Compositor austríaco nacido en Salzburgo el 27 de enero de 1756. Sus prodigiosas dotes musicales fueron pronto observadas por su padre, Leopold, que decidió educarlo y, simultáneamente, exhibirlo (conjuntamente con la hermana grande Nannerl --Maria Anna--) como fuente de ingresos. A la edad de seis años, Mozart ya era un intèrprete avanzado de instrumentos de tecla y un eficaz violinista, al mismo tiempo que demostraba una extraordinaria capacidad para la improvisación y la lectura de partituras. Aún hoy en día se interpretan cinco pequeñas piezas para piano que compuso a aquella edad.
El año 1762 Leopold comenzó a llevar a su hijo de gira por las cortes europeas. Primeramente a Munich y a Viena y, en 1763 los Mozart emprendieron un largo viaje de tres años y medio que supuso para el pequeño Wolfgang valiosas experiencias: conoció la cèlebre orquesta y el estilo de Mannheim, la música francesa en París, y el estilo galante de J.Ch. Bach en Londres. Durante este periodo escribió sonatas, tanto para piano como para violín (1763) y una sinfonía (K.16, 1764).
Ya de regreso a Salzburgo, continuó sus primeras composiciones, entre les cuales encontramos la primera parte de un oratorio, Die Schuldigkeit des ersten Gebots (La obligación del Primer Mandamiento), la ópera cómica La finta semplice, y Bastien und Bastienne, su primer singspiel (tipo de ópera alemana con partes recitadas). El año 1769, con 13 años, era nombrado Konzertmeister del arzobispado de su ciudad.
Después de unos cuantos años en casa, padre e hijo marcharon a Italia (1769-71). En Milán, Mozart conoció al compositor G.B. Sammartini; en Roma, el Papa lo condecoró con la distinción de Caballero de la Espuela de Oro y en Bolonia contactó con el padre Martini y realizó con éxito los exámenes de acceso a la prestigiosa Accademia Filarmonica. El año 1770 le encargaron escribir la que es su primera gran ópera, Mitridate, re di Ponto (1770), escrita en Milán. Con esta obra, su reputación como músico se hizo aún más patente.
Mozart volvió a Salzburgo en 1771. De los años inmediatamente posteriores datan los primeros cuartetos para cuerda, las sinfonías K.183, 199 y 200 (1773), el concierto para fagot K.191 (1774), las óperas La finta giardiniera e Il re pastore (1775), diversos conciertos para piano, la serie de concirtos para violín y las primeras sonatas para piano (1774-75).
En 1777 Mozart marchó hacia Munich con su madre, Anna Maria. A la edad de veintiún años Mozart buscaba por las corte europeas un lugar mejor remunerado y más satisfactorio que el que tenía en Salzburgo bajo las órdenes del arzobispo Colloredo, pero sus deseos no se cumplieron. Llegó a Mannheim, capital musical de Europa por aquella época, con la idea de conseguir un puesto en su orquesta, y allí se enamoró de Aloysia Weber. Posteriormente Leopold envió a su esposa e hijo a París, donde éste estrenó la sinfonia K.297 y el ballet "Les petits riens". La muerte de su madre en la capital francesa en 1778, el rechazo de Weber -después del segundo encuentro de Mozart con la familia- y el menosprecio de los aristócratas para los que trabajaba, hicieron que los dos años transcurridos entre su llegada a París y el retorno a Salzburgo en 1779 fueran un periodo muy difícil en su vida.
Durante los años siguientes compuso misas, las sinfonías K.318, 319 y 338 y la ópera Idomeneo, re di Creta (Munich, 1781), influída por Gluck pero con un sello ya totalmente propio.
El año 1781, Mozart rompe sus relaciones laborales con el príncipe-arzobispo de Salzburgo y decide trasladarse definitivamente a Viena. Allí compone el singspiel Die Entführung aus dem Serail (El rapto en el serrallo), encargada en 1782 por el emperador José II.
Este mismo año se casa con Constanze Weber, hermana pequeña de Aloysia; juntos vivieron frecuentemente perseguidos por las deudas hasta la muerte de Mozart.
De esta época data su amistad con F.J. Haydn a quien le dedicó seis cuartetos (1782-85); estrenó también la sinfonía Haffner (K.385, 1785) y otras obras, de expresividad muy superior a la de la música de su tiempo. La llegada de Lorenzo da Ponte a Viena le proporcionó un libretista de excepción para tres de sus mejores óperas: Le nozze di Figaro (1786), Don Giovanni (1787) y Così fan tutte (1790). Muerto ése año Gluck, el emperador José II concedió el cargo de kapellmeister a Mozart, pero redujo el salario, hecho que impidió que saliese del círculo vicioso de deudas. Estas crisis se reflejaron en obres como en el quinteto de cuerda K.516, en las tres últimas sinfonías (K.543, 550 i 551, Júpiter, del 1788), los últimos conciertos para piano, etc., contribuciones ingentes a estos géneros. Los años finales Mozart escribió sus últimas óperas, Die Zauberflöte (La flauta mágica) y La Clemenza di Tito, (1791) -escrita con motivo de la coronación del nuevo emperador Leopold II-. Precisamente mientras trabajaba en La flauta mágica, con libreto de Emmanuel Schikaneder, el emisario de un misterioso conde Walsegg le encargó una misa de réquiem. El Réquiem en Re menor K.626, inacabado por la muerte de Mozart -el 5 de diciembre de 1791- fue su última composición, acabada por su discípulo F.X. Süssmayr.
Mozart se ha considerado el compositor más destacado de la historia de la música occidental y su influencia fue profundísima, tanto en el mundo germánico com en el latíno; su extensa producción incluye casi todos los géneros (desde el lied y las danzas alemanas hasta los conciertos para instrumento, las sinfonías y las óperas), y en cualquiera de ellos podemos encontrar obras maestras que nos hacen recordar la apasionada opinión de Goethe.
saludos.
2007-08-09 05:49:43
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Mozart nació en Salzburgo (actual Austria; 27 de enero de 1756 - Viena; 5 de diciembre de 1791), es considerado como uno de los más grandes compositores de música clásica del mundo occidental.
Mozart nació el 27 de enero de 1756 en Salzburgo (Austria). En esta época, Salzburgo era un arzobispado independiente en el Sacro Imperio Romano Germánico. Fue bautizado el día después de su nacimiento con los nombres de Johannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart; a lo largo de su vida firmaría con diversas variaciones sobre su nombre original, siendo una de las más recurrentes "Wolfgang Amadè Mozart" y utilizando sólo esporádicamente la forma "Amadeus" casi siempre en plan jocoso (una de sus cartas está firmada como Wolfgangus Amadeus Mozartus), a pesar de ello ha sido esta última denominación la más favorecida, en especial a partir del s.XX.
Fue el último hijo de Leopold Mozart, músico al servicio del príncipe arzobispo de Salzburgo. Su madre se llamaba Anna María Pertl. Debido a la altísima mortalidad infantil en la Europa antigua, de los 7 hijos que tuvo el matrimonio solo sobrevivió Anna Maria
para Wolfgang, la música y las matemáticas eran tan naturales como los juegos para cualquier otro niño.
A los cuatro años practicaba el clavicordio y componía pequeñas obras de considerable dificultad; a los seis, tocaba con destreza el clave y el violín. Podía leer música a primera vista, tenía una memoria prodigiosa y una inagotable capacidad para improvisar frases musicales.
Definitivamente, no era un niño común. Su progenitor era un hombre inteligente, orgulloso y religioso. Creía que los dones musicales de su hijo eran un milagro divino que él, como padre, tenía la obligación de cultivar.
Leopold componía y daba clases de música. El año del nacimiento de Wolfgang publicó un libro sobre el arte del violín, que tuvo éxito y lo hizo famoso. Después del nacimiento de Wolfgang, salvo las tareas propias de su cargo, abandonó todo para dedicarse de manera exclusiva a la formación de su hijo. Fue exigente como padre y como profesor, en todo momento estuvo al tanto de la formación de Wolfgang, para guiarlo como hombre y como artista.
Cuando el niño iba cumplir seis años de edad, Leopold decidió exhibir las dotes musicales de sus hijos ante las principales cortes de Europa. Según los primeros biógrafos de Wolfgang, su padre «quiso compartir con el mundo el milagroso talento de su hijo...»; en la actualidad, algunos sostienen que más bien lo explotó. Lo cierto es que su figura autoritaria y opresiva marcaría al joven Amadeus para toda su vida.
El 12 de enero de 1762, la familia entera partió hacia Múnich; tocaron ante el emperador José II de Habsburgo y continuaron hasta Viena. La permanencia en esta ciudad —uno de los centros principales de la música— culminó con dos recitales ante la familia imperial en el palacio de Schönbrunn.
El pequeño Wolfgang causaba sensación en cada concierto. El dinero recolectado en este viaje no fue tanto como los elogios recibidos. Podría decirse que éste fue un viaje de prueba para Leopold. El 5 de enero de 1763, los Mozart retornaron a Salzburgo. El viaje había durado poco menos de un año
El gran viaje (1763-1766)
Este gran viaje de los Mozart empezó el 9 de junio de 1763. Durante tres años y medio recorrieron las principales ciudades de Europa, cosechando grandes éxitos. En Viena fueron llamados a palacio por la emperatriz María Teresa. La emperatriz quedó encantada con el niño Wolfgang Amadeus, tanto, que incluso lo sentaba en su regazo y lo besaba.
En Versalles, los Mozart tocaron ante el monarca Luis XV. La anécdota cuenta que en esa ocasión, la amante del rey, la altiva Madame de Pompadour, no permitió que el niño Wolfgang la abrazara por temor a que se estropeara su traje.
En Londres causaron la admiración del rey Jorge III; durante este viaje el joven músico compuso su primera sinfonía y conoció a Johann Christian Bach, hijo menor de Johann Sebastian Bach (aunque en esa época tenía mucho más éxito que su padre, quien era conocido como "el padre de Johann Christian Bach", Johann Sebastian ejercía gran influencia sobre la obra de su hijo).
En Holanda deslumbró tocando el órgano más grande y complicado del mundo, y compuso su primer oratorio, a los nueve años de edad.
Cada presentación del joven Wolfgang Amadeus era una exhibición de su virtuosismo con el clave y el violín (se cuenta que ya en esa época podía tocar el teclado con los ojos vendados), y dejaba a los espectadores maravillados improvisando sobre cualquier tema que le proponían.
A esa edad ya sabía ser galante y dedicaba a las damas de la nobleza sus primeras sonatas para violín y clave. La familia regresó a Salzburgo el 30 de noviembre de 1766.
Un caballero de 14 años (1769-1770)
En 1769, Mozart ganó en Salzburgo la plaza de maestro de conciertos —gran honor para un muchacho— ...pero sin sueldo. Se le financió un viaje de estudios a Italia, donde Leopold pensaba que Wolfgang Amadeus triunfaría componiendo óperas.
Padre e hijo llegaron a Roma el 11 de abril de 1770. En el Vaticano, Wolfgang Amadeus escuchó el Miserere de Gregorio Allegri. Esta obra tenía carácter secreto, pues sólo podía interpretarse en la Capilla Sixtina y su publicación estaba prohibida bajo pena de excomunión.
Sin embargo, el joven compositor apenas llegó a la posada donde se alojaba, escribió de memoria una versión muy aproximada de la partitura completa. El Papa Clemente XIV, admirado ante el talento del músico de catorce años, no sólo no lo excomulgó sino que lo nombró Caballero de la Orden de la Espuela de Oro, título que —a pesar de los privilegios que otorgaba— nunca interesó a Mozart.
Otro gran triunfo fue el estreno de la ópera Mitrídates, rey del Ponto, estrenada en 1770, en Milán. Resolviendo en media hora un examen que al resto de los postulantes les llevó tres, fue admitido como compositor en la Academia Filarmónica de Bolonia, considerada el centro de erudición musical de la época.
El ingreso de Mozart a la Academia fue extraordinario, ya que aún le faltaba mucho para los veinte años, edad mínima exigida por el reglamento. En ese lugar conoció al padre Giovanni Battista Martini, importante teórico de la música en aquel tiempo, y por el cual Mozart siempre guardó un gran afecto.
El nuevo príncipe-arzobispo (1770-1772)
Mozart tocando el clavicordio y Thomas Linley (de la misma edad) al violín. Florencia, 1770Mozart realizó un segundo viaje a Italia, para asistir al estreno de su ópera Ascanio en Alba (Italia). En 1771 regresó con su familia a Salzburgo, que por entonces era un principado eclesiástico regido por un príncipe-arzobispo. Se enteraron de la muerte del arzobispo Schrattenbach, que siempre los había apoyado.
Comenzó entonces una nueva etapa, mucho más difícil. Jerónimo de Colloredo-Mannsfeld (Hieronymus von Colloredo), el nuevo príncipe-arzobispo de Salzburgo, se mostró autoritario e inflexible con el cumplimiento de las obligaciones impuestas a sus subordinados. Mozart fue confirmado en su puesto de maestro de conciertos; ahora recibiría un modesto sueldo, pero su libertad poco a poco disminuiría, hasta el punto de sentirse esclavizado. Este hecho influyó en su carácter.
Opresión y liberación (1778-1781)
Es en estos años cuando Mozart, harto de Salzburgo y del poco reconocimiento que allí se le daba a su obra, le dice al Arzobispo Colloredo que quiere dejar de trabajar para él, y así poder marcharse a Viena. Entonces Colloredo lo expulsa de su servicio. Comúnmente se atribuye a músicos como Beethoven la independencia de los músicos como sirvientes, pero es con esta primera actitud de Mozart, cuando comienza la profesión de músico independiente, que trabaja por y para su música, y al que le encargan obras sin necesidad de que ningún noble interceda por él.
Matrimonio pese a todo (1781-1784)
Mozart se instaló en Viena y vivió un año feliz. Intervino en conciertos, impartió clases y escribió numerosas obras. 1782 fue el año de otra ópera triunfal: El rapto en el serrallo, la cual da inicio al género operístico conocido como Singspiel u ópera alemana en un momento en que el italiano era el idioma «oficial» para la ópera. Por entonces estaban de moda los temas turcos, máximo exponente del exotismo oriental y con toques levemente eróticos.
Como anécdota, al final del estreno el emperador José II comentó: «Música maravillosa para nuestros oídos, verdaderamente creo que tiene demasiadas notas», a lo que el genio contestó: «Exactamente, ¿cuántas son menester?»
A pesar de que Mozart aún no lograba su madurez y profundidad definitiva, en esta obra se expresa quizá por primera vez la dimensión dramática que veremos en las posteriores operas del genio de Salzburgo. Esta ópera le dio a Mozart el mayor éxito teatral que conocería en vida.
En este año conoció a través del barón Gottfried Van Swieten —un entusiasta coleccionista y aficionado musical que tenía en su poder una biblioteca con gran cantidad de obras de compositores barrocos— la obra de Georg Friedrich Händel y Johann Sebastian Bach.
Tomó contacto con los oratorios de Händel y algunas obras de Bach, entre ellas El clave bien temperado. Mozart asimiló los modos de composición de ambos, fusionándolo con el propio, dando a la mayoría de las obras de este período un toque contrapuntístico, apreciable en las transcripciones que hizo de algunas fugas de El clave bien temperado KV 405, las fugas para piano KV 394, KV 401 y KV 426 (luego transcripta para cuerdas con el número de catálogo KV 546). Pero por sobre todo, podremos ver la influencia de Händel y Bach en la Misa en do menor KV 427. El estudio de estos autores fue para Mozart tan importante que llegó a realizar arreglos para obras como El Mesías (K.572) o Alexander´s Feast (K.591), ambos oratorios de Haendel.
Tras su fracaso sentimental con Aloysa Weber, encontró consuelo en Constanze, la hermana menor. Pero sabía que su padre Leopold no apreciaba a esa familia, puesto que no sin razones creía que estos, fundamentalmente la madre, querían aprovecharse del éxito de su hijo. Sin embargo, hay suficientes antecedentes, de que Constanze amaba verdaderamente a Mozart y nunca compartió las maquinaciones de su madre. Como el consentimiento de su padre era fundamental para Mozart, quiso viajar a Salzburgo para presentarle formalmente a la novia, pero varios eventos postergaron el temido viaje para enfrentar a su progenitor.
El 4 de agosto de 1782, sin el consentimiento paterno, Wolfgang Amadeus y Constanze se casaron en Viena. Para celebrar la unión y para calmar a su moralista padre, Mozart compuso la inconclusa Misa en do menor (KV 427). Pensaba estrenarla en Salzburgo con Constanze como primera soprano solista. Sólo pudo hacerlo en agosto de 1783, pero sería inútil. Deseaba demostrar a su familia que había sabido elegir, pero Leopold y Nannerl jamás terminarían de aceptar a Constanze.
Para colmo de males, su primer hijo murió el 19 de agosto de 1783, al mes de nacido. De los seis hijos que Wofgang Amadeus tuvo con Constanze —Raimund Leopold (1783), Karl Thomas Mozart (1784), Johann Leopold (1786), Theresia (1787), Anna (1789) y Franz Xaver Wolfgang Mozart (1791)— sólo dos sobrevivieron: Karl Thomas y Franz Xaver Wolfgang. Existe una anécdota en la que, según se cuenta, mientras Constanze daba a luz a un niño muerto, Mozart se encontraba en la habitación contigua componiendo una sinfonía. Buen ejemplo de cómo es la música clasicista, ya que, al contrario de la romanticista (de la cual se atisban pequeños resquicios en los últimos años de vida del compositor), éste no deja plasmados los sentimientos en las obras.
El más grande compositor (1784-1787)
Para diciembre de 1784, Mozart ingresó en la francmasonería, en la que encontró un ideal filosófico. 1785 fue un año de gran actividad artística y social. Wolfgang se sintió entusiasmado ante el aplauso que los vieneses dispensaron a su música. Por entonces dedicó a Joseph Haydn algunos cuartetos de cuerda.
La anécdota cuenta que, al oírlos, Haydn manifestó a Leopold ante Dios que Wolfgang Amadeus era el más grande compositor que hubiera conocido. Fue un gran periodo creador. En 1786 Mozart estaba en la cumbre. Estrenó la ópera Le nozze di Figaro con gran éxito, la cual no estaba exenta de polémica debido a su contenido político. Sin embargo, Mozart y Da Ponte se las arreglaron para excluir de ésta todo aquello que pudiese «poner nerviosas» a las autoridades vienesas. Así la obra de Beaumarchais logró pasar la censura y Mozart pudo estrenar su ópera. La preocupación del Emperador residía en que la obra sugería la lucha de clases, y en Francia ya le había generado no pocos disturbios a su hermana María Antonieta. En el aria de Figaro «Se vuol Ballare» podemos notar parte de ese contenido que quiso minimizarse (Figaro, con fina pero intensa ironía, entona una cavatina dirigida a su patrón el Conde de Almaviva.)
En 1787, en Praga estrenaría Don Giovanni también con gran éxito. Esta obra, que narra las aventuras de Don Juan, había sido un tema recurrente en la literatura y el teatro y por lo tanto Da Ponte no se basa en un texto particular, sino que recoge información de múltiples fuentes. La ópera fue catalogada por Mozart como un «Dramma Giocoso» y su título original era «Il dissoluto punito o sia Il D. Giovanni». El contenido dramático de esta obra está presente desde el comienzo, con la muerte del comendador, hasta el final y contiene algunos de los pasajes más hermosos de la obra de Mozart.
Sin embargo, en este mismo año, muere en Salzburgo su padre Leopold, quien había sacrificado su carrera musical en pro del futuro musical de sus hijos. Esto lo sume en una gran congoja, ya que su padre había sido su mejor consejero y amigo (y esto lo podemos observar documentado en la numerosa correspondencia entre ambos).
La ópera Don Giovanni, al contrario de lo sucedido en Praga, resultó un rotundo fracaso en Viena y poco a poco, esta ciudad iría perdiendo el interés musical por Mozart, probablemente por el advenimiento de otros pianistas con una técnica mucho más aguerrida, como en el caso de Muzio Clementi, con escalas en terceras y acordes más sonoros, ideales para los pianos de construcción inglesa de una sonoridad más robusta, al contrario de los de sonoridad delicada vienesa, aptos para las escalas y sutilezas del pianismo mozartiano. Sus Academias o conciertos por suscripción, que habían sido en toda su estadía en Viena una de las mejores fuentes de ingreso (además de inspiración y motivo de composición de sus conciertos para piano y orquesta a partir del Nº 11, KV 413) comenzaron a perder audiencia, por lo que ya no le reportaban beneficios económicos.
La misa para difuntos (1791) (Réquiem en Re menor)
Artículo principal: Requiem de Mozart
En marzo de 1791, Mozart ofreció en Viena uno de sus últimos conciertos públicos; tocó el Concierto para piano n.º 27 (KV 595). Su último hijo, Franz Xaver, nació el 26 de julio.
Pocos días antes se presentó en su casa un desconocido, vestido de gris, que rehusó identificarse y que encargó a Mozart la composición de un réquiem. Le dio un adelanto y quedaron en que regresaría en un mes. Pero el compositor fue llamado desde Praga para escribir la ópera La clemencia de Tito, para festejar la coronación de Leopoldo II.
Cuando subía con su esposa al carruaje que los llevaría a esa ciudad, el desconocido se presentó otra vez, preguntando por su encargo. Esto sobrecogió al compositor.
Más tarde se supo que aquel sombrío personaje era un enviado del conde Franz Walsseg, cuya esposa había fallecido. El viudo deseaba que Mozart compusiese la misa de réquiem para los funerales de su mujer, pero quería hacer creer a los demás que la obra era suya y por eso permanecía en el anonimato.
Mozart, obsesionado con la idea de la muerte desde la de su padre, debilitado por la fatiga y la enfermedad, muy sensible a lo sobrenatural por su vinculación con la francmasonería e impresionado por el aspecto del enviado, terminó por creer que éste era un mensajero del Destino y que el réquiem que iba a componer sería para su propio funeral.
Mozart al morir, consiguió terminar tan solo tres secciones con el coro y orgánico completo: Introito, Kyrie y Dies Irae. Del resto de la Secuencia sólo dejó las partes instrumentales, el coro, voces solistas y el cifrado del bajo y órgano incompletos, además de anotaciones para su discípulo Franz Xaver Süssmayer. También había indicaciones instrumentales y corales en el Domine Jesu y en el Agnus Dei. No había dejado nada escrito para el Sanctus ni el Communio. Su discípulo Süssmayer completó las partes faltantes de la instrumentación, agregó música en donde faltaba y compuso íntegramente el Sanctus. Para el Communio, simplemente utilizó los temas del Introito y el Kyrie, a manera de reexposición, para darle cierta coherencia a la obra.
El estreno de este Réquiem se produjo en Viena el 2 de enero de 1793 en un concierto en beneficio de la viuda del músico austríaco. Fue interpretado de nuevo el 14 de diciembre de 1793, durante la misa que conmemoraba la muerte de la esposa de Walsegg.
El final de una vida trágica (1791)
La salud del genio comenzó a declinar y su concentración disminuía. La clemencia de Tito fue acogida con frialdad por el público. Al regresar a Viena, Mozart se puso a trabajar en el réquiem encargado y preparó, en compañía del empresario teatral y cantante Emanuel Schikaneder, los ensayos de la ópera La flauta mágica. Ésta se estrenó con enorme éxito el 30 de septiembre de 1791, con el propio Mozart como director.
Un músico rival, Antonio Salieri, se hallaba entre el público. Por entonces Mozart escribió el Concierto en La Mayor para clarinete (KV 622) compuesto para el gran clarinetista Stadler. En octubre de 1791 su salud empeoró; caminaba con su esposa por un parque cuando de pronto se sentó en un banco y muy agitado comentó a Constanze que alguien lo había envenenado. Al poco tiempo quedó postrado en su lecho.
Mozart sentía que ya no volvería a levantarse, pero quería terminar su propia misa de difuntos y dictó a Franz Xaver Süssmayer, su discípulo, las indicaciones para completar el Réquiem KV 626. Pero le faltó tiempo.
El 5 de diciembre de 1791, Mozart falleció en Viena a los 35 años de edad y su funeral tuvo lugar en la Catedral de San Esteban (donde también se casara con Constanze). Recientes investigaciones han sugerido que Mozart murió por una fiebre reumática, aunque existen múltiples conjeturas. Debido a las penurias económicas, fue enterrado en una fosa común en el cementerio de St. Marx, aunque existe la teoría de que el enterrador, conociendo de quién se trataba, le anudó una soga al cuello, por encima del saco que envolvía el cuerpo. También se sabe que nadie acompañó el cuerpo hasta el cementerio, debido a que hacía un mal día y llovía mucho, solamente lo acompañó hasta el final su perro. En la actualidad, hay un supuesto cráneo de Mozart al que se le han hecho diversas pruebas de ADN comparándolo con los de su sobrina y su abuela materna, para poder así confirmar la autenticidad del mismo, pero no sólo encontraron que el ADN del cráneo no coincidía con los de sus dos familiares, sino que el de ellas entre sí tampoco concordaba.
2007-08-09 10:59:39
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answer #4
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answered by Anonymous
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