haber sabido “conectar” con gran eficacia con la parte más oscura del alma nacional, con ese reducto atávico del mexicano perpetuamente humillado que quiere tomar desquite –así sea simbólico, echando mentadas de madre o alcoholizándose hasta el embrutecimiento total- de lo mal que lo ha tratado la vida.
El discurso para los perdedores –a quienes se promete una especie de revancha mágica- es atrozmente simple: Basta con quitar a éstos cuantos villanos, basta con poner en el poder a los buenos para que, por ensalmo, recuperemos el paraíso perdido. Pareciera, en el discurso de López, que hubo una edad de oro, dichosa, en la que México fue inmensamente rico y feliz. Lo que sucedió es que llegaron unos malos y nos hundieron en la pobreza. No hay claroscursos sino puro blanco y puro negro. No hay matices, no hay detalles (el diablo está en los detalles), no hay análisis. Es un acto de fe que tiene que mover montañas,
2007-03-26
16:02:25
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2 respuestas
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pregunta de
Krltz poderdeloscielos :D
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