La muerte como estado
Es un estado de la materia orgánica, incapaz de ser utilizado por proceso homeostático alguno. Es el opuesto a la vida. Así, nos podemos encontrar con materia orgánica en proceso de degradación (un filete de ternera es materia orgánica descomponiendose. Vease el apartado '2.2 Muerte Celular').
La muerte como evento
Suceso obtenido como resultado de la incapacidad orgánica de sostener la homeostasis. Dada la degradación del ADN contenido en los núcleos celulares, la réplica de las células se hace cada vez más costosa. Por lo que los recursos energéticos cada vez se centran más en tratar de conservar el ADN bueno, desechando el malo, en detrimento de otras funciones homeostáticas (se degrada el sistema inmunológico, cardio-vascular, linfático, nervioso, circulatorio, etc). La tendencia a enfermar aumenta y la gravedad de las enfermedades son mayores. Se muere por norma general, como resultado de una enfermedad que interrumpe el proceso homeostático. En este caso muere el organismo pero sobrevivien algunas células y órganos, los cuales pueden ser utilizados para transplantes, pues en caso contrario mueren en un período corto al encontrarse sin un anfitrión compatible.
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La muerte de una parte del organismo
También llamada necrosis, es la incapacidad de un miembro de sostener sus funciones homeostáticas locales. Por norma general suele acontecer por interrupción de la alimentación del órgano, sección corporal y/o miembro. Dado que el sistema circulatorio es el principal cauce de alimentación, cuando es interrumpido de forma localizada, es cuando acontece la necrosis local. Por ejemplo, es posible para una célula individual e incluso para un órgano el morir, y aún así el organismo como un todo puede continuar viviendo. Las células de un organismo por lo usual viven por un tiempo corto, por lo que mueren y son reemplazadas por otras nuevas continuamente.
La muerte celular
La función que permite a una célula mantener su función homeostática, es el metabolismo. Esta función se desarrolla normalmente si la célula aun no ha llegado al final de su programa genético y/o no consigue reponer los elementos necesarios para sostener dicho proceso.
Características de las lesiones celulares reversibles.
Pérdida de ATP que disminuye la actividad ATP-asa en la membrana.
Hinchazón célular aguda (pérdida del control de volumen).
Aumento de la velocidad de la glicólisis para compensar la pérdida de ATP.
Desprendimiento de los ribosomas del retículo endoplásmico rugoso.
Permeabilidad incrementada de la membrana y disminución de la actividad mitocondrial que resulta en el ampollamiento de la superficie célular.
Mitocondrias normales, ligeramente hinchados o condensados.
Características de las lesiones irreversibles.
Vacuolización severa de las mitocondrias.
Daño masivo de la membrana celular.
Crecimiento de los lisozomas.
Entrada de calcio y activación de las proteasas y fosfatasas.
Pérdida continua de proteínas coenzimas y ARN.
Eosinofilia que produce rompimiento de lisozomas.
Picnosis (condensación nuclear con agregación de cromatina).
Cariólisis (destrucción de cromatina).
Carirrexis (fragmentación nuclear).
Digestión enzimática del citoplasma y nucleo, fuga de compuestos intracelulares y entrada de macromoléculas extracelulares.
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La muerte como contraste
Es el fin de la vida, opuesto al nacimiento. El evento de la muerte es la culminación de la vida de un organismo vivo, mientras que el estado es lo que sucede a dicho evento. Sinónimos de muerto son occiso y difunto.
Se suele decir que una de las características clave de la muerte es que es definitiva, y en efecto, los científicos no han sido capaces hasta ahora de presenciar la recomposición del proceso homeostático desde un punto termodinámicamente irrecuperable.
Sin embargo, hay muchas religiones que no están convencidas de que la muerte sea siempre y necesariamente irreversible, y por ello algunas personas creen literalmente en un poder sobrenatural capaz de resucitar después de la muerte, mientras que otros tienen fuertes esperanzas en el desarrollo de procesos que paralicen el detrioro termodinámico de un cuerpo orgánico sin la función homeostática, almacenarlo y aplicar técnicas de reanimación perfectamente plausibles desde ese punto de deterioro. La criónica o criogenia es uno de los más investigados.
Consecuencias psicológicas de la muerte humana
Para la mente humana, las consecuencias psicológicas de la muerte se derivan de la ruptura entre lo esperado y lo obtenido. Obligan al cerebro a cambiar fisiológicamente las conexiones sinápticas de las neuronas. El impacto es tan fuerte que, al no poder usar los esquemas sinápticos habituales, el cerebro puede inhibir el riego sanguíneo a la región implicada entrando en lo que se denomina estado de shock y posible perdida de consciencia (mareos, vómitos, mal estar general, nerviosismo, desmayo, cefaleas, migrañas, etc). Cuando el organismo sale de ese estado, comienza a asumir la realidad desde un punto energéticamente sostenible (en los casos en los que no se sostiene, suelen acabar en depresión crónica, suicidio o cualquier otra alteración de la personalidad), reconstruyendo el mapa sináptico por caminos alternativos, que marcarán a la persona para el resto de su vida (en muchos casos no acaba reconstruyendose definitivamente). Dado que por naturaleza somos tendentes a gastar lo mínimo para obtener el máximo, el dolor emocional de la muerte es el resultado de la no posibilidad de recurrir a esa persona que, emocionalmente nos resultaba un apoyo energético y un ahorro en nuestros recursos, obteniendo los mejores resultados posibles. Al tomar conciencia del esfuerzo que hacen las personas por sernos de ayuda, los sentimientos de amor florecen, siendo imposibles de volcar cuando esa persona ha fallecido. Por lo que queda energía disponible sin canalizar. Las tradiciones religiosas son un intento por canalizar ese sufrimiento y/o dolor creando figuras imaginarias en donde volcar esas energías, pero que al ser confrontadas con las facultades de la razón, levantan nuevamente la sensación de dolor agudo emocional.
Muerte humana: definiciones y significados emotivos
Cadáver de un soldado alemán durante la II Guerra Mundial "All Is Vanity" por C. Allan Gilbert, sugiriendo el entretejido entre la vida y la muerte.El tipo de muerte más importante para el ser humano es sin duda la muerte humana. La reflexión acerca de la muerte del ser humano trae consigo algunas preguntas.
En primera instancia, ¿cómo puede ser determinado el momento exacto de una defunción? Esto resulta importante por varios motivos. Conocer con certeza el instante de una muerte sirve entre otras cosas para asegurar que el testamento del difunto será únicamente aplicado tras su muerte, y en general guiarnos con respecto a cuándo actuar apropiadamente ante una persona difunta.
Medicina forense
En particular, identificar el momento exacto de la muerte es importante en casos de transplante de órganos, ya que los órganos deben ser retirados del cuerpo lo más pronto posible tras la muerte. Históricamente los intentos por definir el momento preciso de la muerte han sido problemáticos. Antiguamente se definía la muerte (evento) como el momento en que cesan los latidos del corazón y la respiración, pero el desarrollo de la ciencia ha permitido establecer que realmente la muerte es un proceso, el cual en un determinado momento, se torna irreversible. Hoy en día, cuando es precisa una definición del momento de la muerte, se considera que este corresponde al momento en que se produce la irreversibilidad de este proceso. Existen en medicina protocolos clínicos que permiten establecer con certeza el momento de la muerte, es decir, que se ha cumplido una condición suficiente y necesaria para la irreversibilidad del proceso de muerte.
Gracias al avance tecnológico de la medicina, hoy es posible mantener una actividad cardiaca y ventilatoria artificial en cuidados intensivos, en una persona en la que el proceso de degradación homeostática se ha tornado irreversible. El protocolo utilizado para el diagnóstico de la muerte en este caso es diferente y debe ser aplicado por especialistas en ciencias neurológicas, hablándose entonces de "muerte cerebral" o "muerte encefálica". En el pasado, algunos consideraban que era suficiente con el cese de actividad eléctrica en la corteza cerebral (lo que implica el fin de la conciencia) para determinar la muerte encefálica, es decir, el cese definitivo de la conciencia equivaldría a estar muerto, pero hoy se considera, en casi todo el mundo, difunta a una persona (aún si permanece con actividad cardiaca y ventilatoria gracias al soporte artificial en una unidad de cuidados intensivos), tras el cese irreversible de la actividad vital de todo el cerebro incluido el tallo cerebral (estructura más baja del encéfalo encargada de la gran mayoría de las funciones vitales), comprobada mediante protocolos clínicos neurológicos bien definidos y soportada por pruebas especializadas.
En estos casos, la determinación de la muerte puede ser dificultosa. Un electroencefalograma, que es la prueba más utilizada para determinar la actividad eléctrica cerebral, puede no detectar algunas señales electricas cerebrales muy débiles o pueden aparecer en él señales producidas fuera del cerebro y ser interpretadas erróneamente como cerebrales. Debido a esto, se han desarrollado otras pruebas más confiables y específicas para evaluar la vitalidad cerebral como la Tomografía por Emisión de Fotón Único (SPECT cerebral), la Panangiografía cerebral y el Ultrasonido transcraneal.
La muerte en la sociedad humana
Danza de la muerteEn torno a la muerte giran todas las culturas y organizaciones sociales humanas. Así, su concepción de la muerte como fin o como tránsito, su creencia en una vida después de la muerte, en el juicio... actúan como condicionantes para la actuación de los individuos en un sentido u otro. La idea de inmortalidad y la creencia en el Más Allá aparecen de una forma u otra en prácticamente todas las sociedades y momentos históricos. Parece que el ser humano necesita creer en ello como cláusula de cierre que otorgue sentido a su existencia. No existen evidencias concluyentes ni a favor ni en contra de esa vida ultraterrena (véase experiencia cercana a la muerte), por lo que queda al arbitrio de los individuos, en el marco de los conceptos dados por su sociedad, la decisión de creer o no creer y en qué creer exactamente. La esperanza de vida en el entorno social determina la presencia en la vida de los individuos de la muerte, y su relación con ella. Su presencia en el arte es constante, siendo uno de los elementos dramáticos a los que más se recurre tanto en el teatro, como en el cine o en novelas y relatos.
Tradiciones religiosas
La segunda pregunta en surgir de la muerte humana y tal vez la más interesante es: ¿Qué ocurre a los seres humanos tras la muerte?. Realmente, lo que se preguntan es qué ocurre con las facultades mentales de la persona que ha fallecido. Unos creen que se conservan gracias al espíritu que impelía a su mente, elevando su estado de conciencia a realidades aun mayores, otros creen en la migración del alma de un ser humano tras su muerte a un plano físicamente inalcanzable. Preguntas sobre la existencia de la vida después de la muerte o la reencarnación continúan hoy sin resolver, principalmente por su alto contenido de emotividad, aspecto que ciega a los procesos racionales de la mente. Razonar con personas que han depositado sus esperanzas en ideas insostenibles desde el punto de vista racional, provoca violencia, o una lucha interna por conservar sus valores que le permiten a su mente retroalimentarse de la forma que lo hace.
Para muchos, la creencia en la vida tras la muerte es un consuelo en conexión a la muerte de un ser amado o ante la conciencia de la muerte propia. Por otra parte, el miedo al infierno puede hacer de la muerte algo aún más trágico. Las inquietudes humanas con respecto a la muerte han sido históricamente una importante motivación para el desarrollo de religiones organizadas.
Muchos antropólogos creen que los entierros dedicados de los Neandertales son evidencia de su creencia en la vida después de la muerte.
2006-10-12 12:55:47
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answer #3
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answered by Trastolillo 7
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