Aprovechando la ausencia de su esposa e hijos que pasan un fin de Semana en Cuernavaca, Don Manolo se encuentra insistiendo en la puerta de su nueva y muy bonita sirvienta para que le abra la puerta.
- Anda María, abre la puerta que no te va a pasar nada.
- No siñor, ¡tese sosiego!.
- Mira María, que te aumento el sueldo.
- ¿Y alluego que le decimos a la patrona?
- No tiene por qué enterarse rapaza.
- Ta bueno patrón, pero pase por debajo de la puerta su certificado de que no tiene SIDA.
Don Manolo recuerda el chequeo médico que se acaba de practicar y le pasa hasta su acta de nacimiento, ante lo cuál la sirvienta por fin cede y Don Manolo se da vuelo satisfaciendo sus bajos instintos. Ya desechado todo su veneno y disfrutando de un buen tabaco, le dice Don Manolo:
- Hala Maria, que no sabes ni leer y que bien estás enterada de las cuestiones
de salud.
- Pos sí patrón, yo ignorante, ignorante pero ésa chingadera ¡no me la pegan dos veces!.
2007-11-09
00:33:17
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carlos a I
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Música y ocio
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