¡De pachanga en la Foxilandia que, como brumoso espejismo, se va difuminando con celeridad ante la hirviente realidad de un país que huele a gases lacrimógenos y enseña con impudicia un paisaje pisoteado con botas militares y toletes por doquier, en medio de penales pletóricos de presos políticos y disidentes suyos en todas partes! Pero eso, casi ya no debería importarnos, si no fuera porque queda pendiente el larguísimo expediente judicial que, en cualquier nación elementalmente democrática, como la que México no es, debiera fincarle al autista Fox en retirada, responsabilidades penales por tantos y tan graves delitos a favor del cínico empresariado oligárquico nacional y extranjero hartado de prerrogativas para su acumulación capitalista.
2006-11-28
09:44:01
·
9 respuestas
·
pregunta de
Anonymous