uno de los negociados más escandalosos de la historia de nuestro país.
favores desmesurados a Gran Bretaña y jugosas prebendas para los miembros más conspicuos de la Sociedad Rural.
en perjuicio de pequeños y medianos productores rurales.
y en abierta estafa a la Nación.
la excusa -¡cuándo no! - era que a Gran Bretaña ya no le convenía negociar con nosotros sino con Australia y Canadá y que se negociaba en eeso términos o se arruinaba la negociación.
un ejemplo más del nulo patriotismo de los que curiosamente se autodenominaban "nacionalistas".
2006-11-05 08:47:29
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answer #1
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answered by Anonymous
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Es una renegociación de la deuda externa, a cambio de concesiones a las empresas inglesas y a sus exportaciones.
2006-11-05 15:22:41
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answer #2
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answered by axas_64 5
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Fue un tratado que se firmo con los britanicos para defender el mercado para sus exportaciones.
2006-11-05 15:20:03
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answer #3
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answered by Martin Chuletas 5
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podes visitar la pagina web
www.argentina-rree.com/10/10-010.htm en donde esta todo el tratado y comentario.
a modo de aperitivo tenes también la siguente opinión
(RU= Reino Unido).
Pero aunque se denueste por este hecho al gobierno del general Agustín Pedro Justo y más particularmente a su vicepresidente, Julio Argentino Roca (h) y a no a su ministro de Agricultura, Antonio De Tomasso, lo cierto es que se trataba de una política propia del stablishment pro RU de la época, transversal a buena parte de las fuerzas políticas como que dicho pacto no fue más que una versión corregida y aumentada de lo acordado en tiempos de Hipólito Yrigoyen.
De hecho fue el gobierno argentino el que propuso ese acuerdo durante el último gobierno de Yrigoyen y de hecho fue negociado por el canciller Horacio Oyhanarte y el diplomático Edgard D'Abernon, que había tenido importante participación en la política exterior de su país luego de la Primera Guerra Mundial, y firmado por ambas partes, aunque no alcanzó a ser ratificado por el parlamento a raíz del golpe del general José Félix Uriburu del 6 de septiembre de 1930.
Lo que hoy, si se hubiera ratificado, conoceríamos como Pacto Oyhanarte-D'Abernon, fue propiciado por el propio Yrigoyen a través del senador Diego Luis Molinari, firmado por el propio presidente el 8 de noviembre de 1929 y votado favorablemente por la Cámara de Diputados en la noche del 12 al 13 de diciembre de ese año, pero se demoró en el Senado, por los sempiternos problemas que el oficialismo contaba en la cámara alta.
El tratado, inspirado en 'comprar a quien nos compra', como pedía la Sociedad Rural Argentina (SRA), vocera de los invernadores, o de manera similar en el principio de 'las compras recíprocas, como nosotros propiciamos', al decir de Yrigoyen, tendía claramente a beneficiar al RU que con ello se aseguraba continuar el aprovisionamiento de material ferroviario, mucho más caro que el estadounidense, a cambio se seguir comprando carnes.
Por eso dicho acuerdo, tan festejado en Londres, fue dejado de lado por Uriburu, con quien comenzaba a perfilarse un giro en el alineamiento argentino a favor de Estados Unidos de América, lo que de algún modo explica su ofrecimiento a sucederlo como presidente a un repúblico como Lisandro De la Torre, cuyo Partido Demócrata Progresista (PDP), que representaba a pequeños criadores, no veía mal un acercamiento con la potencia emergente.
El problema argentino era que el RU desde 1922 había comenzado a replantearse su relación imperial con las colonias y ya en una conferencia con representantes de las mismas en 1923 en Londres se había comenzado a hablar de darles ventajas en materia comercial, tales como no comprar bienes en terceros mercados cuando los mismos son producidos dentro de ese conglomerado de futuras naciones.
Eso, que beneficiaba, claramente, a países como Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Sudáfrica y perjudicaba, también claramente, a tradicionales proveedores como las dos naciones del Río de la Plata, Argentina y Uruguay, ya que todas aquellas estaban en condiciones de proveer carnes y cereales, debía sumarse a los reclamos de los propios criadores del RU que, asimismo, reclamaban medidas proteccionistas.
En 1932 se produjo un hecho clave. Se reunió en Ottawa la Conferencia del Commonealth (comunidad de naciones británicas), creado pocos años antes, y se acordaron las 'Preferencias Imperiales' que establecían, precisamente, todo aquello que se había venido enunciando. Así Australia apareció como la principal rival de las carnes argentinas en el mercado del RU y el susto de los invernadores argentinos que habían impulsado el tratado de 1929 se convirtió en pánico.
Así fue como la administración de Justo se vio embarcada en una nueva negociación que llevaron adelante el vicepresidente Roca y el canciller del RU, Walter Runciman, durante el primer gobierno laborista de ese país liderado por Ramsay McDonald, y que permitió a los invernadores mantener un buen nivel de exportaciones, dejando fuera del negocio a los criadores, aunque algo por debajo de los niveles históricos.
Precisamente la postura de los criadores, agrupados en la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) a partir del año anterior, fue la expuesta en el Senado por Lisandro De la Torre, que cuestionó a fondo el Tratado de Londres en el célebre 'Debate sobre las carnes' durante cuyo transcurso el comisario Pedro Valdez Cora asesinó en plena sesión a otro senador del PDP, Enzo Casiano Bordabehere, uruguayo radicado en Santa Fe.
Por esos tiempos también el gobierno uruguayo intentaba una negociación similar pero en la línea de De Tomasso, que fue dejado fuera de la negociación. Se trata de lograr que la cuota que daba el RU fuera manejada por los gobiernos de estos países y no por el tradicional pool de los frigoríficos exportadores ligados a los negocios de los invernadores y de las compañías fleteras. Las ventajas obtenidas por los británicos a cambio de comprar carne argentina fueron enormes.
Entre otras cosas, 'la perla más preciada de la corona' (británica), al decir de Argentina por el vicepresidente Roca, quedó más ligada que nunca a los intereses del RU al punto que se debió aceptar un mecanismo de cambios que virtualmente sólo permitía las importaciones desde esa procedencia ya que el mismo constituyó una barrera pararancelaria que trabó la posibilidad de los empresarios de equiparse en EEUU, principalmente, Alemania u otros países.
En 1936, al caducar el Pacto Roca-Runciman, Manuel Malbrán, que fue el principal colaborador del vicepresidente en la negociación, acordó con Anthony Eden, primer ministro del RU en los años '50, un nuevo acuerdo, el Malbrán-Eden, por el cual se prorrogó el anterior pero con ventajas y desventajas. La cuota argentina fue disminuida en un 20 por ciento pero pasaba a ser administrada por el gobierno, lo que constituyó una doble derrota para la oligarquía invernadora.
Oyhanarte-D'Abernon, Roca-Runciman y Malbrán-Eden, tres acuerdos en los que se mantuvieron los mismos criterios de un modelo agroexportador caduco (si alguna vez no lo había sido) en los que participaron de un lado radicales y conservadores y del otro lado conservadores y laboristas lo que marcó la existencia, de ambos lados de coherencias políticas, que en nuestro caso era la de sujeción del estado a los intereses de la ganadería de la Pampa Húmeda.
2006-11-05 15:52:06
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answer #4
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answered by h f d 6
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Fernando del Corro es un periodista de cuño juanbejustista, amigo y compañero de Emilio
Corbiere, muchas veces colaborador en revistas del movimiento nacional.
En este artículo equipara la política de Yrigoyen con la de Agustín P. Justo y se
reivindica, parcial y oscuramente, al ministro de Agricultura, Antonio De Tomasso,
fundador con Pinedo del Partido Socialista Independiente, una fracción ultra liberal de
los discípulos del doctor Justo.
La idea de equiparar acuerdos internacionales de gobiernos populares con otros similares
firmados por gobiernos de caracter oligárquico no es nueva. Lo mismo se intentó hacer con
los famosos acuerdos con la California en 1955, cuando terribles antiimperialistas como el
doctor Arturo Frondizi y su adláter, el ínclito Oscar Alende, los denunciaron como una
capitulación más de Perón ante el imperialismo, para que pasados tres años, el mismo
Frondizi firmara los contratos petroleros que pusieron fin a sus pujos nacionalistas e
iniciaran la entrega de nuestro subsuelo, mientras el locuaz Alende se hacía el distraído
como gobernador de la Provincia de Buenos Aires.
El tratado Roca-Runciman fue, como lo definió certeramente Arturo Jauretche, el "Estatuto
legal del Coloniaje", la consolidación agónica de la Argentina como parte económica del
Reino Unido. Cualquier acuerdo que hubiera firmado Yrigoyen hubiera tenido, por la
naturaleza misma de su gobierno y su movimiento, otra característica. Lo que convirtió al
pacto Roca Runciman en el paradigma de nuestra entrega nacional fue el respaldo que la
oligarquía tradicional argentina, encaramada en el gobierno por el golpe de Uriburu y el
fraude de Agustín P. Justo, le daba al mismo. Es justamente la naturaleza de clase de uin
gobierno lo que caracteriza sus políticas y no la mera formalidad de un texto, cosa que,
curiosamente para un "socialista", el amigo Fernando del Corro ignora en su nota.
Julio Fernández Baraibar
julfb@sinectis.com.ar
Despachos Rebanadas de Realidad - La agencia posmoderna que se quedó en el '45
Rebanadasderealidad.com.ar 05 de mayo de 2003
Pacto Roca - Runciman: a 70 años del "Tratado de Londres"
Por Fernando Del Corro (*)
Rebanadas de Realidad - 1º/05/03.- Un primero de mayo, 70 años atrás, en 1933, el gobierno
argentino firmó en la capital del Reino Unido el "Tratado de Londres", más conocido como
Pacto Roca-Runciman, por el cual los invernadores de ganado argentinos procuraron salvar
la alta rentabilidad de su negocio, aún a costa de aceptar nuestro país ruinosas
condiciones impuestas por la contraparte.
Pero aunque se denueste por este hecho al gobierno del general Agustín Pedro Justo y más
particularmente a su vicepresidente, Julio Argentino Roca (h) y no a su ministro de
Agricultura, Antonio De Tomasso, lo cierto es que se trataba de una política propia del
establishment pro RU de la época, transversal a buena parte de las fuerzas políticas como
que dicho pacto no fue más que una versión corregida y aumentada de lo acordado en tiempos
de Hipólito Yrigoyen.
De hecho fue el gobierno argentino el que propuso ese acuerdo durante el último gobierno
de Yrigoyen y de hecho fue negociado por el canciller Horacio Oyhanarte y el diplomático
Edgard D'Abernon, que había tenido importante participación en la política exterior de su
país luego de la Primera Guerra Mundial, y firmado por ambas partes, aunque no alcanzó a
ser ratificado por el parlamento a raíz del golpe del general José Félix Uriburu del 6 de
septiembre de 1930.
Lo que hoy, si se hubiera ratificado, conoceríamos como Pacto Oyhanarte-D'Abernon, fue
propiciado por el propio Yrigoyen a través del senador Diego Luis Molinari, firmado por el
propio presidente el 8 de noviembre de 1929 y votado favorablemente por la Cámara de
Diputados en la noche del 12 al 13 de diciembre de ese año, pero se demoró en el Senado,
por los sempiternos problemas que el oficialismo contaba en la cámara alta.
El tratado, inspirado en "comprar a quien nos compra", como pedía la Sociedad Rural
Argentina (SRA), vocera de los invernadores, o de manera similar en el principio de "las
compras recíprocas, como nosotros propiciamos", al decir de Yrigoyen, tendía claramente a
beneficiar al RU que con ello se aseguraba continuar el aprovisionamiento de material
ferroviario, mucho más caro que el estadounidense, a cambio se seguir comprando carnes.
Por eso dicho acuerdo, tan festejado en Londres, fue dejado de lado por Uriburu, con quien
comenzaba a perfilarse un giro en el alineamiento argentino a favor de Estados Unidos de
América, lo que de algún modo explica su ofrecimiento a sucederlo como presidente a un
repúblico como Lisandro De la Torre, cuyo Partido Demócrata Progresista (PDP), que
representaba a pequeños criadores, no veía mal un acercamiento con la potencia emergente.
El problema argentino era que el RU desde 1922 había comenzado a replantearse su relación
imperial con las colonias y ya en una conferencia con representantes de las mismas en 1923
en Londres se había comenzado a hablar de darles ventajas en materia comercial, tales como
no comprar bienes en terceros mercados cuando los mismos son producidos dentro de ese
conglomerado de futuras naciones.
Eso, que beneficiaba, claramente, a países como Australia, Canadá, Nueva Zelanda y
Sudáfrica y perjudicaba, también claramente, a tradicionales proveedores como las dos
naciones del Río de la Plata, Argentina y Uruguay, ya que todas aquellas estaban en
condiciones de proveer carnes y cereales, debía sumarse a los reclamos de los propios
criadores del RU que, asimismo, reclamaban medidas proteccionistas.
En 1932 se produjo un hecho clave. Se reunió en Ottawa la Conferencia del Commonealth
(comunidad de naciones británicas), creado pocos años antes, y se acordaron las
"Preferencias Imperiales" que establecían, precisamente, todo aquello que se había venido
enunciando. Así Australia apareció como la principal rival de las carnes argentinas en el
mercado del RU y el susto de los invernadores argentinos que habían impulsado el tratado
de 1929 se convirtió en pánico.
Así fue como la administración de Justo se vio embarcada en una nueva negociación que
llevaron adelante el vicepresidente Roca y el canciller del RU, Walter Runciman, durante
el primer gobierno laborista de ese país liderado por Ramsay McDonald, y que permitió a
los invernadores mantener un buen nivel de exportaciones, dejando fuera del negocio a los
criadores, aunque algo por debajo de los niveles históricos.
Precisamente la postura de los criadores, agrupados en la Confederación de Asociaciones
Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) a partir del año anterior, fue la expuesta en
el Senado por Lisandro De la Torre, que cuestionó a fondo el Tratado de Londres en el
célebre "Debate sobre las carnes" durante cuyo transcurso el comisario Pedro Valdez Cora
asesinó en plena sesión a otro senador del PDP, Enzo Casiano Bordabehere, uruguayo
radicado en Santa Fe.
Por esos tiempos también el gobierno uruguayo intentaba una negociación similar pero en la
línea de De Tomasso, que fue dejado fuera de la negociación. Se trataba de lograr que la
cuota que daba el RU fuera manejada por los gobiernos de estos países y no por el
tradicional pool de los frigoríficos exportadores ligados a los negocios de los
invernadores y de las compañías fleteras. Las ventajas obtenidas por los británicos a
cambio de comprar carne argentina fueron enormes.
Entre otras cosas, "la perla más preciada de la corona" (británica), al decir de Argentina
por el vicepresidente Roca, quedó más ligada que nunca a los intereses del RU al punto que
se debió aceptar un mecanismo de cambios que virtualmente sólo permitía las importaciones
desde esa procedencia ya que el mismo constituyó una barrera pararancelaria que trabó la
posibilidad de los empresarios de equiparse en EEUU, principalmente, Alemania u otros
países.
En 1936, al caducar el Pacto Roca-Runciman, Manuel Malbrán, que fue el principal
colaborador del vicepresidente en la negociación, acordó con Anthony Eden, primer ministro
del RU en los años '50, un nuevo acuerdo, el Malbrán-Eden, por el cual se prorrogó el
anterior pero con ventajas y desventajas. La cuota argentina fue disminuida en un 20 por
ciento pero pasaba a ser administrada por el gobierno, lo que constituyó una doble derrota
para la oligarquía invernadora.
Oyhanarte-D'Abernon, Roca-Runciman y Malbrán-Eden, tres acuerdos en los que se mantuvieron
los mismos criterios de un modelo agroexportador caduco (si alguna vez no lo había sido)
en los que participaron de un lado radicales y conservadores y del otro lado conservadores
y laboristas lo que marcó la existencia, de ambos lados de coherencias políticas, que en
nuestro caso era la de sujeción del estado a los intereses de la ganadería de la Pampa
Húmeda.
http://archives.econ.utah.edu/archives/reconquista-popular/2003w18/msg00057.htm
2006-11-05 20:40:48
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answer #5
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answered by Anonymous
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El tratado, inspirado en 'comprar a quien nos compra', como pedía la Sociedad Rural Argentina (SRA), vocera de los invernadores, o de manera similar en el principio de 'las compras recíprocas, como nosotros propiciamos', al decir de Yrigoyen, tendía claramente a beneficiar al RU que con ello se aseguraba continuar el aprovisionamiento de material ferroviario, mucho más caro que el estadounidense, a cambio se seguir comprando carnes.
2006-11-05 16:07:54
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answer #6
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answered by Chapala S 6
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