LA HERENCIA
Claude había dejado Francia por problemas políticos, dejó a sus hermanos la casa de la campiña francesa a fines del año mil ochocientos.
Muchos huían por la misma causa, otros murieron defendiendo sus ideales.
Claude abordó una embarcación que lo llevaría a otras latitudes del planeta, en su equipaje llevaba lo indispensable, agregó algo de dinero para vivir los primeros meses, su madre que era la única que sabía , su destino le regaló un diccionario de palabras castellanas.
En el bolsillo de la maleta aprisionó los recuerdos.
El viaje duraría más de un mes, en ese tiempo podría aprender algo del nuevo idioma de la tierra elegida.
Los días a bordo eran infinitos, le gustaba levantarse al amanecer , para admirar cuando el sol salía de las aguas transformando los rosas del firmamento con sus destellos de oro.
Las noches eran oscuras, el océano mostraba su oscuridad y bravura.
Habían transcurrido varios días, el barco haría su primera escala en una isla, allí conoció a Lara que viajaría junto a sus padres al norte de Argentina.
Cuando la vio su corazón dio un vuelco, surgió el amor, solo tenían un obstáculo, el se establecería en lo que hoy conocemos como Villa la Angostura.
Antes de llegar a la nueva tierra decidieron casarse.El capitán de la nave celebró la ceremonia, eligieron como testigos a parte de la tripulación.
Poco tiempo después de llegar a tierra, construyeron su nido de amor, una casa amplia y sencilla, cercana a un lago.
Las cenizas volcánicas ayudaban a crecer las rosas que adornaban el jardín de la casa, allí veían crecer a sus hijos, una tarde decidieron dejarla como herencia a sus vástagos, conocieron a sus nietos, cada nacimiento era una confirmación del amor que ellos se prodigaban.
La casa se ampliaba cuando llegaba un nuevo integrante a la familia.Hoy nació Marcia, una niña de rulitos dorados, tiene los colores del mar en sus ojos, descansa en un moisés,su madre preparó el cuarto de esta niñita que inicia la quinta generación de mujeres nacidas en ese paraje de ensueño.
Las cortinas almidonadas son las mismas que bordó su abuela cuando vino a la vida su madre.
Cuando esta bebita sea más grande, conocerá que es la quinta generación de mujeres nacidas en esta orilla del mundo.
Duerme tranquila, en unos años recibirá la herencia de amor que comenzó hace más de un siglo,lejana en el tiempo.
2007-12-15
11:49:34
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pregunta de
Sonia
7
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Poesía