sido el invento más aburrido de todos los tiempos.
Lo único bueno del día ha sido:
* Para las tipas: el cafecito con las amigas y haber visto pasar a Jean Carlo, que además de tener el auto más wow de la escuela ¡o sea, cómo te explico que es el nene más nice de la Uni!
* Para los tipos: la sesión de fogosidad con la zorra
más dotada de la carrera y la discusión con aquél profesor
imbécil que creyó saber más que él. ¡O sea, por favor, qué se
cree ese looser!
Al final del día nada como una buena salida al antro de moda.
TEC DE MONTERREY:
Me despierta la alarma de mi Palm. Mi papi anda en viaje de negocios y mi mami seguramente está en el gimnasio, queriendo recuperar aquella figura que tenía a los 25 años; yo le digo que mejor se someta a una liposucción, pero le da miedo.
Desayuno con mis amiguis en el Tucson Grill. Allí mismo recibimos una llamada de atención por parte del gerente, porque nuestros celulares suenan al unísono y ¡cómo te explico que aquello es la locura!
Llego al Tec, conecto mi Palm a la red inalámbrica y descargo todas mis materias en mi laptop. ¡Arriba el Blackboard!
La tecnología de punta se respira por cada milímetro del Campus. Y seas ingeniero, abogado, mercadólogo o lo que sea, deberás tener conocimientos básicos en este rubro. ¡Yo sin Palm, celular, pager y laptop, no puedo vivir!
Me veo en una videoconferencia con mis amiguis de Londres, Paris, Boston y Singapour. Con toda la pena del mundo les comunico que no podré visitarlos este verano porque soy becado (al igual que el otro 70% de los alumnos del Tec) y no tengo suficiente money para pagarme el viajetec, ni el transportec, ni el paquetec, etcéteratec.
Si soy alumno(a) no becado(a) me la vivo en el trauma total porque a diario me convierto en la carnada predilecta de esas grandes organizaciones dedicadas al secuestro. ¡O sea, qué miedo wey!
UNAM:
Me despierta el gallo del vecino y me dirijo directo al comedor, pues me espera el desayuno de los campeones: un buen trozo de pan y un gran vaso con leche. ¡Mucho calcio y carbohidratos para rendir durante el día!
Aplico el peserazo para asistir a la escuela. En el trayecto observo a la gente, mientras escucho de fondo “La Z” o “La Sabrosita”.
Llego a clases: si soy un verdadero alumno UNAM me dedico a estudiar, filosofar, analizar y cuestionar cada fenómeno que mis sentidos perciben; si soy cualquier otra especie de alumno, me tumbo en los jardines de la escuela a echar faje con mi vieja o a fumarme un churro con mis cuates.
El resto del día me la paso mentando madres porque tenemos al gobierno más inepto de todas las épocas. ¡Chinguen a su madre el PRI, el PAN, el PRD, el PVEM y toda esa bola de partidos de ******!
Al final me preocupa lo que les preocupa a todos los estudiantes de la UNAM actualmente: ¿Cómo chingados voy a conseguir empleo cuando salga de aquí? ¡Soy un chingón, no se vale!
Pese a todo, me enorgullezco de lo que soy: un mexicano cabrón (o mexicana *******) que puede salir adelante sin las influencias de papi y que, le pese a quien le pese, forma parte de la comunidad estudiantil más chingona de todo México.
UVM:
Suena mi despertador súper nice, porque o sea, estudio en la UVM y me jacto de tener los millones, pero no tengo money para una Palm, ni para un mayordomo que me lleve la fruta a la cama, y mis papis apenas y se percatan de que existo, menos aún me van a despertar.
¿Sabías que la UVM forma parte de la red de Universidades más importantes del mundo? (Carcajada general, claro). ¡Neto! ¡O sea, estamos a la altura de Harvard, si no es que más arriba!
Almuerzo en el Sanborn’s, aunque nadamás me alcance para un café. ¡Pero regalan el pan, y ya con eso la hice!
Durante el día me la paso presumiéndoles a mis amigos mi auto último modelo (que estoy pagando en abonos), fotografías de mi casa súper nice (que hipotecamos para poder pagar el auto) y en mis momentos de soledad me pregunto cómo le haremos en casa para poder pagar los miles de pesos que le debemos al banco, sin tener que quedarnos en la calle y renunciar a la fama de nice family que con tantos esfuerzos logramos tener. ¡O sea, mis brothers del Tec de Monterrey, la Anáhuac, la Ibero y la Salle se van a megaburlar de mí!
¡Y vean todo lo que me pasa por estudiar en una escuela de niños jodidos jugando a ser juniors! ¡O sea, no!
LA SALLE:
Me despierta mi perro, obsequio que mi abuela me trajo de un exclusivo criadero canino ubicado en Francia o en Noruega. Desayuno bebidas energéticas, con proteínas, porque saliendo de casa me espera una jornada maratónica en el gimnasio (o bueno, en el gym).
La jornada maratónica se convirtió en chismorreo maratónico porque no pelé los aparatos (o las clases de aeróbics) por estar echando plática con los entrenadores. Y estaba tan bueno el asunto que por poco se me olvida que existe La Salle, que estudio allí y lo que es peor: ¡que en una hora tengo examen!
He reprobado por octava ocasión en todo el semestre, pero qué más da: todos aquí estudiamos MMC (Mientras Me Caso) y sólo es cuestión de ligarme a las hijas de Vicente Fox (aunque estén más feas que la Chupitos) o al primogénito de Carlos Slim, para darme la gran vida de aquí hasta que alguien me mate por ajuste de cuentas.
Durante el día me traumo porque estoy hecho(a) un(a) cerdo(a): veo a mis amigos entrarle con ganas a la pasta y a las crepas, pero yo debo conformarme con mi triste plato de lechuga si es que en verdad anhelo conquistar al tipo (o a la vieja) más millonario(a) de la escuela.
Si soy tipa pienso en moda, galanes y dietas; si soy tipo pienso en antros, viejas con grandes protuberancias y autos, porque soy **** y no me interesa el fútbol en lo más mínimo.
Mis mayores preocupaciones son: cómo amarrarme a un buen partido con fines matrimoniales, decidir a qué ciudad europea me iré de intercambio y hablar inglés a la perfección para impresionar a los creídos del Tec de Monterrey.
UAM:
Me despierta el radio. Después de aventar mi reloj de un manotazo me dirijo a la kitchen y desayuno tres hot cakes con harta leche.
Qué hueva siento hoy (bueno, de hecho diario), pero tengo examen y ni en mis sueños más guajiros podría faltar a clases. Si soy chava me pongo mis jeans desgarrados (con la obligatoria rotura en el área de las nalgas, para enseñar mis encantos) y un cinturón al más puro estilo ska; si soy chavo, igual: jeans hechos trizas (a la altura de las nalgas, nomás porque sí) y un gorrito ridículo para aparentar rudeza.
La actividad que más disfruto estando en la universidad es el fax con quien se deje. Aquí escasean los tipos y tipas buenones, por lo que cualquier cosa se agradece, mientras afloje y brinde momentos de placer. Imposible pensar en echar fax en un hotel, porque no hay lana pa’ costearlo.
La mayor parte del día me la paso preguntándome por qué estoy estudiando en la UAM. Al final del día encuentro la triste respuesta: Porque no me aceptaron en la UNAM. ¡Madres!
Me preocupa el desempleo, pero lo que más me preocupa es cómo les voy a decir a mis padres que mi peor es nada y yo nos comimos la torta antes del recreo, y dentro de nueve meses los convertiremos en abuelos. Típico: ella deja de la carrera y él, también, pues alguien deberá trabajar para mantener a la nueva familia.
IPN:
Me despierta mi hermano mayor con su típica frasesita: ¡Ya levántate huevón, que se te hace tarde! Me visto con lo primero que encuentre y salgo disparado a la escuela, a bordo de un súper Ruta 01, con otros cuarenta compatriotas acompañándome en mi trayecto. Ya no desayuné porque no me dio tiempo.
Al llegar a la universidad me convierto en una rara criatura de bata blanca, anteojos y peinado de libro abierto. En el mejor de los casos imito el look de los tetos de la UAM.
Por ahí de las cuatro de la tarde siento mis tripas gruñir; entonces recuerdo que no desayuné y me dirijo al puesto de garnachas más cercano a la facultad. Con singular alegría me empaco tres gorditas de chicharrón y una Fanta. Ya de rato vuelvo a sentir las tripas chillar, pero esta vez es por indigestión; el aire en mi estómago me hace expulsar tremendas flatulencias que ahuyentan a todo aquél mortal que tiene la desgracia de toparse conmigo.
La mayor parte del tiempo me la vivo en medio de calculadoras prehispánicas, olores a formol y cloroformo, problemas de ingeniería bastante cabrones, que sólo un chingón como yo podría resolver.
Tengo el complejo de no ser tan chingón como el alumno UNAM, pero al menos me consuela saber que cualquier wey de la UAM me hace los mandados.
Y algo más: las matemáticas en el Poli son la neta.
2007-01-20
11:06:43
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pregunta de
Anonymous
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