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DOCUMENTO 53
LA REBELIÓN DE LUCIFER
LUCIFER era un brillante Hijo Lanonandek primario de Nebadon. Había servido en muchos sistemas, había sido un consejero elevado de su grupo, y se distinguía por su sabiduría, sagacidad y eficiencia. Lucero, o sea, Lucifer era el número 37 de su orden, y cuando fue comisionado por los Melquisedek, se le distinguió como una de las cien personalidades más hábiles y brillantes entre más de setecientos mil de su tipo. Desde comienzos tan magníficos, a través del mal y del error, abrazó el pecado y ahora se lo numera como uno de los tres Soberanos del Sistema en Nebadon que sucumbieron al impulso del yo y se rindieron a los sofismas de la libertad personal espuria —el rechazo de la lealtad universal y el descuido de las obligaciones fraternales, la ceguera a las relaciones cósmicas.
En el universo de Nebadon, el dominio de Cristo Micael, hay diez mil sistemas de mundos habitados. En toda la historia de los Hijos Lanonandek, en todo su trabajo a través de estos miles de sistemas y en la sede central del universo, tan sólo tres Soberanos de los Sistemas han sido hallados en desacato al gobierno del Hijo Creador.
1. LOS LÍDERES DE LA REBELIÓN
Lucifer no era un ser ascendente; fue un Hijo creado del universo local, y de él se dijo: «Perfecto eras en todos tus caminos desde el día en que fuiste creado hasta que se halló en ti injusticia». Muchas veces había estado en consejo con los Altísimos de Edentia. Y Lucifer reinaba «sobre la montaña sagrada de Dios», la montaña administrativa de Jerusem, porque era el ejecutivo en jefe de un gran sistema de 607 mundos habitados.
Lucifer era un ser magnífico, una personalidad brillante; estaba junto a los Padres Altísimos de la constelación en la línea directa de la autoridad universal. A pesar de la transgresión de Lucifer, antes del autootorgamiento de Micael en Urantia, las inteligencias subordinadas evitaron faltarle al respeto y desdeñarlo. Aun el arcángel de Micael, al tiempo de la resurrección de Moisés, «no emitió juicio contra él, sino que simplemente dijo: 'el Juez te reprenda'». El juicio en tales asuntos pertenece a los Ancianos de los Días, los gobernantes del superuniverso.
Lucifer es ahora el Soberano caído y depuesto de Satania. La autocontemplación es sumamente desastrosa, aun para las personalidades excelsas del mundo celestial. De Lucifer se dijo: «Tu corazón se enalteció por tu hermosura; tu esplendor corrompió tu sabiduría». Vuestro antiguo profeta vio este triste estado cuando escribió: «¡Cómo caíste de los cielos, O Lucero, hijo de la mañana! ¡Cómo has sido derribado, tú que te atreviste a confundir a los mundos!».
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Muy poco se oyó acerca de Lucifer en Urantia debido al hecho de que asignó a su primer ayudante, Satanás, para abogar por su causa en vuestro planeta. Satanás formaba parte del mismo grupo primario de Lanonandek pero no había actuado nunca como Soberano del Sistema; participó plenamente en la insurrección de Lucifer. El «diablo» no es sino Caligastia, el Príncipe Planetario depuesto de Urantia y un Hijo de la orden secundaria de Lanonandek. Cuando Micael estaba en Urantia en la carne, Lucifer, Satanás y Caligastia se aliaron para precipitar el fracaso de la misión de autootorgamiento. Pero claramente fracasaron.
Abadón era el jefe del séquito de Caligastia. Siguió a su jefe en la rebelión y desde entonces ha actuado como jefe ejecutivo de los rebeldes de Urantia. Beelzebú era el líder de los seres intermedios desleales que se aliaron con las fuerzas del traicionero Caligastia.
El dragón se volvió finalmente la representación simbólica de todos estos personajes malvados. Cuando triunfó Micael, «Gabriel bajó de Salvington y encadenó al dragón (todos los líderes rebeldes) por una edad». De los rebeldes seráficos de Jerusem se ha escrito: «Y a los ángeles que no mantuvieron su estado primario sino que abandonaron su propia morada, aseguró con fuertes cadenas de oscuridad hasta el juicio del gran día».
2006-07-23
13:43:36
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MIGUEL S
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