ORACIÓN POR LA PAZ EN ORIENTE PRÓXIMO
Señor, Dios nuestro y Dios de nuestros padres, Rey del universo, y Dueño de todas las criaturas, Amo de la Vida y Generador de la Paz, ¡Bendito sea Tu Santo Nombre para siempre jamás!
Los ángeles en las alturas anuncian la Gloria de Tu Majestad y tu pueblo, Israel, a tus pies prosternado te implora humildemente para que en este momento olvides sus pecados y sus fallos, que no recuerdes ni sus errores ni sus transgresiones, y consideres únicamente su largo camino a lo largo de los siglos y de los sufrimientos, siempre con inquebrantable fidelidad a tu culto y a la sagrada Torá que le diste en heredad.
Te lo ruego, Señor, con corazón sincero y alma repleta de esperanza, dígnate prestar oído complaciente a la súplica que Israel te dirige por mi boca y acogerla con benevolencia y misericordia como si de incienso puro se tratara.
Concédeme, Señor, en tu infinita bondad y en tu inagotable indulgencia, la merced de purificar mis labios para que mi rezo sea presentado ante Tu trono y Te sea grato, pues no procede de afanes egoístas sino de un deseo de justicia y de la luminosa solidaridad.
Vengo ante Ti en nombre de nuestros Patriarcas, en nombre de mi antepasado el rey David, que ungiste con aceite, escogido para guiar a tu pueblo, en nombre de su hijo, Salomón, heraldo de la paz, en nombre de nuestros profetas, de nuestros sacerdotes, de todos los justos y de todos los mártires que honraron Tu divinidad y en nombre de mi esposo, que resplandece en Tu seno, pidiendo que nos agracies a nosotros y a todos los pueblos asentados en Eretz Israel, en tierras colindantes, en todo Oriente Próximo y en todo el planeta, con el supremo don de la paz, el bendito Shalom.
Tu creaste los cielos al poner la paz entre el fuego y el agua, Tú pusiste Tu arco en el cielo como señal de paz para todas las generaciones después del Diluvio. Tú sólo aceptaste que te construyera un templo en Yerushalayim, la ciudad de la paz, el rey Salomón, porque él nunca hacía la guerra. Tú ordenaste a los sacerdotes aharonitas que bendijeran a tu pueblo con la paz.
Tú eres el Creador de la Paz.
Te pido la paz, Padre Todopoderoso, no sólo para nosotros los judíos, sino para todos cuantos nos rodean. No te pido la paz que impone el vencedor al derrotado: te pido la paz de los hermanos que se reconcilian en medio del regocijo y la concordia.
En estas fechas invernales, cuando la luz, después de alcanzar el punto de su mínima intensidad, empieza a crecer de nuevo, celebramos el final de una guerra atroz, ocurrida hace más de dos mil años. Los paganos habían profanado Tu santo Templo, pero permitiste que nuestro pueblo, guiado por los hermanos macabeos, se librase del opresor y volviera a vivir en paz. Desde entonces encendemos velas durante ocho días para celebrar el milagro que obraste al hacer que ardiera durante ocho cías en el candelabro el aceite preparado para uno solo. Tenemos en el fondo del corazón este frasco de aceite sagrado que puede encender la gran menorá (lámpara) de la fe. Te rogamos que vuelvas a obrar el milagro y que este frasquito encienda la luz y la mantenga viva por los siglos de los siglos.
Te ruego que, con esta luz que crece y crece de día en día, cada uno de nosotros vea en el otro a un ser humano que goza y padece como él para que dejemos de tenernos miedo los unos a los otros, para que lleguemos a decirle: “Si no sabemos compartir, entonces, Señor, déjales todo a ellos y nosotros volveremos a esperar”, porque si todos los pueblos podemos decir estas palabras con sinceridad, habrá paz.
Danos, Señor, danos esta paz que es rocío y sonrisa de Tu eterno Amor y Tu perpetua bondad.
Acoge favorablemente esta oración, Padre que reinas en los Cielos, Tú que eres Uno por toda la eternidad.
¡Amén y amén!
CRISTINA MALCAH CANALI
Madrid, 22 de diciembre de 2003
Víspera del 28 de Kislev de 5764
Cuarta vela de Janucá
Leido en Madrid, en la clausura del foro realizado
por el Comité Internacional por la Paz
2006-11-20
11:52:44
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3 respuestas
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pregunta de
Morgan
2
en
Religión y espiritualidad