Un violador acechaba a su posible víctima en un callejón oscuro. En
eso va pasando una monja, y el abusador le lanza:
"Ahora si, madre, sus días de virginidad han llegado a su fin".
"¡Hijo mío, no, por Dios! ¿Qué me quieres decir con eso?"
"Que la voy a violar".
El malandrín se va contra ella y la empieza a manosear.
"¡Hijo mío, por favor, no hagas eso!"
"Cállese, que va a empezar lo bueno".
"Está bien, hijo, pero hagámoslo con calma, relájate, que todo saldrá
bien. Mira, bájate los pantalones, no es necesario que te los quites
por completo, así lo puedes hacer, y yo me levanto mis enaguas para
que lo podamos hacer mejor".
Muy orondo, el violador hizo lo que la religiosa le pidió y, excitado
le pregunta:
"¿Y ahora qué, madre?"
"Pues a ver quien corre más rápido, estúpido, si un violador idiota con los
pantalones caidos, o una monjita con las enaguas recogidas".
2007-12-06
23:27:26
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pregunta de
quique22
4
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Música y ocio
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