El sueño de la princesa Orli Gon .
(Parte tercer viaje)
Mi tercera invitada, una doncella de ojos soñadores y vivas inteligencia
amante de la naturaeza, de las flores las montañas los ríos, las aves
siempre entregando su sentimientos de manera sincera,
con sus sueños cada día reafirma ese inmenso amor, Orli Gon.
Emprendemos el viaje hacia paraísos soñados por las altas cordilleras
pasan lentamente bajo nosotros las nieves eternas, ríos caudalosos
monumentos grandiosos que nos hacen meditar que pequeños somos
Olri Gon en la frente del navío con su pelo al viento no pestañea,
es un sueño hecho realidad, al bordear el monte Aconcagua,
algunos Cóndores nos salen a encotrar, imponentes aves dueñas del lugar, con sus collares rojos y blancos, sublimes,
nos escoltan por este paraíso místico, lleno de sueños escondidos.
Al caer la noche, algo maravilloso ha comenzado a suceder en el cielo,
millones de estrellas y constelaciones han nacido a nuestras miradas
mientras os músicos tocan cautivadoras cansiones, es el universo
que se muestra con todo su esplendor, en su grandeza inmensa
es un lugar donde no existe el dolor, sino más bien una armonía,
un equilibrio tan difícil de entender en nuestros mundos humanos,
me acerco a Olri y tomo su mano y navego con sus sueños
cuando la luna grandiosa nos sale a encontrar, cuanta pureza
al ver la nieve reflejando los rayos lunarees ojos brillando como faroles
y el silencio se hace música, al unir nuestros sentimientos en un todo,
al cerrar el circulo magico, y sin tener ambiciones de poder ni envidias
entender que somos parte importante en este engranaje de la vida.
Somos guerreros del amor en el mundo del dolor y la incomprensión
de a soledad y el desamparo, de la maldad y el engaño, de la mentira,
pero gracias a tu sueño de princesa mí querida Orli Gon,
reflexionaremos sobre la simpleza de las cosas, la imaginación, el dar
para centirce libres de todas las cosas, sin que nada nos ate ala tierra
sentirnos libres como los pájaros, amar al otro como si fuera el final.
Seguiremos toda la noche asta el amanecer, navegando por los paisajes
supremos que Dios nos dejo, para comprender, que no somos nada
sin amor. Ha contra luz con la luna, los Cóndores danzan al amor.
Silenciosamente tras una bruma desaparecemos en la noche.
Vuestro Capitán Aucanero.nm.
2007-12-06
14:24:07
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18 respuestas
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El Capitan Aucanero.
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Poesía