MartÃn Lutero, nacido como Martin Luder, después cambiado a Martin Luther, como es conocido en alemán (* Eisleben, 10 de noviembre de 1483 – † Ãbidem, 18 de febrero de 1546), fue un teólogo, fraile agustino y reformador religioso alemán, en cuyas enseñanzas se inspiró la Reforma Protestante. Inauguró la doctrina teológica y cultural denominada luteranismo e influyó en las demás tradiciones protestantes. Su exhortación para que la Iglesia regresara a las enseñanzas de la Biblia impulsó la transformación del cristianismo y provocó la Contrarreforma, como se conoce a la reacción de la Iglesia Católica Romana frente a la Reforma protestante. Sus contribuciones a la civilización occidental fueron más allá del ámbito religioso, ya que sus traducciones de la Biblia ayudaron a desarrollar una versión estándar de la lengua alemana y se convirtieron en un modelo en el arte de la traducción. Su matrimonio con Catalina Bora el 13 de junio de 1525 inició un movimiento de apoyo al matrimonio sacerdotal dentro de muchas corrientes cristianas.
Primeros años de vida:
Hijo de Hans y Margarette Lutero, MartÃn nació el 10 de noviembre de 1483 en Eisleben (Alemania), siendo bautizado el dÃa que se celebraba la festividad de San MartÃn de Tours. Su familia se trasladó en 1484 a Mansfeld, donde su padre dirigÃa varias minas de cobre. Habiéndose criado en un medio campesino, Hans Lutero ansiaba que su hijo llegara a ser funcionario civil, para darle más honores a la familia. Con este fin, envió al joven MartÃn a varias escuelas en Mansfeld, Magdeburgo y Eisenach.
En 1501, a los 17 años, Lutero ingresó en la Universidad de Erfurt, donde tocó el laúd y recibió el apodo de El filósofo. El joven estudiante recibió el grado de bachiller en 1502 y una maestrÃa en 1505, como el segundo de 17 candidatos [2]. Siguiendo los deseos de su padre, se inscribió en la Facultad de Derecho de esta universidad. Pero todo cambió durante una tormenta eléctrica en 1505. Un rayo cayó cerca de él mientras se encontraba de regreso de una visita a la casa de sus padres. Aterrorizado, gritó: «¡Ayuda Santa Ana! ¡Me convertiré en monje!». Salió con vida y abandonó la carrera de Derecho, vendió sus libros con excepción de los de Virgilio y entró en el monasterio agustino de Erfurt el 17 de julio de 1505.
Su vida monástica y académica:
El joven Lutero se dedicó por completo a la vida del monasterio, empeñándose en realizar buenas obras con el fin de complacer a Dios y servir a otros mediante la oración por sus almas. Se dedicó con mucha intensidad al ayuno, a las flagelaciones, a largas horas en oración, al peregrinaje y a la confesión constante. Cuanto más intentaba agradar a Dios, más se daba cuenta de sus pecados.
Johann von Staupitz, el superior de Lutero, concluyó que el joven necesitaba más trabajo para distraerse de su excesiva reflexión, y ordenó al monje que comenzara una carrera académica. En 1507 Lutero fue ordenado sacerdote, y en 1508 comenzó a enseñar teologÃa en la Universidad de Wittenberg. Lutero recibió su grado de bachiller en Estudios BÃblicos el 9 de marzo de 1508. Dos años después realizó una visita a Roma, regresando muy decepcionado. El 19 de octubre de 1512, MartÃn Lutero recibió el grado de Doctor en TeologÃa y el 21 de octubre de 1512 fue "recibido en el Senado de la Facultad de TeologÃa", dándole el tÃtulo de Doctor en Biblia. En 1515 fue nombrado vicario de su orden, quedando bajo su cargo once monasterios.
Durante esta época estudió el griego y el hebreo para profundizar en el significado y los matices de las palabras utilizadas en las Escrituras, conocimientos que luego utilizarÃa para la traducción de la Biblia.
TeologÃa de la gracia de Lutero:
Las ansias de obtener grados académicos llevaron a MartÃn Lutero a estudiar las Escrituras en profundidad. Influenciado por la vocación humanista de ir ad fontes («a las fuentes»), se sumergió en el estudio de la Biblia y de la Iglesia primitiva. Debido a esto, términos como la penitencia y la probidad tomaron un nuevo significado para Lutero, convencido ahora de que la Iglesia habÃa perdido la visión de varias verdades centrales que el cristianismo enseñaba en las Escrituras, siendo una de las más importantes de ellas la doctrina de la justificación sólo por la fe. Lutero empezó a enseñar que la salvación es un regalo exclusivamente de Dios, dado por la gracia a través de Cristo y recibido solamente por la fe [7].
Más tarde, Lutero definió y reintrodujo el principio de la distinción propia entre la Ley de Moisés y los Evangelios que reforzaban su teologÃa de la gracia. Como consecuencia, Lutero creÃa que su principio de interpretación era un punto inicial esencial en el estudio de las Escrituras. Notó que la falta de claridad al distinguir la Ley Mosaica de los Evangelios era la causa de la incorrecta comprensión del Evangelio de Jesús en la Iglesia de su época, institución a la que responsabilizaba de haber creado y fomentado muchos errores teológicos fundamentales.
La controversia por las indulgencias:
Además de sus deberes como profesor, MartÃn Lutero sirvió como predicador y confesor en la Iglesia de Santa MarÃa de la ciudad. También predicaba habitualmente en la Iglesia Castillo, llamada también "de Todos los Santos", debido a que tenÃa una colección de reliquias donde habÃa sido establecida una fundación por Federico III de Sajonia. Fue durante este periodo cuando el joven sacerdote se dio cuenta de los efectos de ofrecer indulgencias a los feligreses.
Una indulgencia es la remisión (parcial o total) del castigo temporal que aún se mantiene por los pecados después de que la culpa ha sido eliminada por absolución. En aquella época, cualquier persona podÃa comprar una indulgencia, ya fuera para sà misma o para sus parientes muertos que permanecÃan en el Purgatorio. El fraile dominico Johann Tetzel fue reclutado para viajar por los territorios episcopales del Arzobispado de Alberto de Maguncia promoviendo y vendiendo indulgencias, con el objetivo de financiar la edificación de la BasÃlica de San Pedro en Roma.
Lutero vio este tráfico de indulgencias como un abuso que podrÃa confundir a la gente y llevarla a confiar solamente en las indulgencias, dejando de lado la confesión y el arrepentimiento verdadero. Lutero predicó tres sermones contra las indulgencias en 1516 y 1517. Según la tradición, el 31 de octubre de 1517 fueron clavadas las 95 tesis en la puerta de la Iglesia-Castillo de Wittenberg como una invitación abierta a debatirlas. Las tesis condenaban la avaricia y el paganismo en la Iglesia como un abuso, y pedÃan una disputa teológica en lo que las indulgencias podÃan dar. Sin embargo, en ellas no cuestionaba directamente la autoridad del Papa para conceder indulgencias.
Las 95 tesis de Martin Lutero fueron traducidas rápidamente al alemán y ampliamente copiadas e impresas. Al cabo de dos semanas se habÃan difundido por toda Alemania y, pasados dos meses, por toda Europa. Este fue uno de los primeros casos de la Historia en los que la imprenta tuvo un papel importante, pues facilitaba una distribución más sencilla y amplia de cualquier documento.
Respuesta del Papado:
Después de hacer caso omiso a Lutero diciendo que era un "borracho alemán quien escribió las tesis" y afirmando que "cuando esté sobrio, cambiará de parecer" [9], el Papa León X ordenó en 1518 al profesor dominico de teologÃa Silvestre Mazzolini investigar el tema. Ãste denunció que Lutero se oponÃa de manera implÃcita a la autoridad del Sumo PontÃfice, al mostrar desacuerdo con una de sus bulas, por lo que declaró a Lutero hereje y escribió una refutación académica de sus tesis. En ella mantuvo la autoridad papal sobre la Iglesia y condenó cada "desviación" como una apostasÃa. Lutero replicó de igual manera y se desarrolló una controversia.
Mientras tanto Lutero tomó parte en la convención agustina en Heidelberg, donde presentó una tesis sobre la esclavitud del hombre al pecado y la gracia divina. En el curso de la controversia por las indulgencias, el debate se elevó hasta el punto de dudar del poder absoluto y de la autoridad del Papa, debido a que las doctrinas de "TesorerÃa de la Iglesia" y la "TesorerÃa de los Méritos", que servÃan para reforzar la doctrina y práctica de las indulgencias, se basaban en la bula Unigenitus (1343) del Papa Clemente VI. En vista de su oposición a esa doctrina, Lutero fue calificado de hereje, y el Papa, decidido a suprimir sus puntos de vista, ordenó llamarlo a Roma, viaje que no se realizó por problemas polÃticos.
Lutero, que antes profesaba obediencia implÃcita a la Iglesia, negaba ahora abiertamente la autoridad papal y apelaba a que se efectuara un concilio. También declaraba que el papado no formaba parte de la inmutable esencia de la Iglesia original.
Deseando mantenerse en términos amistosos con el protector de Lutero, Federico el Sabio, el Papa realizó un intento final de alcanzar una solución pacÃfica al conflicto. Una conferencia con el chambelán papal Karl von Miltitz en Altenburg, en enero de 1519, llevó a Lutero a decidir guardar silencio en tanto asà lo hicieran sus oponentes, escribir una humilde carta al Papa y componer un tratado demostrando sus respetos a la Iglesia católica. La carta escrita nunca fue enviada, debido a que no contenÃa retracción alguna. En el tratado que compuso más tarde, Lutero negó cualquier efecto de las indulgencias en el purgatorio.
Cuando Johann Eck retó a Carlstadt, un colega de Lutero, a un debate en Leipzig, Lutero se unió a este debate (27 de junio–18 de julio de 1519), en el curso del cual negó el derecho divino del solio papal y la autoridad de poseer el "poder de las llaves", que según él habÃa sido otorgado a la Iglesia (como congregación de fe). Negó que la pertenencia a la Iglesia católica occidental bajo la autoridad del Papa fuera necesaria para la salvación, manteniendo la validez de la Iglesia Ortodoxa de Oriente. Después del debate, Johann Eck aseguró que habÃa forzado a Lutero a admitir la similitud de su propia doctrina con la de Jan Hus, quien habÃa sido quemado en la hoguera.
La brecha se ensancha:
De esta forma, no habÃa esperanzas de paz. Los escritos de Lutero circulaban ampliamente por Francia, Inglaterra e Italia en 1519, y los estudiantes se dirigÃan a Wittenberg para escuchar a Lutero, quien publicaba ahora sus comentarios sobre la EpÃstola a los gálatas y su Operationes in Psalmos (Trabajo en los Salmos).
Las controversias generadas por sus escritos llevaron a Lutero a desarrollar sus doctrinas más a fondo, y su "Sermón en el Sacramento Bendecido del Verdadero y Santo Cuerpo de Cristo, y sus Hermandades" extendió el significado de la eucaristÃa para el perdón de los pecados y el fortalecimiento de la fe en aquellos quienes la reciben, apoyando además a que se realizara un concilio para restituir la comunión.
El concepto luterano de "iglesia" fue desarrollado en su Von dem Papsttum zu Rom (En el Papado de Roma), una respuesta al ataque del franciscano AugustÃn von Alveld en Leipzig (junio de 1520); mientras que su Sermon von guten Werken (Sermón de Buenas Obras), publicado en la primavera de 1520, era contrario a la doctrina católica de las buenas obras y obras de supererogación (aquellas efectuadas por encima de los términos de la simple obligación), mantenÃa que las obras del creyente son verdaderamente buenas en cualquier llamado secular (o vocación) ordenado por Dios.
Los tratados de 1520:
La Nobleza Alemana
La controversia en Leipzig (1519) hizo que Lutero tomara contacto con los humanistas, particularmente Melanchthon, Reuchlin y Erasmo de Rotterdam, y que mantuviera relaciones con el caballero Ulrich von Hutten, quien a su vez influenció al caballero Franz von Sickingen. Von Sickingen y Silvestre de Schauenburg querÃan mantener a Lutero bajo su protección, invitándolo a su fortaleza en la eventualidad de que no se sintiera seguro en Sajonia a causa de la proscripción papal.
Bajo estas circunstancias de crisis y confrontando a los nobles alemanes, Lutero redactó A la Nobleza Cristiana de la Nación Alemana (agosto de 1520), donde encomendó al laicado, como un sacerdote espiritual, la reforma requerida por Dios pero abandonada por el Papa y el clero. Por primera vez, Lutero se refirió públicamente al Papa como el Anticristo. [10] Las reformas que Lutero proponÃa no sólo se referÃan a cuestiones doctrinales, sino también a abusos eclesiásticos: la disminución del número de cardenales y demandas de la corte papal; la abolición de los ingresos del Papa; el reconocimiento del gobierno secular; la renuncia del papado al poder temporal; la abolición de los interdictos y abusos relacionados con la excomunión; la abolición del peregrinaje dañino; la eliminación del excesivo número de dÃas santos; la supresión de los conventos de monjas, de la mendicidad y de la suntuosidad; la reforma de las universidades; la abrogación del celibato del clero; la reunificación con los bohemios y una reforma general de la moral pública.
El Cautiverio Babilónico:
Lutero escribió polémicas doctrinales en el Preludio en el Cautiverio Babilónico de la Iglesia, especialmente con respecto a los sacramentos.
En lo que se refiere a la eucaristÃa, apoyaba que se devolviera el cáliz al laicado; en la llamada cuestión del dogma de la transustanciación, afirmaba la presencia real del cuerpo y la sangre de Cristo en la eucaristÃa, pero rechazaba la enseñanza de que la eucaristÃa era el sacrificio ofrecido a Dios.
Con respecto al bautismo, enseñó que traÃa la justificación sólo si se combinaba con la fe salvadora en el receptor. Sin embargo, mantenÃa el principio de la salvación incluso para aquellos que más tarde cayeran y se reivindicasen.
Sobre la penitencia, afirmó que su esencia consiste en las palabras de la promesa de exculpación recibidas por la fe. Para él, sólo estos tres sacramentos podÃan ser considerados como tales, debido a su institución divina y a la promesa divina de salvación conectada con ellos. Estrictamente hablando, sólo el bautismo y la eucaristÃa son sacramentos, dado que sólo ellos tienen un "signo visible divinamente instituido": el agua en el bautismo y el pan y el vino en la eucaristÃa. Lutero negó en su documento que la confirmación, el matrimonio, la ordenación sacerdotal y la extrema unción fueran sacramentos.
Libertad de un Cristiano:
De manera análoga el completo desarrollo de la doctrina de Lutero sobre la salvación y la vida cristiana se expuso en su En la Libertad de un Cristiano (publicado el 20 de noviembre de 1520) donde exigió una completa unión con Cristo mediante la Palabra a través de la fe, la entera libertad de un cristiano como sacerdote y rey sobre todas las cosas externas, y un perfecto amor al prójimo.
La excomunión de Lutero:
El Papa advirtió a MartÃn Lutero el 15 de junio de 1520 con la bula papal Exsurge Domine que se arriesgaba a la excomunión, a menos que en un plazo de sesenta dÃas repudiara 41 puntos de su doctrina seleccionados de sus escritos. En octubre de 1520 Lutero envió su escrito En la Libertad de un Cristiano al Papa, añadiendo la frase significativa: "Yo no me someto a leyes al interpretar la palabra de Dios". Mientras tanto, se habÃa rumoreado en agosto que Eck habÃa arribado a Meissen con una prohibición papal, la cual se pronunció realmente el 21 de septiembre. Este último esfuerzo de Lutero por la paz fue seguido el 12 de diciembre por la quema de la bula, la cual tomaba efecto en un plazo de 120 dÃas, y el decreto papal en Wittenberg, defendiéndose en su Warum des Papstes und seiner Jünger Bücher verbrannt sind y su Assertio omnium articulorum. El Papa León X excomulgó a Lutero el 3 de enero de 1521 mediante la bula Decet Romanum Pontificem.
La ejecución de la prohibición, sin embargo, fue evitada por la relación del Papa con Federico III de Sajonia y por el nuevo emperador Carlos V quien, viendo la actitud papal hacia él y la posición de la Dieta, encontró contraindicado apoyar las medidas contra Lutero.
Dieta de Worms:
El emperador Carlos V inauguró la Dieta imperial de Worms el 22 de enero de 1521. Lutero fue llamado a renunciar o reafirmar su doctrina y le fue otorgado un salvoconducto para garantizar su seguridad.
Lutero se presentó ante la Dieta el 16 de abril. Johann Eck, un asistente del Arzobispo de Tréveris, presentó a Lutero una mesa llena de copias de sus escritos. Le preguntó a Lutero si los libros eran suyos y si todavÃa creÃa en lo que esas obras enseñaban. Lutero pidió un tiempo para pensar su respuesta, el cual le fue concedido. Lutero oró, consultó con sus amigos y mediadores y se presentó ante la Dieta al dÃa siguiente. Cuando se trató el asunto en la Dieta, el consejero Eck le pidió a Lutero que respondiera explÃcitamente: "Lutero, ¿rechaza sus libros y los errores que en ellos se contiene?", a lo que Lutero respondió: "Que se me convenza mediante testimonios de la Escritura y claros argumentos de la razón —porque no le creo ni al Papa ni a los concilios, ya que está demostrado que a menudo han errado, contradiciéndose a sà mismos— por los textos de la Sagrada Escritura que he citado, estoy sometido a mi conciencia y ligado a la palabra de Dios. Por eso no puedo ni quiero retractarme de nada, porque hacer algo en contra de la conciencia no es seguro ni saludable". De acuerdo a la tradición, Lutero entonces dijo estas palabras: "¡No puedo hacer otra cosa; esta es mi postura. Que Dios me ayude!" [11]
En los siguientes dÃas se hicieron conferencias privadas para determinar el destino de Lutero. Antes de que la decisión fuese tomada Lutero abandonó Worms. Durante su regreso a Wittenberg desapareció.
El emperador redactó el Edicto de Worms el 25 de mayo de 1521, declarando a MartÃn Lutero prófugo y hereje, y prohibiendo sus obras.
Exilio en el castillo de Wartburg:
La desaparición de Lutero durante el viaje de regreso fue planeada. Federico el Sabio dispuso la captura de Lutero por parte de una escolta enmascarada a caballo, que lo llevó al castillo de Wartburg en Eisenach, donde permaneció cerca de un año. Le creció una amplia y brillante barba, tomó el atuendo de un caballero y se asignó el pseudónimo de Junker Jörg (Caballero Jorge). Durante este periodo de estadÃa forzada, Lutero trabajó a paso firme en la traducción del Nuevo Testamento.
La estancia de Lutero en Wartburg fue el comienzo un periodo constructivo de su carrera como reformador. En su «desierto» o «Patmos» de Wartburg (como le llamaba en sus cartas), empezó a traducir la Biblia, imprimiéndose el Nuevo Testamento en septiembre de 1522. Además de otros escritos, preparó la primera parte de su guÃa para párrocos y su Von der Beichte (Sobre la confesión), en la que niega la confesión obligatoria y admite la sanidad de las confesiones privadas voluntarias. También escribió en contra del arzobispo Albrecht, a quien obligó a desistir de reiniciar la venta de indulgencias.
En sus ataques a Jacobus Latomus, avanzó en su visión de la relación entre la gracia y la ley, asà como en la naturaleza comunicada por Cristo, distinguiendo el objetivo de la gracia de Dios para el pecador, quien, al creer, es justificado por Dios debido a la justicia de Cristo, de la gracia salvadora que mora dentro del hombre pecador. Al mismo tiempo puso énfasis en la insuficiencia del «principio de justificación», en la persistencia del pecado después del bautismo y en la inherencia del pecado en cada buena obra.
Lutero a menudo escribÃa cartas a sus amigos y aliados respondiendo o preguntándoles por sus puntos de vista o por consejos. Por ejemplo, Felipe Melanchthon le escribió preguntándole cómo responder a acusación de que los reformistas renegaban del peregrinaje, del ayuno y de otras formas tradicionales de piedad. Lutero le respondió el 1 de agosto de 1521: «Si eres un predicador de la misericordia, no predicas una misericordia imaginaria, sino una verdadera. Si la misericordia es verdadera, debes padecer el pecado verdadero, no imaginario. Dios no salva a aquellos que son sólo pecadores imaginarios. Sé un pecador y deja que tus pecados sean fuertes, pero deja que tu confianza en Cristo sea más fuerte, y regocÃjate en Cristo, quien es el vencedor sobre el pecado, la muerte y el mundo. Cometeremos pecados mientras estemos aquÃ, porque en esta vida no hay un lugar donde la justicia resida. Nosotros, sin embargo, dice Pedro (2ª Pedro 3:13), estamos buscando más allá un nuevo cielo y una nueva tierra donde reine la justicia».
Mientras tanto, algunos sacerdotes sajones habÃan renunciado al voto del celibato, en tanto que otros atacaron la validez de los votos monásticos. Lutero en su De votis monasticis (Sobre los votos monásticos) aconsejó tener más cautela, aceptando en el fondo que los votos eran generalmente tomados «con la intención de la salvación o la búsqueda de justificación». Con la aprobación de Lutero en su De abroganda missa privata (Sobre la abrogación de la misa privada), pero en contra de la oposición firme de su prior, los agustinos de Wittenberg realizaron cambios en las formas de adoración y suprimieron las misas. Su violencia e intolerancia, sin embargo, desagradaron a Lutero, que a principios de diciembre pasó unos dÃas entre ellos. Al regresar a Wartburg, escribió Eine treue Vermahnung... vor Aufruhr und Empörung (Una sincera amonestación por MartÃn Lutero a todos los cristianos para guardarse de la insurrección y rebelión). Aun asÃ, Carlstadt y el ex-agustino Gabriel Zwilling demandaron en Wittenberg la abolición de la misa privada y de la comunión bajo las dos especies, asà como la eliminación de las imágenes de las iglesias y la abrogación del magisterio.
Regreso a Wittenberg y los Sermones Invocavit:
A fines de 1521, los anabaptistas de Zwickau se suman a la anarquÃa. Contrario a tales concepciones radicales y temiendo sus resultados, Lutero regresa en secreto a Wittenberg el 6 de marzo de 1522. Durante ocho dÃas, a partir del 9 de marzo (domingo de Invocavit) y concluyendo el siguiente domingo, Lutero predicó otros tantos sermones que se conocerÃan como los Sermones Invocavit. En estos sermones Lutero aconseja una reforma cuidadosa, que tome en consideración la conciencia de aquellos que aún no están persuadidos a acogerla. La consagración del pan fue restaurada por un tiempo y el cáliz consagrado fue dado sólo a aquellos del laicado que lo desearan. Se suprimió el canon de las misas, debido a su carácter inmolatorio. Puesto que el sacramento de la confesión habÃa sido abolido se necesitaron personas con las que tener confidencias y buscar asà confesión y perdón. Esta nueva forma de servicio fue dada por Lutero en su Formula missæ et communionis (Forma de Misa y Comunión, 1523). En 1524 apareció el primer himnario de Wittenberg, con cuatro himnos. Dado que sus escritos estaban prohibidos en esa parte de Sajonia, gobernada a la sazón por el Duque Jorge, Lutero declaró en su Ãber die weltliche Gewalt, wie weit man ihr Gehorsam schuldig sei (Autoridad Temporal: en qué Medida Debe Ser Obedecida) que la autoridad civil no podÃa promulgar leyes para el alma.
Matrimonio y familia de MartÃn Lutero:
El 8 de abril de 1523, Lutero escribe a Wenceslaus: "Ayer recibà a nueve monjas de su cautiverio en el convento de Nimbschen". Lutero habÃa acordado ayudar a escapar a doce monjas del monasterio en Nimbschen, cerca de Grimma en Sajonia, sacándolas del convento en barriles. Tres de ellas se marcharon con sus parientes, mientras que las otras nueve fueron llevadas a Wittenberg. En este último grupo se encontraba Catalina Bora. Entre mayo y junio de 1523 se pensó que la mujer se casarÃa con un estudiante de la Universidad de Wittenberg, Jerome Paumgartner, aunque lo más seguro es que su familia se lo hubiera impedido. El Dr. Caspar Glatz era el siguiente pretendiente, pero Catalina no sentÃa "ni deseo ni amor" por él. Se supo que se querÃa casar con Lutero o con Nicolás von Amsdorf. Lutero sentÃa que no era un buen marido, ya que habÃa sido excomulgado por el Papa y perseguido por el Emperador. En mayo o a principios de junio de 1525 se conoció en el cÃrculo Ãntimo de Lutero su intención de casarse con Catalina. Para evitar cualquier objeción por parte de sus amigos, actuó rápidamente: en la mañana del martes 13 de junio de 1525 se casó legalmente con Catalina, a quien afectuosamente llamaba "Katy". Ella se mudó a la casa de su marido, el antiguo monasterio agustino en Wittenberg, y comenzaron a vivir en familia. Los Lutero tuvieron tres hijos y tres hijas:
* Hans, nacido el 7 de junio de 1526, quien posteriormente estudiarÃa leyes y llegarÃa a ser oficial de la corte, falleciendo en 1575.
* Elizabeth, nacida el 10 de diciembre de 1527, murió prematuramente el 3 de agosto de 1528.
* Magdalena, nacida el 5 de mayo de 1529, muriendo en los brazos de su padre el 20 de septiembre de 1542. Su muerte fue muy dura para Lutero y Catalina.
* MartÃn, Hijo., nacido el 9 de noviembre de 1531, estudió teologÃa pero nunca tuvo un llamado pastoral regular antes de su muerte en 1565.
* Paul, nacido el 28 de enero de 1533, fue médico, padre de seis hijos y murió el 8 de marzo de 1593, continuando la lÃnea masculina de la familia de Lutero mediante Juan Ernesto, que se extinguirÃa en 1759.
* Margaretha, nacida el 17 de diciembre de 1534, casada con el noble prusiano George von Kunheim, pero falleció en 1570 a la edad de 36 años; es el único linaje de Lutero que se prolonga hasta la actualidad.
La Guerra del Campesinado:
(1524–25) fue una respuesta de la prédica de Lutero y otros reformadores. Las revueltas del campesinado habÃan existido en pequeña escala desde el siglo XIV, pero ahora muchos campesinos creÃan erróneamente que el ataque de Lutero a la Iglesia y la jerarquÃa de la misma significaba que los reformadores les ayudarÃan en su ataque a las clases dominantes. Dado que los sublevados percibÃan lazos profundos entre los prÃncipes seculares y los prÃncipes de la Iglesia, interpretaban equivocadamente que Lutero, al condenar a los segundos, condenaba también a los primeros. Las revueltas comenzaron en Suabia, Franconia y Turingia en 1524, obteniendo apoyo entre los campesinos y nobles afectados, muchos de los cuales poseÃan deudas en ese periodo. Cuando Thomas Müntzer llegó a ser lÃder del movimiento, las revueltas desembocaron en una guerra, que jugó un papel importante en la fundación del movimiento anabaptista. Inicialmente Lutero parecÃa apoyar a los campesinos, condenando las prácticas opresivas de la nobleza que habÃan incitado a muchos campesinos. Mientras la guerra continuaba y aumentaban las atrocidades realizadas por los campesinos, la revuelta terminó por avergonzar a Lutero, quien ahora se manifestaba abiertamente en contra del levantamiento. Además, debido a que Lutero dependÃa del apoyo y la protección de los prÃncipes y la nobleza, tenÃa miedo de indisponerlos en su contra. En Contra las Hordas Asesinas y Ladronas del Campesinado (1525) incentivaba a la nobleza a que castigara rápida y sangrientamente a los campesinos. Muchos de los revolucionarios consideraron las palabras de Lutero como una traición. Otros desistieron al darse cuenta de que no habÃa apoyo ni de la Iglesia ni de su oponente principal. La guerra en Alemania terminó en 1525, cuando las fuerzas rebeldes fueron masacradas por el ejército de la Liga Suaba en la batalla de Frankenhausen, en la que cien mil sublevados perdieron la vida.
La Biblia alemana de Lutero:
Lutero tradujo la Biblia al alemán para hacerla más accesible a la gente común y para erosionar la influencia de la jerarquÃa eclesiástica y los sacerdotes. La tarea la inició durante su estadÃa en el castillo de Wartburg en 1521 e inicialmente sólo incluÃa el Nuevo Testamento. Utilizó una edición griega de Erasmo, texto que más tarde fue llamado Textus Receptus. Durante la traducción hizo visitas a los pueblos y mercados cercanos para escuchar a la gente hablar y asà poder escribir la traducción en un lenguaje coloquial. La traducción se publicó en septiembre de 1522.
Lutero tenÃa una mala percepción de los libros de Ester, Hebreos, Santiago, Judas y del Apocalipsis. Llamaba a la epÃstola de Santiago una "epÃstola de paja", encontrando que era muy poco lo que apuntaba a Cristo y su obra salvadora. También tenÃa duras palabras para el Apocalipsis, del que decÃa que no podÃa "de ninguna forma detectar que el EspÃritu Santo lo haya producido" [12]. TenÃa razones al cuestionar la apostolicidad de estos libros, debido a que la iglesia primitiva los catalogaba como antilegomena, lo que significaba que no eran aceptados sin reservas, al contrario que los canónicos. Aun asà Lutero no los eliminó de su edición de las Escrituras. Lutero incluyó como apócrifos aquellos pasajes que, encontrándose en la Septuaginta griega, no lo estaban en los textos Masotéricos disponibles en aquel entonces. Estos fueron incluidos en las primeras traducciones, pero luego omitidos y calificados como "de buena lectura", pero no como Palabra inspirada por Dios. La exclusión de estos textos fue adoptada desde un comienzo por casi todos los evangélicos.
La primera traducción completa al alemán, inclusive el Antiguo Testamento, se publicó en 1534 en seis tomos y fue producto del esfuerzo común de Lutero, Johannes Bugenhagen, Justus Jonas, Caspar Creuziger, Philipp Melanchthon, Matthäus Aurogallus y George Rörer. Lutero continuó refinando su traducción durante el resto de su vida, trabajo que fue tomado como referencia para la edición de 1546, el año de su muerte. Como se ha mencionado anteriormente, el trabajo de traducción de Lutero ayudó a estandarizar el alemán del Sacro Imperio (desde el cual se construirÃa la nación alemana, en el siglo XIX) y es considerado como uno de los pilares de la literatura alemana.
Transformaciones en la liturgia y el gobierno de la iglesia:
Lutero revisó la liturgia en su Deutsche Messe (Misa Alemana) de 1526, estipulando cómo debÃan ser los cultos diarios y la catequesis. Aun asÃ, se oponÃa a una nueva ley de formas e instó a que se mantuvieran las otras liturgias. Aunque Lutero apoyaba la libertad cristiana en estas materias, también estaba a favor de mantener y establecer uniformidad litúrgica entre aquellos que compartÃan la misma fe en un área dada. Vio en la uniformidad litúrgica una expresión fÃsica de unidad en la fe, mientras que la variación litúrgica era un posible indicador de variación doctrinal. No consideraba una virtud el cambio litúrgico, especialmente cuando era hecho por personas o congregaciones, pues la complacÃa conservar y reformar lo que la iglesia habÃa heredado del pasado.
La transformación gradual de la administración del bautismo se realizó en el Taufbüchlein (Cuadernillo Bautismal) (1523, 1526).
En mayo de 1525 tuvo lugar en Wittenberg la primera ordenación evangélica. Lutero habÃa rechazado la visión católica romana de la ordenación como un sacramento. Un servicio de ordenación, con la imposición de manos junto con una oración en un servicio congregacional solemne, era considerado suficiente.
Para suplir la falta de altas autoridades eclesiásticas debida a que muy pocos obispos adoptaron la doctrina reformadora en tierras alemanas Lutero sostuvo a partir de 1525 que las autoridades seculares deberÃan tomar parte en la administración de la iglesia. Estas tareas no eran necesariamente exclusivas de las autoridades seculares, y Lutero hubiera preferido que recayeran en manos de un episcopado evangélico. Declaró en 1542 que los prÃncipes evangélicos sólo serÃan "obispos de urgencia" y preconizó que los poderes eclesiásticos pudieran ser ostentados por congregaciones cristianas [13], si bien decidió esperar el curso de los acontecimientos y ver qué hacÃan los párrocos y estudiosos para que descubrieran por sà mismos cuáles eran las personas apropiadas. Los resultados de su viaje a Sajonia (1527-29) le hicieron ver que los párrocos y estudiosos no estaban preparados para tal responsabilidad, siendo necesario que se mantuvieran las estructuras eclesiásticas tal y como fueran diseñadas al principio de la Reforma.
Lutero tuvo especial interés por la educación. En sus diálogos con George Spalatin en 1524 se planeó un sistema escolar, declarando que era deber de las autoridades civiles el proveer escuelas y el velar por que los padres enviaran a sus hijos a ellas. También apoyaba el establecimiento de escuelas primarias para la educación femenina.
Mientras tanto, las iglesias luteranas en Escandinavia y muchos estados bálticos mantuvieron el Episcopado Apostólico y la sucesión apostólica, incluso aquellas que habÃan adoptado la teologÃa antipapista de Lutero.
Visiones eucarÃsticas y controversias:
La naturaleza de la eucaristÃa se convirtió en un tema importante en la vida de Lutero. Rechazaba la doctrina católica romana de la transubstanciación, pero mantenÃa la presencia real del cuerpo y la sangre de Cristo bajo el pan y vino sacramental. Apoyaba el significado literal de las palabras "Este es mi cuerpo", "Esta es mi sangre". Sintetizó sus creencias sobre el tema en su Catecismo Menor al escribir: "¿Qué es el Sacramento del Altar? Es el verdadero cuerpo y sangre de nuestro Señor Jesucristo en el pan y el vino, entregado a nosotros cristianos para comer y beber, instituido por Cristo mismo". Rehusando definir el misterio de la EucaristÃa con conceptos como la consubstanciación, Lutero utilizó la analogÃa patrÃstica de la doctrina de la Unión Personal de dos naturalezas en Jesucristo para ilustrar su doctrina eucarÃstica "por analogÃa del hierro puesto en el fuego donde ambos, fuego y hierro, unidos en el hierro al rojo vivo, se mantienen a pesar de todo sin cambio", un concepto que él llamó "Unión Sacramental." [14]
La doctrina de Lutero se diferenciaba de la de Carlstadt, Zuinglio, Leo Jud y Åcolampadius, quienes rechazaban la presencia real. Carlstadt, Zuinglio y Åcolampadius daban diferentes interpretaciones a lo estipulado por Cristo: Carlstadt interpretaba el "Esto" de "Esto es mi cuerpo" como la acción de Cristo apuntándose a sà mismo. Zuinglio interpretaba el "es" como "significa" y Åcolampadius interpretaba "mi cuerpo" como "un signo de mi cuerpo". En la controversia que se suscitó, Lutero le responde a Åcolampadius en el prefacio de Syngramma Suevicum (Escritos Suabos), exponiendo sus puntos de vista en el Sermon von den Sakramenten. . . Wider die Schwärmgeister (Sermón en el Sacramento. . . Contra los EspÃritus Fanáticos) y en Dass diese Worte. . . noch feststehen (Estas Palabras . . . TodavÃa se Mantienen Firmes), y más exhaustivamente en Vom Abendmahl Christi Bekenntnis (Confesión con respecto a la Cena del Señor) (1528).
Debido a los peligros de las medidas de la Segunda Dieta de Espira en 1529 contra el protestantismo, y a la coalición del Emperador con Francia y el Papa, el Landgrave Felipe deseaba una unión de todos los reformistas, pero Lutero se declaró opuesto a cualquier alianza que ayudara a la herejÃa, aunque aceptó la invitación del Landgrave a asistir a una conferencia en Marburgo (1529) para resolver las materias en controversia. En Marburgo, Lutero se enfrentó a Åcolampadius, mientras que Melanchthon fue antagonista de Zuinglio. Aunque establecieron una armonÃa no esperada en otros aspectos, no se pudo alcanzar un acuerdo en la EucaristÃa. Lutero rehusó llamar a sus oponentes "hermanos", aunque les deseaba paz y amor. Lutero estaba convencido de que Dios habÃa cegado los ojos de Zuinglio, por lo que no podÃa ver la doctrina verdadera de la Cena del Señor. Con su habitual estilo polémico, Lutero denunció a Zuinglio y sus seguidores llamándolos "fanáticos" y "demonios".
Los mismos prÃncipes habÃan suscrito los ArtÃculos de Schwabach, respaldados por Lutero como una condición para la alianza con él. Las bases de Lutero en materia de doctrina eucarÃstica partÃan del entendimiento simple y directo de las palabras de Cristo, si bien daba importancia al sacrificio corporal de Cristo y al hecho de ofrecer ese mismo cuerpo a los comulgantes en la EucaristÃa. Cuando Zuinglio excluyó la posibilidad de la presencia real por la incapacidad de la naturaleza humana de Cristo para bilocarse o estar en otra parte que no fuera un lugar concreto, Lutero reafirmó la integridad de la unión hipostática: Cristo no está dividido y dondequiera que esté es Dios, incluso como hombre. Lutero citaba como evidencia los tres modos de la presencia según Guillermo de Ockham: "local, circunscrita" (estando en un lugar a la vez, ocupando espacio y teniendo peso), "definitiva" (desligado del espacio pero estando donde se precise) y "repletiva" (llenando todos los espacios a la vez) para introducir la probabilidad de que el cuerpo y la sangre de Cristo estén realmente presentes en la EucaristÃa [15].
Lutero sostuvo que la sola recepción de la comunión es inútil sin fe. Insistió en que los impÃos e incluso las bestias que toman y beben los elementos consagrados, comen y beben la sangre y el cuerpo de Cristo, pero el beber y comer "indignamente" les serÃa juzgado (1ª Corintios 11:29). Aunque no compartÃa la visión de que la EucaristÃa fuese sólo una simple conmemoración, reconoció la existencia de una dimensión conmemorativa. En cuanto al efecto del sacramento en los creyentes, recordaba con fervor las palabras "fue entregado por todos vosotros", poniendo asà énfasis en la expiación y en el perdón mediante la muerte de Jesucristo.
Los Catecismos Menor y Mayor:
Federico III pidió a Lutero en 1528 que visitara las iglesias locales para determinar la calidad de la educación cristiana que recibÃa el campesinado. Lutero escribió en el prefacio del Catecismo Menor, "¡Piedad! ¡Buen Dios! ¡Qué miseria tan abundante he observado! La gente común, especialmente en las villas, no tiene conocimiento de ninguna doctrina cristiana, y muchos pastores unidos son incapaces e incompetentes para enseñar". Como respuesta, Lutero preparó el Catecismo Menor y Mayor. Se trata de materiales de instrucción y devoción que Lutero consideraba como los fundamentos de la fe cristiana, entre los que se encontraban los Diez Mandamientos, el Credo apostólico, el Padrenuestro, bautismo, confesión y absolución, la eucaristÃa y oraciones. El Catecismo Menor iba dirigido a la gente sencilla, mientras que el Mayor a los pastores. Los dos catecismos siguen siendo material de instrucción entre los luteranos.
La Dieta de Augsburgo y la cuestión de la resistencia civil:
La aparición de un enemigo común a todo el Sacro Imperio (el ejército turco) cambió el escenario polÃtico: ahora Carlos V buscaba la unidad para poder hacer frente a la nueva amenaza, para lo cual se convocó en 1530 la Dieta de Augsburgo, con el fin de aclarar de forma definitiva la relación del Imperio con el protestantismo. Lutero, prófugo del Imperio, permanecÃa a salvo en Coburgo, inspirando desde allà el discurso de Melanchthon ante el Emperador. Si bien MartÃn Lutero se abstuvo de mantener una actitud autoritaria, no le agradó la delicadeza y la cautela de Melanchthon, porque éste no llegó a plantear cambios doctrinales salvo el de la abolición del papado. El Emperador, forzado por la guerra contra los turcos y contra la Liga de Esmalcalda (un ejército organizado por los prÃncipes en defensa del protestantismo), consiguió asegurar la unidad mediante la Paz de Nuremberg de 1532, que retrasaba la solución definitiva del problema hasta que se celebrara un Concilio General. Desde la Dieta de Espira (1529), el problema se habÃa transformado en algo de suma importancia. La cuestión radicaba en que la Dieta de Espira habÃa decidido en 1526 que de ninguna manera aceptarÃa la imposición del Edicto de Worms, que permitÃa matar a Lutero sin miedo a sanciones. Esa misma Dieta consagraba la tolerancia religiosa bajo el lema Cuius regio, eius religio (es decir, a cada región la religión de su Señor). Nuevamente en la Dieta de Espira de 1529, y ante la intención de los católicos de anular la tolerancia adoptada en 1526, los reformistas emitieron una airada queja, motivo por el cual se les llama desde entonces "protestantes". Ahora la Paz de Nuremberg establecÃa la aceptación de los reformistas en el seno del Imperio. Esta situación se vio forzada por la situación polÃtica del momento, ya que si el Emperador se oponÃa a la paz, los prÃncipes se verÃan legitimados para realizar o apoyar una resistencia armada contra Carlos V, cuyo poder empezaba a estar seriamente amenazado por los turcos.
Este contexto polÃtico tuvo su dimensión teológica en la llamada cuestión de la desobediencia civil. Hasta ese instante Lutero sostenÃa que de ningún modo desobedecerÃa al Emperador, incluso si su decisión era equivocada. De esa manera se opuso a cualquier alianza entre los prÃncipes, ya fuera ofensiva o defensiva. MartÃn Lutero mantuvo esta actitud incluso ante la Liga de Esmalcalda. Pero su posición fue cambiando poco a poco al escuchar la opinión de juristas que aseguraban que, en los casos de notoria injusticia pública, las propias leyes imperiales otorgaban derecho de resistencia. Fue en 1531 cuando aceptó la posibilidad de adoptar la desobediencia civil en su escrito Warnung an die lieben Deutschen (1531), siempre y cuando se efectuara "por las causas correctas". Más tarde, en cartas escritas en 1539, se retractarÃa de tales afirmaciones.
Lutero y los judÃos:
Las opiniones de Lutero sobre los judÃos han sido descritas como antisemitismo racial o religioso [16] o como antijudaÃsmo [17]. En los inicios de su carrera pensaba que los judÃos no habÃan creÃdo en Jesús a causa de los errores de los cristianos y de la proclamación de lo que para él era un evangelio impuro. SugerÃa que responderÃan favorablemente al mensaje evangélico si se les presentaba de la forma adecuada. Cuando descubrió que no era asÃ, atacó con furia a los judÃos.
En su Von den Juden und ihren Lügen (Sobre los judÃos y sus mentiras), publicado en 1543, escribió que debÃan realizarse contra los judÃos acciones como quemar las sinagogas, destruir sus libros de oración, prohibir predicar a los rabinos, «aplastar y destruir» sus casas, incautarse de sus propiedades, confiscar su dinero y obligar a esos «gusanos venenosos» a realizar trabajos forzados o expulsarlos «para siempre». Según la opinión del Dr. Robert Michael, parece que Lutero también aprobaba el asesinato de judÃos [18].
Para el historiador británico Paul Johnson, Sobre los judÃos y sus mentiras es el «primer trabajo del antisemitismo moderno y un paso de gigante en el camino hacia el holocausto». Cuatro siglos después de haber sido escritos, los nazis citaron los ensayos de Lutero para justificar la Solución Final. Algunos estudiosos han atribuido la Solución Final nazi directamente a MartÃn Lutero [19]. Sin embargo, otros refutan este punto de vista [20].
Desde la década de 1980, los grupos y organizaciones de la Iglesia luterana han condenado estos escritos, aunque no consideran que Lutero fuese antisemita
Lutero con respecto a la brujerÃa y magia:
Lutero compartÃa la creencia medieval de que la brujerÃa existÃa y era antagónica al cristianismo. Es por ello que las brujas y los hechiceros fueron perseguidos tanto en los territorios protestantes como en los católicos. Lutero compartÃa algunas de las supersticiones sobre la brujerÃa que eran comunes en su tiempo. Aseguraba incluso que las brujas, con la ayuda del demonio, podÃan robar leche simplemente al pensar en una vaca [22]. En su Catecismo Menor Lutero enseña que la brujerÃa era un pecado contra el segundo mandamiento
Otros escritos de Lutero:
El número de libros atribuidos a MartÃn Lutero es bastante alto. Sin embargo, algunos estudiosos de Lutero creen que muchas de tales obras fueron al menos esbozadas por algunos de sus amigos, como Melanchthon. La fama de Lutero les daba una audiencia potencial mayor que la que hubieran obtenido de ser publicados bajo los nombres de sus verdaderos autores.
La más completa colección de los voluminosos escritos de Lutero es Weimar Ausgabe, que consta de 101 volúmenes infolio, aunque sólo una fracción de estos escritos ha sido traducida.
Algunos de sus libros explican cómo se establecieron las epÃstolas con su canonicidad, hermenéutica, exégesis y exposición, y muestran cómo se integran los libros de la Biblia entre sÃ. Destacan entre ellos los escritos sobre la EpÃstola a los gálatas, en los cuales se compara a sà mismo al Apóstol Pablo en su defensa del Evangelio (por ejemplo, el comentario en Lutero y la EpÃstola a los gálatas).
Lutero también escribió sobre la administración civil y eclesiástica y sobre el hogar cristiano.
El estilo literario de Lutero era polémico, en parte porque cuando le apasionaba un tema llegaba a insultar a sus oponentes. Al igual que otros reformadores era muy intolerante con otras creencias y con los puntos de vista opuestos al suyo [24] y esto puede haber exacerbado la Reforma protestante en Alemania.
Ãltimo viaje de Lutero y muerte:
El último viaje de Lutero a Mansfeld lo realizó debido a su preocupación por las familias de sus hermanos y hermanas, quienes continuaban en la mina de cobre de Hans Lutero, que estaba amenazada por las intenciones del Conde Albrecht de Mansfeld de controlar esa industria para su beneficio personal. La controversia involucró a los cuatro condes de Mansfeld: Albrecht, Philip, John George y Gerhard. Lutero viajó dos veces hacia fines del año 1545 con el objetivo de participar en las negociaciones para llegar a un acuerdo. Fue necesaria una tercera visita a principios de 1546 para completar las negociaciones. El 23 de enero Lutero dejó Wittenberg acompañado por sus tres hijos. Las negociaciones concluyeron con éxito el 17 de febrero. Pasadas las 8 de la tarde de ese dÃa, Lutero sufrió dolores en el pecho. Al irse a la cama oró diciendo: «En tus manos encomiendo mi espÃritu; me has redimido, oh Señor, fiel Dios», tal y como se oraba habitualmente cuando llegaba la hora de la muerte. A la una de la madrugada despertó con un agudo dolor de pecho y fue envuelto con toallas calientes.
Sabiendo que su muerte era inminente, le agradeció a Dios por haberle revelado a su Hijo, en quien él habÃa creÃdo. Sus compañeros Justo Jonás y Michael Coelius gritaron: «Reverendo padre, ¿está listo para morir confiando en su Señor Jesucristo y confesando la doctrina que enseñó en su nombre?» Un distintivo «sû fue la respuesta de Lutero. Murió a las 2:45 del 18 de febrero de 1546 en Eisleben, la ciudad donde nació. Fue enterrado en la Iglesia Castillo de Wittenberg, cerca del púlpito desde el cual habÃa transformado al cristianismo.
Su legado:
MartÃn Lutero fue el principal artÃfice de la Reforma protestante, en la que tuvo un papel mucho más destacado que otros reformadores. Gracias a la imprenta, sus escritos se leyeron en toda Alemania y ejercieron influencia sobre otros muchos reformadores y pensadores, dando origen a diversas tradiciones protestantes en Europa y en el resto del mundo.
Tanto la Reforma protestante como la consecuente reacción católica, la Contrarreforma, supusieron un importante desarrollo intelectual en Europa, por ejemplo, mediante el pensamiento escolástico de los jesuitas en el caso del catolicismo. Por su traducción de la Biblia, Lutero es considerado además uno de los fundadores de la literatura en alemán.
En los territorios luteranos aumentó considerablemente el poder absoluto de los prÃncipes. Católicos y evangélicos sostuvieron entre sà terribles guerras religiosas. Un siglo después de las protestas de Lutero, una revuelta en Bohemia provocó la Guerra de los Treinta Años, un conflicto entre católicos y protestantes que arrasó gran parte de Alemania y acabó con la vida de cerca de un tercio de la población.
2007-02-28 21:01:35
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answer #6
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answered by patoasmodel 2
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