1. Películas condicionadas y revistas porno. Admitirse onanista no es cosa sencilla, más con los títulos que llevan estos productos, una invitación directa a la vergüenza.
2. Viagra. Para alguien entrado en edad no es cosa fácil, para un jóven, casi imposible de pedir.
3. Productos del sex shop. Lo más complicado de esta situación es ver en los ojos del vendedor la proyección del uso que le daremos al artefacto.
4. Preservativos. Los tiempos han cambiado, es verdad, pero nunca es fácil pedir protección, y ni hablar si uno opta por texturas y sabores.
5. Test de embarazo y pastillas anticonceptivas. Nada más claro que se tacharon mal los días en el almanaque. O que se pasó por alto esa pastilla salvadora. Todo lo que está relacionado al sexo, al menos, sonroja.
2006-08-25
03:57:33
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pregunta de
Anonymous
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