Ãnica, tÃpica, suculenta, calientita, con sal, tostada, en taco, al pastor, en quesadilla, chilaquil, sope, en sopa, a mano, de comal, azul, blanca, amarilla, gorda, delgadita, pequeña, grande, la tortilla mexicana es el sÃmbolo y la tradición más antigua de la cultura culinaria de nuestro paÃs.
AmadÃsima por los mexicanos sin importar la clase social a que se pertenezca, la tortilla se consume todos los dÃas como el pan nuestro, sola o en las múltiples y ricas formas de presentarla; acompañando los colores y aromas de la cocina de un México exótico, la tortilla es, con su inconfundible sencillez, la protagonista de los platillos, y junto con el tequila y el chile, el signo culinario que representa a la mexicanidad.
¿Pero cuándo, dónde y cómo nace la tortilla? Su origen es tan antiguo que se desconoce con acierto su procedencia. No obstante, sabemos que la historia prehispánica tiene relación con el maÃz y en algunos mitos y leyendas encontramos diferentes referencias al respecto.
En la provincia de Chalco se cuenta que los dioses descendieron del cielo a una cueva, donde Piltzintecutli se acostó con Xochiquétzal; de esa unión nació Tzentéotl, el dios del maÃz, quien se metió bajo la tierra y dio a su vez otras semillas; de sus cabellos salió el algodón, de sus dedos el camote y de sus uñas otra clase de maÃz. Por esto, dicho dios fue el más querido de todos y le llamaron el “señor amado”.
Otra manera de acercarnos al origen consiste en analizar su relación con Tlaxcala, cuyo nombre significa “lugar de la tortilla de maÃz”.
No es casual que el Palacio de Gobierno de Tlaxcala nos reciba con las pinturas murales en las que se representa su historia a través del maÃz. ¿PodrÃamos deducir que el origen de la tortilla se encuentra en esta región?
Para tratar de descifrar el misterio fuimos a buscar al maestro Desiderio Hernández Xochitiotzin, muralista y cronista muy querido de Tlaxcala.
El maestro Xochitiotzin se encontraba de frente a sus murales, dando una plática. Vestido a la manera de Diego Rivera, bajito, de piel morena y con sus rasgos antiguos de indÃgena nos hizo recordar un trozo de historia que insiste en sobrevivir.
“El origen de la tortilla es muy antiguo –nos dice el maestro–, y es imposible decir en qué lugar se inventó, pues la tortilla la encontramos también en el Valle de México, Toluca y Michoacán”.
Las raÃces lingüÃsticas de Tlaxcala ¿qué nos quieren decir entonces?
“Tlaxcala se llamó asà porque está situada en un lugar muy especial: del lado oriente está la montaña Malitzin o Malinche. El sol sale por allà y se viene a poner en el occidente, sobre el cerro de Tláloc. Y asà como viaja el sol también viaja la lluvia. La zona se caracteriza por una siembra muy buena; de ahà el nombre de Tierra de MaÃz. Los arqueólogos le han encontrado una antigüedad de diez u once mil años, pero no es el único lugar, existen varios”.
La simbologÃa expresada en los murales del maestro Desiderio, pintados sobre los arcos a la entrada del Palacio –casa del siglo XVI, donde habitara Hernán Cortés–, nos habla del fuerte significado del maÃz en el mundo prehispánico. El maestro lo sintetiza asÃ: “El maÃz es el sol porque de él sale la vida. La leyenda cuenta que Quetzalcóatl bajó al Mictlán, el lugar de los muertos, y allà tomó unos huesos de hombre y de mujer y fue a ver a la diosa Coatlicue. La diosa molió maÃz y también molió los huesos, y de esa pasta Quetzalcóatl creó a los hombres. Por eso su alimento principal es el maÃz”.
Los murales del maestro Xochitiotzin narran con hábil imaginación la historia de Tlaxcala a través del maÃz y del maguey, las dos plantas fundamentales para el desarrollo cultural de estos pueblos: los antiguos teochichimecas texcaltecas, señores de los texcales, al convertirse en grandes cultivadores de maÃz dieron a su patria el nombre de Tlaxcallan, es decir, tierra de los tlaxcallis o tierra del maÃz.
Nuestra búsqueda de los orÃgenes de la tortilla no termina aquÃ, y al caer la noche nos dirigimos a Ixtenco, pueblo otomà de Tlaxcala que aparece ante nuestros ojos como un fantasma, con sus calles largas y desiertas.
En su casa nos espera la señora Josefa Gabi de Melchor, conocida en toda Tlaxcala por sus finos bordados. A sus ochenta años, doña Gabi muele su maÃz con fuerza sobre el metate, el comal está ya encendido y el humo oscurece aún más la estancia, hace mucho frÃo y el olor a leña quemada nos acoge con su calor.“Tuve once hijos –nos dice sin aún preguntarle nada–. Les molÃa y les hacÃa sus tortillitas. Ya después comenzó el molino, y uno de mis cuñados tenÃa uno. Un dÃa me dice: ‘Qué estás haciendo ahÃ, mujer, te vas a acabar el metate”’. De manera tradicional, en casa de doña Gabi y don Guadalupe Melchor, su esposo, se siembra el maÃz; se almacena en el cuexcomate y se deja secar, para después desgranarlo. Al preguntarle si la tortilla se inventó en Tlaxcala, la doña contesta: “No, inició acá, porque Ixtenco se fundó primero que Tlaxcala. La gente cualquier cosa dice, pero la leyenda del pueblo es ésa. Lo malo es que ya nadie quiere moler, ya se acostumbraron a comprar. ¿Quieres más sal en tu tortilla?”. Mientras nos platica, comemos unas tortillas apenas salidas del comal. A doña Gabi la observamos trabajar con ese ritmo caracterÃstico, y al parecer incansable, de moler sobre el metate. “Mira, asà se muele”. Pura energÃa, pienso. ¿Y es muy cansado hacer tortillas? “Para la que ya sabe moler, no”.
La noche transcurre quieta, conociendo entre silencios largos una parte olvidada de México, una realidad campesina que sigue viva gracias a la memoria oral de los pueblos y de sus tradiciones. Queda con nosotros el recuerdo de los olores a humo y a nixtamal, las manos fuertes sobre el metate y la figura indÃgena del otomÃ. Por la mañana los maizales resplandecen bajo el cielo azul de Tlaxcala, que junto con el volcán de La Malintzin, nos despide de la tierra eterna del sol de maÃz.
2006-11-02 15:31:30
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answer #10
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answered by Anonymous
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