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me fue infiel y se muestra muy agresivo muy frecuente conmigo, pero estoy sola en este pais, y no quiero separarme a parte lo quiero.........

2007-12-11 00:55:54 · 9 respuestas · pregunta de elisapedri 1 en Familia, Amor y relaciones Matrimonios y Divorcios

9 respuestas

Si pudieras vivir con cualquier persona del mundo, ¿a quién elegirías? Supón por un momento que no tienes ninguna obligación legal de permanecer con su familia, si es que la tienes, y que no hay ninguna razón por la que no pudieras vivir legalmente con cualquier persona ajena a tu familia inmediata. En estas circunstancias, ¿con quién decidirías vivir? ¿Qué gente prefieres en el mundo? ¿Estás con ella todo lo que te gustaría estar? La cuestión es la siguiente: si vives tú vida con relaciones (de familia o de otro tipo) que te sientes obligado a mantener sin que verdaderamente las desees, deberías preguntarse por qué mantienes relacio¬nes tan hipócritas.
¿Son tus íntimos amigos las personas con las que real¬mente disfrutas? ¿Tu relación amorosa se basa en el amor mutuo o en la obligación? Creo que puedes convertir la mayoría de las relaciones basadas en la obligación en relaciones de elección concediéndose y concediendo a las demás personas que le importan la libertad de ser lo que quieran ser. No tienes por qué basar sus relaciones íntimas en algo tan indigno como la obligación, sino que debes ser totalmente sincero y preguntarse si esas relaciones son lo que tú (y los demás) desean en realidad que sean. Si la respuesta es negativa, procura mejorar todas sus relaciones de modo que sean lo que cada uno desee realmente u olvidarlas y procurar estar con gente con la que realmente te diviertas y disfrutes.
Como dijo Thomas Hobbes: "Obligación es esclavitud y esclavitud es odio". Si vives con determinadas perso¬nas sólo porque te sientes obligado a hacerlo, careces, sin duda, de sinceridad personal y has optado por un tipo de esclavitud. Aunque puedas justificar tu elección alegando que demuestra que eres una persona buena y responsable, estás paralizando en realidad tu sentido perso¬nal de un significado y un sentido vitales al comprobar constantemente su incapacidad de elegir lo que desea en el fondo. Además, ¿quién de aquellos con los que pasas tu tiempo disfrutaría realmente sabiendo que lo haces por obligación más que por elección personal? ¿Desearías tener pegado a usted a un individuo si supiera que en realidad no quería estar allí, que estaba sólo por sentirse obligado a ello? Toda elección basada exclusivamente en la obligación carece de dignidad


Naciste para crear, y sin con tu pareja dejaste de hacerlo algo anda mal.
Naciste para amar, y si al lado de tu pareja lo que menos hay es amor, sino sólo lágrimas y reproches, es una señal.
Naciste para construir, y si estar con tu cónyuge te estás destruyendo, es hora de reconocer la verdad: juntos no tienen nada mas que compartir
Si te quieres casar ya para no vivir con tus papás y te unes a alguien sin amor, no te irá bien. Si eres gay pero no quieres que nadie lo sepa y te casas, no te irá bien. Si te unes a una persona por interés “mercantil” no te irá bien.
Y no lo digo yo, sino los innumerables casos de personas que por guardar apariencias y por prisa, ya no hallan que hacer con el “batidillo” que se les hizo su vida sentimental.
Y claro que lo más fácil es conseguir aventuritas “pa´taparle un ojo al macho”, y con eso sentirnos “amados”.
El amor va más allá de las cadenas sociales: “¿Qué van a pensar de mí, que estoy sola desprotegida? Mejor me caso con éste aunque no lo quiera”.
Si, muy contenta la gente y tú… ¡De la fregada! De hecho cuando andas con alguien, por más que le quieras mucho, tienes problemillas. Tu pareja es un ser humano y, por tanto, tiene sus temores, complejos y otras sorpresas que, cuando no son demasiados, se contrarrestan con el amor que los dos se tienen. ¿Qué sucede cuando a tu novio le pasaron cosas extrañas de chiquillo y no ha podido superarlas porque no les ha puesto solución? ¿Tú vas a resolverle eso? ¡No! es el quien debe solucionar esa traba íntima, primero reconociendo que la tiene, y después buscando como solucionarla, no sólo visitando a alguien profesional sino poniéndose en las manos de Dios para sanar por dentro y dejando que Él transforme la espina del dolor en frutos de jugo fresco y dulce.

algunas personas con sus ex parejas, a pesar del alto costo emocional, es una de las principales características de las relaciones codependientes, las cuales, a su vez, se distinguen porque quienes se involucran en este tipo de relaciones postergan sus necesidades personales para mostrarse siempre a disposición de los demás, por lo que son incapaces de decidir por sí mismas y se responsabilizan por todo. También se ven incapacitadas para afrontar situaciones conflictivas y miden el amor por la magnitud del sufrimiento. Este sentimiento termina transformándose en una droga con efectos nocivos, por lo que el precio de seguir involucrado con la expareja es demasiado alto y, en muchos casos pese a lo nocivo de la relación, las personas no le ponen fin.
Para que se den este tipo de relaciones se necesitan dos: los activo-dependientes pueden volverse celosos e hipervigilantes, tener ataques de ira, desarrollar patrones obsesivos de comportamiento, agredir físicamente o llamar la atención de manera inadecuada, incluso mediante atentados contra la propia vida. Los pasivo-dependientes tienden a ser sumisos y dóciles.
Este tipo de enganche emocional impide el crecimiento personal, pues genera un estado predominante de malestar, insatisfacción y ansiedad por encima de los momentos satisfactorios. Son relaciones disfuncionales, en donde ambos se encuentran fuertemente unidos por lazos difíciles de romper.
Existe la creencia de que las personas que mantienen estos vínculos es porque les gusta sufrir, sin embargo, los lazos destructivos obedecen a una serie de miedos y problemáticas complejas que refuerzan y hacen perdurar la relación codependiente.
La paradoja de este tipo de relaciones está en que muchas personas se sienten “más seguras” y “cómodas” en ellas, a pesar del alto costo emocional. En estas relaciones prevalece la necesidad de contar con la aprobación de la expareja y un sentimiento de vacío ante su ausencia. La fuente y eje fundamental del “bienestar” de la vida y los “sentimientos placenteros” se centran únicamente en la expareja, fomentando los celos y la posesividad.
Algunas relaciones codependientes se manejan de manera tan sutil que no se perciben como tal, y a veces quienes están en ellas no ven que están inmersos en una relación destructiva; se sienten incómodas, agredidas, menospreciadas, pero no saben qué pasa ni cómo sus actitudes inconscientemente refuerzan el enganche disfuncional.
Hay que observar que muchas veces la persona no se queda “enganchada por amor”, sino por tratarse de una relación dependiente que se ha generado como un medio para obtener seguridad emocional, de ahí que sea tan difícil romper con el enganche disfuncional, ya que no sólo implica terminar con la expareja sino enfrentarse a un vacío emocional y a un cambio radical en su estilo de vida que no le permite desarrollarse de forma individual.
Ante esto, existen ciertas herramientas que contribuyen a facilitar el proceso de elaboración para poder dejar la relación disfuncional:
a) Aprovechar los sentimientos de enojo. Éste puede servir de combustible que nos incita a desprendernos de un fuerte vínculo. Lo primero es reconocer que uno lleva esa energía violenta, aunque esto es difícil ya que lleva aparejado sentimientos de temor. Si la rabia sigue viva, la persona puede sentir que ha quedado atorada con su expareja con sólo recordar cierto acontecimiento doloroso.
Otra alternativa es elaborar una lista de los resentimientos acumulados siendo muy objetivo en las posibles causas. También se puede redactar una carta en la que se revele con honestidad hasta qué punto la persona se sienta herida, furiosa o dolida.
Otra forma de descargar la presión es el ejercicio, la práctica de deportes competitivos y actividad física, ya que no sólo liberan la rabia sino también se evita la depresión.
b) Volver a arriesgarse. Una herida de amor produce miedo a confiar en los demás. Por más atrayente que sea una nueva relación se considera que acercarse equivale a arriesgarse, pero para aprender a confiar tenemos que arriesgarnos.
Finalmente, hay algunas cosas que no podemos olvidar durante este proceso:
1. Negar el dolor que provoca la pérdida o tratar de minimizarlo frena la curación.
2. Durante este proceso se producirán altibajos. Quizá un día la persona sienta que el dolor casi ha desaparecido, pero al día siguiente lo puede sentir con toda su crudeza.
3. Llorar libera al alma y es parte importante para la cura emocional.
4. Aceptar la realidad y estar abierto a asumir una nueva vida es la mejor manera de ayudarse a cultivar una mayor capacidad para el amor en el futuro.
5. Hay un tiempo para estar con el dolor y otro para desprenderse de él.
Finalmente Walter Riso, autor de ¿Amar o depender?, afirma que “El desapego no es desamor, sino una manera sana de relacionarse, cuyas premisas son: independencia, no posesividad y no adicción. La persona no apegada (emancipada) es capaz de controlar su temor al abandono y no considera que deba destruir la propia identidad en nombre del amor”.
Lo que no es amor
Existen relaciones de pareja en las que el ‘amor’ se traduce en lo que llamamos enganches disfuncionales. Algunos estilos de éstos son:
§ Estilo dependiente-débil. La necesidad que motiva este estilo no es la de ser amado, sino la de ser protegido. La clave de la personalidad de quien participa es “soy débil”, “necesito a alguien más fuerte a mi lado en quien confiar”. En el fondo, la persona dependiente “cuelga” al otro su autoestima.
§ Estilo controlador. Para estas personas el control, la organización y sistematización son vitales. Se ven a sí mismas como responsables de que la pareja funcione, y desean, a toda costa, controlar sus acciones, sentimientos y actitudes.
§ Estilo posesivo. Sobresale la idea de poseer de modo exclusivo a la pareja, lo cual lleva al dominio y a los celos.
§ Estilo indiferente. Sus integrantes jalan cada quien para su lado y no hay la disposición de trabajar en favor de la relación.
§ Estilo ‘madre-hijo’. En esta relación el marido ‘débil’ –tipo hijo- ha escogido inconscientemente a una mujer ‘fuerte’ –tipo madre-.
§ Estilo ‘padre-hija’. El esposo juega el papel fuerte; la mujer, el débil.
§ Estilo ‘coadicto’. Son las parejas de adictos a drogas. El coadicto se define en la medida en que favorece, disculpa o acompaña la adicción del otro para evitar conflictos, porque se encuentra ‘altamente unido’ con él o ella.
§ Estilo ‘narcisista’. Son relaciones en las que una persona está centrada en sí misma, con afanes de grandeza y que se engancha con parejas que le refuerzan sus sentimientos de superioridad.
Pese a la diversidad de estas relaciones, la mayoría comparten una característica en común: impera el dolor y no los momentos agradables, nutricios y satisfactorios.
En este tipo de relaciones uno de sus integrantes suele presentar ciertos rasgos de personalidad, los cuales, de acuerdo a B. Schaeffer, especialista en pareja, se describen a continuación:
§ Necesitan excesivamente la aprobación de los demás.
§ Gustan de relaciones posesivas.
§ Adoptan posiciones subordinadas.
§ Las relaciones no llenan su vacío emocional, aunque sí lo atenúan.
§ La ruptura les supone un auténtico trauma.
§ Su autoestima es pobre y su autoconcepto negativo.
Las relaciones de este tipo afectan a ambos integrantes, aunque en ocasiones uno de ellos puede obtener ganancias secundarias como la manipulación, cuando se asume como víctima y explota este papel para beneficio propio. En la medida en que el otro accede, se da el enganche disfuncional que provoca que la relación se mueva a partir de sentimientos ocultos; en tanto, el miembro que asume el papel de controlador explota la vulnerabilidad de su compañero a conveniencia propia.
Estos tipos de relaciones son claramente disfuncionales, y a pesar de ello, sus integrantes no las reconocen como tales. Para Raymundo Macías, terapeuta familiar y psicoanalista, se determina si la relación es funcional o no de acuerdo con el nivel de apertura que hay en la pareja, tanto en sus aspectos positivos, como negativos. Asimismo, cuando cada integrante se reconoce como ser individual, con habilidades y necesidades particulares, ayuda a formar una pareja funcional, en la cual el amor tiene más probabilidades de florecer y preservarse.

EL AMOR DE MI VIDA
La creencia de “el amor de mi vida” no distingue clase, género, escolaridad, orientación sexual ni edad. Todos, en algún momento, hemos esperado a nuestra ‘media naranja’, pero ¿qué tan real es esta aspiración? Esta creencia es una idea platónica que refiere a lo “único”, es decir, nos concibe como seres incompletos, sin embargo debiéramos ser personas íntegras aún si no tenemos pareja y no estar esperando que alguien satisfaga nuestras carencias.
Cristina Jáuregui, psicoterapeuta, dice que sí hay personas más significativas que otras, hay gente con la que te sientes más compatible, pero esto tiene que ver con el momento que estás viviendo, la edad, el entorno, si tienes trabajo, dinero, si estás preparado, si cuentas contigo mismo. Es importante que quines están atorados en un amor del pasado o el futuro reflexionen que la vida está aquí y ahora, que las buenas relaciones se forjan y se arman con gente real, que no es perfecta ni nosotros lo somos, que vivir de los mitos y las fantasías nos impide entregarnos a lo que en este momento la vida nos ofrece.
Muchos se quedan con una sola pareja porque se sienten obligados por sus ideas o prejuicios y otros por comodidad o miedo, pero no necesariamente mantienen el amor. Algunos más consideran que su amor de la vida fue alguien con quien ya terminaron y no volverán a encontrar alguien igual; sin embargo, esto habla de que “El amor de mi vida” es una idea que sirve como refugio emocional para no atreverse a tener otra relación.
La relación de pareja es uno de los espacios en los que más aprendemos, porque en ella nos enfrentamos a nuestros monstruos, rescatamos nuestras luces, vivimos todos los sentimientos; así, muchas veces no sabemos cómo enfrentarlo y preferimos huir y decir que no funcionó, que ese “no era el amor de nuestra vida”.
Además, existe quien dice que el “amor de su vida” es alguien que no lo sabe (un vecino, un artista, un amigo), pero para que el amor exista se necesitan dos, no se puede hablar de amor cuando el otro no está enterado, el amor es con alguien real que esté dispuesto a apostar por la relación; este tipo de fantasías también encubren el temor de entrar en una relación. Hay personas que pierden la oportunidad de una relación por buscar o esperar al supuesto amor de su vida.
“El amor de mi vida” es un mito más de los que está plagado el amor, tiene que ver con una construcción religiosa aunada a otros mitos de los cuales se retroalimenta, tales como la idea de ‘hasta que la muerte nos separe’, ‘el amor es eterno’, ‘el amor lo puede todo’, ‘mi media naranja’, etc. Sin embargo, si nos instalamos en la idea de que el “amor de mi vida” será eterno, olvidémonos que se necesita trabajar para que el amor se construya día a día, olvidemos que debemos tomar la responsabilidad de la relación y poner límites; en otras palabras, caeremos en relaciones destructivas.
La realidad de fondo es que este mito sirve de escudo, pues detrás está escondido un gran miedo al compromiso, a la entrega, y a todos los sentimientos que el enamoramiento produce, es como una especie de parálisis, pues instalados en la fantasía no amamos plenamente, no nos damos la oportunidad de experimentar ni de conocer. En lo práctico y cotidiano estas circunstancias se manifiestan de las siguientes formas:
• Mostrarse sobrexigentes antes de abrirse a una nueva relación, por lo que ningún hombre o mujer será bastante bueno o digno de satisfacer estos requerimientos.
• Atraer al compañero(a) equivocado(a). Cuando se aferra al pasado y al dolor la persona tiende a buscar a una pareja que probablemente volverá a hacerle daño.
• Centrar la atención en lo negativo y encontrar justificaciones para no comprometerse.
• Creer que no necesita una pareja.
• Sentirse tan absorbido por las necesidades de los demás que no se tiene tiempo para sentir o satisfacer las necesidades propias.
• Puede establecer relaciones sin llegar a concretarlas o formalizarlas.
• A veces se ama a las amigas y a los amigos como una defensa para no enamorarse de una pareja: ‘con mis amigos es suficiente’.
• Considerar que enamorarse de nuevo es una traición para la expareja.
• Exaltar determinadas cualidades de la expareja, de modo que nadie dará la talla.
• En muchos casos alguien que vivió una pérdida amorosa puede quedarse en el dolor y la tristeza, aunque la consecuencia sea la soledad porque es una posibilidad ‘más segura’, de esta manera evita enfrentarse a sus miedos.

2007-12-11 02:11:45 · answer #1 · answered by manuel g 5 · 0 0

Desde cierto punto de vista lo veo deprimente porque sería admitir que haz desperdiciado tu vida, que no haz aprendido nada, que pasaste en blanco. Curiosa pregunta... EXITOS PARA TI

2016-12-31 06:30:33 · answer #2 · answered by ? 3 · 0 0

Tienes que ser valiente, no lo quieres ¿como puede alguien querer a alguien que te agrede?, debes enfrentar tu realidad y separarte de esa persona, tu puedes salir adelante sola y tal vez mas adelante conocer al VERDADERO AMOR, el amor no es sinonimo de sufrimiento, sino, regresa a tu pais.

2007-12-11 04:50:43 · answer #3 · answered by nutriologa 4 · 0 0

hola! como estas? Espero que muy bien. yo pienso que tenes que ser sincera con vos misma y pensar que es bueno para vos, para tu vida y para que puedas ser feliz. si pensas que esta no es la forma de vivir lo mejor es tomar distancia de tu marido aunque estes sola ya vas a ir encontrardo gente y cosas que te hagan sentir mejor. mucha suerte y ese dia hace lo que sentis, no te obligues a nada, si estas bien hace que el dia sea lindo, si te sentis mal hacecelo saber a tu marido.. un besote

2007-12-11 03:06:15 · answer #4 · answered by sabrina l 2 · 0 0

¿es amor o soledad y codependencia?

Porque si es amor, deberías hablar con él para saber si siente lo mismo, porque el hecho de estar sola en un pais extraño no le da derecho a tratarte mal. Y sí tenes derecho a ser felíz, aunque sea lejos de él.

suerte

2007-12-11 01:59:02 · answer #5 · answered by Anonymous · 0 0

hola amiga... ese dia prepara algo rico para comer ponte linda... y trata de no pelear con el ese dia... y si te trata muy mal y apesar de eso lo sigues amando se nota que tu amor es amor del bueno.. felicidades por saber amar apesar de todo... lo unico malo que veo es que no por que lo ames tienes que aguantar sus actitudes agresivas hacia ti.. ante todo pide respeto.. y eso de que te fue infiel es algo que muy fuerte lo importante es que regreso contigo... animo.. si el te ama... ese dia la pasaran increible...
salu2

2007-12-11 01:31:18 · answer #6 · answered by ღpAolA♪ 5 · 0 0

acuerdate que le va mal a uno porque kiere, por otra parte si lo amas pero te trata mal te hago esta pregunta kieres eso para toda tu vida? piensalo porque es un infierno vivir así, platica con tu esposo y lleguen a un acuerdo conveniente par aqlos dos.

2007-12-11 01:06:09 · answer #7 · answered by Anonymous · 0 0

esque me parece muy fuerte que despues de engañarte encima te trate asi.Lo mejor seria que lo olvidaras no te resignes a depender de alguien que te trata asi.

2007-12-11 01:03:37 · answer #8 · answered by mujer del mar 3 · 0 0

Por que no intentas charlarlo con tu esposo, dale tus puntos de vista, pero...DE BUENA MANERA!!! no pelees.
Quizá solo han sido malas interpretaciones.
SUERTE

2007-12-11 00:58:49 · answer #9 · answered by Isadora 7 · 0 0

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