Estimada amiga.
Los envases biodegradables son una opción viable para la industria alimentaria de Reino Unido, pero solo si se desarrollan las instalaciones adecuadas para reciclado. La industria alimentaria de Reino Unido cada vez usa más envases de almidón, celulosa, ácido poli láctico (PLA), contra el tradicional polímero de petróleo, porque el consumidor está preocupado por el daño climático que causan los desperdicios de envases. Los envases biodegradables fueron diseñados para ser reciclados y volver al ciclo natural. Sin embargo, este tipo de envase solo es ecológico cuando se trata industrialmente, y no hay muchos sistemas para ello disponibles hoy por hoy en Reino Unido; entonces termina en los vertederos produciendo metano, que es un gas que contribuye al calentamiento global. En los últimos cinco años, los proveedores de envases están introduciendo nuevos materiales biodegradables en respuesta a los deseos de los consumidores y las regulaciones de reciclado que demandarán envases ecológicos, y también a la presión de las grandes cadenas de supermercados que fuerzan a sus proveedores a cambiar, y está surtiendo efecto.
Sin embargo, algunas compañías indican que cambiar a las fuentes “verdes” no siempre es sencillo ni beneficioso.
El aprovechamiento es importante: de cada 2,5 kilos de maíz se obtiene 1 kilo de plástico. Los restos pueden aprovecharse como alimento para animales. Por su carácter resistente y biodegradable, se trata de un tipo de plástico que se perfila como una prometedora alternativa a los recursos utilizados hasta ahora. Desde julio de 2005, el Reino Unido comercializa ya una botella de agua realizada con PLA, uno de los alimentos, junto a la leche y el yogur y los zumos frescos, cuya aplicación ha sido más novedosa. Sin embargo, y según los estudios realizados hasta ahora, se trata de un material que, de momento, no es apto para contener bebidas carbónicas.
Ajustes naturales
Resistencia y versatilidad son algunas de las principales ventajas de los bioplásticos hechos con polímeros naturales, aseguran los expertos, además de que tienen gran capacidad para conservar grasa y aceite y ofrecer una importante barrera de sabores y olores. De ahí su importancia en el ámbito alimentario. Y es que la expansión de los biopolímeros, entre los que se encuentran el ácido poliláctico (PLA), está superando cuestiones tecnológicas que los empieza a convertir en una opción alentadora. Y es que las propiedades de barrera que están alcanzando estos materiales están asimilándose a los estándares de polímeros procedentes de fuentes como el petróleo.
Las principales utilidades en el ámbito alimentario están siendo para el envase de productos frescos como frutas y verduras; en forma de bandejas rígidas para productos de confitería, pastas frescas y ensaladas; botellas para agua mineral; bandejas de polímero sobre la base de almidón de maíz, solubles en agua, que se usan para bombones de chocolate y galletas, e incluso como films biodegradables sobre la base de almidón con microperforaciones para permitir la respiración de frutas y vegetales envasados. Incluso, y ya fuera del ámbito alimentario, también se usan para CDs y componentes electrónicos, o para dispositivos descartables de uso en medicina humana y diagnóstico.
Maíz, ¿para comer?
La apuesta por este tipo de envases contaría con el importante apoyo de los consumidores. Al menos es lo que ya sugería a finales de 2003 un estudio realizado por Grapentine Company, Inc. en los Países Bajos, realizado a más de 2.400 consumidores de Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido. Según la encuesta, el 59% de los consumidores europeos ya calificaron el concepto de compra de alimentos frescos en envases orgánicos como «muy deseable», desde el punto de vista que el continente es una parte importante a la hora de escoger determinados alimentos envasados.
BIODEGRADABLES PARA COMIDA RÁPIDA
La innovación de los envases procedentes de fuentes naturales llevó a un grupo de expertos estadounidenses a crear en 2004 recipientes para llevar comida rápida. Entonces, los expertos del Centro de Investigación de la Región Occidental del Servicio de Investigación Agrícola (ARS, en sus siglas inglesas), utilizaron una variedad de almidones distintos (trigo, patata y maíz) para fabricar tazas y platos. La investigación demostraba que los productos biodegradables eran tan resistentes e impermeables como sus homólogos hechos de poliestireno.
Los envases elaborados a partir de almidón de trigo inician su proceso en máquinas de moldear en las que se vierte la masa. La humedad genera vapor que se expande y cuando la «cocción» se termina el proceso vuelve a iniciarse. El proceso entero no dura más de un minuto, tras el cual se aplica una capa resistente al agua, lo que confiere al envase mayor resistencia, aseguran los expertos, a parte del indudable beneficio para con el medio ambiente comparados a los productos utilizados a partir del petróleo y espuma de poliestireno. Además, favorecen a la reducción de material de desecho en los vertederos.
!Saludos Cordiales!
2007-12-14 15:55:08
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answer #1
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answered by Anonymous
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Santi por favor, más concreto en la respuesta. Un envase biodegradable se debe fabricar con materiales biodegradables. Una caja de carton se fabrica con papel y este con celulosa procedente de los arboles. la celulosa cuando ya se bota la caja, es consumida por microorganismos y asunto arreglado. Debe buscarse un resultado similar con otras materias primas para los envases. Azucar cristalizada adicionada con gomas naturales, pueden producir materiales parecidos al vidrio, etc
2007-12-15 08:33:27
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answer #2
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answered by jesuspinillos65 3
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Uno de los envases que más expectativas está creando es el que se obtiene del almidón de cereal y, especialmente, del almidón de trigo. Hasta el día de hoy este componente se utilizaba desde la perspectiva de la nutrición por su importante fuente de hidratos de carbono y, consecuentemente, por su especial aporte de energía inmediato. Con las ayudas que se han dado a la agricultura muchos países han conseguido una hiperproducción de este alimento. La consecuencia ha sido una bajada del precio, una pérdida de las expectativas de trabajo en los sectores agrícolas y una competencia desleal con los países en desarrollo que no pueden competir con unos precios tan baratos que no pueden llegar a cubrir los costes de producción.
La existencia de nuevas posibilidades para estos productos procedentes del campo puede cambiar la situación a medio plazo. En este sentido, actualmente ya se están explorando nuevas vías de producción de biocarburantes y se abre la expectativa hacia nuevos envases. Aunque parecía imposible, se está valorando la producción agrícola como el mejor sistema para el aprovisionamiento de materias primas, tanto energéticas como de uso cotidiano, que no tengan implicaciones negativas para el medio ambiente, con un margen comercial muy superior a los obtenidos mediante la agricultura tradicional. Si, además, se tiene en cuenta que gran parte del campo en los países desarrollados está despoblado y que hay una importante superficie disponible para incrementar la producción de especies vegetales interesantes, con la tecnología adecuada se podrían conseguir grandes producciones sin inversiones excesivamente elevadas.
La consecuencia puede ser clara en un moderado período de tiempo. Por una parte, un porcentaje importante de los combustibles que emplean los automóviles procederán de una fuente vegetal, como el biodiesel o el bio-etanol, completamente compatibles con los motores actuales y con una reducción de la dependencia exterior del petróleo. Por otra parte, podrá incrementarse la producción de vegetales con capacidad para ser utilizados en la producción de envases biodegradables, lo que conseguirá que el propio envase sea de uso alimentario, que la migración, si se produce, no tenga consecuencias negativas para la salud y que el medio ambiente no se vea afectado.
Envases vegetales
Los nuevos materiales para alimentos obligan a valorar aspectos como la influencia de los pesticidas en los cultivos y su potencial transferencia Los envases vegetales se están elaborando sobre todo a partir de almidón de trigo, que posee una plasticidad importante. Para que pueda tener una acción nutritiva necesita melificarse, y esto se consigue mezclando el producto con agua y calentando a una cierta temperatura. Cuando el almidón comienza a albergar agua en su interior, se hincha y da lugar a una estructura plástica, característica que le permite ser moldeado y adaptado a la forma que se considere apropiada. Si, posteriormente, se seca, se pueden conseguir diferentes niveles de compacidad y dureza que lo asemejan a los envases de plástico, aunque por ahora aún son muy frágiles y dan una escasa protección.
En este segundo caso, si se consigue una película fina se produce un material similar al papel de envolver o al cartón, mientras que si el grosor es mayor se pueden obtener materiales similares a las bandejas empleadas en el envasado de fruta. El principal problema es la sensibilidad al agua, lo que implica que los alimentos líquidos o que desprenden una cierta cantidad de líquidos pueden afectar y reblandecer la estructura creada. Para ellos habrá que esperar más tiempo a que evolucione la tecnología o emplear materiales diferentes.
Ante esta nueva revolución en el sector de los materiales para alimentos es primordial evaluar su eficacia, su nivel de impermeabilidad y sus riesgos asociados. Así, tendrán que valorarse aspectos como la influencia de los pesticidas en los procesos de cultivo y su potencial transferencia a los alimentos o el riesgo potencial del crecimiento de microorganismos patógenos en estos materiales, lo que podría ser un riesgo potencial para el consumidor.
2007-12-14 22:20:10
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answer #3
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answered by santi m 2
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Ya anteriormente había respondido esta pregunta. Es importante saber que se pueden elaborar envases en base a vegetales que pueden ser bio degradables. Espero qque este enlace te sirva.
2007-12-14 23:00:41
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answer #4
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answered by Maestro Po 7
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