BREVE INTRODUCCIÃN AL CRECIMIENTO DE LAS PLANTAS
LA VIDA independiente de una planta superior comienza en el momento en que una semilla germina. Las semillas son los órganos elaborados por la reproducción de las plantas adultas. Tienen la posibilidad de ser transportadas a distancia de donde son producidas, ya sea por el viento, el agua y/o los animales (diseminación), para generar nuevas plantas en otros sitios. La gran mayorÃa de las semillas pueden permanecer en un estado de respiración reducida o prácticamente suspendida, interrupción del crecimiento y parcial deshidratación, por un tiempo más o menos largo (latencia o letargo), hasta que las condiciones externas son adecuadas para la iniciación del crecimiento de la nueva planta.
Si estudiamos cuidadosamente la anatomÃa de una semilla, nos daremos cuenta que consiste esencialmente en una pequeña planta encapsulada dentro de una cubierta más o menos resistente y provista de los alimentos orgánicos necesarios para comenzar a crecer. Generalmente son almidones o grasas y proteÃnas. La gran mayorÃa de las semillas contienen muy poca agua, asà que necesitan un medio externo húmedo para hidratarse y aumentar de volumen antes de que se inicie la germinación.
Como podemos ver en la figura 20, las semillas de diferentes plantas varÃan en forma, tamaño y anatomÃa interna pero, en esencia lo más importante, es que en todas se halla contenida una pequeña plantita que es el embrión de una futura planta. A veces, el embrión es sólo un conjunto de células sin forma definida aún en las semillas más pequeñas pero, en la mayorÃa de los casos, el embrión muestra ya las primeras partes de lo que será la futura planta: raÃz, tallo y hojas en escala diminuta.
Figura 20. Las semillas son muy diversas en cuanto a formas y tamaños; también lo son sus agentes de dispersión y sus mecanismos fisiológicos de latencia.
Las células que forman el embrión de la semilla son pequeñas y tienen una forma que tiende a ser esférica o poliédrica (isodiamétrica). Tienen una cubierta externa, parecida a una cápsula, llamada pared celular que es delgada y elástica. La pared celular es una estructura tÃpica de las células vegetales pues siempre la presentan, a diferencia de las células animales que por lo general son desnudas.
En la figura 21 está representada una célula vegetal más o menos generalizada. La pared celular tiene mucha trascendencia fisiológica para las plantas y determina gran parte de sus particulares caracterÃsticas que las hacen tan diferentes de los animales.
Figura 21. Las células de los vegetales superiores tienen varias estructuras que les confieren sus caracterÃsticas distintivas: la pared celular (PC) las cubre totalmente y les confiere cierta rigidez, pero no las aÃsla completamente de las células vecinas; la vacuola (V) sirve de receptáculo de desechos y compuestos secundarios; los cloropastos (C) son los organelos en los que se efectúa la fotosÃntesis, sólo presentes en células de tejidos verdes.
Continuando con la descripción del proceso de germinación, éste se inicia cuando el agua penetra al interior de las células embrionarias que entonces aumentan de volumen y algunas comienzan a alargarse, perdiendo su forma isodiamétrica para adquirir una forma cilÃndrica o prismática. El crecimiento en longitud que esto ocasiona en el embrión, hace que la raÃz, posteriormente el tallo y en ocasiones las hojas embrionarias salgan de la semilla, o de lo que de ella queda, terminando asà la germinación e iniciándose el crecimiento de la nueva planta de los dos medios que en adelante ocupará: el suelo y el aire. En la figura 22 hemos representado la etapa crucial del establecimiento de una plántula.
Figura 22. El establecimiento de las plantas ocurre cuando se terminan las reservas alimenticias almacenadas en las semillas y las plantas tienen que empezar a desprender de los recursos del medio. Ãste es el momento más crÃtico de la vida de una planta.
Durante el crecimiento, la formación de los tejidos de las plantas sigue básicamente tres pasos: la división (o mitosis) de las células embrionarias para formar nuevas células, el agrandamiento y/o alargamiento de estas células y su diferenciación final en células con una función especÃfica, ya sean vasos, células fotosintéticas, almacenadoras, epidérmicas, etc., que desempeñarán su función durante el resto de su existencia ya sea en forma viva o no, dependiendo de cuál sea el tejido u órgano que se esté desarrollando.
La transformación sufrida impide por lo general que una célula ya diferenciada pueda dividirse o reproducirse, por lo que todo crecimiento o desarrollo posterior que ocurra se inicia sólo en las partes de la planta en las que se conservan conglomerados o capas de células no diferenciadas, similares a las células embrionarias. En la figura 23 se muestran los diversos caminos que toma la diferenciación de las células vegetales a partir de las células embrionarias.
Figura 23. Las células aún no diferenciadas o "merismáticas" se transforman en células funcionales creciendo y alargándose. Su pared celular se engruesa y su contenido citoplásmico se modifica de diferentes maneras, dependiendo de la función que finalmente tendrá la célula que se está formando en cada nuevo tejido de la planta. A) Vaso conductor de savia. B) Célula del tejido fotosintético.
Mientras existan células juveniles sobrevivientes en una planta, ésta podrá continuar creciendo sin importar cuán vieja sea; por eso es posible que existan árboles gigantescos de muchos cientos de años de edad, ya que algunas de sus células siguen siendo siempre jóvenes.
En todas las células diferenciadas la pared celular es más gruesa y rÃgida que en las células embrionarias. En algunos tipos de células los cambios que ocurren en su interior determinarán si éstas van a funcionar finalmente como una célula fotosintética en las hojas, o una célula epidérmica como las que cubren la superficie de hojas, ramas y tallos verdes, una célula estomática, un pelo absorbente de la raÃz, una célula almacenadora de alimentos, —como las que forman el mayor volumen de una papa o un camote— o algún otro tipo de célula que va a efectuar la función a la que está destinada cuando aún está viva.
Otras células de las plantas sufren sus principales modificaciones en la pared celular, transformándose en vasos, fibras o células de resistencia, que efectúan su función cuando están ya muertas, porque su trabajo es puramente mecánico. La madera o leño de los árboles está formada por este tipo de células. Asà podemos darnos cuenta que en un árbol grande la mayor parte del volumen está formado por leño y corteza, o sea, tejido muerto, pero que continúa funcionando para el transporte de agua y permitiendo a las partes verdes elevarse y sostenerse sobre el suelo.
En los troncos de los árboles sólo se mantiene viva una delgada capa de células indiferenciadas y de vasos de floema que se encuentra por debajo de la corteza. Esta capa da lugar a las células que habrán de transformarse en los componentes del leño y de la corteza, originándose en ella el crecimiento en grosor de un tronco o de una rama leñosa. Asà tendremos que el centro de un tronco es mucho más viejo que su superficie, pues la capa de células meristemáticas está entre la corteza y el leño.
En la figura 24 hemos representado el origen y la distribución de los tejidos indiferenciados en una planta anual.
Figura 24. Los tejidos merismáticos están formados por células indiferenciadas de las cuales se origina el crecimiento, pues conservan la capacidad de multiplicarse. Este tejido se encuentra en los puntos de la planta que se indican en negro. En uno tronco de árbol, se forma un anillo del cual se origina el crecimiento en grosor del tronco y la corteza.
Los conglomerados de tejido embrionario o no diferenciado en una planta se conocen con el nombre de meristemos o tejidos meristemáticos. Los meristemos que dan origen a nuevas ramas, hojas, flores y frutos, se encuentran formando corpúsculos llamados yemas o renuevos que se localizan en puntos de las ramas, la base de las hojas, la punta del tallo, etc. En la raÃz y en el tallo también existen estos corpúsculos, pero su distribución puede variar grandemente entre las diferentes especies de plantas, lo que determina en gran medida la arquitectura que éstas desarrollan cuando son adultas y también su capacidad para sobrevivir los daños que puedan sufrir. Cuando las plantas pierden sus yemas, están condenadas a muerte, a no ser que puedan reponerlas. Tal es el caso de la mayorÃa de las palmas, que tienen sólo una gran yema terminal en la punta de su tallo, de la cual se originan las células indiferenciadas que harán crecer el tallo, las hojas, inflorescencias y frutos. Cuando la yema terminal muere o es destruida, la palma muere después de algún tiempo. Pero la mayorÃa de las plantas perennes tienen muchas yemas para sustituir a las que mueren, de manera que es posible podarlas o guiar su crecimiento.
El crecimiento de las plantas es un proceso cuya velocidad es muy variable en el mundo vivo. Hay plantas que alcanzan grandes tallas en corto tiempo y otras que se llevan muchos años en alcanzar su tamaño adulto, de manera que hay plantas que culminan su ciclo completo en meses, mientras que otras viven por siglos; sin embargo, el proceso de crecimiento puede sintetizarse en la siguiente descripción de una planta generalizada: el tejido embrionario de una semilla está en su totalidad formado por células indiferenciadas que, por lo tanto, aún no adoptan su forma funcional. Cuando estas células comienzan a crecer y reproducirse durante la germinación, parte de las células formadas crece y se diferencia de acuerdo con la función que tendrán en la planta adulta, pero pequeños conglomerados de células se conservarán indiferenciados y retendrán su potencialidad multiplicativa. Estos conglomerados de células se encuentran en diversas partes de la planta en crecimiento: en las yemas de la punta del tallo, de las axilas de las hojas y de las ramas, a veces también en los bordes de las hojas y en la base del tallo, en la punta y en las axilas de las raÃces. En los tejidos capaces de originar leño también existen formando delgadas capas bajo la corteza. A partir de estos conglomerados se desarrolla: el crecimiento del tallo, nuevas ramas, nuevas raÃces, hojas, flores y frutos y, mientras se conserven vivos, la planta, en su conjunto, vivirá.
También en muchos casos es posible obtener nuevas plantas a partir de ramas seccionadas o incluso troncos, gracias a los corpúsculos de células embrionarias que poseen y que pueden generar nuevo crecimiento, incluso de raÃces.
Podemos distinguir ahora dos tipos diferentes de plantas, de acuerdo con la distribución de sus meristemos. El primer grupo sólo tiene yemas terminales que originan crecimiento en longitud pero no en grosor, de manera que sus tallos y ramas permanecen básicamente sin cambio desde que se forman. Estas plantas que son por lo general de vida corta, pocas veces sobrepasan el año, carecen del leño y son conocidas como plantas herbáceas.
El segundo grupo tiene además capas de tejido no diferenciado bajo la superficie de troncos, ramas y raÃces, de manera que pueden crecer en grosor y formar leño. Estas plantas son de vida más larga, o perennes, y se les conoce como plantas leñosas.
Existen también formas intermedias que tienen, por ejemplo, tallos subterráneos leñosos y tallos aéreos herbáceos. En el siguiente capÃtulo veremos algo más sobre esto.
Parte de los azúcares (carbohidratos) producidos en la fotosÃntesis se unen formando largas cadenas moleculares para formar una sustancia muy importante en el reino vegetal: la celulosa. Este compuesto es el componente principal de las paredes celulares, al cual pueden unirse otras sustancias diferentes. La celulosa es el componente principal de materiales tan importantes como la madera, el papel y fibras como el algodón.
Como dato curioso a la vez que importante, diremos aquà que muy pocos seres vivos han adquirido la capacidad de digerir y aprovechar la celulosa, a pesar de su alto valor calórico. Sólo algunas bacterias y protozoarios pueden hacerlo, tanto como insectos y rumiantes que los contienen en su tracto digestivo.
Damos por terminada aquà esta breve introducción al estudio del crecimiento de las plantas, pero no queremos dejar en el lector la impresión de que se trata de un tema sencillo y breve. La citologÃa, embriologÃa, histologÃa y anatomÃa de las plantas son disciplinas muy complejas e importantes para la comprensión de lo que ocurre en el reino vegetal. En muchos centros de investigación del mundo hay personas dedicadas al estudio de estos temas que están aún lejos de poder ofrecer un panorama completo para todo el reino vegetal; sin embargo, es mucho lo que ya se conoce y este campo ofrece gran cantidad de posibilidades futuras para los investigadores.
Amiga no es todo, para que salgan algunas imágenes te vas al el buscador de Yahoo, buscas "crecimiento de una planta" y el primer resultado es en donde viene V. BREVE INTRODUCCIÃN AL CRECIMIENTO DE LAS PLANTAS
Espero haberte podido apoyar con esta respuesta a tu pregunta.
Saludos
2007-03-13 23:39:58
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answer #2
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answered by Viri 2
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