Desnuda vienes,
como sable de vengador histérico;
cimbreante como ese junco feliz
que los dedos de Mao rehusaron tocar, camino del Yang-Tsé.
Me tiendes los brazos.
Maúllas.
Voy a besar el centro mismo de tu memoria
para que nunca olvides tu condena de amor,
aunque lluvias y desvelos azoten tu espalda.
Haré de tu pelo inquieto
la corona de espinas que ceñirá por siempre
los aladares de la noche.
Como un encanto de gitanos insomnes.
Luego rasgaré tus senos. Sin clemencia.
Como el oso que asalta una cuna para mellizos
con inquina elegante.
(Te diré: "Quieta. No hay escapatoria.
Reprime el grito y déjate explorar").
Pero al final atravesarás mi pecho
con una estaca rumana,
sonriendo a medias.
Me consuelo pensando que algún día
sorberé sin pausas tu sombra,
o al menos tapiaré tu mirada con un doble beso
cuando nuestra justa se vea interrumpida
por las lanzas del alba,
y no haya forma de volver atrás.
2007-04-11
15:15:15
·
4 respuestas
·
pregunta de
The Evil Barber
5
en
Arte y humanidades
➔ Otros - Arte y humanidades
Querida Etel: el poema es mío. Si es que podemos llamarlo "poema" y no "gemido", je je. Un abrazo para vos.
2007-04-11
15:25:54 ·
update #1