Quizás “fue sin querer queriendo” pero ni en sus mas hilarantes sueños el Shakespeare mexicano hubiera creado una obra tan contradictoria como esta, donde la tragedia y la comedia intercalan risas y sollozos. Su creatividad le alcanzo para crear a dos memorables personajes que aun suscitan carcajadas; pero están lejos estas caricaturas humanas de representar en toda su dimensión a un par de involuntarios actores de nuestra tragicomedia nacional: Carstens y Calderon. Rememorando mi niñez, siento frescas las risas inocentes que se me escapaban al ver las graciosas tonterías del chompiras y el botija, que lejos estaba de imaginar que años después vería la imagen real de dos personajes que habitaban el mundo de mis fantasías. No será en las mismas condiciones de antes, regresan ahora en horario triple AAA y con una cobertura mediática que ni en sus tiempos de gloria tuvo este programa. Veremos de nuevo al chompitas, pero ahora vestido de presidente intentando saquear al erario, ya no habrá más intentos inocentes para robar a una humilde anciana, el robo será ahora a gran escala. El caquito como se le llamaba, sin hacer alusiones a su otro apelativo, regresa mas organizado y dispuesto a taimar no a uno sino a millones de mexicanos. El botija, como siempre, estará listo para recibir su recompensa, sus jefes inmediatos le prestaron el peine para que lo use si es necesario, sonaran otra vez las cachetadas y se repetirá el mimos giro, pero ahora mas intenso, hacia la derecha.
2006-12-06
13:40:35
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pregunta de
Parra
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Política