POR QUÃ VAN
a la iglesia
“EN LA República de Corea ya hay casi cuatro veces más presbiterianos que en Estados Unidos.” Esta afirmación de la revista Newsweek tal vez haya sorprendido a muchos lectores, pues la mayorÃa de la gente cree que la sociedad coreana es eminentemente confuciana o budista. Quienes visiten hoy dÃa el paÃs hallarán un buen número de iglesias “cristianas”, que suelen reconocerse por sus cruces de neón rojo. Los domingos no es raro encontrarse con grupos de dos o tres personas yendo a la iglesia con la Biblia bajo el brazo. De acuerdo con una encuesta realizada en 1998, casi un treinta por ciento de los coreanos asiste a una iglesia católica o protestante, una cifra mayor que la de quienes profesan el budismo.
En esta época, un porcentaje tan alto de gente que asista de forma regular a la iglesia no es habitual en muchos lugares. Sin embargo, este fenómeno no se está produciendo solo en Corea, sino también en otros paÃses asiáticos, asà como en Ãfrica y Latinoamérica. ¿A qué se debe que tantas personas todavÃa afirmen creer en Dios en medio de la ola de apatÃa e indiferencia religiosa que parece barrer el planeta? ¿Por qué van a la iglesia?
Una encuesta Gallup reveló que más de la mitad de los coreanos que asisten a la iglesia lo hace en busca de paz interior; una tercera parte porque aspira a la vida eterna tras la muerte, y 1 de cada 10 porque desea salud, riqueza y éxito.
En China, muchas personas acuden a los servicios religiosos con la esperanza de llenar el vacÃo espiritual que se originó cuando las aspiraciones capitalistas fueron reemplazando a la ideologÃa comunista. Cada año se imprimen y distribuyen en este paÃs millones de ejemplares de la Biblia, la cual, según parece, se lee con el mismo afán con que se leyó el denominado Libro rojo de Mao.
Algunos católicos brasileños, en particular la generación más joven, no se sienten satisfechos con que les prometan felicidad en una vida futura, pues la desean ya. La revista Tudo indica: “Si la teologÃa de la liberación impulsó mentes y corazones en los años setenta, la teologÃa de la prosperidad lo hace en la actualidad”. En un sondeo realizado en Gran Bretaña se pidió a quienes suelen asistir a la iglesia que citaran algo que les gustase de su religión. La compañÃa de los demás feligreses ocupaba el primer puesto de la lista.
Todos estos ejemplos evidencian que, si bien un elevado número de personas todavÃa cree en Dios, la mayorÃa se preocupa más por los beneficios presentes que por los futuros, incluso más que por Dios mismo. ¿Cuál piensa usted que es el motivo apropiado para creer en Dios? ¿Qué dice la Biblia sobre este asunto? Encontrará la respuesta en el próximo artÃculo.
El MOTIVO APROPIADO
para creer en Dios
SEGÃN un libro coreano que analiza 31 razones por las que los jóvenes abandonan la Iglesia, un gran número de ellos deja de asistir a los servicios religiosos debido a que no encuentra respuestas satisfactorias a preguntas como “¿Por qué sufre la gente que cree en Dios?” o “¿Por qué tenemos que aceptar todas las enseñanzas de la Iglesia si muchas resultan confusas y contradictorias?”.
Decepcionados por las contestaciones que les dan los clérigos, muchos llegan a la conclusión de que la Biblia no contiene la respuesta. Cuando un ministro religioso solo se basa en su opinión personal para dar una explicación, Dios y la Biblia suelen malentenderse o hasta provocar rechazo.
Asà le pasó a Abel, educado como luterano en Sudáfrica, quien recuerda: “La Iglesia enseña que Dios ‘se lleva’ a todo el que muere. Pero yo no comprendÃa cómo un Dios de amor podÃa dejar a los niños sin sus padres. En la zona rural de Ãfrica donde me crié, no sacrificábamos una gallina hasta que sus pollitos hubieran crecido. Si descubrÃamos que una vaca estaba preñada, posponÃamos su matanza hasta que el ternero hubiera nacido y se hubiera criado. Me costaba entender que un Dios amoroso no demostrara por los seres humanos la misma consideración”.
Aram, de Canadá, abrigaba dudas parecidas. “Mi padre murió cuando yo tenÃa 13 años —cuenta—. Un clérigo destacado explicó durante el funeral que Dios habÃa querido que mi padre muriera para tenerlo más cerca de Ãl en el cielo. Dijo que Dios se lleva a las personas buenas porque ama a los justos. Pero yo no entendÃa cómo Dios podÃa ser tan egoÃsta.”
Andando el tiempo, tanto Abel como Aram conocieron a los testigos de Jehová, estudiaron la Biblia con ellos y, por fin, hallaron respuesta a sus preguntas. Tras cultivar amor a Dios y una fe firme en él, dedicaron su vida a Jehová y se convirtieron en leales siervos suyos.
Preguntas inquietantes que requerÃan respuesta
“Mientras recibÃa preparación como estudiante de medicina en un hospital, vi a personas buenas gimiendo de dolor por enfermedades y accidentes. Si Dios existe, ¿por qué permite que ocurra esto? ¿Acaso la religión es tan solo una forma de conseguir paz interior?” (Ex presbiteriano de Corea.)
“A menudo me preguntaba si mi padre alcohólico habrÃa ido al infierno o al cielo. Me aterrorizaban los muertos y la creencia del infierno. No comprendÃa cómo un Dios amoroso podÃa enviar a alguien al infierno a sufrir eternamente.” (Ex católica de Brasil.)
“¿Qué le depara el futuro a la Tierra y al ser humano? ¿Cómo logrará la humanidad vivir para siempre? ¿Cómo conseguirá la paz verdadera?” (Ex católico de Alemania.)
“La enseñanza de la reencarnación no tenÃa sentido para mÃ. Los animales no adoran a Dios, asà que si por alguna razón te reencarnas en uno de ellos para purgar tus pecados, ¿cómo rectificarás tus errores y avanzarás desde ese estado?” (Ex hindú de Sudáfrica.)
“Al criarme en una familia confuciana, participaba en ceremonias por el eterno descanso de nuestros antepasados. Mientras preparaba la mesa de sacrificios y me inclinaba, me preguntaba si nuestros antepasados muertos vendrÃan a comer el alimento y a vernos cuando nos postrábamos ante ellos.” (Ex confuciano de Corea.)
Todas estas personas hallaron respuesta a sus preguntas cuando estudiaron la Biblia con los testigos de Jehová.
El conocimiento exacto: un factor clave para creer en Dios
¿Qué podemos aprender de estas experiencias? Nos enseñan que para creer en Dios es fundamental el conocimiento exacto de la Biblia. El apóstol Pablo dijo a los cristianos de la antigua ciudad de Filipos: “Esto es lo que continúo orando: que el amor de ustedes abunde todavÃa más y más con conocimiento exacto y pleno discernimiento” (Filipenses 1:9). En este pasaje, Pablo relaciona el amor a Dios y a los hermanos en la fe con el conocimiento exacto de Dios y el discernimiento sobre cuál es su voluntad.
Esto es lógico, pues la primera condición para confiar en alguien es conocerlo, y cuanto más completa y fielmente lo hagamos, mejor. Del mismo modo, usted necesita conocimiento exacto para sentirse impelido a creer en Dios. Pablo explicó: “Fe es la expectativa segura de las cosas que se esperan, la demostración evidente de realidades aunque no se contemplen” (Hebreos 11:1). La creencia en Dios sin un conocimiento exacto de la Biblia es similar a un castillo de naipes, al que un leve soplido hace caer.
A través del estudio de la Biblia hallará la respuesta a preguntas como la que por tanto tiempo desconcertó a Abel y Aram, a saber, por qué muere la gente. La Biblia explica que “por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado, y asà la muerte se extendió a todos los hombres porque todos habÃan pecado” (Romanos 5:12). Los seres humanos envejecen y mueren debido al pecado de Adán, no porque Dios se los lleve para tenerlos con él (Génesis 2:16, 17; 3:6, 17-19). Además, la Biblia revela la verdadera esperanza que Jehová Dios, por medio de su Hijo, Jesucristo, ofrece a la humanidad pecadora: la esperanza de la resurrección (Juan 5:28, 29; Hechos 24:15).
A fin de ayudarnos a valorar la verdad sobre la resurrección, en el relato bÃblico figuran varios ejemplos de personas a las que Jesús devolvió la vida (Lucas 7:11-17; 8:40-56; Juan 11:17-45). Al leer dichos relatos, fÃjese en la alegrÃa y la euforia de los amigos y familiares de los resucitados. Observe también que se sintieron impulsados a alabar a Dios y a poner fe en Jesús.
El conocimiento exacto de Dios y sus propósitos puede tener el mismo efecto en las personas de nuestros dÃas. Muchas de ellas se sentÃan confundidas y abrumadas, e incluso habÃan dejado de creer, debido a que no encontraban respuestas satisfactorias a preguntas importantes. Sin embargo, fueron hallando las contestaciones en su estudio de la Biblia, y este hecho cambió su vida por completo.
El amor a Dios: la principal razón para servirle
Aunque el conocimiento exacto es fundamental para creer en Dios, no basta para que nos motive a obedecerle y servirle. Cuando a Jesús se le preguntó cuál era el mayor mandamiento de Dios, él respondió: “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Marcos 12:30). Quienes amen a Dios como Jesús indicó, estarán más que dispuestos a obedecerle y servirle. ¿Es asà en su caso?
Rachel, quien ha sido misionera en Corea durante varias décadas, explica en qué se basa su fe: “Medito en la generosidad de Jehová hacia sus criaturas, en su misericordia al tratar a su pueblo y en el interés que demuestra en que nos beneficiemos al decirnos lo que quiere de nosotros. Todas estas cosas incrementan mi amor a Dios. Y ese amor hace que desee servirle”.
Martha es una viuda que vive en Alemania. Después de cuarenta y ocho años de servicio a Jehová, comenta: “¿Por qué sirvo a Jehová? Por el amor que le tengo. Todas las noches le oro y le expreso mi profundo agradecimiento por sus bendiciones, en particular por el sacrificio de rescate”.
En efecto, el amor a Dios nos impulsa a servirle de todo corazón. Ahora bien, ¿cómo se llega a cultivar este amor? El incentivo más fuerte para desarrollarlo es sentir una profunda gratitud por el amor que él nos ha mostrado. FÃjese en este conmovedor recordatorio de la Biblia: “El que no ama no ha llegado a conocer a Dios, porque Dios es amor. Por esto el amor de Dios fue manifestado en nuestro caso, porque Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que nosotros consiguiéramos la vida mediante él. El amor consiste en esto, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio propiciatorio por nuestros pecados” (1 Juan 4:8-10).
¿Percibe la inmensidad de este amor? ImagÃnese por un instante que se está ahogando en una veloz corriente y un hombre arriesga su vida para salvarlo. ¿Se olvidarÃa de él, o, por el contrario, le estarÃa muy agradecido? ¿No harÃa usted de buena gana todo lo que pudiera por él? Dios demostró un amor incomparablemente mayor al ofrecer a su Hijo, Jesucristo, como sacrificio redentor (Juan 3:16; Romanos 8:38, 39). Cuando el amor de Dios conmueva su corazón, se sentirá impulsado a amarlo y servirle con todo su ser.
Bendiciones presentes y futuras
Aunque el amor a Dios debe ser la principal razón por la que hacemos su voluntad, conforta saber que él recompensa a quienes le sirven. El apóstol Pablo indica: “Sin fe es imposible serle de buen agrado, porque el que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que llega a ser remunerador de los que le buscan solÃcitamente” (Hebreos 11:6).
Dios bendice a los que lo aman y obedecen. En muchos casos gozan de mejor salud por seguir los principios de la Biblia (Proverbios 23:20, 21; 2 Corintios 7:1). Quienes ponen en práctica los principios bÃblicos relativos a la honradez y la diligencia suelen contar con la confianza de sus patronos, de modo que disfrutan de mayor seguridad económica (Colosenses 3:23). Al confiar en Jehová, él los bendice infundiéndoles paz interior aun en circunstancias difÃciles (Proverbios 28:25; Filipenses 4:6, 7). Pero sobre todo, miran al futuro seguros de que recibirán la bendición de vivir eternamente en el venidero ParaÃso terrestre (Salmo 37:11, 29).
¿Qué sienten por Jehová quienes ya disfrutan de estas bendiciones? Jacqueline, una cristiana canadiense, explica por qué está agradecida a Dios: “Siempre nos obsequia con maravillosos regalos y nos da la esperanza segura de vida eterna”. Abel, mencionado antes, describe sus sentimientos como sigue: “La perspectiva de vivir para siempre en un paraÃso terrestre fue una novedad para mÃ, y estoy deseando que se haga realidad. Pero aun en el caso de que no hubiera ese ParaÃso, seguirÃa siendo un placer servir a Dios para demostrarle mi amor”.
Usted también puede tener fe verdadera
“Jehová de los ejércitos está juzgando con justicia; está examinando los riñones y el corazón”, dice la Biblia (JeremÃas 11:20). Asà es, Jehová examina lo que se esconde incluso en lo más recóndito de nuestro ser. Cada uno deberÃa analizar sus motivos para creer en Dios. Es posible que creencias e ideas erróneas acerca de Dios nos hayan llevado en el pasado a tomar decisiones equivocadas. Sin embargo, el conocimiento exacto de la Biblia puede conducirnos a una relación apropiada con el Creador, Jehová Dios (1 Timoteo 2:3, 4).
Mediante los cursos bÃblicos gratuitos que ofrecen, los testigos de Jehová están ayudando a la gente a obtener un conocimiento exacto de Dios (Mateo 28:20). Muchos de los que han aceptado esta ayuda han llegado a amar a Dios y a cultivar auténtica fe en él. Gracias al estudio de la Biblia han adquirido “la sabidurÃa práctica y la capacidad de pensar” que les permite ‘andar con seguridad’ en estos dÃas peligrosos (Proverbios 3:21-23). Y lo más importante es que ya disfrutan de una esperanza “tanto segura como firme” para el futuro (Hebreos 6:19). Usted también puede tener fe verdadera y disfrutar de estas bendiciones.
¿Creemos en un Dios
que no conocemos?
DOS de cada tres alemanes creen en Dios. Sin embargo, cuando se pidió a más de mil que describieran al Dios en el que creen, casi todos dieron una respuesta distinta. “La población alemana tiene tantos conceptos personales de Dios como habitantes”, dice la revista FOCUS. Aunque creer en Dios es encomiable, ¿no es lamentable creer en él sin saber cómo es?
Esta inseguridad en cuanto a la naturaleza o la persona de Dios no se limita a Alemania, sino que se extiende a otros lugares de Europa. Una encuesta efectuada en Austria, Gran Bretaña y los PaÃses Bajos puso de manifiesto que predomina el concepto de que Dios es “un poder superior o un misterio insondable”. Es asà especialmente para los jóvenes, incluso para los que creen en él.
¿Conocemos a Dios personalmente?
Hay una diferencia abismal entre saber que alguien existe y conocerlo personalmente. Por ejemplo, quizá digamos que conocemos a cierto gobernante, a un gran atleta o a una estrella de cine, en el sentido de que reconocemos su existencia. Pero conocer a alguien personalmente encierra mucho más. Es preciso familiarizarse con su personalidad, su conducta, sus sentimientos, sus gustos, sus aversiones y sus planes para el futuro. Dicho proceder puede dar paso a una amistad Ãntima.
Hay una diferencia abismal entre saber que alguien existe y conocerlo personalmente
Centenares de miles de personas han llegado a la conclusión de que no basta con tener una ligera idea de quién es Dios, o simplemente saber que está ahÃ. Han ido más allá y han entablado una Ãntima relación con él. ¿Ha merecido la pena? Paul, quien reside en el norte de Alemania, en un tiempo creÃa en Dios de modo muy general, pero decidió conocerlo personalmente. Ãl explica: “Conocer bien a Dios lleva tiempo y esfuerzo, pero reporta muchos beneficios. Tener una relación estrecha con el Creador hace que la vida mejore muchÃsimo”.
¿Merece la pena el tiempo y el esfuerzo dedicados a conocer a Dios Ãntimamente? Tenga la bondad de leer el siguiente artÃculo.
Jehová
un Dios que vale la pena conocer
¿PUDIERA ser que a nuestra vida le faltara algo importante? Si sabemos poco acerca de Dios, sin duda asà es. ¿Por qué? Como han descubierto millones de personas, conocer al Dios de la Biblia reporta beneficios importantes en la vida, beneficios inmediatos y perdurables.
Jehová, el Autor de la Biblia, desea que lo conozcamos. El salmista escribió: “Que la gente sepa que tú, cuyo nombre es Jehová, tú solo eres el AltÃsimo sobre toda la tierra”. Dios sabe que conocerlo es lo mejor para nosotros. “Yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo.” ¿Cómo nos beneficia conocer a Jehová, el AltÃsimo? (Salmo 83:18; IsaÃas 48:17.)
Un beneficio palpable es que recibimos dirección para hacer frente a los problemas cotidianos, una esperanza firme para el futuro y paz interior. Además, conocerlo bien nos impulsa a adoptar una actitud diferente con respecto a las cuestiones más importantes que hoy dÃa afronta todo el mundo. ¿A qué cuestiones nos referimos?
¿Tiene sentido la vida?
Pese al impresionante progreso tecnológico, el hombre de hoy sigue haciéndose las mismas preguntas fundamentales: ¿Por qué estamos aquÃ? ¿Adónde nos dirigimos? ¿Qué propósito tiene la vida? Si no se obtienen respuestas satisfactorias, la vida carece de verdadero sentido. ¿Percibe mucha gente esta carencia? En una encuesta realizada en Alemania a finales de los años noventa, la mitad de los entrevistados dijeron que con mayor o menor frecuencia pensaban que la vida no tenÃa sentido. Tal vez esta sea una opinión común en su localidad.
El hombre sigue haciéndose las mismas preguntas fundamentales: ¿Por qué estamos aqu� ¿Adónde nos dirigimos? ¿Qué propósito tiene la vida?
Sin un rumbo en la vida, falta cimiento sobre el que edificar objetivos personales. Muchos tratan de compensar esta deficiencia yendo tras el éxito profesional o las riquezas, pero el sentimiento de vacÃo sigue inquietándolos. Carecer de un norte en la vida atormenta tanto a algunas personas, que ya no desean seguir viviendo. Este fue el caso de una joven y hermosa mujer que, según el periódico International Herald Tribune, se crió “en medio de una riqueza asombrosa y de privilegios ilimitados”. Aunque vivÃa rodeada de lujos, se sentÃa sola y no le encontraba sentido a su vida, de modo que se suicidó tomando una sobredosis de barbitúricos. Tal vez sepa de otras personas que se sentÃan solas y cuya existencia también acabó trágicamente.
¿Ha oÃdo alguna vez afirmar que la ciencia puede explicarnos todo acerca de la vida? El semanario alemán Die Woche señala: “Por precisa que sea la ciencia, es débil en el aspecto espiritual. La evolución parece algo rudimentaria, y hasta la fÃsica cuántica, con todas sus impredecibles fluctuaciones, ofrece de todo menos consuelo y seguridad”. Gracias a los descubrimientos cientÃficos se ha logrado describir las diversas formas de vida y explicar muchos de los ciclos y procesos naturales. Sin embargo, la ciencia no puede explicar la razón de nuestra existencia ni hacia dónde nos dirigimos. Si dependiéramos exclusivamente de la ciencia, nuestras preguntas en cuanto al sentido de la vida quedarÃan sin respuesta. En consecuencia, como dice el periódico Süddeutsche Zeitung, existe “la necesidad general de recibir orientación”.
¿Quién puede proporcionar dicha orientación mejor que el Creador? Dado que él puso a los seres humanos en la Tierra, debe de saber por qué estamos aquÃ. La Biblia explica que Jehová los creó para que poblaran este planeta y lo cuidaran. Los humanos debÃan reflejar en todas sus actividades cualidades divinas, como la justicia, la sabidurÃa y el amor. Cuando comprendemos por qué nos creó Jehová, entendemos la razón de nuestra existencia (Génesis 1:26-28).
¿Qué puede hacer usted?
En caso de que en el pasado no haya encontrado respuestas satisfactorias a las preguntas de por qué estamos aquÃ, adónde nos dirigimos y qué propósito tiene la existencia, el consejo de la Biblia es conocer Ãntimamente a Jehová. De hecho, Jesús dijo: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo”. También es aconsejable que cultive cualidades piadosas como el amor y tenga la meta personal de vivir bajo el venidero Reino mesiánico de Dios. Asà conseguirá un propósito en la vida y una esperanza maravillosa y segura. Las preguntas fundamentales que le inquietaban habrán obtenido respuesta (Juan 17:3; Eclesiastés 12:13).
¿Cambian las cosas desde esta perspectiva? Hans es un hombre que debe de saberlo.* Aunque años atrás tenÃa un vago concepto de Dios, sus creencias no influÃan en su vida. Su mundo eran las drogas, las mujeres, los delitos menores y las motos. “Para mà la vida estaba vacÃa, no me satisfacÃa”, admite. Cuando tenÃa unos 25 años de edad, Hans decidió conocer a Dios personalmente leyendo la Biblia con atención. Al entablar una Ãntima relación con Jehová y comprender el propósito de la existencia, decidió cambiar su manera de vivir y se bautizó como testigo de Jehová. Ha dedicado los últimos diez años al ministerio de tiempo completo. Dice con franqueza: “Servir a Jehová es el mejor modo de vivir. No tiene comparación. Conocer a Jehová ha dado sentido a mi vida”.
Naturalmente, el propósito de la vida no es la única cuestión que preocupa a mucha gente. A medida que se deterioran las condiciones mundiales, cada vez más personas están angustiadas por otra cuestión fundamental.
¿Por qué tuvo que ocurrir?
Cuando sobreviene una desgracia, la mente de la vÃctima suele centrarse en una pregunta: ¿por qué tuvo que ocurrir? La capacidad emocional para afrontarla depende en buena medida de que se obtenga una respuesta adecuada a este interrogante. Si no se responde satisfactoriamente, el sufrimiento persiste y la vÃctima puede amargarse. Vea, por ejemplo, el caso de Bruni, una madre de mediana edad.
“Hace unos años murió Susanne, mi pequeña. Como yo creÃa en Dios, acudà al sacerdote en busca de consuelo. Este me dijo que Dios se la habÃa llevado al cielo a vivir como un ángel. La muerte de mi hija no solo hizo que mi mundo se viniera abajo, sino también que odiara a Dios por habérsela llevado.” El dolor y el sufrimiento de Bruni duraron varios años. “Luego —relata—, una testigo de Jehová me mostró con la Biblia que no habÃa motivo para odiar a Dios. Jehová no se habÃa llevado al cielo a Susanne, ni la habÃa convertido en un ángel. Su enfermedad fue el resultado de la imperfección humana. Mi hija está durmiendo en la muerte, esperando a que Jehová la resucite. También aprendà que él hizo a los seres humanos para que vivieran eternamente en una Tierra paradisÃaca, cosa que se hará realidad dentro de poco. Cuando empecé a entender la clase de persona que es Jehová realmente, me sentà más allegada a él y el dolor comenzó a remitir.” (Salmo 37:29; Hechos 24:15; Romanos 5:12.)
“Cuando empecé a entender la clase de persona que es Jehová realmente, me sentà más allegada a él”
Millones de personas sufren adversidades de una forma u otra: tragedias personales, guerras, hambre y desastres naturales. Bruni se sintió aliviada cuando vio en la Biblia que Jehová no tiene la culpa de las calamidades, que él nunca se propuso que el hombre sufriera y que pronto acabará con la maldad. El hecho en sà de que la maldad vaya en aumento es señal de que actualmente estamos viviendo en “los últimos dÃas” de este sistema de cosas. El drástico cambio para mejor que todos anhelamos está a punto de llegar (2 Timoteo 3:1-5; Mateo 24:7, 8).
Cómo conocer a Dios
Hans y Bruni tenÃan una idea bastante imprecisa acerca de Dios. CreÃan, pero no sabÃan mucho de él. Cuando dedicaron tiempo a adquirir conocimiento exacto de Jehová, sus esfuerzos se vieron recompensados. Obtuvieron respuestas satisfactorias a las preguntas más importantes de nuestro dÃa, lo que les proporcionó paz interior y una esperanza segura para el futuro. Millones de siervos de Jehová han pasado por una experiencia parecida.
Para conocer a Jehová, primero hay que examinar la Biblia con detenimiento, pues este libro nos habla de él y nos dice lo que pide de nosotros. Eso hicieron algunas personas en el siglo I. El historiador y médico Lucas relata que los miembros de la congregación judÃa de Berea (Grecia) “recibieron [de Pablo y Silas] la palabra con suma prontitud de ánimo, y examinaban con cuidado las Escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas eran asÔ (Hechos 17:10, 11).
Además, los cristianos del siglo primero se reunÃan en congregaciones (Hechos 2:41, 42, 46; 1 Corintios 1:1, 2; Gálatas 1:1, 2; 2 Tesalonicenses 1:1). Lo mismo sucede en la actualidad. Los testigos de Jehová se congregan en reuniones que están especialmente ideadas para ayudar a la gente a acercarse a Jehová y servirle con gozo. Relacionarse con los Testigos de la localidad reporta otro beneficio. Dado que los seres humanos tienden a parecerse cada vez más al Dios que adoran, los testigos de Jehová manifiestan cualidades, si bien a un grado limitado, que Dios mismo tiene. De modo que reunirse con ellos nos ayuda a llegar a conocer a Jehová aún mejor (Hebreos 10:24, 25).
¿Le parece demasiado esfuerzo solo para conocer a una Persona? Sin duda, hace falta esfuerzo. ¿Pero no sucede lo mismo con muchas cosas que tratamos de lograr en la vida? No hay más que pensar en el empeño que ponen los atletas de elite en sus entrenamientos. Por ejemplo, el francés Jean-Claude Killy, medalla de oro olÃmpico en esquÃ, dice lo que se necesita para ganar una competición deportiva internacional: “Hay que empezar diez años antes y planearlo durante años y años pensando en ello todos los dÃas [...]. Es una tarea mental y fÃsica de 365 dÃas al año”. ¡Todo ese tiempo y esfuerzo para una carrera que tal vez dure diez minutos! Pensemos en lo mucho más que hay en juego en conocer a Jehová y en lo perdurables que son los beneficios.
Una relación cada vez más estrecha
¿Quién quiere que a su vida le falte algo importante? Nadie. Por lo tanto, si usted cree que su vida carece de verdadero sentido, si anhela una explicación de por qué azotan las adversidades, resuélvase a conocer a Jehová, el Dios de la Biblia. Aprender de él cambiará su existencia para mejor y por siempre.
¿Dejaremos de aprender de Jehová alguna vez? Los que llevan decenios sirviéndole todavÃa se maravillan de lo que han aprendido y siguen aprendiendo acerca de él. A medida que vayamos conociéndolo, nos sentiremos más felices y más allegados al Creador. Hagámonos eco de los pensamientos del apóstol Pablo, que escribió: “¡Oh la profundidad de las riquezas y de la sabidurÃa y del conocimiento de Dios! ¡Cuán inescrutables son sus juicios e ininvestigables sus caminos! Porque ‘¿quién ha llegado a conocer la mente de Jehová, o quién se ha hecho su consejero?’” (Romanos 11:33, 34).
* Se han cambiado los nombres.
“Servir a Jehová es el mejor modo de vivir. No tiene comparación. Conocer a Jehová ha dado sentido a mi vida”
2006-10-22 09:55:01
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answer #5
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answered by Anonymous
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