La homosexualidad puede definirse como la atracción sexual o interacción entre personas del mismo sexo, y no describe una población uniforme, ya que los hombres y mujeres con esta orientación constituyen un grupo tan diferente como los heterosexuales, desde los puntos de vista de educación, ocupación, estilo de vida, características de personalidad y apariencia física. Hay una gran diversidad en la definición de homosexualidad en la literatura científica. Algunos autores restringen el término a la descripción del contacto sexual entre dos personas del mismo sexo, mientras otros amplían la definición para incluir deseo, fantasía o apertura social.
El comportamiento homosexual ha sido descrito en el arte, literatura e historia de las más antiguas civilizaciones; su aceptación social y legal ha variado con el tiempo, cultura y circunstancias.
La palabra homosexual se puede usar para describir la orientación de los hombres y mujeres que prefieren parejas del mismo sexo. No debe, sin embargo, utilizarse para describir a dichas personas. La mayoría de las personas son heterosexuales, porque prefieren a parejas de su mismo sexo, y las describimos como "personas", no como "heterosexuales", a no ser que estemos hablando específicamente de su orientación sexual. Hay personas heterosexuales y personas homosexuales, de la misma manera que hay ricos y pobres, gordos y delgados, altos y bajos, negros y blancos, etc. El elemento común es que son "personas"; las características secundarias que pueden ten, son simplemente esto: secundarias. El identificar a la gente que es homosexual por su elección de pareja implica reducir las complejas dimensiones de su humanidad a un mero interés sexual.
El término homosexual empezó a utilizarse hacia finales del siglo XIX. Parece ser que procede del griego "homo", que significa "mismo", "igual" (no de la palabra latina "homo" que significa "hombre"), y de la palabra "sexualidad". Aunque la palabra "homosexual" describe hoy día tanto al hombre como a la mujer, existe alternativamente la palabra "lesbiana" para designar a las mujeres homosexuales. Esta deriva de la isla griega de Lesbos, donde en el Siglo VII antes de nuestra era, la poetisa Safo vivió y escribió sobre su apasionado amor por las mujeres. Otro de los términos utilizados, indistintamente para hombres y para mujeres es la palabra gay, palabra inglesa que propiamente significa "alegre", y que probablemente se empezase a usar como una palabra código entre los hombres y mujeres homosexuales, para comunicarse, sin peligro, su orientación sexual, ya que en nuestra civilización la homosexualidad ha sido condenada durante casi todas las épocas y ha sido una actividad ilícita y encubierta.
El origen de una orientación homosexual en una determinada persona, es algo que mucha gente se ha planteado, algunos con prejuicios, otros con paciencia y con un gran esfuerzo por ser objetivos. Nadie tiene una respuesta segura, pero exponemos aquí algunas de las teorías más populares:
La teoría genética. Una de las primeras explicaciones científicas de la homosexualidad fue presentada por Kallman en 1952. Según el, la orientación homosexual viene dictada por los genes; es decir, que la gente hereda la homosexualidad. No ha habido otros científicos que hallan apoyado su estudio y, puesto que no hay pruebas que confirmen la teoría de Kallman, sus conclusiones han sido descartadas.
La teoría hormonal. Algunos han sugerido que el origen de la homosexualidad, esta en el desequilibrio de hormonas en el feto, o en la introducción de hormonas inapropiadas. El fallo de esta teoría esta en que aún no se han encontrado pruebas físicas de tal desarreglo hormonal en el recién nacido ni en gente adulta.
La teoría del psicoanálisis. Hay varias. El problema, con todas estas teorías , es que nunca se han puesto a prueba ni han sido verificadas en un sector amplio de gente, sino solo en pequeños grupos de personas sometidas a una terapia.
Freud creía que la tendencia homosexual era una etapa natural que se debía atravesar para alcanzar la madurez. Según eso, la madurez significaba, entre otras cosas, una orientación heterosexual. Un adulto homosexual era alguien cuyo desarrollo psicosexual se había interrumpido. El razonamiento de Freud era que, cuando las chicos descubrían que las niñas no tenían pene, temían perder el suyo si mantenían contacto con ellas. Temían la castración. Puesto que los otros hombres no tenían pene, no correrían ese peligro de castración si mantenían contacto solo con hombres.
La orientación homosexual se ha atribuido también a unas relaciones distantes y hostiles con los padres. Los chicos buscan una relación homosexual para obtener el amor masculino que en realidad nunca recibieron de su padre. Las mujeres buscan a otras mujeres para compensar la falta de amor femenino por parte de su madre. El lesbianismo se ha atribuido también a tener padres distantes, lo cual hacía que la niña no supiese relacionarse con hombres adultos. La homosexualidad masculina, mantienen algunos, puede atribuirse también a haber tenido madres demasiado protectoras, que no han soltado a sus hijos en el mundo masculino competitivo y así estos no han aprendido a luchar en condiciones iguales por las mujeres.
Todas las teorías sobre homosexualidad y relaciones con los padres parecen venirse abajo cuando son sometidas a experimentación. Una misma pauta de relaciones padre-madre y de relaciones padre-hijo o madre-hijo puede producir hijos homosexuales e hijos heterosexuales, tanto si las relaciones son íntimas como si son distantes.
La más reciente y la más popular de las teorías psicoanalíticas es la narcisista. Según esta teoría, los niños, en su etapa de desarrollo, se encuentran a veces tan atraídos por sus propios encantos que buscan parejas sexuales que se les parezcan.
La teoría de la influencia de los compañeros. Algunos investigadores sugieren que la orientación homosexual se forma por la presión de los compañeros. Sin embargo, hasta la fecha ha sido prácticamente imposible clasificar a los jóvenes y sus actividades con claridad y significación suficiente como para mantener si hay o no algo de cierto en esa teoría. Uno de los problemas que se presentan es el siguiente: ¿Un joven se une a otro joven y juntos desarrollan una orientación homosexual o, más bien, se juntan a otros jóvenes porque ya tienen una orientación homosexual? Esta teoría, al igual que las otras, no ha ido más lejos.
Hasta ahora hemos comentado el porqué: pero algo que intriga a muchas personas heterosexuales es el qué y el cómo: ¿Qué hacen los homosexuales en la cama y como lo hacen?
Lo primero que hay que aclarar es que no hay actos que sean propiamente homosexuales. Los homosexuales hacen el amor de una forma parecida a como lo hacen los heterosexuales. El único acto que no es posible para los hombres y las mujeres homosexuales es, naturalmente, la introducción del pene en la vagina. En lo demás, las diferencias son solo de matices.
La mayoría de las personas, sea cual fuere su orientación, incluyen las caricias, los besos y los abrazos en su repertorio sexual. Una gran parte de las personas incluyen también la masturbación y el sexo oral. Las mujeres homosexuales probablemente hacen más énfasis en frotar el cuerpo unas con otras para obtener orgasmo (es lo que se llama tribadismo) que las parejas heterosexuales; y los hombres homosexuales probablemente ponen mas énfasis en el coito anal; pero ninguna de estas prácticas es exclusiva u obligatoria de los hombres o las mujeres homosexuales.
La idea de hacer el amor con otra mujer o con otro hombre repugna a muchos heterosexuales. Las personas gays comentan a veces que resulta algo extraño al principio; a veces, los hombres gays son, por ejemplo, reacios al beso. Añaden, sin embargo, que los contactos sexuales gays pueden ser muy satisfactorios precisamente por ser la pareja del mismo sexo. Nunca dos mujeres son iguales en sus respuesta, pero se parecerán más que un hombre y una mujer. Las mujeres tienen una base para saber como les gusta ser tratadas, y los hombres comprenden que atrae a los hombres...cosa que las mujeres sólo pueden aprender con la experiencia.
Del mismo modo que hay confusión en muchos heterosexuales sobre lo que hacen los homosexuales, hay también confusión sobre como lo hacen. Automáticamente se piensa que hay dos roles, uno dominante (el "hombre") y otro sumiso ("la mujer"). La verdad es que así ocurre a veces. Hay mujeres gay que serán sumisas y desempeñarán el papel de "femme" ante la pareja dominante. Hay hombres gay que se sitúan en el rol "femenino", que puede incluir tanto lavar los platos como ser penetrado, en vez de penetrar, en el coito anal. Pero para la mayor parte de los hombres y mujeres gay, el desempeño regular de estos roles es completamente irrelevante. La igualdad es clave; y efectuar turnos, la norma.
Otro tema interesante es descubrir a que edad se manifiesta en una persona una orientación homosexual. Los niños y niñas, tienen normalmente contactos genitales entre ellos cuando juegan. Esto preocupa mucho a los padres, especialmente si dicho contacto es con alguien del mismo sexo, temiendo por la futura orientación sexual del niño. Desaprueban dichos contacto y a veces consultan con un profesional sobre el significado de esa conducta. de hecho, están dando demasiada importancia a una experiencia corriente y adecuada en el desarrollo de una persona.
Del mismo modo que estos actos de los niños no indican cual será su orientación sexual en el futuro, los actos homosexuales de los adolescentes tampoco están normalmente en relación con su orientación sexual. La mayoría de los informes obtenidos como resultado de investigaciones en este campo, indican que aproximadamente le 11 % de los niños y el 6 % de las niñas tienen algunas experiencias sexuales con individuos del mismo sexo antes de los 15 años.
De hecho, los jóvenes se entregan a este tipo de actividades con individuos del mismo sexo en respuesta a una curiosidad normal, a una presión por parte de los compañeros, a un auténtico disfrute, a probar algo nuevo y prohibido, etc. Independientemente del porcentaje de adolescentes con ese tipo de actividad, el porcentaje de población adulta con orientación homosexual permanece invariable a lo largo del tiempo. Debemos, por tanto, considerar la experiencias tempranas de los chicos con otros chicos y de las chicas con otras chicas como una parte natural de su desarrollo sexual. Es muy posible que dichas experiencias no tengan efecto alguno en la orientación sexual de la persona; muchos expertos opinan que la orientación queda ya fijada bastante antes.
Entre la adolescencia y la edad media, las personas gays sufren degradaciones y presiones por parte de la sociedad, pero los problemas con que se encuentran no están siempre relacionados con su orientación. Estamos en una cultura de juventud; y la gente mayor, cualquiera que sea su orientación sexual, sufre cierta alienación. Los jóvenes pueden ser insensibles a los sentimientos de los mayores, y los jóvenes gay no son una excepción. Estos son problemas que se pueden presentar a todas las personas.
El problema irreal de la gente gay al hacerse mayor es la idea estereotipada de la sociedad de que se vuelven depresivos, inactivos, solitarios. Desde luego, la gente a los 60 años no puede estar igual que a los 20, pero no tienen porque ser menos atractivos, menos activos sexualmente o menos capaces de mantener relaciones.
Evidentemente, algunos gay mayores experimentan soledad y depresiones; pero también las experimentan un gran número de heterosexuales. Del mismo modo, un gran número de homosexuales mayores están perfectamente adaptados, equilibrados y conformes consigo mismo. Es posible que muestren más capacidad de adaptación que los heterosexuales de la misma edad, debido a los golpes que han ido recibiendo por parte de la sociedad o a lo largo de su vida. Las personas gay mayores son menos competitivas, más seguras de mismas y menos visibles que los jóvenes. Precisamente porque su vida encaja tan bien con el patrón aceptado por la sociedad, tendemos a no darnos cuenta de que también existen personas gay así.
Los sentimientos: millones de hombres y mujeres con orientación homosexual han tenido que pagar por su sexualidad un precio muy alto a una sociedad sin sentimientos, cuya respuesta a una orientación sexual diferente es ponerle la etiqueta de inferior y mala. Formar parte de un grupo de gente tan caracterizada lleva naturalmente a sentimientos de poca estima y poca valía. Pero algo está cambiando, el movimiento de liberación gay, el movimiento de liberación de las mujeres y el movimiento de derechos humanos han ayudado a dar a los gays un clima en el que desarrollar sistemas de apoyo y ha contribuido a reducir sus sentimientos de alienación y aislamiento. El apoyo les ha proporcionado confianza; se ha logrado que muchos gays que sufrían el rechazo de la sociedad se acepten a si mismos y acepten su orientación sexual como parte de sí mismos.
La lucha que los gays han mantenido y continúan manteniendo con sus sentimientos sobre sí mismos no tiene nada que ver con su condición, sino con el punto de vista de la sociedad que los considera inferiores, faltos de dignidad humana y como individuos que no tienen derechos ni merecen respeto alguno. Cuando, como sociedad, aceptemos que a la gente no se el debe rechazar por un aspecto de salud o de personalidad, los sentimientos negativos hacia los gay desaparecerán.
Las relaciones entre los gays son complicadas y simples, duraderas y cortas, felices y problemáticas, de hecho tan variadas como las relaciones entre los heterosexuales. Pero hay algunos problemas específicos de las relaciones gays.
Cuando no se puede legalmente reconocer ni reglamentar una relación, cuando la mayor parte de la sociedad la ve como una amenaza y cuando se tiene que llevar con medidas de secreto, es muy posible que esa relación sufra un stress especial. Todas las relaciones pasan periodos de stress; pero, si el stress forma ya parte de su relación, entonces es más difícil para la pareja hacerla llevadera en las etapas malas. Deberíamos felicitar a los jóvenes gay que han que han desarrollado y mantenido una relación estable con miembros de su propio sexo a pesar del clima hostil que les ha rodeado.
La verdadera diferencia entre las relaciones homosexuales y las heterosexuales es que no hay precedente claro respecto a quién hace qué. Si bien hay muchas parejas heterosexuales que han rechazado los roles tradicionales, dichos roles siguen ahí por si quieren acomodarse a ellos. Si la relación es entre dos mujeres o entre dos hombres, se a de decidir y negociar quien hace una cosa y quien otra. En el matrimonio, las ganancias de ambos normalmente se juntan; esta es la forma tradicional de proceder. Pero, ¿es esto aplicable cuando ambas personas tienen profesiones independientes, como suele ocurrir en las relaciones gay? El arreglo al que se llegue requiere una negociación.
Una idea tradicional entre los heterosexuales acerca de las relaciones homosexuales es creer que siempre esta la figura dominante y la figura sumisa, idea que parte del estereotipo (no de la realidad) del matrimonio heterosexual. Efectivamente, hay relaciones gay en las que ocurre esto, donde los roles desempeñados son parecidos a los de padre e hijo, madre e hija, extrovertido dominante e introvertido y sumiso, pero cada vez se da menos este caso, puesto que los gays tienden a aceptarse a sí mismos como personas enteras.
Algunos gays discuten las relaciones tradicionales y la idea de fidelidad sexual. Creen que su libertad individual se verá limitada si se subscriben, por imitación, a un sistema cultural que les a oprimido durante siglos. Esto no significa que no experimenten y disfruten con relaciones cariñosas y duraderas, sino que se niegan a aceptar sin más los patrones tradicionales de relaciones dependientes.
El futuro parece ahora más claro para los gays y para las relaciones gay. Si embargo, debemos añadir que se ha de dar un gran paso antes de que los gays reciban de la sociedad un trato normal de seres humanos.
2007-02-20 17:23:16
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answer #8
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answered by miriser20 6
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