En el zoológico de Montevideo, la nueva sensación era un gorila enorme.
Y ese domingo estaba lleno de gente alrededor de su jaula.
Había niños, jóvenes, mujeres con bebés, y hasta un paralítico en silla de ruedas.
El gorila se estaba enojando porque los chicos le tiraban piedras.
Al final le tiraron con un ladrillo y el gorila no aguanto más. Pegó un alarido agarro con fuerza los barrotes los rompió y salió.
Entonces se armó el gran desbande, todos corrían para la puerta del Zoológico y el paralítico atrás meta rueda, meta rueda.
Cuando el portero vio lo que pasaba, sacó los molinetes de la puerta para que la gente saliera rápido. Y cuando ve que el paralítico se iba quedando atrás, quiso que lo ayudaran y empezó a gritar “El paralítico, el paralítico”
Y el paralítico le grito: “DEJA QUE ELIJA EL MONO, DESGRACIADO”
2006-11-20
10:52:03
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2 respuestas
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pregunta de
miguel2ribo
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