1) Los Dispositivos intrauterinos (DIU), consisten en pequeños objetos de diferentes formas introducidos en el útero para modificar la estructura del endometrio e impedir la implantación del óvulo fecundado. Se consideran la actualización del antiguo proceder con las camellas antes de emprender una travesía por el desierto cuando le colocaban piedras, semillas u otros objetos en el útero para impedir un embarazo.
Se comienzan a usar desde 1902, en forma de anillo elaborado con hilos de seda, y setenta años después, en Australia, ya se mencionan los de segunda generación, específicamente los de cobre. En 1992 se combinan con anticonceptivos hormonales, lo que aumenta su eficacia y su acción prolongada y reversible.
Como ventaja ofrecen que no modifican el ciclo hormonal natural, y como inconvenientes el aumento de sangrado y molestias durante la menstruación.
Se consideran especialmente apropiados para aquellas mujeres que ya han tenido hijos y requieran de un método reversible de alta efectividad y larga duración, que no requiera de acciones diarias o para cada relación; si están lactando a su hijo o no tienen privacidad; aquellas a quienes se les haga difícil conseguir con regularidad los anticonceptivos; y las que prefieran no esterilizarse; o hayan adquirido alto riesgo en la utilización de los métodos hormonales por tabaquismo o enfermedad vascular periférica, por ejemplo.
Las contraindicaciones, de tipo permanente, son para las mujeres con cáncer de útero, de cuello o de ovarios, con anomalías internas que deforman la cavidad uterina e impidan la colocación del DIU o con enfermedades pélvicas inflamatorias, crónicas o recurrentes. Se debe evitar este método, transitoriamente, cuando haya sospecha de embarazo, si existe una enfermedad pélvica inflamatoria aguda, sepsis puerperal, alguna infección severa del tracto genital inferior, sangrado genital anormal, o cualquier infección de transmisión sexual, activa o reciente. También en mujeres con conducta sexual riesgosa o con parejas que tengan ese comportamiento.
2) Las píldoras por lo general son unas tabletas compuestas de hormonas, que pueden ser de estrógenos y progestágenos o de progestágenos solamente, que la mujer ingiere cíclicamente para impedir la ovulación. Tienen una alta eficacia, de ahí que unos 80 millones de mujeres usen este método.
Estos anticonceptivos orales producen un efecto protector contra el cáncer de endometrio y de ovario. Determinados medicamentos, como la tetraciclina, la ampicillina, y la rifampicina, disminuyen o suspenden su eficacia. Su mecanismo de acción comprende: la hipófisis, que inhibe de secreción de hormonas ováricas; las trompas, con una disminución de la secreción y motilidad; el endometrio, donde disminuye el glucógeno endometrial; el mucus cervical, que se hace más espeso y menos permeable; y en el interior de la vagina, donde provoca un aumento de leucocitos y disminuye la secreción.
Tienen la ventaja de regular los ciclos menstruales y no interferir en el coito.
Entre las desventajas pueden producir cefalea, náuseas, vómitos, aumento de peso, mayor riesgo de complicaciones cardiovasculares entre las fumadoras. No son recomendadas las píldoras combinadas cuando se padece de migraña.
Según criterios recientes de la OMS pueden utilizar este método sin restricción las mujeres desde la menarquia hasta los 40 años, de cualquier peso (incluidas las obesas) hayan tenido hijos o no. Aclara que se incluyen las que tengan antecedentes de embarazo ectópico o de preeclampsia, sangrado irregular, enfermedad pélvica inflamatoria, enfermedad benigna de mama, cáncer de endometrio y ovárico. También pueden utilizarlo con afecciones crónicas, como epilepsia, paludismo, tuberculosis y várices.
Serían los DIU una segunda opción, y con seguimiento médico, para las mujeres con más de 40 años, las fumadoras con menos de 35; y las que tengan determinadas condiciones cardiovasculares o enfermedades crónicas como la diabetes y la anemia de células falcifornes.
Nunca deben usar este método, aclara la OMS, las fumadoras excesivas, la mujer que padezca de cefaleas con síntomas neurológicos focales, o de cáncer de mama, la que tenga sospecha de embarazo, lacte con menos de dos semanas posparto, aquellas con daño vascular o, con antecedentes de cardiopatía isquémica, hepatitis activa, o diabetes por más de 20 años.
3) El preservativo es usado más frecuentemente por los hombres aunque se fabrican también para el sexo femenino. Su seguridad, lo fácil de utilizar, la prevención que ejerce sobre las enfermedades de transmisión sexual y el SIDA hacen que a principios del siglo XXI más de 45 millones de parejas lo elijan. Su función de barrera impide penetrar a los espermatozoides en el útero. El condón o preservativo masculino se coloca sobre el pene erecto antes de cada penetración. Puede fallar por su uso inadecuado o inconstante, ya que a veces causa disgusto la interrupción de la relación sexual para ponerlo o sencillamente se aduce falta de confiabilidad en la pareja.
Se considera una opción particularmente buena para los adolescentes y jóvenes, ya que esta es una etapa en la que generalmente no se utilizan otros métodos hormonales, ni dispositivos intrauterinos, y también porque pueden obtenerlo y utilizarlos sin que terceras personas lo conozcan. Algunos alertan a la posible irritación, alergia o hipersensibilidad al material o lubricantes con que están fabricados.
El condón femenino tiene un material y forma similar al preservativo masculino, y en sus extremos termina en forma de anillos, se sitúa en el interior de la vagina antes del coito.
4) La ligadura de trompas de Falopio esteriliza a la mujer de forma casi irreversible por un método quirúrgico que imposibilita el paso de los óvulos a través de las trompas y no interfiere la libido. Actualmente se emplean técnicas endoscópicas en la mayoría de las ocasiones. Su eficacia se sitúa por encima del 99,6%, pues una vez realizada la ligadura, la pareja puede tener relaciones sexuales completas sin riesgo de embarazo.
Se recomienda a las mujeres que han completado el tamaño deseado de su familia, y se indica a las que tienen un problema de salud que constituya un peligro en caso de embarazos futuros o impida utilizar otros métodos anticonceptivos, pero no es aconsejable en mujeres muy jóvenes.
5) La Vasectomía es el método quirúrgico utilizado en el hombre para obstaculizar los canales deferentes e impedir la salida de los espermatozoides, con una eficacia del 99%. A finales del siglo XX cerca de 42 millones de hombres en edad reproductiva habían seleccionado esta esterilización. Actualmente en varios países se ha implantado el método de vasectomía sin bisturí, más rápido y menos molesto.
Como ventajas se aduce que es eficaz y permanente, pero no se recomienda a varones muy jóvenes. Como ventajas se considera que puede realizarse ambulatoriamente, es más sencillo de realizar esta esterilización en el hombre que su equivalente en la mujer y es factible de comprobar sus resultados mediante análisis del semen. Se contraindica temporalmente ante la presencia de alguna infección en el área, y el médico debe valorar la presencia de hernia inguinal, gran varicocele, u otras afecciones concomitantes.
6) Las inyecciones anticonceptivas son preparados, que para las mujeres, al igual que las tabletas, contienen hormonas, bien progestágeno solo o una combinación de estrógenos-progestágeno. Se aplican periódicamente, (mensual, bimestral o trimestral) según el tipo de preparado y de forma intramuscular.
Son consideradas de alta eficacia y tienen efecto anticonceptivo prolongado, retornando la fertilidad al dejar de aplicarlas.
Como inconveniente tienen la posible aparición de irregularidad o suspensión de la menstruación, aumento de peso y en ocasiones trastornos nerviosos como la ansiedad.
También se utilizan las inyecciones de hormonas para hombres o vacunas anti-fecundidad que impiden al espermatozoide adherirse a la superficie del óvulo, y la interferencia química por el gosipol que se encuentra en el aceite de la semilla de algodón, el que no suprime la producción hormonal testicular pero sí la de espermatozoides.
7) Los implantes subdérmicos consisten en la colocación bajo la piel femenina, generalmente en la zona del brazo, de pequeñas cápsulas de silicona con un preparado hormonal que anula la ovulación con una alta eficacia. Existen varios tipos, el Norplant de seis cápsulas con validez para cinco años, y el Jadelle con dos cápsulas por tres años.
Entre sus ventajas está su efecto anticonceptivo prolongado, la recuperación de la fertilidad inmediatamente después de extraídos los implantes, y como inconvenientes se presentan irregularidades en el ciclo menstrual, aumento de peso y dolor de cabeza.
8) La interrupción del coito es un método muy antiguo de anticoncepción masculina. Consiste en retirar el pene de la vagina cuando el hombre siente la llegada del orgasmo para eyacular fuera de ella.
Su eficacia es baja, menos del 75%, pero es barato, asequible y sin contraindicaciones.
Su ventaja es que no requiere de procedimientos técnicos complicados y en general siempre puede hacerse, aunque para ejecutarlo el hombre necesita tener un gran dominio de sí mismo y muchas veces no favorece la satisfacción sexual de la pareja.
9) Los anticonceptivos vaginales comprenden los espermicidas, con diversas presentaciones, como cremas, toallas sanitarias, jaleas y supositorios vaginales; se usan poco antes del coito e inmovilizan los espermatozoides para impedir su llegada al útero.
Su eficacia es de un 80%. Son fáciles de usar, no tienen efectos colaterales y pueden utilizarse junto a otro método de barrera. No tienen contraindicaciones pero a veces producen ciertas reacciones alérgicas o de hipersensibilidad.
Otros son los anillos vaginales que liberan dosis fijas de progestágenos para inhibir la ovulación y deben retirarse no más de 6 horas después del coito. Tienen una alta tasa de fracasos y pueden causar reacción alérgica.
Y los diafragmas con tres tipos de presentación: resorte de alambre enroscado, resorte de alambre plano y resorte angulado. A veces su empleo resulta inoportuno y produce disminución de la excitación: pueden ocasionar coitalgia si es demasiado grande.
10) La abstinencia periódica, método usado ampliamente en el mundo, se basa en evitar el coito durante la parte intermedia (periovulatoria) del ciclo menstrual. Se asocia a la temperatura basal femenina, la sintomatología y filancia del mucus cervical, que aumenta y cristaliza como hojas de helecho durante los días ovulatorios.
Para realizar este método se calcula el periodo fértil del ciclo y durante este tiempo la pareja mantiene abstinencia.
Es barato, completamente inocuo, pero su eficacia no rebasa el 60% y trae insatisfacción sexual por el obligado cese de relaciones íntimas. Lo utilizan sobre todo parejas que por convicciones éticas o religiosas rechazan otros métodos.
11) La lactancia materna, además de aumentar la salud del bebé, ejerce efectos anticonceptivos y ayuda a espaciar los embarazos. Su efecto es mayor durante la amenorrea ligada al amamantamiento, resultante de la liberación de prolactina y endorfina (estimulada por la succión del pezón), que interfieren con las hormonas necesarias para la ovulación.
Si una madre ofrece a su hijo lactancia exclusiva, o casi exclusiva, y permanece en amenorrea, la protección contra el embarazo es del 98% de los casos en los primeros seis meses de posparto. El riesgo aparece o aumenta si transcurren más de medio año del parto, reaparece la menstruación o si la lactancia se complementa con otros alimentos.
Este método puede ser usado por todas las mujeres que amamantan, no requiere instrumental ni suministros y ofrece una protección inmediata después del parto.
12) Los llamados “de emergencia” o “poscoitales”, ya que su objetivo es evitar un embarazo no deseado después de un coito no protegido, se utilizan sólo en casos excepcionales y de ningún modo deben emplearse en forma habitual. Son: las píldoras anticonceptivas de emergencia (combinación de estrógeno y progestágeno o progestágenos solos, en dosis especiales) que se emplean en las primeras 72 horas posteriores al coito no protegido; y los DIU con cobre implantados antes de los cinco días.
La elección del anticonceptivo a utilizar para evitar un embarazo no deseado debe ser analizada por la pareja con la asesoría de su equipo de salud, para ello se tomará en cuenta la situación de salud de ambos miembros y los aspectos económicos, sociales, familiares y culturales presentes.
2007-03-12 05:22:33
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answer #1
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answered by María Jesús G 1
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