Dentro del grupo de los bivalvos, son también importantes como alimento los organismos de la familia Mytilidae conocidos con el nombre común de mejillones; son moluscos que viven fijos a las rocas de la zona intermareal hasta los 10 metros de profundidad y que pueden quedar al descubierto en las bajamares, ocupando el mismo nivel de los "balanos" y las "lapas", con quienes entran en Competencia por el espacio para su fijación. Es una especie típicamente filtradora y posee un poder enorme de bombeo para alimentarse de plancton; su crecimiento es rápido, y alcanzan de 5 a 12 centímetros de longitud en los bancos naturales; pueden llegar a 20 centímetros en algunas especies, dependiendo de la cantidad de alimento disponible y de las condiciones ambientales que regulan su metabolismo, lo cual se aprovecha para cultivarlos.
El mejillón pertenece al género Mytilus, y presenta su concha formada por dos valvas iguales de forma triangular, puntiaguda en un extremo y redondeada en el otro. La superficie de la concha es lisa, marcándose únicamente las líneas de crecimiento; su color es negro azulado con algunos tonos parduzcos hacia el vértice; en su parte interna es nacarada y de color violáceo.
El ciclo reproductor del mejillón es muy amplio, ya que dura siete meses; son organismos unisexuales, es decir, existen individuos machos e individuos hembras. El número de huevecillos es muy elevado y cada hembra deposita entre 600 y un millón de ellos; su temporada de incubación es variable, dependiendo de la temperatura: se acorta con las altas, y, por el contrario, se alarga con las temperaturas bajas, sin embargo, en promedio dura de una a dos semanas, al cabo de las cuales nace una larva que nada durante 20 días y empieza a segregar una concha transparente y rudimentaria; en ese momento se fija sobre las rocas o en cualquier otro objeto que encuentre sumergido; la fijación la realiza mediante unos filamentos adhesivos llamados "bisos o barbas", formados por proteínas y segregados por una glándula especial.
Estos bisos, por su color dorado brillante, fueron considerados en la Edad Media como fibras de oro puro y eran empleados por los nobles y aristócratas europeos en implementos de lujo. En la actualidad se utilizan en lugar de fibras textiles para fabricar prendas de vestir como guantes y bufandas.
Los mejillones generalmente están parasitados por un copepodo, pequeño crustáceo que se instala en su aparato digestivo produciéndoles, en los casos de mayor gravedad, la muerte. Cuando se encuentran estos copépodos en un número reducido, de 5 a 10 solamente, adelgaza el mejillón y su fecundidad se ve afectada porque no se desarrollan totalmente las gónadas. En la cámara branquial del molusco vive, frecuentemente un cangrejo de pequeñísimas dimensiones que les ocasiona lesiones en las branquias y en los palpos.
Entre los principales enemigos de los mejillones se pueden contar las estrellas de mar y algunos crustáceos. Las estrellas de mar los capturan en los bancos naturales y los digieren en muy poco tiempo con todo y su concha, gracias a las fuertes enzimas digestivas que producen estos animales.
Los mejillones son especies cosmopolitas que viven en aguas tropicales y templadas; en las costas occidentales de México abundan el "mejillón común" (Mytilus edulis) y el de California (Mytilus californianus) especie muy fecunda que pone hasta 100 mil huevos durante la época de reproducción. En los esteros del Golfo de México se consume el "mejillón encorvado" (Brachidontes recurvus).
En Cuba se consume el Mytilus exustus y otro muy parecido al que en España llaman "musclet", así como el Brachidontes citrinus y en Brasil, los "mejillones del Plata" (Mytilus platensis) a los que llaman "sururus". En Argentina y Chile se hace gran consumo de las "cholgas" o "mejillones del sur" (Mytilus chilensis y Mytilus ater) y el "mejillón grande" o "rayado" (Aulacomya magellanica), denominado también "mejillón de Magallanes".
Ninguna de estas especies compite con el "choro" (Choromytilus choro) de Chile, especie de gran aceptación que llega por el Atlántico hasta Argentina y por el Pacífico hasta Perú; alcanzan 20 centímetros de longitud, por lo que se les llama "mejillones gigantes" y representan un espléndido bocado. Con ellos se prepara el "curanto", especie de asado que se realiza en una excavación de un metro de diámetro, cerca de las playas, en la que se pone una parrilla hecha con palos verdes sobre los que se colocan piedras, se prende fuego y cuando las piedras y cenizas calientes caen al fondo, los mariscos se colocan sobre ella y se cubren con hojas de la planta Gunnera chilensis y una capa de tierra al cabo de una hora se destapa el curanto y se abren los mariscos que tomaron un magnifico sabor.
En España los mejillones, "mocejones" o "mazajones" (Mytilus edulis) y el mejillón del Mediterráneo o "mejillón rubio" (Mytilus galloprovincialis) se consumen en grandes cantidades y se preparan de muchas maneras, todas ellas igualmente apreciadas por los gastrónomos; además, constituyen un ingrediente indispensable para la paella.
En las costas africanas, sobre todo en Mauritania, existe el "mejillón salvaje" (Mytilus perna). Entre los grandes criaderos naturales se pueden citar los del litoral del Mar del Norte, mejillones holandeses muy apreciados; los del litoral de la Mancha y de la región de Boulogne, así como los de Bretaña. En Corea se localiza el "mejillón coreano" (Mytilus crassitesta) y en Tailandia se capturan el "mejillón verde" (Mytilus smaragdinus) y el "mejillón horse" del género Modiolus.
La captura mundial de mejillones para el año de 1986, según la FAO, fue en total de 829 497 toneladas, de las cuales España provee el 20%, siguiéndola Tailandia con el 15%, después Francia y Corea con 10% cada una y el 45% restante se reparte en los demás países, siendo Perú y Estados Unidos los que más producen en América.
Los mejillones han sido cultivados por el hombre a partir del siglo XIII: el irlandés Patricio Walton, como sobreviviente del naufragio de su barco en las costas cercanas a Rochela, en punta de L'Escale, tuvo que vivir de la caza y de la pesca; observó que los mejillones crecían más sobre los soportes de madera que utilizaba para sostener sus redes que durante la bajamar quedaban al descubierto, que los que vivían a niveles inferiores; por esto comenzó a colocar empalizadas y a fijar en ellas a los mejillones, obteniendo magníficos resultados que fueron la base del cultivo.
En algunos países de Europa, como Francia y España, el cultivo de mejillones o miticultura tiene gran importancia económica y se basa en los mismos principios que la ostricultura: fijación de la semilla, engorda y cosecha; así, con el producto se puede alcanzar la talla de 12 centímetros en lugar de los 8 centímetros a que llega en medio naturales.
En España se hace el cultivo mediante tres procedimientos: empalizadas, estanques y balsas flotantes, siendo este último el más difundido, por los óptimos resultados que se obtienen debido a las características de las costas y al régimen de mareas. Sus principales parques de cultivo se encuentran en las vías gallegas, costas de Galicia y Cantabria y en los puertos de Barcelona y Valencia; se cultivan de 300 a 400 mil toneladas anuales.
Las especies más frecuentes cultivadas en España, Francia y Holanda, son el mejillón común y el mejillón rubio. En el Mediterráneo se cultiva el mejillón en Tarento y otros puntos de Italia, en donde se llama "cozze mere" al Mytilus edulis y "cozze pelose" al Mytilus barbatus.
En las costas de Marbihan hay criaderos de más de 2 000 hectáreas. También se encuentran en Calicut, India y el Golfo de Siam en Tailandia. En Holanda han logrado cultivar 10 mil toneladas por año.
En menor proporción se cultivan en Inglaterra, Italia, Portugal, Noruega, Escocia, Alemania y Yugoslavia; en América Latina la miticultura apenas se inicia en México y en Cuba; está un poco más desarrollada en Venezuela y Chile.
El mejillón se captura por medio de buceo y su consumo se hace en fresco o procesado, generalmente por ahumado, en diferentes tipos de guisos. Cuando se maneja fresco, se debe tener cuidado de depurarlos antes de comercializarlos y consumirlos, para evitar que sean transmisores de gérmenes patógenos. Los métodos de depuración son: tratamiento por radiaciones ultravioleta; tratamiento con agua previamente esterilizada con ozono o cloro durante 24 horas; y el mantenimiento de los mejillones en agua potable y renovada durante tres o cuatro días, tiempo en el cual destruyen a los gérmenes digiriéndolos, "se purgan"; éste es el método más cómodo, barato, eficaz y, al decir de los cultivadores, el que los deja en excelentes condiciones para ser consumidos.
También los mejillones pueden resultar peligrosos si se desarrollan sobre el metal de las planchas de cobre de los cascos de los barcos, ya que este metal produce unas sales que se acumulan en su glándula digestiva; estas sales son muy tóxicas, y así pueden producirse envenenamientos.
Asimismo, cuando en las aguas donde viven aumenta el número de peridinias, pequeños organismos que viven en el plancton y producen las llamadas "mareas rojas", estos organismos se acumulan en el mejillón y entonces lo convierten en un alimento tóxico y peligroso.
En México la pesquería del mejillón se está desarrollando; para 1988 se capturaron 150 toneladas, importándose 8 toneladas de este recurso.
2007-03-13 12:12:41
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