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X FAVOR NECESITO LA DIETA DE RAVENNA.
Y SI ALGUIEN QUIERE VENDER UNA MAQ DE TROTAR Y BICI FIJA

2006-09-04 04:49:16 · 2 respuestas · pregunta de roro 3 en Salud Dieta y vida sana

2 respuestas

Maximo Ravenna, el nuevo gurú de las dietas
Atiende a famosos y propone una dosis mínima de calorías. Su particular método y visión de los kilos de más


Está de moda comer muy poco. Dicen que es una manera eficaz de encontrar el peso que corresponde, que alarga la vida. Pero, ¿quién es el médico que propone comer sólo 600 calorías por día?

Usted se fue haciendo cada vez más conocido por sus dietas hipocalóricas.

Yo me fui haciendo más conocido porque el resultado de la dieta hipocalórica empezó a sostenerse en el tiempo. La gente empezó a no abandonar, se mantuvo. Algunos se mantienen hace seis o siete años y han bajado 80, 90, 100 kilos. La gente se dio cuenta que, con pocas calorías, se consume parte de la propia grasa y se produce una sensación de saciedad. La dieta es una parte muy chiquitita de un plan integral.

Pero, ¡600 calorías! Uno ya sabe que va a pasar hambre...

No, es al revés. La clave de esto es que yo puedo trabajar la mente de la gente: el mantenimiento, la conducta alimentaria y la conducta en la vida en general. La gente puede creer que de comer 4.000 o 5.000 calorías pasa a comer 500. Cuanto más como, más hambre tengo. Cuanto más tengo, más quiero tener. Cuando menos como, más me alcanza.

¿Cuánto tiempo pasa hasta que el cuerpo se acomoda a comer sólo 600 calorías por día?

Veinticuatro o cuarenta y ocho horas.

¿Nada más?

Te lo aseguro. Ahí uno descubre que lo que comía estaba de más. Es lo mismo que cuando se va a un restaurante y se come pan. ¿Por qué hay panera en un restaurante? Para abrirte el apetito. Hay ciertas comidas que abren el apetito. Por eso, inicialmente, se sacan las harinas, que en realidad no sirven para mucho, salvo para darte ganas de volver a comer más harinas o más comidas. Muchas veces, el hambre es ganas de comer. Y muchas veces, las ganas de comer es ganas de otra cosa.

Dejar de comer abruptamente, ¿no produce angustia?

No.

¿La gente no extraña la comida?

No. Porque la comida que estabas comiendo, te estaba comiendo a vos. Cuando la dosis de comida es chica, uno piensa: "Tengo ganas de otras cosas, tengo ganas de recuperar mi cuerpo. Todo lo que perdí comiendo..." Yo trabajé mucho tiempo con Alberto Cormillot. Era jefe de internación. ¿Cómo estaba la gente en el ayuno? Perfecta. Yo decía: "¿Cómo puede ser que la gente internada, en ayuno, con dietas de 100 o 200 calorías esté sin hambre, inteligente y lúcida? Con el sistema de bajas calorías, de ayuno o ayuno terapéutico se produce primero una desintoxicación. Después se produce básicamente un estado de saciedad. Si el paciente está tranquilo, yo puedo trabajar la cabeza.

¿Qué sería "trabajar la cabeza"?

Mostrarle que puede todavía salir adelante sin tener que operarse, sin tener que tomar pastillas, que él es dueño de su conducta frente a la comida, que la comida no tiene que comérselo a él. Trabajar la cabeza es hacerle volver a creer en su autoestima.

¿Es estricto con sus pacientes?

Soy tremendamente firme, pero no rígido. Soy firme porque, en este trabajo, esto es así.

¿Se enoja con ellos?

Me pongo firme, los tranquilizo. Si el paciente está sufriendo, le digo que no se preocupe, que ya va a pasar, que haga una dupla útil con un compañero, lo llame por teléfono y le rinda cuentas. Además, los hago venir todos los días o todos los días posibles.

¿Y cuándo se pone firme? ¿Con qué actitudes?

Con el paciente despectivo, con el que puede poner una bomba en medio de 200 personas: Es el que dice: "Yo no pienso hacer la dieta" o "a mí no me interesa". Entonces yo le digo: "No sé qué estás haciendo acá. ¿Qué venís a hacer? Estás en un lugar donde la propuesta es ésta ¿y querés hacer otra? Entonces andá enfrente, a lo del doctor Cureta". A veces yo confronto, pulseo. O gana el paciente y tira abajo todo el trabajo que estás haciendo. A ellos les digo: "Mirá, estas son las pautas, si te gustan las tomás".

¿Y qué pasa con un paciente que cae, que vuelve a comer?

Se lo busca, llama. Hemos hecho seguimientos personales, lo hacemos llamar por compañeros.

¿La recaída es frecuente?

Obvio, la obesidad es una enfermedad o patología como toda adicción. Uno se la quiere sacar de encima y no puede. Es como cuando vos te querés divorciar. No podés vivir con esa persona y tampoco sin ella. Hasta que te separaste y decís: "Dios mío, qué bien que estoy". Después vas a tener la recaída, vas a querer volver a ver si cambió. Es exactamente lo mismo (risas).

Usted propone adelgazar primero y después cambiar los hábitos.

Si se corta con la comida, se libera la cabeza para que yo pueda trabajar a diario con los hábitos. No puedo esperar a que una persona entre en motivación. Es como cualquier droga. Cualquier terapeuta decente, dice: "Dejá la droga y después tratate".

Cuando uno deja de comer se pone de mal humor...

No. Es más peligroso un tipo que tiene ocho kilos de más crónicos que otro con 40 kilos de más, adquiridos hace poco. "¿Qué me pasa? ¿Soy tan incapaz que no puedo sacarme de encima ocho kilos, el equivalente a un mes de trabajo? Hay algo que me ata primero a la mediocridad ("llego a bajar dos kilitos y me siento tranquila") o a la comida demasiado. O me ata a las harinas, que son las que hacen la adicción básica: galletitas, pizzas, empanadas. La grasa no entra sola. ¿Quién maneja el vehículo por el cual entra al cuerpo? La harina. Para mí es el gran enemigo.

¿Cómo sostener esta energía que dan los hidratos?

Los hidratos te sacan energía. Las harinas y los azúcares, en general, te dan una energía rápida y una caída rápida de esa energía. Las harinas son peligrosas en la medida en que están al alcance de todo el mundo, en cualquier lugar. Son muy baratas y todo tiene harina. El sandwich tiene harina, el pan, la galletita. Vos abrís un paquete de galletitas, no tenías ganas de comer, comiste una y al rato va la otra.

Doctor, no puedo imaginar la vida sin harinas. Me parece triste.

Usted tiene un concepto de la alegría y la tristeza que tenemos que conversar de otra forma, señorita (risas). Si su vida pasa por la harina...

No, no pasa por la harina. Pero, no puedo imaginar una vida sin pan (risas).

Tampoco proponemos una vida sin pan. Sólo despegar al paciente de las harinas en una primera etapa.

Los últimos estudios de longevidad dicen que cada vez hay que comer menos para vivir más.

Exactamente, porque descansan los órganos, porque no sobrecargas al hígado, alivianás el peso, le das menos trabajo a un organismo que está cansado y lo intoxicás menos de comida, comida que en gran parte no se sabe cómo está hecha. Aunque elijas alimentos de la mejor calidad, tendrías que criar vos tus propios pollos, pescados y todo lo demás. A mayor edad, más diabetes, más hipertensión, más accidentes cerebrovasculares, más arterias débiles. Entonces hay que quitar todo lo que sea grasa. Cuanto más grande es uno, más flaco tiene que estar. El efecto de la grasa en un cuerpo golpeado por los años es mucho más grave que en un joven. Está demostrado que los que vivieron 100 años comían entre 600 y 1000 calorías.

¿Quiénes dan más trabajo o son más perseverantes? ¿Las mujeres o los hombres?

Los hombres son más drásticos. Dicen: "Me las tomo y me voy a comer el asado." Las mujeres dan más vueltas. A los hombres, cuando se quedan, les da vergüenza fracasar. El machismo, el amor propio, tienen menos problemas hormonales, no tienen los famosos ciclos. El hombre tiene testosterona, que es lipolítica, es una hormona masculina que ayuda a quemar grasa. Además, él tiene más músculo. Es más fácil para el hombre. También él es más omnipotente y se las trata de arreglar solo y así es cómo engorda 40 ó 50 kilos. El hombre tiene que aprender de esa humildad femenina de quedarse y depender. Depender sanamente, para no depender en forma libre de una comida que lo está matando.

¿Cómo es el ciclo de la dieta?

Primero se hace una dieta de bajas calorías. Después se puede pasar de 600 a 800 calorías, de 800 hasta 1000. Buscamos el peso lo más cercano al ideal. No hay que cargar al paciente con el estigma de que el gordo no puede ser normal. El gordo alguna vez fue flaco y quiere volver a ser lo que fue. Luego hay que pasar una etapa de mantenimiento. Participa en grupos, donde se escuchan entre todos.

¿Cuánto es lo máximo que llegó a tener a un paciente?

Tenemos de 20, 25 años.

Como el resto de los adictos, ¿los adictos a la comida necesitan estar cerca de un terapeuta?

Tiene que estar cerca de un compañero, de alquien que esté en la misma, con un médico que lo entienda. O con un grupo que pueda sostenerlo en su delgadez. ¿Se puede generar una dependencia patológica con el grupo?

Deprime lo que cuenta el gordo de su pasado. Por eso buscamos grupos positivos. A la persona dramática, la levanto. A la persona canchera, la bajo un poquito. Y eso hacemos todos. Acá hay una obediencia innata, porque la dieta es fácil, no da hambre. Si no yo estaría loco peleándome con la gente y estoy lo más tranquilo. Si tuvieran hambre, estarían furiosos.

¿Y qué pasa con la falta de energía?

Tienen vitaminas, toman minerales, aminoácidos, calcio.

¿Y qué ocurre con los pacientes que no quieren hacer ningún tipo de actividad física?

Los dejo, los acompaño. La actividad física puede sostener un mantenimiento seguro, pero no ayuda tanto a bajar de peso. Y al revés, la actividad física intensiva no implica que después no vayas a comer para compensar. Está lleno de gordos trotadores y muy pocos dietarios gordos.

¿Cómo hace para tolerar la frustración? Supongo que eso es lo que debe sentir cuando un paciente vuelve a engordar.

Hay que tener tolerancia a la frustración. Pero como yo no la tengo, inventé este grupo. Me gusta que las cosas me salgan bien, no me gusta vivir para el fracaso (risas). Desde chico tuve tendencia al liderazgo y para que me respeten se necesita carisma y dedicación. Más que frustración, me da dolor cuando vuelve a engordar. Entonces le digo: "******, ¿por qué no me llamaste antes?". Lo tranquilizo.

¿Alguien puede terminar "Ravenna-dependiente"?

Ravenna tiene su propia vida. Acá no se trabaja para la clínica o para Ravenna, sino para los pacientes. Hoy es Ravenna, mañana es cualquier otro. Si te hago bien, es saludable.

¿Por qué es tan difícil sostener una dieta?

¡¡Uh!! Porque es contranatura, porque la presión de la comida es muy fuerte, porque el medio hoy es mucho más adverso que en los 70, cuando apenas había un 15% de gordos. El que adelgazaba se sumaba a un mundo de delgados. Hoy cuando un gordo baja, entra como flaco en un mundo de gordos porque todos están engordando. El bombardeo de los supermercados, el delivery, las comidas procesadas, la variedad de golosinas, el encierro, el peligro de estar en la calle, la no bicicleta. La heladera es el dealer de la droga. El hombre llega estresado y va a la heladera. La mujer que tiene frustraciones, abre la heladera. Donde no hay oferta en exceso, no hay demanda. Donde no hay consumo, no hay adictos.
Máximo Ravenna. "Se trata de una dieta estricta e hipocalórica. Se consumen unas 600 calorías por día -una persona de 70 kilos tiene un gasto metabólico basal, estando en reposo, de unas 1800 calorías diarias- por un tiempo prolongado. Así, el descenso está asegurado. Pero teniendo una vida social es casi imposible seguirla porque no se puede comer lo mismo que el resto. Además, exige un seguimiento semanal y reuniones de grupos de apoyo. También se suplementa con vitaminas y minerales porque no cubre los requerimientos de nutrientes y micronutrientes. Pero lo peor es que no educa al paciente, que abandona porque llega al hartazgo y vuelve a comer", afirma Banzas.

PILAS CON ESTA ULTIMA SEGUN LO QUE HE INVESTIGADO ESTA ES UNA DIETA MUY ESTRICTA, TE SUGIERO VISITES A UN ESPECIALISTA

2006-09-04 04:56:54 · answer #1 · answered by ? 6 · 1 0

y si se la pides a Ravenna?

2006-09-04 11:55:07 · answer #2 · answered by Angelorum 6 · 0 3

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