No sè si serà causa de no consumaciòn del matrimonio ya que puede producirse en cualquier momento de la vida de una mujer. O sèa, podès tener una sexualidad plena y de pronto..... Bah, de pronto no, generalmente es por un trastorno emocional, una violaciòn, estres, algo muy profundo e importante, que hace que la mujer canalice a traves de su vagina, lo que no puede hacer o decir de otra manera. Es muy doloroso fisicamente y se necesita de un buen terapeuta y un sexòlogo o ginecologo para superarlo.
2006-10-16 07:42:41
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answer #1
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answered by adriana 6
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La definición de vaginismo nos dice que es la imposibilidad de realizar el acto sexual por la contracción involuntaria de los músculos del tercio inferior de la vagina. Algunas mujeres que padecen vaginismo pueden gozar de los juegos sexuales, e incluso alcanzar el orgasmo, por vía de la estimulación del clítoris, siempre que no se produzca el coito ni la introducción del pene en la vagina.
Generalmente la contracción involuntaria y condicionada (espasmo) de los músculos de la parte inferior de la vagina, son generados por un deseo inconsciente de la mujer de evitar la penetración.
El dolor del vaginismo puede impedir que se logre la penetración, resultando casi siempre la ausencia de consumación del "acto sexual".
El vaginismo se considera que es producto de una respuesta aprendida, con frecuencia debida a dispareunia (dolor al intentar el coito). Incluso tras eliminar la causa de la dispareunia, el recuerdo del dolor puede mantener el vaginismo.
Otras posibles causas son las asociadas al miedo de que se produzca un embarazo, temor a ser controlada por un hombre, temor a perder el control, miedo a sufrir dolor durante la penetración. Si la mujer tiene estos temores, el vaginismo es generalmente primario (permanente).
Incluso el miedo hace que al contacto del médico la persona evidencia una reacción de evitación por su parte. La observación de un espasmo vaginal involuntario durante la exploración pélvica confirma el diagnóstico. La historia de la persona y su desarrollo psico sexual y la exploración física pueden definir las causas del vaginismo, sean físicas o psicológicas. En ocasiones se requiere del uso de anestesia local para evitar el espasmo y lograr la exploración.
Las técnicas de relajación muscular brindan una buena opción para tratar el vaginismo. La persona que lo padece tendrá que usar dilatadores de goma o plástico de tamaño consecutivo, comenzando por el más pequeño, que se mantienen durante 10 min dentro de la vagina y así consecutivamente. En su lugar pueden utilizarse dilatadores rectales para jóvenes, que son más cortos y producen menos molestias. Es muy recomendable que la paciente se coloque los dilatadores en la vagina por si misma.
Se deben realizar ejercicios de contracción muscular de la zona de la vagina (ejercicios de Kegel) mientras el dilatador esté colocado, lo cual ayuda a tener control de la musculatura vaginal. Estos ejercicios consisten en contraer los músculos para vaginales tanto tiempo como sea posible y después los relaja mientras se concentra en la sensación que esto produce.
La dilatación gradual debe realizarse al menos 3 veces a la semana, en el hogar o supervisada por el médico. La paciente debe realizar un procedimiento similar con sus dedos 2 veces al día.
En el momento que la persona puede insertar dilatadores mayores sin molestias, se intentará la relación coital. Lo cual se acompaña de la asesoría a la pareja. La exploración sexológica antes de comenzar la dilatación gradual suele ser útil; en presencia de la pareja, el médico identifica las partes anatómicas mientras la paciente se auto examina utilizando un espejo.
Esta técnica suele eliminar la ansiedad en ambos compañeros y facilita la comunicación acerca de temas sexuales.
La incidencia de este problema fue estimado con certeza por Masters y Johnson (1987) entre un 2 y 3%.
El vaginismo también puede apareces después de un problema orgánico que ha provocado dolores durante el coito, cuando estos remiten el reflejo aprendido se mantiene.
La reacción de la pareja es importante ante este problema, hay quien no le da importancia, unos mantienen y fomentan el problema demostrando miedo a hacerlas daño y otros consideran que es la forma que tiene la pareja de estropear el acto sexual, lo que deteriora la relación.
Los sexólogos Masters y Johnson tratan el vaginismo ofreciendo a la pareja una indicación de la índole del reflejo espasmódico involuntario y mostrando el funcionamiento del reflejo en el curso de una exploración pélvica meticulosa en presencia del compañero, a la vez que se pide a la mujer que observe la exploración a través de un espejo. Después de este primer paso, el clínico enseña a la paciente varias técnicas para relajar los músculos que rodean la vagina. El método que mencionan como más eficaz, es el de hacer primero que la paciente tense deliberadamente estos músculos, dejando luego que se distiendan por si solos. Enseguida se entregan a la mujer un juego de dilatadores de plástico de diferentes tamaños. Se introduce e! más pequeño, poco más o menos del grosor de un dedo, en el interior de la vagina.
Posteriormente se le enseña a colocarse el dilatador utilizando lubricante vaginal, y se le indica que practique en su casa varias veces durante cada día, manteniendo los dilatadores fijos entre diez minutos y un cuarto de hora en cada sesión. Al cabo de cinco o seis días, la mayoría de las mujeres puede emplear el dilatador mayor, de un grosor semejante al de un pene en erección. Al llegar la mujer a esta etapa, y si la pareja no tiene problemas con su convivencia, el paso a la relación coital es bastante fácil. Cuando se da este último paso, es muy importante que la mujer misma sea quien introduzca el pene en su vagina, con objeto de que se sienta dueña de la situación.
Otra sexóloga, Helen Kaplan, considera que el tratamiento del vaginismo es con base en la modificación de la causa inmediata de este trastorno, es decir, la respuesta condicionada que lo genera. Las causas más profundas se tratan sólo en el caso de que representen un obstáculo para la desensibilización corporal.
Para desensibilizar el introito vaginal espástico, el método más común es el descrito anteriormente. Kaplan opina que cuando la aprehensión y el temor de la paciente y su consiguiente evitación fóbica de la inserción representan obstáculos importantes para la aplicación de esta técnica terapéutica, el primer objetivo debe ser eliminar dicha fobia, ya que una vez conseguido esto, el procedimiento de extinción se realiza en cuestión de días.
Las fobias específicas suelen ceder ante un amplio espectro de técnicas terapéuticas. El psicoanálisis, la terapia de la conducta y la hipnosis, así como la farmacoterapia, son algunos de los métodos que parecen haber logrado éxitos en este campo. Los terapeutas de la conducta han informado de resultados excelentes en el tratamiento de fobias mediante la "desensibilización sistemática". La sensibilización es otra excelente herramienta que puede utilizarse para desterrar las fobias.
Kaplan menciona que el método empleado por Masters y Johnson explota los importantes parámetros transaccionales de la situación conyugal y menciona las ventajas de utilizarlo: en primer lugar, el mostrar de una manera espectacular y visible a la pareja la naturaleza de la vagina cerrada es muy útil como herramienta para desterrar el misterio que rodea, en tantos casos, a este estado patológico. Por ello, opina que el examen conjunto puede constituir el primer paso para crear ese ambiente tranquilizador y relajado que es un rasgo esencial de cualquier tratamiento basado en el uso de técnicas de desensibilización. Así mismo, le parece positivo que Masters y Johnson impliquen a la pareja en todas las fases del tratamiento, aunque apunta que otros terapeutas opinan que incluir a la pareja en las fases iniciales del tratamiento puede movilizar defensas y angustia en la paciente, por lo que ellos posponen la participación de éste hasta que se ha reducido en buena medida la ansiedad fóbica de la paciente.
El objetivo principal del tratamiento es aliviar la ansiedad de la paciente y para ello utilizan el formato que más conviene a cada paciente en particular. Así, menciona que en la práctica ha comprobado que muchas mujeres muestran reacciones emocionales adversas ante la idea de insertar instrumentos mecánicos en su vagina, de ahí que prefieran recomendar utilizar el dedo de la paciente o de su pareja, aunque en ocasiones se ha sugerido el uso de un tampón cuando la paciente está familiarizada con ellos.
Kaplan opina que en la mayor parte de los casos, basta el apoyo, la tranquilización, una rápida interpretación de los componentes inconscientes de los temores de la paciente y, sobre todo, enfrentarla con el hecho de que si no puede insertar nada en su vagina no se va a poder curar, para reducir la intensidad de sus temores lo suficiente como para poder iniciar los ejercicios de dilatación vaginal.
2006-10-16 07:44:05
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answer #2
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answered by Paula Linares 1
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