La República del Libano (الجمهوريّة اللبنانيّة en árabe) es un país de Oriente Medio que limita al sur con Israel, al norte y al este con Siria, y está bañado por el Mar Mediterráneo al oeste.
Historia
Artículo principal: Historia del Líbano
El Líbano, heredero de Fenicia y crisol histórico de comunidades cristianas y musulmanas, fue ocupado por el Imperio Otomano en el siglo XVI. Tras la derrota turca en la Primera Guerra Mundial, el protectorado de Francia se prolongó hasta 1944, año en que el país se constituyó como Estado (si bien proclamó su independencia el 26 de noviembre de 1941, ésta no fue reconocida hasta dos años más tarde).
El Líbano vivió hasta los años 70 un gran prosperidad económica, que le valió el mote de «la Suiza de Oriente Próximo». Esta opulencia monetaria fue rota por la guerra contra Israel (1974) y el terrible enfrentamiento civil entre cristianos y musulmanes (1975–1980), que destruyó un equilibrio político ejemplar. Las luchas internas y los conflictos con Israel —que invadió el país en 1982 y 1987— aún perduran.
Siria, en el año 2005, retiró en los primeros meses de este año sus tropas presentes en el país, a fin de poner término a una suerte de protectorado.
En julio de 2006 se produce la crisis israelo-libanesa de 2006.
Gran parte de Líbano actual corresponde al antiguo territorio de los fenicios, quienes probablemente llegaron a la región alrededor del año 3000 a.C. Las relaciones comerciales y religiosas con Egipto se establecieron luego, en el año 2613 a.C., y continuaron hasta el final del Antiguo Reino de Egipto y la invasión de los amoritas en Fenicia en el año 2200 a.C. Los hiksos (siglo XVIII a.C), los egipcios del Nuevo Reino (siglo XVI a.C.) y los hititas (siglo XIV a.C.) se cuentan entre los grupos que invadirían y controlarían periódicamente Fenicia. Seti I (1290-79 a.C.) del Nuevo Reino reconquistó gran parte de Fenicia, pero Ramses III (1187-56 a.C.) la perdió a manos de invasores de Asia Menor y Europa. Entre la retirada del dominio egipcio y el avance occidental de Siria (siglo X a.C.), la historia de Fenicia fue principalmente la historia de Tiro. Esta ciudad-estado obtuvo la hegemonía entre los estados fenicios y fundó colonias en toda la región mediterránea. Los aqueménidas, una dinastía iraní bajo el liderazgo de Ciro II, conquistaron el área en el año 538 a.C. Sidón, 32 kilómetros al norte de Tiro, se transformó en la principal ciudad costera del imperio. En el año 332 a.C. Tiro se rindió ante el ejército de Alejandro Magno, luego de resistir durante ocho meses. Este acontecimiento señaló su muerte como gran ciudad comercial, y sus habitantes fueron vendidos como esclavos. En el año 64 a.C. Fenicia se incorporó a la provincia romana de Siria.
Los emperadores que abrazaron el cristianismo protegieron la región durante el período romano tardío y el bizantino (año 300-634 d.C). Un grupo cristiano del siglo VI que escapaba de la persecución de Siria se instaló en lo que hoy se conoce como Líbano del Norte, absorbió a la población nativa y fundó la Iglesia Maronita. Durante el siglo siguiente se instalaron tribus árabes en Líbano del Sur luego de la conquista musulmana de Siria. Cuatrocientos años más tarde, muchos de estos grupos árabes fusionaron sus creencias dentro de la fe drusa. En los pueblos costeros la población se volvió principalmente musulmana sunnita. A fines del siglo XI Líbano se había incorporado a los estados cruzados y más tarde se volvió parte del estado mameluco de Siria y Egipto. Entre los siglos XV y XVIII Líbano ya era capaz de desarrollar un sistema político y social propio. A lo largo de este período la influencia de Europa, y particularmente de Francia, iba en aumento. En 1516 los turcos otomanos reemplazaron a los mamelucos. El sistema social se sometió a una severa tensión debido al aumento de la población cristiana.
Alrededor de 1831 el pujante Egipto de Mohamed Alí extendió su influencia hacia el norte, debilitando al decadente Imperio Otomano. Las potencias europeas no querían que los otomanos se desmoronaran antes de que ellos estuvieran en condición de llevarse los despojos. Decidieron convenientemente que los cristianos en cualquier lugar del mundo podían ser equiparados a los europeos y merecer por ello su protección, y empezaron a apoyar a los cristianos maronitas árabes contra Egipto.
Entre 1831 y 1834 cinco potencias intervinieron en la "cuestión siria". Rusia y Austria se dedicaron en exclusividad a los Balcanes; Francia e Inglaterra disputaron entre sí la dominación de los países árabes y trabajosamente lograron poner a Prusia -la quinta potencia- a un lado. Los turcos otomanos terminaron en 1842 el mandato local de la dinastía drusa Shihab, agravando las ya desgastadas relaciones entre maronitas y drusos. Éstas alcanzaron un punto crítico con la masacre de los maronitas a manos de los drusos en 1860.
Francia separó administrativamente Líbano de Siria y cuando sus últimos soldados se retiraron, en 1947, dejaron atrás dos estados.
En 1952 subió a la presidencia de Líbano Camille Chamoun, quien adoptó una política exterior de neto **ño prooccidental. Hubo disturbios y agitaciones en las elecciones parlamentarias de 1957, debidos a la aspiración de los musulmanes de concretar un alineamiento de Líbano con Egipto y Siria y su oposición a las pretensiones del presidente maronita de hacer renovar su mandato.
Al año siguiente los disturbios habían tomado las proporciones de una verdadera insurrección. Musulmanes y cristianos se enfrentaron en una cruenta guerra civil. En julio de 1958 el presidente Chamoun autorizó el desembarco de 10.000 marinos estadounidenses en Líbano, ofrecidos para "pacificar" el país. Las fuerzas interventoras permanecieron hasta octubre en Beirut (Bayrut) y en los demás puntos estratégicamente importantes del territorio.
En los primeros años de la década de 1970, los musulmanes pasaron a constituir la mayoría de la población y comenzaron a cuestionar el sistema político tradicional, que reservaba el cargo de presidente a un cristiano y el de primer ministro a un musulmán sunnita para garantizar el equilibrio de estas comunidades. Los chiítas no tenían un lugar.
Las diferencias entre las distintas comunidades se superpusieron a una estructura económico-social eminentemente injusta. La depredadora explotación colonial había provocado, además de la desaparición de los tradicionales cedros libaneses, el empobrecimiento de la tierra y de los campesinos. La distribución del trabajo y la riqueza reservó a los maronitas el control del gobierno y del ejército, en tanto que los sunnitas mantuvieron la hegemonía en el comercio, los drusos en los servicios, mientras los chiítas se dedicaban a tareas artesanales o se ganaban la vida como obreros o labradores.
La guerra civil, alimentada por estos antagonismos y tensiones, estalló nuevamente en 1975, cuando la derecha cristiana usó como excusa "el problema palestino". Líbano, que no había intervenido en la Guerra Árabe-Israelí de 1973, concedió refugio a 300.000 palestinos en sus territorios australes, lo que sirvió a Israel como pretexto para justificar sus frecuentes incursiones a través de la frontera y sus bombardeos a la población civil. Las "falanges" cristianas libanesas, por su parte, fueron lanzadas contra los campamentos de refugiados.
En 1976 tropas sirias, luego incorporadas a una fuerza de paz de la Liga Árabe, pusieron fin al conflicto y garantizaron la unidad del país. No obstante, las causas profundas de la guerra civil subsistieron, así como las incesantes agresiones de Israel. En 1981 la artillería de Israel, en coordinación con la del ex comandante libanés Saad Haddad, bombardeó las ciudades de Tiro (Sur Tyre) y Sidón (Saida), en tanto que fuerzas sirias instalaban misiles antiaéreos en el valle de Bekaa. En julio de ese año la aviación israelí desencadenó una serie de ataques contra las posiciones palestinas, culminados con incursiones aéreas contra Beirut oeste que dejaron un saldo de 166 muertos y cerca de 600 heridos.
En junio de 1982 el ejército de Israel invadió Líbano en una operación combinada de sus fuerzas de tierra, aire y |mar. Las ciudades de Tiro y Sidón fueron ocupadas rápidamente y Nabatié y Trípoli (Tarabulus) devastadas por bombardeos, como primera etapa del operativo que Israel denominó "Paz para Galilea".
Beirut fue prácticamente destruida. Hubo millares de bajas en la población civil; fueron destrozados puentes, oleoductos y aeropuertos, hospitales y escuelas, grandes edificios y viviendas humildes, fábricas y museos.
Otro saldo de la agresión fue la captura de 8.000 palestinos y libaneses, mantenidos en deplorables condiciones en campos de prisioneros, bajo sospecha de pertenecer a movimientos de resistencia.
Finalmente la OLP estuvo de acuerdo en retirarse de Beirut, siempre que la evacuación de los guerrilleros se hiciera bajo supervisión internacional. Soldados norteamericanos, franceses e italianos dieron la protección necesaria al efecto y la población de Beirut oeste tributó a los combatientes palestinos, que se dirigieron hacia otros siete países árabes, una despedida de héroes.
El Congreso designó el 23 de agosto al sucesor del presidente Sarkis, el candidato único Bashir Gemayel, indicado por Israel. El líder maronita no llegó a ocupar el cargo: murió el 14 de setiembre en un atentado dinamitero contra el comando de la Falange en Beirut oriental. Nadie se hizo responsable del hecho.
Al día siguiente la ciudad de Beirut fue ocupada totalmente por fuerzas militares de Israel. El 16 de setiembre de 1982, las llamadas Fuerzas Libanesas, lideradas por Elie Hbaiqa, entraron en los campamentos palestinos de Sabra y Chatila y asesinaron a miles de civiles desarmados, sin exceptuar a ancianos, mujeres y niños.
Una investigación posterior determinó sin lugar a dudas la responsabilidad de los comandantes israelíes en la matanza, al haber incitado a la acción a las milicias derechistas que estaban bajo su control.
Mientras el ejército de Israel continuaba ocupando la mitad del territorio de Líbano, un nuevo presidente -Amin Gemayel, hermano mayor de Bashir y elegido en las mismas condiciones que éste- asumió la dirección del gobierno.
La elección del nuevo presidente no eliminó los resquemores de las distintas comunidades que convivían en Líbano. La tendencia predominante en la Falange -el partido de gobierno- intentó sustituir la Alianza Nacional de 1943 por una nueva fórmula constitucional, que se basaría en la división del estado en distritos y un gobierno federal central. Ello alentó el peligro de la atomización política de Líbano y de su partición en miniestados religiosos. La descentralización administrativa, no política, fue vista con interés por los líderes sunnitas y chiítas, en tanto que la comunidad drusa abogaba por una autonomía mayor.
En junio de 1983 se firmó un acuerdo entre Israel y Líbano, por el cual se decretó la finalización del estado de guerra entre ambos países. Israel se comprometió a abandonar el territorio libanés, en el marco de una retirada de todas las fuerzas extranjeras; y Líbano, a su vez, se comprometió a no albergar en su territorio a grupos armados de organizaciones cuyos objetivos fueran "realizar ataques contra los territorios de la otra parte".
En julio de 1984 la moneda, contenida en valores relativamente estables desde el comienzo de la guerra en 1975, cayó abruptamente. Se desató un proceso inflacionario sin precedentes.
La crisis se agravó por la recesión en el Golfo, lo que significó el golpe de gracia a la plaza de Beirut, ya exangüe por la hemorragia en divisas que supuso un déficit en la balanza de pagos, superior a 1.500 millones de dólares en 1984.
El ejército israelí se retiró formalmente de Líbano en 1985, no sin antes asegurarse de que las milicias cristianas desalojaran a la población musulmana del sur libanés, a fin de tener un marco civil "amigo", en la "franja de seguridad" de 10 km que impuso.
En setiembre de 1988 el general maronita Michel Aoun, proisraelí, ocupó la presidencia, cargo vacante desde que cesó el mandato constitucional de Amín Gemayel a través de un golpe palaciego. Desde entonces la nación fue conducida por dos gobiernos rivales, el de Aoun y el musulmán del primer ministro Selim Al-Hoss.
En octubre de 1989, por primera vez desde la independencia de Líbano, el Parlamento unicameral se reunió fuera del país, por iniciativa de la Comisión de la Liga Árabe -Arabia Saudita, Argelia y Marruecos-, intermediaria en el diálogo entre las fracciones en lucha. En la reunión de Ta’if se trató la paz definitiva en Líbano, una alternativa al sistema de poder político vigente desde 1943 y la elección del próximo presidente de la República. La Constitución libanesa establecía la elección presidencial indirecta, a través del Parlamento.
El 12 de octubre, los legisladores libaneses, cristianos y musulmanes, anunciaron la concreción de un acuerdo para la reconciliación nacional, que estableció una mayor cuota de poder a los musulmanes y el retiro parcial de las tropas sirias de Líbano. El general Aoun rechazó el acuerdo por considerarlo una "trampa siria".
El 5 de noviembre de 1989 René Moawad, cristiano maronita y proclive a la apertura hacia el mundo árabe, fue elegido presidente por unanimidad. Pero a 17 días de su designación un coche-bomba acabó con su vida.
El 24 de noviembre de 1989, Elías Hrawi, también cristiano maronita, fue elegido presidente por el Parlamento libanés reunido en Zahle, territorio controlado por Siria. El general Aoun expresó su rechazo a la elección de un presidente en una zona ajena al enclave cristiano controlado por su autoridad
En octubre de 1990, aprovechando la nueva situación creada por la invasión iraquí a Kuwait, las fuerzas respaldadas por Siria iniciaron una ofensiva contra Aoun. Carente de respaldo internacional (pues Siria era parte de la coalición anti-iraquí), Aoun fue derrotado tras breves combates y solicitó asilo en Francia.
En diciembre de 1990 se formó un gobierno de unidad nacional, por primera vez desde el inicio de la guerra civil, incorporando a las Fuerzas Libanesas (milicias cristianas), Amal (chiítas), PSP (drusos) y los partidos prosirios.
El 22 de mayo de 1991 en Damasco, capital de Siria, los presidentes de Líbano y Siria firmaron un Acuerdo de Hermandad, Cooperación y Coordinación. Siria reconoció a Líbano como un estado separado e independiente. El acuerdo, que estipulaba una coordinación sirio-libanesa en materia militar, de seguridad, cultural y económica, fue ratificado por mayoría en el Parlamento libanés. El gobierno de Israel, al igual que el partido Falange y la milicia Fuerzas Libanesas (ambos cristianos y tradicionales enemigos de Siria), se opusieron al tratado por entender que brindaba a Siria control sobre sus asuntos internos.
En los primeros días de julio, seis mil soldados del ejército libanés tomaron los territorios controlados por la OLP en la ciudad portuaria de Sidón, al sur de Líbano. La ofensiva hizo que la OLP se retirara de su principal base de operaciones contra Israel. El 7 de ese mes, a pesar de la aparente derrota de la OLP, Israel afirmó que no retiraría sus tropas de la zona de seguridad
El 16 de febrero de 1992 –ocho días antes de reiniciarse las negociaciones de paz entre árabes e israelíes– murió en un ataque aéreo israelí el jeque Abbas Mussawi, jefe de Hezbollah. Seis días después la guerrilla chiíta suspendió sus ataques contra Israel, en virtud de un acuerdo entre Hezbollah, Amal, y los representantes de las fuerzas sirias y libanesas.
Una huelga general contra la política económica oficial y violentas manifestaciones callejeras hicieron caer el gobierno pro sirio de Omar Karame. El presidente Elías Hrawi designó como nuevo jefe de gobierno a Rashid Al Sohl, sunnita moderado, que integró su gabinete con igual número de cristianos y musulmanes. Las elecciones parlamentarias de agosto fueron boicoteadas por los cristianos. El nuevo Parlamento incluyó nuevos representantes de Hezbollah y Amal. En octubre fue nombrado primer ministro Rafiq al-Hariri, millonario nacionalizado saudita.
En 1993 el Banco Mundial otorgó un préstamo al país para reconstrucción y educación. La moneda se recuperó 10% y el país comenzó a captar más inversión extranjera. El abismo entre ricos y pobres se agudizó.
Una bomba que mató a uno de los líderes máximos del Hezbollah, la muerte de 21 soldados israelíes y atentados con bombas contra iglesias cristianas con decenas de muertos, fueron los principales incidentes terroristas de 1994. En marzo el gobierno clausuró la radio y televisión privada hasta la promulgación de una nueva ley de prensa y restableció la pena de muerte por asesinatos o crímenes políticos.
Durante 1995 la atención del gobierno se centró en la solución del conflicto armado y la reconstrucción de Beirut. En enero el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas resolvió extender su intervención en el país. Al comienzo de las negociaciones entre Israel y Palestina en Oslo, Noruega, el Hezbollah y el Ejército Libanés del Sur reanudaron sus ataques para desplazar las tropas israelíes y postergar la negociación con Siria.
En las elecciones parlamentarias, realizadas en cinco vueltas entre junio y setiembre de 1996, hubo una fuerte abstención y se reportaron numerosas irregularidades. La lista pro gubernamental, encabezada por Hariri, obtuvo la mayoría, y Hezbollah perdió un escaño.
En el período 1992-1996, la inflación descendió de 170% a 10%, y las reservas en divisas experimentaron un aumento de 200%. La idea de Hariri de restablecer la condición de Líbano como principal mercado financiero de Medio Oriente comenzó a concretarse.En octubre de 1998, la Asamblea Nacional eligió al general Emile Lahoud para ocupar la presidencia. Lahoud contó, además, con el respaldo del ejército y de Siria.
En 1999, tras incesantes enfrentamientos con la guerrilla libanesa, el presidente israelí Ehud Barak ofreció un plan de retiro del territorio libanés, pero las negociaciones finales quedaron supeditadas a un acuerdo, con Siria, por la devolución de las alturas del Golán. El 25 de mayo de 2000, acosadas por fuerzas de Hezbollah, las tropas israelíes abandonaron el sur de Líbano. El gobierno libanés declaró, esa fecha, Día de la Resistencia y la Liberación, feriado nacional anual.
En las elecciones parlamentarias de setiembre de 2000, el gobierno israelí abrió la oportunidad, a los residentes de la ex zona ocupada, de votar por primera vez en casi 30 años. Cristianos y musulmanes, izquierdistas y derechistas, adhirieron a los planteos de Hariri, quien protestó contra el papel del ejército en la política nacional y contra el fracaso del gobierno para recuperar la economía. El multimillonario y sus aliados ganaron por amplio margen, lo que forzó a Lahoud a nombrar, contra su voluntad manifiesta, a Hariri como primer ministro.
En setiembre de 2002, para paliar la necesidad de suministro de agua, el gobierno libanés inició obras de desvío del río fronterizo de Wazzani. Ariel Sharon declaró, al respecto, que eso podría constituir una causa de guerra.
En abril de 2003, el primer ministro Hariri presentó su renuncia. Este hecho fue calificado, por algunos analistas, como una dimisión táctica, ya que Hariri fue llamado por el parlamento a conservar el cargo y a designar un nuevo gabinete ministerial.
Durante el mes de setiembre, Bélgica decidió levantar los cargos (en los que Líbano había presentado pruebas) contra Ariel Sharon (entonces primer ministro de Israel), por su intervención en la masacre de 1982 en los campos palestinos del sur de Líbano. En octubre, la Liga Árabe condenó la escalada de lo que calificó como terrorismo de Estado por parte de Israel, en alusión a los ataques permanentes de este país al territorio libanés.
En noviembre del mismo año, el Congreso estadounidense adoptó sanciones económicas y diplomáticas contra Siria, a la que acusó de albergar terroristas iraquíes y de violar la soberanía de Líbano. El conjunto de la clase política libanesa expresó su solidaridad con Siria, frente al temor de que ese país se conviertiera en el nuevo blanco militar de EE.UU..
En Líbano, la sodomía es un delito que merece una pena máxima de un año de prisión, y los actos homosexuales (de mujeres y hombres) son ilegales.
El 27 de mayo de 2004, en Hay al-Sellom (barrio pobre de las afueras de Beirut), las tropas libanesas reprimieron una manifestación en contra de la suba de costos del petróleo: cuatro personas murieron a causa de los disparos de alerta que realizó el ejército para dispersar a casi 600 manifestantes. La protesta paralizó las escuelas, el transporte público y el curso de los negocios del país. El aeropuerto de Beirut se paralizó por más de tres horas, tras una convocatoria de la Confederación General del Trabajo. Los manifestantes reclamaron una reducción del precio del petróleo de entre 10 y 17 dólares cada 20 litros.
Según los manifestantes, de seguir aumentando el combustible, sería necesario reemplazar con animales a los camiones y demás vehículos necesarios para el trabajo. Hay al-Sellom es considerado según algunos medios de opinión, como un bastión del movimiento guerrillero y partido político Hezbollah. En los últimos meses se han realizado varias protestas en contra de la política económica del Líbano. La OPEC, bajo gran presión para abatir los costos del petróleo, se reuniría a principios de junio en Beirut.
El 27 de mayo de 2004, en Hay al-Sellom, barrio pobre de las afueras de Beirut, tropas del ejército reprimieron una manifestación en contra de la suba de costos del petróleo: cuatro personas murieron a causa de los disparos de alerta realizados para dispersar a casi 600 manifestantes. La protesta paralizó las escuelas, el transporte público y el curso de los negocios del país. El aeropuerto de Beirut se paralizó por más de tres horas, tras una convocatoria de la Confederación General del Trabajo. Los manifestantes reclamaron una reducción del precio del petróleo de entre 10 y 17 dólares cada 20 litros.
Según los manifestantes, de seguir aumentando el combustible, sería necesario reemplazar con animales a los camiones y demás vehículos necesarios para el trabajo. Hay al-Sellom es considerado por algunos medios de opinión como un bastión del movimiento guerrillero y partido político Hezbollah. En los últimos meses se habían realizado varias protestas en contra de la política económica del Líbano. La OPEC, bajo gran presión para abatir los costos del petróleo, se reuniría a principios de junio en Beirut.
En setiembre de 2004, el parlamento votó 96 a 29 a favor de extender por tres años más el mandato de Lahoud. Ese mismo mes, cuatro ministros del gobierno renunciaron debido al cambio constitucional que habilitó a Lahoud a permanecer en el gobierno.
En octubre, Rafiq Hariri y todo su gabinete renunciaron a sus cargos luego de varias semanas de incertidumbre política. Hariri, quien fuera primer ministro diez de los 12 últimos años, era el principal rival político del presidente Lahoud, ante quien presentó su renuncia en el palacio presidencial. El gobierno se vio paralizado luego de que el parlamento aprobara la controversial enmienda constitucional que extendió el mandato de Lahoud, como resultado directo de la presión del presidente sirio Bashar al-Assad. Hariri, quien se opusiera inicialmente a los tres años de extensión del período presidencial, cedió finalmente bajo presión siria.
Ese mismo mes, Omar Karami fue nombrado como nuevo primer ministro por Lahoud.
En noviembre de 2004, el parlamento retiró la confianza a la gestión de Karami. La votación fue de 59 a favor de la censura, 24 en contra y 23 abstenciones. Hariri, de quien se que esperaba liderase una oposición galvanizada en torno a contrarrestar el control político de Damasco en las elecciones de ese año, fue asesinado en febrero de 2005.
Tras el asesinato creció la presión internacional, liderada por Estados Unidos y secundada por Francia, y de la oposición libanesa para que las tropas y agentes de inteligencia sirios abandonasen de inmediato el territorio. El primer ministro Karami renunció a inicios de marzo al tiempo que, en Damasco, el presidente sirio Bashar al-Assad anunció un retiro inmediato de sus tropas hacia el valle de Bekaa, cercano a la frontera. Acto seguido, los gobiernos de Siria y Líbano anunciaron haber acordado un calendario parcial de retirada que establecía que, para las elecciones generales de mayo en Líbano, todas las tropas sirias se habrían retirado. Hezbollah organizó en Beirut una multitudinaria manifestación de apoyo a Damasco y de rechazo a la ingerencia extranjera. La misma superó varias veces en número a las precedentes movilizaciones en contra de la presencia siria, que por semanas se habían desarrollado en la capital.
El 30 de junio, el parlamento nombró al sunnita Fouad Siniora (quien fuera ministro de Finanzas en los cinco gobiernos de Rafik Hariri) como nuevo primer ministro, quien sería el encargado de dirigir el primer gabinete que funcionaría en el país sin presencia militar siria tras la guerra civil. El Bloque de Futuro anti-sirio, el mayor en el parlamento, dirigido por Saad Hariri, hijo del ex primer ministro asesinado, Rafik Hariri, apoyó la candidatura de Siniora. En tanto, el líder chiíta pro-sirio Nabih Berri fue reelegido presidente del Parlamento en su primera sesión después de las elecciones que fueran celebradas del 29 de mayo al 19 de junio, las primeras tras la evacuación de las tropas sirias del país en abril.
En octubre, la opinión pública libanesa se vio conmocionada por los resultados del informe de ONU, publicado en octubre, que había investigado la muerte de Haririri. El informe señalaba directamente, aunque sin mencionar, a la dirigencia siria como responsable, pero también al presidente Lahoud, quien según lo establecido en el informe habría recibido una llamada telefónica de parte de un sospechoso clave en el caso, pocos minutos antes de la explosión que mató a Hariri. Mientras diputados pedían su renuncia, Lahoud rechazó de plano las conclusiones, negaba haber recibido tal llamada y prometía "el castigo más duro" a aquellos cuya implicación "directa o indirecta" quedara demostrada en el asesinato.
2006-07-28 06:00:27
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answer #1
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answered by Anonymous
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