Los acontecimientos de la Revolución de Mayo se centran en una semana conocida como Semana de Mayo transcurrida entre el 18 de mayo de 1810, cuando se reúnen los primeros grupos revolucionarios, hasta el 25 de mayo, fecha de asunción del primer gobierno rioplatense independiente de España.
Con la llegada de una fragata inglesa a Montevideo, el 13 de mayo de 1810, se confirmaban los rumores que circulaban en Buenos Aires: las tropas de Napoleón Bonaparte habían invadido España y habían apresado y destituido al rey Fernando VII, siendo reemplazado éste por José Bonaparte (hermano de Napoleón). Esto significaba que el poder de la corona se había trasladado al Consejo de Regencia, instalado en Cádiz, sitiada por tropas francesas. El razonamiento de los revolucionarios era claro: si la autoridad de la que emanaba el poder del virrey había cesado, el poder quedaba vacante.
Luego de conocerse que el rey español había sido capturado por Napoleón, un grupo revolucionario compuesto por, entre otros, Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Nicolás Rodríguez Peña, Juan José Paso y Antonio Luis Beruti sostuvieron una reunión el día 18 donde plantearon la necesidad de organizar un Cabildo abierto, que finalmente se realizó el día 22. En este, un grupo de cabildantes manifestó la necesidad de independizarse de España y crear una nueva nación libre e independiente. Otro sector más conservador señalaba la necesidad de continuar bajo el manto realista frente a la incertidumbre de los acontecimientos en Europa, en parte también en protección de sus propios intereses económicos y sociales. Un último grupo, de carácter ecléctico, pretendía una nación libre e independiente pero sostenía que no era el momento apropiado: había que esperar el desarrollo de los sucesos.
Finalmente, se decidió la renuncia del virrey en ese momento, Baltasar Hidalgo de Cisneros y la formación de una Junta. Esta Junta, formada el 24, estuvo presidida por el ex-virrey, y ante el rechazo del pueblo se disolvió, formándose el 25 de mayo un nuevo gobierno sin la participación del virrey, la Primera Junta. Luego de la formación de este primer gobierno, pasarían más de 6 años hasta la declaración formal de la independencia argentina, realizada el 9 de julio de 1816.
2007-05-15 13:53:11
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answer #2
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answered by Mó®©£a Q 4
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Viernes 18
El virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros publica un bando en el que pide al pueblo que se mantenga fiel a España, que había sido invadida por los franceses.
Sábado 19
Los criollos piden a las autoridades que se les permita realizar un Cabildo Abierto para tratar la situación.
Domingo 20
El virrey recibe a funcionarios del Cabildo, jefes militares y criollos, con quienes trata la convocatoria del Cabildo Abierto.
Lunes 21
El Cabildo invita a los principales vecinos a reunirse el día 22 en Cabildo Abierto.
Martes 22
El Cabildo abierto, después de largas discusiones, resuelve que el virrey cese en el mando.
Miércoles 23
El Cabildo forma una Junta de Gobierno con Cisneros como presidente.
Jueves 24
Día de indignación del pueblo al enterarse de que el Cabildo había decidido que Cisneros continuara en el mando. Renuncia de todos los miembros de la Junta.
Viernes 25
Los criollos, reunidos en la Plaza de Mayor y en busca de noticias, gritan: "el pueblo quiere saber de que se trata". Este día los cabildantes reconocen la autoridad de la Junta Revolucionaria y así se forma el Primer Gobierno Patrio.
¡ah!por cierto no todos sabemos buscar en libros o no los entendemos o tal vez no sepamos ¿ok nerd?
2007-05-16 21:00:30
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answer #3
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answered by Anonymous
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abuscar en los libros señorita que no muerden y que no sepas que paso un 25 de Mayo, desde que estamos en 1 er grado nos dice que paso, en los libros de historia lo encontraras, donde crees que sacan las respuestas la gente que te contesta. que tampoco te tendrian que responder, para que aprendas a investigar, cuando vayas a la facultad, vas a tener que estudiar mucho y buscar mucha informacion
y no vas a saber hacerlo.
2007-05-15 15:27:37
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answer #4
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answered by virginia p 7
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El 25 de Mayo no es un simple feriado, un día en el que no se trabaja o no se concurre al colegio. En esta fecha celebramos uno de los acontecimientos más importantes sobre los cuales se construyó nuestro país. Durante la Revolución de Mayo se puso en juego el futuro de un colonia, que deseaba crecer y desarrollarse como un pueblo independiente.
Conmemoramos entonces el 25 de Mayo, cuando un grupo de patriotas iluminaron el camino de la Independencia. Cuando en una lluviosa jornada los vecinos de Buenos Aires alumbraron la idea de sentirse libres e independientes, protagonistas y artífices de su propio destino.
Fuente: Informe: Javier La Loggia - Especial para LA NACION LINE
El Proceso Revolucionario
No hay duda de que el proceso revolucionario comienza cuatro años antes, en 1806 y 1807, momento en que Buenos Aires rompe los moldes burocráticos establecidos para reclutar milicias y pone en pocos meces de pie a "nueve mil hombres de pelea" para rechazar a los invasores ingleses. Convergen entonces, dos movimientos simultáneos. Por un lado, la ciudadanía se arma espontáneamente ("los cuerpos urbanos habían sido autorizados a nombrar sus propios oficiales y los oficiales a nombrar sus jefes"); por otro, el Cabildo destituye al virrey Sobremonte e instala a Santiago de Liniers, a quien proclama, según una exaltada metáfora, "el rugido de la masa". De este modo, sin ningún plan deliberado, los criollos "convirtieron en partidos políticos y situación armada lo que hasta entonces no habían salido de la vida interna de los habitantes" Interrelación de voluntad de poder con el azar de las circunstancias: en aquélla época los acontecimientos comienzan a ser arrastrados por una fatalidad revolucionaria que expresa tendencias irreprimibles. Vacíos de tradición liberal, sin legado alguno de libertad que defender, los hombres de la revolución, ignoraban los medios prácticos con los cuales la libertad política se encarna en derechos y garantías concretas. Había en definitiva, que crear la libertad, darle vida, traducirla en instituciones y plasmarla en costumbres. Tal fue el dilema que se planteó a partir de aquélla semana del mes de mayo de 1810, cuando una junta de gobierno sustituyó al virrey en ejercicio y pretendió encontrar en su seno la soberanía que la corona española había delegado en sus funcionarios.
Fuente: Botana, Natalio R., La libertad política y su historia, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1991; pág. 94.
Plaza vacía, Gente como uno
Imaginemos un día nublado y medio lluvioso, de esos que son tan frecuentes en el otoño porteño. Imaginemos que un vecino resuelve pasarlo junto al río, pescando. Con sábalo o algún bagre, a la tardecita regresa a su casa. Su mujer le pregunta si trae alguna noticia, si vio algo novedoso. El hombre le dice que no: todo lo que hizo fue tirar la línea en las toscas. Ese día podría haber sido el 25 de Mayo de 1810 y ese porteño pudo haber sido uno de los tantos que no se enteró de nada de lo que ocurrió en aquella jornada.
El cabildo abierto del 22 de mayo reunió a menos de quinientos vecinos y Buenos Aires tenía, en ese momento casi 40.000 habitantes. Es decir que sólo el 1 por ciento de la población participó de aquella trascendental reunión en la que se asentaron las bases conceptuales y jurídicas que fundamentarían el relevo del virrey y su reemplazo por una junta designada o más bien, asentida por el pueblo. Es probable, entonces, que la asamblea reunida más o menos tumultuosamente frente al Cabildo en la mañana del 25 de Mayo, no haya tenido un rating muy superior: 1000 o 1500 vecinos, como máximo. Nuestro pescador habría formado parte, pues, de la enorme mayoría que nada tuvo que ver con la transición del sistema colonial a un régimen nuevo, implícitamente comprometido con la independencia de estas tierras.
Naturalmente, la escasez de participación popular no resta al 25 de Mayo la enorme importancia que tuvo, por varios motivos. En primer lugar, deponer a un representante del rey y reemplazarlo por un cuerpo colegiado era algo insólito y atrevido aunque Cisneros no representara al monarca español sino al organismo que gobernaba en España a su nombre, en vista de la cautividad de Fernando VII. Y aunque esta fuera, en realidad, la segunda oportunidad en que ocurría un hecho como este en Buenos Aires, pues cuatro años atrás una pueblada había exigido la deposición de Sobremonte por su incompetencia y cobardía frente a la invasión inglesa. Pero en 1806 esa verdadera revolución paso casi inadvertida entre las luchas por la Reconquista; ahora, en 1810, el derrocamiento del virrey era el resultado de un tranquilo y racional debate entre unos pocos vecinos, "la parte más sana y principal" de la capital del virreinato.
En segundo lugar, lo que ocurrió el 25 de Mayo fue muy importante porque de algún modo significó la presencia activa de los militares criollos en el proceso político. Las milicias populares que se habían levantado en Buenos Aires desde 1806 estaban compuestas por criollos y por españoles, divididos en regimientos según sus lugares de origen. Pero en esos cuatro años se habían vivido procesos muy diferentes en los cuerpos peninsulares y en los criollos. Aquéllos estaban integrados por comerciantes y artesanos, para quienes el oficio de las armas era una molestia; los criollos, en cambio, por ser pobres, se habían tomado muy en serio sus nuevas profesiones de soldados, vivían de sus sueldos y raciones y concurrían puntualmente a los ejercicios. En poco tiempo adquirieron una capacidad de fuego temible y esta superioridad se vio en enero de 1809, cuando Liniers reprimió fácilmente, con su ayuda, el conato de golpe organizado por el alcalde Alzaga. Ahora, en mayo de 1810, fueron los Patricios quienes hicieron la guardia de la Plaza, dejando entrar a los adictos y rechazando suavemente a los adversarios. Los "fierros" los tenían los regimientos criollos y esta circunstancia fue decisiva para apurar el derrocamiento del virrey Cisneros.
Y una tercera circunstancia notable: tanto en la reunión abierta del 22 como en el compromiso adquirido el 25 de Mayo por los componentes de la Junta, se dejó claramente sentada la necesidad de convocar a los representantes del pueblo de las restantes ciudades del virreinato para que homologaran lo decidido por el de Buenos Aires. Si éste había obrado como lo hizo era por razones de urgencia, como "hermana mayor" -según dijo Paso. Pero se reconocía la necesidad de que un paso tan trascendente quedara avalado por el pueblo del virreinato. Y en este reconocimiento venía implícita la idea de federalismo y también la noción de la integridad del virreinato.
De nada de esto, claro está, pudo enterarse el vecino que en la tarde de esa jornada regresó a su casa con un par de pescados colgando de su hombro... Pero seguramente tardó muy poco tiempo en advertir que lo sucedido ese día también involucraba su propia vida. Porque de comienzos tan triviales como el de esta revolución burguesa y municipal, pueden venir consecuencias tan drásticas como la que conlleva la creación de una nueva Nación. Nada más ni nada menos.
2007-05-15 13:48:54
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answer #5
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answered by Gaby 2
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