Deseaste mi amor y, sin embargo, no me amabas. Por eso mi vida se cuelga de tí como una cadena, que te grita y se te aferra, más dura cuanto más luchas por ser libre.
Has destrozado mi libertad y, con sus ruinas, te has construído tu propia prisión...
No es solo el hecho de la infidelidad. Es el hecho de que, a quien tú amaste un día, te lo diga con prepotencia, chulería y crueldad. Es tener que mirar a unos ojos antes hermosos y llenos de luz y ahora manchados por la mentira y el engaño... es tener que enfrentarte a alguien que realmente no conoces. No me casé para rendirme, ni para huír ante la adversidad. Compartí mi vida dispuesta a luchar y a darlo todo, sin marcarme unos límites. Y ahora pago la ausencia de esos límites.
Lo siento. Es mi frustración la que habla. Se pasará pronto... muchas gracias a todos por vuestras respuestas anteriores.
2006-10-23
09:30:23
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pregunta de
Sinuhé
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Psicología