Cuando la combustión de los alimentos no se lleva a cabo adecuadamente, aunque hayamos ingerido poca cantidad de comida, el resultado será un exceso de grasa, un bajo nivel de energía y un aumento de peso.
En general, el enfoque convencional para perder peso se basa en la relación entre las calorías que entran en el cuerpo (a través de la comida) y las que salen (a través del ejercicio). O sea, si comemos más de lo que quemamos, engordamos. De alguna forma, esto es cierto. Sin embargo ¿por qué hay personas que aún comiendo poco engordan a pesar de hacer ejercicio, y en cambio, otras pueden comer las cantidades que deseen, mantener un peso estable y sin necesidad de moverse del sofá? Si la ecuación de las calorías fuese tan simple como parece, perder peso sería una tarea fácil. Si cada día dejamos de comer 200 calorías (lo equivalente a unos 25 gr de grasa), cada año perderíamos unos 9 kilos, y al cabo de 7 ú 8 años habríamos desaparecido.
La razón por la que esto no ocurre es gracias al metabolismo.
El metabolismo se podría definir como la suma de todos los cambios químicos que ocurren en el cuerpo para mantenernos vivos. Cuando abastecemos al cuerpo de oxígeno, agua, combustible y todos los nutrientes esenciales que requiere, las células del organismo pueden cumplir eficientemente su trabajo de mantenernos vivos, sanos y con un peso ideal. La eficiencia con la cual el metabolismo trabaja determina con qué facilidad ganamos o perdemos peso.
El cuerpo quema un combustible llamado glucosa (la forma más simple de energía que se extrae de los carbohidratos que ingerimos) para producir energía. La glucosa puede quemarse para producir energía o, por el contrario, ser convertida en grasa y guardada en el organismo. Cuando la glucosa ha sido quemada eficientemente existen pocas probabilidades de que ésta se convierta en grasa. Cuando, por el contrario, la combustión de los alimentos no se lleva a cabo adecuadamente, aunque hayamos ingerido poca cantidad de comida, el resultado será un exceso de grasa y un bajo nivel de energía.
Para que el metabolismo funcione bien y la combustión de la glucosa se lleve a cabo eficientemente, es de vital importancia la presencia de enzimas. Éstas son un tipo especial de moléculas de proteína responsables de los cambios químicos del organismo. Existen miles de enzimas en nuestro cuerpo y cada una de ellas desempeña una función específica en el metabolismo. Una pequeña enzima puede actuar en rápida sucesión en millones de moléculas, acelerando las reacciones químicas del metabolismo, y, a su vez, lubricando la maquinaria metabólica de nuestras células.
Para restablecer un metabolismo normal y conseguir un peso sano, es necesario que las enzimas estén presentes en cantidades adecuadas. La mejor forma para conseguir esto es a través de una alimentación sana (carbohidratos, proteínas y grasas de buena calidad), una digestión adecuada y la presencia de cantidades óptimas de los minerales: calcio, magnesio, manganeso, hierro, cobre y zinc; las vitaminas C, B1, B2, B3, B5, B6, B12, ácido fólico y biotina; y la coenzima Q10. Nutrientes todos que activan las enzimas y ayudan en la combustión de la glucosa. A menos que todos estos nutrientes estén presentes en cantidades adecuadas, el metabolismo no llevará a cabo su trabajo adecuadamente.
Por lo tanto, a la hora de perder peso, es mucho más efectivo estimular y activar el metabolismo que reducir las calorías de una dieta moderada (como normalmente ocurre con las dietas de adelgazamiento).
COMER DESPACIO http://www.copacabanarunners.net/esp-obesidad-subiendo-escaleras.html
La teoría de comer despacio, masticando bien los alimentos, procurando saborearlos con el máximo placer, se basa en esto. Es decir, comiendo despacio el organismo tiene tiempo de desarrollar el mecanismo reflejo de la saciedad, estimulando la leptina, ingiriendo menos cantidad de comida o en la justa medida de las necesidades orgánicas.
Adelgazar o engordar, además de los factores que ya hemos visto, pueden existir también los síquicos. Sabemos que nuestro cuerpo produce varias substancias con funciones específicas. Entre las que están relacionadas a la obesidad se estudia la dopamina, neurotransmisora de las sensaciones de recompensa y de placer, tales como comer, sexo, amor, reproducción y etc. En tesis, las personas con receptores normales de dopamina no engordan con facilidad manteniendo sus centros de control del placer en equilibrio. Por el contrario, las que poseen poca recepción de dopamina descargan en la comida, por decirlo así, su sensación inmediata de placer. Substancias como el alcohol, cocaína y nicotina, estimulan la dopamina, razones suficientes para llevar también al vicio.
Sin embargo, este campo de pesquisa todavía no es conclusivo y no se sabe si es la falta de receptores lo que causa la obesidad o si es la obesidad la responsable por la reducción de receptores. Quién apareció primero, el huevo o la gallina? Teóricamente el exceso de comida induciría al cerebro a producir mucha dopamina, lo que acabaría agotando su capacidad de producirla, tal como sucede con la diabetes tipo I por falencia del páncreas al no producir insulina.
La mayoría de las veces, los moderadores del apetito actúan sobre los neurotransmisores, la dopamina y/o serotonina, como por ejemplo, los anorexígenos o, en menor escala, los estimulantes de la saciedad.
Otro factor que debe ser tomado en cuenta es el emocional. Investigaciones confiables realizadas por la Unicamp, (Universidad Estadual de Campinas - São Paulo - Brasil) revelan que 75,5% de los pacientes con obesidad mórbida (más de 40 en el IMC), comen compulsivamente como consecuencia de ansiedad y depresión, presentando altas tasas de trastornos de humor, como se estuviesen en la TPM indefinidamente. En la madrugada, atacan la refrigeradora. Por eso es necesario dar tratamientos diferenciados al que come compulsivamente y al que no come de esta forma. Es decir, primero se trata la cabeza y después al cuerpo.
. En un acompañamiento con 7,3 años de duración, McArdle cita una pesquisa de 121 pacientes controlados, en el que apenas siete mantuvieron los nuevos hábitos de vida y el peso corporal saludable. Claro que todo esto depende también de los estímulos y, sobretodo, de una buena autoestima, para poder estar siempre superando los obstáculos. Si las personas que rodean al individuo en cuestión, de su mismo medio social, no colaboran o no tuvieren por lo menos hábitos parecidos... se puede considerar la batalla perdida!!!
2007-02-15 00:08:17
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answer #1
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answered by PlayaParana 6
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