Nadie pone en cuestión que un párroco católico intente convertir al catolicismo a tanta gente como le sea posible, o que un imán o un rabino hagan lo mismo. Sin embargo, a menudo me han tachado de intransigente cuando he intentado convencer a otros de la verdad de mi sistema de creencias.
Confieso que me interesa y me emociona la oportunidad de conversar con un creyente sobre por qué acepta postulados tan inverosímiles. También salto como una hiena sobre la oportunidad de explicar que el ateo no tiene por qué limitarse a la negación y al nihilismo o las tendencias positivas y humanistas de nuestro sistema de creencias. Pero es que no sólo me interesa el tema, también considero que tengo el derecho y el deber moral de difundir lo que creo que es la mejor opción dentro de los límites que permite para ello nuestra sociedad.
Así que os pregunto ¿Tenemos los ateos la obligación moral de extender nuestras creencias? ¿La de abstenernos de hacerlo? ¿Ninguna de las dos?
2006-08-28
03:53:15
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pregunta de
Forján
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en
Religión y espiritualidad