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Tengo entendido que incluso la iglesia católica, al menos en sus principios (y saliéndonos de la fantasía bíblica para entrar en la realidad histórica) no tuvo problema con la homosexualidad... ¿qué fue la chispa que lo arruinó todo?

2007-03-25 23:42:31 · 10 respuestas · pregunta de der Sklave 1 en Ciencias sociales Sociología

10 respuestas

Es intrínseca a la tradición judeocristiana. Todas las religiones monoteístas tienen los mismos vicios. Cristianismo, judaismo e Islam hacen lo mismo. Prohiben o restringen el sexo, porque el sexo hace libres a las personas. La estúpida moral de estas religiones nos hace retrógrados no sólo por el tema de la homofobia. Hay tantos. No hace mucho que la Iglesia despotricaba contra las parejas de hecho o el uso del preservativo. A mí esa moral de esclavos no me dice nada.

2007-03-25 23:51:37 · answer #1 · answered by fido 4 · 2 0

Con el catolicísimo en el siglo I y II d.c. ! para evitar las enfermedades que hacían morirse a mucha gente, y establecer la familia, madre, padre hijo!
En la época antigua en Grecia por ejemplo la homosexualidad era muy común, los hombre se acostaban con mujeres solo para la fecundación

2007-03-26 07:37:14 · answer #2 · answered by Celestina 4 · 1 0

Ha habido muchas sociedades que no han experimentado la homofobia y que han aceptado la homosexualidad como algo natural.
Cuando los españoles llegaron a América se encontraron que los arahuacos, los caribes, los cunas, los yungas y muchos otros pueblos indígenas aceptaban a los homosexuales. Pero ¡Los aztecas y los incas, no! Esto me hace suponer que la homofobia va ligada al imperialismo.
En el viejo continente, sabemos que en China, Persia, la Hel.lade (antigua Grecia), etc. la bisexualidad era corriente.
Que yo sepa Sócrates se enfrentó a la pedofilia masculina y Platón (en contra de lo que cree mucha gente) también insistió en que la sexualidad sólo fuera heterosexual y con el fin exclusivo de la reproducción.
El cristianismo se fue volviendo cada vez más homofóbico a medida que alcanzaba popularidad entre los esclavos y las mujeres, sectores que en el Imperio Romano estaban sometidos a toda clase de abusos por parte de los varones dominantes.
Un libro que lo explica muy bien, es "Porneia. Del dominio del cuerpo a la privación sensorial", de Aline Rousell. Ediciones Península.

2007-03-26 07:22:28 · answer #3 · answered by Anonymous · 1 0

y en que peli del Spilberg pasa eso..

2007-03-30 03:30:28 · answer #4 · answered by Anonymous · 0 0

me gustan todas las respuestas y asi es la homofobia nace de la ignorancia porque debe haber libertad de eleccion sexual y con respeto hacia los demas se puede existir pacificamente

2007-03-28 14:13:18 · answer #5 · answered by lamexicana2727 6 · 0 0

La inquisición. Un saludo.

2007-03-26 13:59:16 · answer #6 · answered by Da Vinci 7 · 0 0

Ninguna religión ( hay cultos que si pero religiones no) aceptan la sexualidad como placer, solo es aceptada como ritual para llegar a la procreación. Por lo tanto como la finalidad del sexo es engendrar hijos, la homosexualidad es considerada un "pecado" "sacrilegio"... y demás barbaridades. Si a eso le sumamos que la política y la religión casi siempre necesitan la una de la otra, nos da como resultado la homofobia.

2007-03-26 08:05:00 · answer #7 · answered by Anonymous · 0 0

La Homofobia en algunas culturas

Algunas identidades culturales mantienen cierto grado de homofobia, lo que implica que la homosexualidad no sea aceptada como condición sexual natural de una persona.

Es el caso del Cristianismo, el Judaísmo y el Islam. Según sus creencias, esta orientación sexual se considera como un pecado mortal. En la primera la iglesia católica condenaba a los homosexuales durante la Edad Media, aunque en la actualidad todavía sigue existiendo este prejuicio dentro de la Iglesia ya que algunos sacerdotes homosexuales han sido excomulgados. Esa misma tradición ha seguido también la Iglesia Ortodoxa y las sectas Protestantes, que hasta el día de hoy mantienen estos prejucios (sobre todo en la última, donde no existe el respeto a las demás identidades culturales). En el caso del Islam, en países donde se profesa esta religión se han aplicado legislaciones para penalizar la homosexualidad, y son pocos los países islámicos que no la penalizan debido también a su sistema democrático y el respeto a otras identidades culturales.

Además, en la mayor parte de las culturas precolombinas los homosexuales eran respetados antes de la llegada de los europeos al continente americano. No obstante, en otras culturas ya existía la homofobia, como es el caso de los aymaras donde se habla muy poco de este tema y se equipara con la infidelidad. Ciertas comunidades con prejuicios igualan los homosexuales a los infieles, que son castigados con penas severas y expulsados de los rituales.

Política
Este fenómeno se hace presente en la política de algunos gobiernos autoritarios. El autoritarismo y el patriarcado muchas veces se relacionan de una forma simbiótica, y frecuentemente van de la mano con la religión. En numerosas dictaduras, como la de Franco en España, Hitler en Alemania, o la Argentina del Proceso de Reorganización Nacional, y, en menor medida, la de Pinochet en Chile, se ha perseguido sistemáticamente a gays y lesbianas, con especial énfasis en los transgénero. También el gobierno cubano de Fidel Castro, catalogado como dictatorial por sus opositores, fue especialmente duro con la población homosexual hasta las últimas décadas, en que la presión internacional, especialmente de los países europeos, ha hecho que se ablande esta política, sin llegar a ser favorable a los homosexuales.

Un caso como los anteriores fue durante el franquismo, con la complicidad del fascismo y la Iglesia Católica. Francisco Franco otorga a las autoridades eclesiales el control de la moral pública y privada, que incluye una ética sexual represiva hacia cualquier desviación sobre el modelo imperante de lo masculino o lo femenino. Así, los hombres que eran culpados de homosexualidad eran enviados a realizar trabajos forzados. Fernando Olmeda, en El látigo y la pluma: homosexuales en la España de Franco, narra parte de esta historia de complicidad y cuenta cómo «el teólogo José González Ruiz, autor de Otra Iglesia, para otra España, acuña el término "nacionalcatolicismo" para denominar el maridaje entre la espada y la sacristía».

Un esquema semejante de control gubernamental-religioso sucede durante la dictadura militar en Chile y en México, aunque menos violento, durante el gobierno de más de 70 años del PRI, y el más reciente gobierno del PAN, donde sonados personajes como el Secretario de Salud Córdoba Villalobos hacen declaraciones con claros tintes homofóbicos.

Democrático
A pesar de ser democráticos, muchos países de América Latina tenían leyes que penalizaban la homosexualidad, como en los casos de Ecuador y Puerto Rico. En este último las decisiones de el Tribunal Supremo de los Estados Unidos también se aplicaban en la isla, por lo cual las leyes estatales que penalizaban la homosexualidad fueron declaradas inconstitucionales tras el caso Lawrence v. Texas. Ambos países, Ecuador y Puerto Rico, han despenalizado la homosexualidad, y en Ecuador se han creado leyes para eliminar y sancionar la discriminación por orientación sexual. También en las Filipinas la homosexualidad era castigada, pero dicha penalización quedó invalidada después de una reforma política constitucional. Las Filipinas, país de raíces hispanas, ha sido junto a Taiwán, China, Camboya, Tailandia, Indonesia, entre algunos otros de la región, uno de los primeros en reconocer los mismos derechos a personas de orientación sexual distinta, tendiendo a eliminar la discriminación.

Actualmente el único país de América Latina que es democrático y declara la homosexualidad como delito es Nicaragua.


La Homofobia a lo largo de la Historia

Sodomía
La sodomía en la Edad Media y en la Edad Moderna incluía a diversos actos contra natura, pero principalmente era empleado en el caso del sexo anal. El origen del término está en la Biblia, en la historia de Sodoma y Gomorra. La identificación del «Pecado de Sodoma» con el sexo anal y no con la lujuria en general se documenta por primera vez en San Agustín (354-430). No será hasta el siglo XI que aparezca la palabra «sodomía» en el Liber Gommorrhianus del monje benedictino Petrus Damianus, para el que la palabra incluía todas aquellas actividades sexuales que no servían para la reproducción. Debido a que las palabras para denominar la homosexualidad no apareció hasta el siglo XIX, se empleaba el término sodomita para denominar a los hombres que tenían relaciones sexuales con otros hombres. Las lesbianas eran ignoradas en gran medida, aunque mujeres que practicasen el sexo anal también caían bajo este epíteto.

Las primeras persecuciones de homosexuales por sodomía son de mitad del siglo VI, cuando el emperador bizantino Justiniano I y su esposa Teodora prohíben los «actos contra natura» por motivos políticos, amparándose en razones religiosas. La ley preveía el como castigo la castración y el paseo público por las calles. No hay pruebas de que la iglesia ortodoxa jamás apoyara el edicto.

Hasta el siglo XIII la sodomía no era castigada en la mayoría de los países europeos, no era más que de tantos pecados que parecían en los textos eclesiásticos. La actitud cambió en el transcurso de las cruzadas, en las que la propaganda anti-islámica identificaba a los musulmanes con sodomitas que violaban a obispos y niños cristianos. Poco después se identificaba la sodomía con la herejía y entre 1250 y 1300 se introdujeron leyes que castigaban con la muerte el pecado. Estas leyes se emplearon sobre todo como herramientas políticas, como fue el caso de los templarios o del asesinato de Eduardo II de Inglaterra, o en casos de peligrar la paz social, como en casos de violaciones o pederastia. En general, la homosexualidad estaba bastante extendida, siendo el elemento clave la discreción. En algunos lugares, como Londres y Amsterdam (en 1730 y 1733), se dieron olas de persecución contra los sodomitas.

En España se encargaban de los castigos los tribunales civiles de las ciudades, que hasta época de los Reyes Católicos castigaban con la castración o la lapidación[2], castigo que más tarde se modificaría por la quema en la hoguera para los casos más graves. La Inquisición española sólo se encargaba de juzgar la sodomía en la Corona de Aragón. En general, lo comentado para Europa es válido para España, con la diferencia de que no fueron las cruzadas sino la percepción de los reinos peninsulares musulmanes lo que llevó a identificar la sodomía con el islamismo y la herejía.

Las leyes contra la sodomía se mantuvieron en los países europeos y, en general, en las naciones occidentales hasta los siglos XIX y **. En Francia, las leyes contra la sodomía fueron anuladas durante la Revolución Francesa. En Inglaterra Enrique VIII de Inglaterra introdujo la Buggery Act en 1533, que castigaba la sodomía (llamada buggery) con la horca. La ley no fue eliminada hasta 1861. En Alemania el párrafo 175 no fue completamente abolido hasta 1994.

2007-03-26 06:49:43 · answer #8 · answered by Trastolillo 7 · 0 0

No se si ellos aceptaban la homosexualidad pero habria que indigar, pero lo que si es cierto es que hay mucha homofobia actualmente, porque es una desviacion sexual, respetandola esa opcion, hay mucha gente que no entiende esa opción. Yo soy contrario a ella pero respeto al que es homosexual, es su libertad claro.

2007-03-26 06:49:02 · answer #9 · answered by sannicolasweb01 2 · 0 1

Homofobia social y de Estado

Lorena Ríos y Teresa Martínez


Al amparo de la indiferencia de la sociedad y autoridades, la comunidad gay es víctima constante de discriminación, rechazo y extrema violencia. Por su preferencia sexual no pueden unirse en matrimonio ni adoptar hijos o cambiar de identidad. Aunque han ganado espacios, falta mucho por recorrer.

El papa Benedicto xvi da el primer paso hacia lo que serán las bases de su pontificado. En un intento por acabar con la “desviación” o “el problema sicológico” de la homosexualidad, el jerarca aprueba una normativa que buscará a seminaristas homosexuales para evitar que lleguen al sacerdocio e incluso prohibirá el ingreso de gays a estas instituciones. Con esta medida, Joseph Ratzinger da muestra clara de la mano dura que la Iglesia pondrá a los temas más sensibles de la sociedad moderna.
El problema de esta medida, afirma Roberto Blancarte, especialista en temas religiosos de El Colegio de México, es que la Iglesia católica considera la pedofilia como resultado de la homosexualidad y se les convierta en los “chivos expiatorios”, cuando no necesariamente los homosexuales son pederastas ni están impedidos para los votos de castidad y ejercer el sacerdocio.
Peor aún, en un intento por acabar con los escándalos de pederastia, la Iglesia católica responde de manera negativa a una sociedad que requiere de mayor sensibilidad hacia esos temas, agrava el problema de las vocaciones sacerdotales y avala una actitud segregacionista que durante años se ha intentado eliminar de la sociedad en general.
Aún sin la publicación del documento que avalará esta actitud homofóbica —el cual se espera sea oficial en noviembre—, los homosexuales en México ya libran una batalla por sus derechos fundamentales como el trabajo, salud, identidad e incluso la propia vida.

Discriminación y violencia
Una de estas historias que evidencia la problemática es la de Gilda Alexandra Saldaña, quien nace en el seno de una familia de militares, en un ambiente homofóbico y de intolerancia. Aunque desde los seis años supo que estaba atrapada en el cuerpo de un hombre, por temor aprendió a reprimir a la mujer que vivía en él. Su refugio fue el estudio, se graduó como ingeniero en electrónica, jugó futbol americano en la universidad, pero un día decidió dejar libre a su verdadera identidad.
Nada ha sido fácil. Perdió el trabajo y aunque tiene una especialidad en ingeniería biomédica, en las empresas cuando la ven con su aspecto femenino y sus documentos de varón le dicen que después le llaman o que ya está ocupada la plaza. Sabe que puede falsificar sus documentos para que sean congruentes con su nueva identidad, pero con el riesgo de ir a prisión, por lo que la única salida ha sido trabajar como asistente en una clínica veterinaria.
Eso no es todo, la homofobia, la transfobia, la discriminación y la violencia que puede culminar en homicidio son los riesgos a los que se enfrenta Gilda al igual que cerca de 10% de la población en México, que se calcula es homosexual. Un ejemplo de la gravedad del problema es el caso del sicólogo clínico y destacado activista por los derechos sexuales, Octavio Acuña Rubio, quien fue asesinado de seis puñaladas, cuatro en sus órganos vitales.
El hecho atrajo la atención internacional, pues Octavio Acuña y su pareja ya habían advertido este riesgo ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, pues fueron víctimas de discriminación y homofobia por policías locales. Como este activista, se calcula que 900 homosexuales han sido asesinados de 1997 a la fecha, sin que las autoridades hayan tomado en cuenta que se trata de crímenes de odio por homofobia.
El origen de la homofobia se encuentra en la ideología judeocristiana, donde se plantea que la sexualidad tiene como fin principal la reproducción y todo lo que sea contrario es malo, negativo, pecaminoso y reprochable, explica el director del Instituto Mexicano de Sexología, Juan Luis Álvarez Gayou.
En tanto, el director de Caleidoscopía y sexólogo, David Barrios Martínez, menciona que tiene una base profundamente irracional, no tiene lógica, además se vincula con la ignorancia. Dicha concepción está rodeada por falacias, tabúes y mitos sobre las orientaciones distintas a la heterosexualidad. “La gama de expresión de la homofobia abarca desde los chistes y bromas, burlas irónicas hasta los crímenes de odio”.
Y mientras en la ciudad de México ha quedado congelada la Ley de Sociedad de Convivencia, en España y Canadá ya se autorizan los matrimonios entre personas del mismo sexo. Asimismo en Holanda, Suecia y Estados Unidos los trámites para adoptar una nueva identidad no superan los 15 días, lo que significa que la sociedad mexicana está todavía muy lejos de que se respete el derecho a la diversidad sexual.

Extremo de la intolerancia
A pesar de años de lucha por el reconocimiento de sus derechos, la homofobia aún se hace evidente en todos los ámbitos. Pero los casos más graves son cuando la intolerancia llega a su máxima expresión: el homicidio con extrema violencia.
Al amparo de la falta de interés de la sociedad y las autoridades, en estos homicidios por odio contra ellos reina la impunidad, pues aunque son tan graves como el caso de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, Chihuahua, el mismo estigma social impide que se tome conciencia de la gravedad del problema, menciona Alejandro Brito Lemus, integrante de la Comisión Ciudadana contra los Crímenes de Odio por Homofobia (cccoh). En cada uno de los homicidios, señala, existe saña extrema y violencia de género, la cual pesa más que el odio hacia la orientación sexual.
Aunque no existe un registro oficial, los reportes de la cccoh indican que de 1995 a 2003 se encontraron 290 víctimas ejecutadas por odio homofóbico, de las cuales 38 ocurrieron en 1995; 42 en 1996; 37 en 1997; 47 en 1998; 26 en 1999; 23 en 2000; 19 en 2001; 40 en 2002, y 18 en 2003. De acuerdo con la investigación de las 290 víctimas 15 son mujeres y 275 hombres. Dado que se calcula que por cada asesinato por homofobia reportado existen por lo menos tres que nunca se denuncian, los crímenes podrían sumar cerca de 900 en los pasados nueve años.
El mayor número de casos sucedió en el Distrito Federal, pues los diarios reflejaron 126 homicidios, mientras que 62 ocurrieron en el Estado de México y 37 en Veracruz.
En la mayoría las víctimas fueron asesinadas con extrema violencia y saña, lo que refleja la necesidad sicológica del victimario de castigar a la víctima hasta el exterminio.
Además impera la indiferencia, desprecio y negligencia de las autoridades procuradoras de justicia debido a la homofobia institucional, coinciden Brito Lemus y la ex diputada Enoé Uranga Muñoz.
En el caso de agentes del Ministerio Público y policías, Alejandro Brito comenta que por el gran desinterés por investigar los homicidios la mayoría se catalogan como crímenes pasionales, sin llegar a la historia real. Además la impunidad ha amparado incluso la existencia de asesinos seriales en Colima y Chiapas.
Otro de los grandes problemas es la escasa denuncia, pues generalmente la familia ve terminado su mal o su vergüenza cuando el homosexual es asesinado.
A pesar de que en la cccoh se brinda asesoría jurídica y colaboran en el seguimiento, así como en la vigilancia de la actuación de las propias autoridades, muchas veces su labor se ve impedida cuando los familiares se niegan a otorgarles la coadyuvancia legal. Y aunque las parejas de las víctimas sí tienen interés, se ven incapacitados a otorgar tal autorización, pues no son reconocidos legalmente.
Brito Lemus plantea que los criminales ven a los homosexuales como entes débiles de quienes pueden aprovecharse, y aunque el motivo primario haya sido el robo, el victimario termina asesinándolo, pues piensa que no importa y que es vulnerable, pues por lo regular vive solo y aislado.
Los casos se agravan cuando los asesinos alegan que cometieron el crimen para vengar su honor. Incluso algunos jueces han hecho válido este argumento para disminuir las penas o liberarlos de toda culpa.
Para conocer la gravedad de los crímenes de odio hacia cualquier persona recomienda crear un instituto o comisión exclusiva para darle seguimiento a todos estos casos. Además considera que se debería tipificar como un agravante el odio y el prejuicio en la comisión del delito.

Malo ser gay, peor transexual
El trabajo por los derechos de los homosexuales ha dado pasos importantes, pero el camino aún es muy largo. Legalmente existe una discriminación por omisión contra ellos, pues aunque se pensara que algunos artículos pudieran ampararlos, el no nombrarlos los hace también objeto de arbitrariedades, discriminación y violación de sus derechos, coinciden Brito Lemus y Enoé Uranga, quien asevera que la homofobia de Estado ha impedido la legislación en la materia. Una muestra de ello ocurre en el Distrito Federal, donde presiones de la Iglesia católica y la poca rentabilidad electoral le impidieron al ex jefe de gobierno, Andrés Manuel López Obrador, cumplir su promesa de aprobar la Ley de Sociedades de Convivencia.
Pero la punta del iceberg son los transexuales, pues mientras que en la Unión Europea se permite el cambio de identidad y de género, en México el rechazo ocurre en todos los niveles, incluso entre ellos mismos, donde algunos piensan que los transexuales dan “mala imagen” al grupo.
La intolerancia es tal que en muchos reglamentos municipales y códigos civiles aún se penaliza que los hombres se travistan. En tanto, las mujeres son despreciadas y padecen burlas por querer hacerse pasar por machos.

Al margen de los servicios
En el terreno de la salud hay una negativa para proporcionarles servicios especiales e incluso atenderlos, pues la sociedad no ha entendido que la reasignación de su identidad es incluso más importante que su propia salud. No existen programas de seguridad social que incluyan las operaciones de reasignación de sexo ni aplicación de hormonas, por lo que está fuera de control y se convierte en un grave riesgo de salud.
Ante la imposibilidad legal de cambiar de identidad, muchos terminan por falsificar sus documentos y huir de su vida anterior. Un ejemplo es que la primera persona que recibió asilo por orientación sexual en Estados Unidos fue un transexual mexicano que huyó de Oaxaca porque su vida se hizo imposible al cambiar de identidad.
En materia de empleo aún están relegados a ciertas actividades. Pierden absolutamente todo al cambiar de identidad y a lo más que pueden aspirar es a trabajar en estéticas, bares, ejercer la prostitución o presentarse en shows travestis.

Origen de la homofobia
La homofobia violenta, la que hiere y mata, existe en todo el mundo. Esa situación condiciona a muchos a salir o no del clóset, dedicarse a una profesión u otra, decisiones que no dependen de sus gustos sino del grado de peligro que representan.
Aunque es un comportamiento, una preferencia que ha existido en la sociedad humana desde su origen, en la actualidad es vista por ignorancia como una “enfermedad” o “pecado”, de ahí que sean rechazados y relegados por la sociedad, y en mayor nivel las personas transexuales.
“Siempre ha existido una proporción de personas cuya atracción es más hacia su mismo género, se estima que entre 8 y 10% de la población en México”, plantea Juan Luis Álvarez Gayou, director del Instituto Mexicano de Sexología.
El sexólogo David Barrios comenta que existen tres subtipos de homofobia: la primera es social y cultural, y consiste en bromas y chistes al respecto. La segunda es la médica, donde se le considera un trastorno de conducta o una patología mental, lo mismo que se manejaba en el discurso médico en los siglos xviii y xix y fue hasta 1974 cuando fue desclasificada del manual de diagnóstico siquiátrico. La tercera es la homofobia interna, donde ellos mismos rechazan su condición.

Cultos alternativos
Lejos de considerar la autorización o tolerancia hacia las actividades homosexuales, la Iglesia la sigue tachando como una desviación. Aunque no considera pecado la atracción entre personas del mismo sexo, recomienda el voto de castidad.
Para corregir ese “desorden dirigido a una inclinación incorrecta”, la Iglesia apoya el Courage Latino, apostolado pastoral que pretende ayudarlos a cambiar su forma de vida mediante votos de castidad y sesiones de autoayuda.
Ante el rechazo de diversas religiones, algunos grupos tratan de cobijar espiritualmente a la comunidad homosexual. Así, los mormones cuentan con el cobijo de Afirmación México; los judíos con el de Sahlom Amigos, y los cristianos pueden refugiarse en Génesis, la Iglesia de la Comunidad Metropolitana, la Comunidad Cristiana de Esperanza, Otras Ovejas y Vida en Abundancia.

Económicamente atractivos
Dado que los homosexuales comúnmente no tienen hijos y gastan más en promedio que los heterosexuales, y una parte importante de su ingreso lo destinan a su persona, los empresarios ya voltearon los ojos hacia ellos. Se calcula que este mercado, en México puede representar unos cuatro mil millones de pesos anuales en rubros empresariales como viajes, ropa, muebles, entretenimiento y otros, a pesar de que según el Centro Nacional para la Prevención y Control del vih/sida (Censida) la población declarada gay es 5% del total, es decir, unos cinco millones de mexicanos.
Debido a la homofobia o el miedo a señalamientos no cuentan con suficientes servicios de la misma calidad que el resto de la población. Un ejemplo es la falta de lugares de turismo, centros de salud y recreación diurna exclusivos para ellos, pues en los sitios comunes son señalados y discriminados.

Matrimonios gay
Cinco años después de que Holanda se convirtiera en el primer país en aprobar la unión entre homosexulaes, legisladores del Partido Socialista Obrero Español y de otros aprobaron recientemente una ley que regula el matrimonio entre personas del mismo sexo. Además, con la eliminación del veto a este proyecto del Senado español, las 10 mil parejas tendrán la oportunidad de adoptar hijos.
Poco después en Canadá se desató la polémica cuando los legisladores lograron aprobar una ley que autoriza estas uniones y les permite la adopción.
En tanto, a dos años de haberse aprobado, en Bélgica se han registrado dos mil 422 uniones civiles de parejas homosexuales. Ahora lo que se discute es la adopción, pues los legisladores buscan
la manera de garantizar a los niños todos sus derechos.
A diferencia de lo que ocurre en esos países en México la marcha hacia estas medidas es muy lenta. En el df, por ejemplo, quedó en promesa lo que parecía una primera autorización legal de la unión homosexual, pues a pesar de que grupos civiles lograron que fuera retomada por el Partido de la Revolución Democrática y se convirtiera en una propuesta de ley llamada Ley de Convivencia, no ha podido ser aprobada.



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2007-03-26 06:55:22 · answer #10 · answered by Marc 3 · 0 2

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