Todo tiene su historia y tradiciones que en general son difíciles de cambiar. (Y a veces no es necesario hacer esos cambios).
En este caso, antes de la "unificación de España", los diversos reinos estaban divididos y sus límites cambiaban con frecuencia, dependiendo de los herederos de los nobles y reyes.
Mucho antes de eso, durante el apogeo del Imperio Romano, en lo que hoy es España (Hispania), como en la mayoría de Europa, el "idioma oficial" era el latín. Hispania, Gallia, etc., eran provincias del Imperio. Luego, con las incorporaciones de los distintos idiomas y dialectos, celta, visigodo, ostrogodo, galaico, galego, etc., se fue conformando el "castellano", lengua hablada en el Reino de Castilla, el que con el tiempo fue teniendo mayor poder que los de Navarra, Aragón, Galicia, Catalunya, etc.... Con la unificación, ya en épocas de Alfonso X "El Sabio", el castellano se impuso de alguna manera oficialmente a los demás estados, pese a que cada "ex-reino" siguiera manteniendo su dialecto o lengua. Por eso el idioma hablado es el castellano y no debería ser llamado "español", aunque se lo llama "español" porque es el idioma "oficial de "España", para no "imponer" al "ex-Reino" de Castilla sobre las demás provincias y regiones. En Valencia y alrededores la mayoría habla valenciano, pero todos aprenden "castellano = español" y lo conocen a la perfección (supuestamente, claro). En Cataluña, el catalán predomina entre la gente, pero no creo que ningún catalán no sepa el castellano, en Galicia, el gallego (galego) y los más disconformes son los vascos, porque el "euskera", o idioma de "Euskadi", o País Vasco, es completamente distinto al latín y las "lenguas romances". (He llegado a leer que es tan distante que sospechan que podría estar emparentado con el "ainu" al norte de Japón, cosa que me parece muy difícil, aunque no imposible del todo).
El problema es que el castellano puro, dista del castellano que conocemos ahora, imagino. Para empezar, la incorporación de otros vocablos al idioma ha sido como la humedad a una esponja. Del latín, más los dialectos godos, celta, etc., algo de francés, portugués, o palabras compartidas con otros idiomas, al "arabe", por las invasiones moriscas, de moros y todos los descendientes con sus respectivas cruzas, de los cuales se han incorporado cerca de 4.000 (cuatro mil) vocablos. Algo de los judíos que han vivido en tiempos remotos, también ha quedado en el idioma, como parte del "sionismo".
Con la conquista y colonización de América, que coincidió con el afianzamiento y "grandeza" del Reino de Castilla, empezaron a incorporar palabras, poco a poco, de los dialectos e idiomas aborígenes. Y si bien, por la fuerza se impone el castellano, muchas palabras no tenían sinónimos, por representar cosas que no existían en Europa, así como "chocolate", "mate", "cacao", "yaguareté", etc., y se incorpora, con más fuerza en cada región, una cantidad nueva de palabras provenientes de estas culturas. En México hay centenares, sino miles de palabras de origen azteca, náhuatl, maya, etc., en Perú, de origen incaico, quechua. En Argentina, Paraguay, Uruguay y hasta Brasil, de origen guaraní, principalmente. En Argentina, de origen mapuche, quechua, ranquilche y de otras tribus.
También en tiempos anteriores, del chino, como "té" y palabras relacionadas con productos traídos de allí.
Por último, con las nuevas inmigraciones (desde hace poco más de un siglo) se han incorporado cientos de vocablos provenientes del italiano, de dialectos de Italia, como el "marchigiano", "piamontés", "napolitano" o "véneto", como así voces del francés, del inglés, etc., que han dado algunas puras u otras deformadas, "formas" de hablar, llamadas argot, jergas o en nuestro caso, "lunfardo" (lengua usada por los "lunfas", gente de mala fama o delincuentes) que luego pasaría al conocido "tango"... Ya más reciente es la incorporación de palabras de otras culturas que se han expandido al mundo, como el japonés (sushi, sumo, karate, aikido, sashimi, etc.), palabras tecnológigas o "neologismos" del inglés, griego u otros idiomas, etc..
En el presente, ya el mundo del idioma "español", extendido no solamente por toda "hispanoamérica", sino también por todo el mundo, en distintos niveles (aunque no lo crean, conocí a dos señoras mayores chinas de Pekín, que hablaban muy bien "español" y me sorprendieron diciendo cuanta gente estudia nuestro idioma en China, y la cantidad de libros editados bilingües español-chino), ha adoptado muchos "americanismos" y una complejidad que pocos idiomas poseen, con lo cual si quisiéramos "renombrar" a nuestro idioma, no podríamos encontrar un término adecuado que se adaptara a "las nuevas exigencias" del mismo.
En todo caso, podemos hablar de dialecto argentino, mexicano, peruano, etc., al referirnos "de manera informal" a nuestros idiomas propios (y seguramente ser más específicos, diciendo "cuzqueño, cordobés, santiagueño, jaliscience, chihuahuense", etc.), pero los españoles nos han dado el idioma y ese idioma lleva el nombre "español" debido a la ancestral "Hispania", dado que es un idioma "muy complejo, que se va renovando", y que proviene su origen del castellano "castizo", pero ahora es algo mucho más complejo.
La Real Academia Española se llama "española" justamente por tratar de representar a toda España (si fuera la RA Castellana, las demás regiones se enojarían mucho, supongo) y tiene la enorme tarea de recopilar todos los "americanismos", tomarlos por válidos (o no), y regir (como un rey) las "leyes a las que se debe atener nuestro idioma". No es real porque rija el idioma, pero sí porque proviene de la tradición de un país monárquico y mantiene el nombre que se le ha dado en su origen, además está en España, que sí es un país monárquico. No podríamos llamarla "La Democrática Academia Española", además, eso deberían decidirlo ellos.
Yo por mi parte, estoy muy contento con mi idioma (algunas veces no sé de todos modos como expresar ciertas cosas que me gustaría) y lo considero como una maraña complejísima y pienso en la unidad de toda América hispanoparlante, con España, tratando de buscar mi propio equilibrio al usar el idioma, y de incorporar palabras o frases que no usamos frecuentemente, pero que conocemos, por escucharlas o leerlas, y algunas que no conozco, trato de aprenderlas.
Espero haber sido de alguna ayuda, cordiales saludos.
2006-09-13 10:31:53
·
answer #1
·
answered by Preguntón 3
·
2⤊
1⤋
Me permito citar un texto:
"Para designar la lengua común de España y las Repúblicas hispanoamericanas pueden emplearse los nombres castellano y español. En muchas regiones se usan indistintamente las dos palabras. Sin embargo, en América y en algunas zonas de España se prefiere la denominación de castellano. Esto se debe, ante todo, a una larga tradición que estuvo apoyada hasta 1925 por la propia Academia Española (pero no olvidemos que el primer diccionario de nuestro idioma, el de Sebastián de Covarrubias, 1611, se titulaba Tesoro de la lengua castellana o española). En América se ha unido a ello tal vez un resto de recelo patriótico frente al nombre de español, considerando acaso como una manera de sumisión a España, la antigua metrópoli, el reconocimiento explícito de que se sigue hablando su lengua. En las regiones de España con lengua materna propia, el nombre de castellano parece mucho más adecuado que el de español, porque -y esto es indiscutible- tan español es el catalán, el gallego o el vascuence como el castellano.
[...]
El empleo del nombre castellano implica una inexactitud: la de suponer que la lengua general o común, no ya de toda España, sino de todas las naciones hispanoamericanas, es patrimonio de una sola región, Castilla. Y esto es falso, pues la lengua castellana hoy no es propiedad de Castilla, sino de todas las regiones y naciones en que es hablada, las cuales, además de tenerla como suya, colaboran todas en su conservación y enriquecimiento. Lo exacto sería emplear el nombre castellano solamente para designar la lengua que durante la Edad Media fue privativa del reino de Castilla, o de las modalidades particulares que presenta el habla de Castilla en los tiempos modernos frente al español general.
En conclusión, las dos denominaciones, español y castellano, son válidas. La preferencia de cada hablante por uno de estos dos términos se funda en una tradición arraigada de sigños, y es un ingenuo pretender desalojar del uso cualquiera de ellos. Cada persona puede emplear el que guste; pero debe respetar el derecho a que otros prefieran el otro."
Creo que él dijo mejor todo lo que yo pude haber dicho.
2006-09-12 08:02:19
·
answer #2
·
answered by kamelåså 7
·
2⤊
0⤋