Me contaba mi abuelo como se tragaba las lagrimas cada mañana, al oír las descargas que "limpiaban a España" de la mala simiente. Era junto a las tapias del Cementerio, en el corazón mismo de un Madrid que resistió hasta el último cartucho, bajo la bendición complacida de una Iglesia que siempre gustó de poner palio a las dictaduras.
Quedan para la Historia los campos de Aragón regados de sangre, la Extremadura en llamas al paso de la "Legión Victoriosa", Valencia rendida al infame rebelde, entregando los restos moribundos de la España que un día quiso ser República.
Y me sirven cada mañana un desayuno de propaganda nacionalista, con Franco reencarnado en las siete furias de la España castellanohablante y opresora. Exigen que los nietos de aquella República vencida heredemos las culpas de quienes arrodillaron a nuestros abuelos. Nosotros somos los "fatxas" y ellos la heroica descendencia de aquella retaguardia que combatió a Franco matándose a osti@s en las calles de Barcelona.
2007-03-07
20:22:24
·
6 respuestas
·
pregunta de
Anonymous
en
Política