Hallan virus nunca vistos en humanos
Provendrían de monos.
(La Nación) Durante la 12a. Conferencia Anual de Retrovirus en esta ciudad, anunciaron el descubrimiento de dos retrovirus nunca antes vistos en humanos y que podrían proceder de monos. Se trata de los virus T-linfotrópico tipos 3 y 4 o HTLV-3 y HTLV-4, vinculados con los HTLV 1 y 2, de los que se sabe que son causa de leucemias y enfermedades neurológicas.
El doctor Walid Hemeine, del Centro de Control de Enfermedades (CDC) de Atlanta, que encabezó la investigación, explicó que aún se ignora qué males podrían provocar los nuevos retrovirus, que insertan directamente su material genético en las células de una forma similar al VIH, el virus del sida.
Hemeine dijo que 25 millones de personas podrían estar infectadas con ambos retrovirus, detectados originalmente en 930 ciudadanos de Camerún dedicados a la cacería de monos, por lo que podrían ser originales de los simios.
Otro estudio presentado durante el encuentro científico en esta ciudad indicó un incremento del sida en la población negra de los EE.UU, que contrae la infección dos veces más de promedio que a inicios de la década del noventa
La otra historia del HIV
El norteamericano Robert Gallo desciende de una familia de inmigrantes piamonteses. Según cuenta en su autobiografía Cazando virus, se decidió a investigar el cáncer luego de que su pequeña hermana muriera de leucemia.
Ansioso por llegar pronto al Nobel, Gallo tuvo un serio traspié cuando
anunció en 1976 que había descubierto el retrovirus que causaba el cáncer. Pero al poco tiempo quedó en evidencia que su llamado "virus del tumor humano" de hecho sólo afectaba a los monos. Gallo se disculpó explicando que inadvertidamente los cultivos de tejido humano se habían contaminado con el virus simiesco debido a un "accidente del freezer". Cayó en el ridículo, y durante un tiempo todos se burlaron de su "virus del rumor humano".
Dos años después, Gallo recuperó algo de prestigio cuando descubrió el HTLV- 1 (Virus Humano del Linfoma de células-T), el primer retrovirus que resultó implicado en la leucemia humana. Pero de pronto el escenario mundial de la salud sufrió un cambio radical cuando se dieron a conocer en 1979 los primeros casos de SIDA. La nueva pandemia, que al principio se asociaba exclusivamente con la homosexualidad masculina (se lo llamaba "cáncer gay" o GRID, Gay Related Inmune Deficiency), tomó el nombre de AIDS (sida, en
español) en cuanto se descubrió que nadie estaba exento de contagio. El nuevo desafío era encontrar su etiología. Gallo era apenas uno de los tantos que estaban investigando el SIDA. Bajo
la dirección de Luc Montagnier, los franceses del Instituto Pasteur también trabajaban en el tema, aunque con menos prensa.
Pensando que podría tratarse del HTLV, y considerando que la investigación del SIDA era de interés para toda la humanidad, Montagnier no perdió tiempo y le mandó una muestra a Gallo. El norteamericano le hizo llegar los anticuerpos de que disponía, pero éstos no reaccionaron con el virus galo.
Evidentemente, se trataba de otro agente, que prudentemente Montagnier llamó LAV (virus asociado con la linfo-adenopatía). En realidad, había descubierto el HIV, que es un lentivirus de otra clase.
Cumpliendo escrupulosamente con las normas éticas, Montagnier le mandó a Gallo en 1983 un informe y algunas muestras del LAV, a pesar de que algunos de sus colaboradores le habían advertido que los norteamericanos se lo iban a robar. Gallo ignoró sus informes, pero pidió otras muestras. Entonces fue cuando súbitamente Gallo "descubrió" un tercer retrovirus de la familia HTLV y anunció al mundo que había develado el enigma del SIDA.
El 24 de abril de 1984, la secretaria de Salud de los Estados Unidos
Margaret Heckler se apresuró a anunciar "un nuevo triunfo de la ciencia (norte)americana", mediante una pomposa conferencia de prensa convocada en Washington. El SIDA era causado por "una variante de un virus del cáncer llamada HTLV-3, descubierta por el eminente científico norteamericano Dr. Robert Gallo".
Pronto, a las protestas de los franceses se sumaron las de muchos
científicos norteamericanos, algunos de los cuales estuvieron a punto de perder sus empleos por afirmar públicamente que el descubrimiento pertenecía a Montagnier.
Pronto la verdad se abrió paso, cuando los expertos dictaminaron que el HTLV-3 yanqui era idéntico al LAV francés. No había confusión posible. En un campo donde los virus mutan con alta frecuencia, era imposible que dos muestras se parecieran. Los dos virus eran tan iguales como si uno fuera la fotocopia de otra. No cabía duda de que alguien se había robado el HIV. ¿Quizás el eminente Dr. Gallo?
En una entrevista, Gallo declaró que "toda esta estúpida polémica fue provocada solamente por razones de patentes y dinero". Nunca dijo nada más cierto.
En efecto, los franceses del Pasteur, asociados con una empresa
norteamericana, habían presentado en diciembre de 1983 una solicitud de patente para el test de HIV, que fue convenientemente cajoneada. El problema se dió por resuelto mediante un acuerdo firmado en 1987 por Ronald Reagan, flanqueado por George Bush (padre) y Jacques Chirac, donde se repartían en partes iguales entre Francia y Estados Unidos los derechos por la patente del test, aunque los franceses renunciaban a sus acciones legales.
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2006-09-13 04:34:30
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answer #1
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answered by larabelen_2005 3
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