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os imaginas lo ke puede ke aya alli solo de pensarlo me den escalofrios
tiene ke se gordo xk todo ta en secreto, y eso no mola nada

2007-03-28 12:04:13 · 6 respuestas · pregunta de Anonymous en Arte y humanidades Filosofía

6 respuestas

En medio del desierto de Nevada en los Estados Unidos, hallamos la famosa y mítica Área 51, llamada también Dreamland.

Esta instalación militar se ha convertido en leyenda y en el blanco favorito de los ufólogos y curiosos; debido a los innumerables testimonios y evidencias obtenidos por los investigadores, que demostrarían que en ese lugar se encuentra una de las tantas áreas cedidas por el gobierno norteamericano a seres de origen extraterrestre, enmarcado en un convenio secreto de intercambio de tecnología y conocimientos.

Como secreta, el Área 51, no aparece en ninguno de los mapas oficiales de los Estados Unidos, y solo una vez fue mencionada como Área 51, en un mapa del ejercito norteamericano realizado, con motivo de una visita oficial del presidente Jhon F. Kennedy a Nevada, aunque sus instalaciones son perfectamente visibles desde las montañas colindantes.

Sin embrago oficialmente siempre se negó rotundamente su existencia, y no fue , sino, hasta que un satélite espía soviético envío un fotografía donde claramente de apreciaba una base militar secreta a orillas de Groon Lake en el desierto de Nevada, que fue reconocida su existencia como instalación experimental norteamericana en 1994.

Permanentemente acosada desde entonces por ufólogos del mundo entero y convertida en la meca de la ufología, se encuentra altamente resguardada por personal militar que patrulla día y noche el sector movilizados en jeep blancos fuertemente armados y con ordenes de disparar a matar a cualquier intruso que se acerque a los más de 10.000 km2 por los cuales se extiende la base. Además la zona se encuentra vigilada por cámaras de alta sensibilidad dotadas de dispositivos de visión nocturna, micrófonos de largo alcance y sensores de movimiento.

A pesar de contar con extrañas pistas de aterrizaje donde se lee curiosamente "NOT FOR LANDING" (NO ATERRIZAR) todos los vuelos sobre esa zona están prohibidos, y los osados que lo han intentado han sido interceptados por cazas de combate o por los legendarios helicópteros negros que vigilan el espacio aéreo y obligados a descender.
No son pocos los periodistas, ufólogos o simplemente curiosos que han sido capturados por los guardias que custodian el lugar y que han tenido que pagar altísimas multas o penas de prisión en el peor de los casos, por estar escudriñando en un vasto y desolado paraje desértico que aunque para el gobierno no exista, esta prohibido.

Cientos son las personas que afirman que en ese lugar, principalmente de noche, se pueden apreciar luces extrañas que despegan y aterrizan del Área 51 y que su comportamiento no se asemeja a ningún aparato volador convencional, y que más bien corresponderían a naves alienigenas que son capaces de romper toda la lógica aerodinámica conocida con toda clase de maniobras giros y aceleraciones en vuelo imposibles de ser igualados por aparatos terrestres.

EL RELATO DE BOB LAZAR
El 21 y 24 de noviembre y el 20 de diciembre de 1989, el físico Bob Lazar hizo una sorprendente revelación pública en la radio de Las Vegas, Nevada.

Lazar declaró que él había visto y trabajado en un OVNI en una localidad secreta de Nevada ubicada a 40 km al sur del Área 51, también conocida como Groom Lake. El área 51 ha sido utilizada por durante mucho tiempo para vuelos de prueba de aviones supersecretos.

Fue desde Dreamland que Lazar pudo hacer su conexión con la base OVNI conocida como Zona S-4. "Como yo estaba empleado en forma irregular, se me había dicho que debía estar en un lugar específico, a una hora determinada, para tomar un vuelo hacia Groom Lake. Luego debía coger un autobús que llevaba los cristales ennegrecidos, para ir a la zona S-4".

Para llegar al Área 51 de Groom Lake, todo civil o militar debía tener autorización de seguridad de alto secreto. Llegar a la zona S-4 era un proceso más difícil todavía, que requería una autorización de nivel superior. Según Bob Lazar, "en la zona S-4 trabajaban veintidos personas. Mi autorización de seguridad era treinta y ocho niveles más alta que la "Q", máxima autorización civil. Yo tenía un distintivo que llevaba mi foto y una diagonal azul claro y oscuro. En la parte superior decía MJ 12, por el nivel de autorización denominado Majestic".
"Había un total de nueve platillos voladores en el lugar, en hangares ubicados en la cavidad de una pequeña montaña. Desde la puerta del hangar se puede ver Lake Papoose, lo que se conoce como Emigrant Valley.
La nave extraterrestre sobre la que yo trabajaba parecía nuevecita. Era un disco delgado con una protuberancia superior. Tenía entre diez y doce metros de largo, y cerca de cinco metros de altura. Parecía haber sido sacado a presión de una gigantesca lámina metálica".

Ante una extasiada audiencia radial, Lazar fue describiendo el interior y exterior del OVNI. "El interior y el exterior de la nave era color aluminio opaco. Tenía corredores alrededor de la pared interior, las sillas del disco estaban a sólo unos treinta o treinta y cinco centímetros del piso, parecían hechas para niños pequeños".

Según este físico, la meta más alta del proyecto S-4 era la de tratar de ver si podíamos duplicar el sistema de propulsión con la tecnología terrestre. Esto se denomina "back engineering" (ingeniería retroactiva), y describe el proceso de comenzar con un producto terminado para encontrar su modo de construcción: "No ví a ningún extraterrestre por ahí, en S-4. Trato de mantenerme alejado del tema porque es especulativo. Sin embargo, yo diría que los extraterrestres existen, simplemente motivado por la evidencia circunstancial: la información que se lee en los reportes y principalmente el tamaño de los asientos del disco".

Quizá una de las declaraciones más extrañas de Lazar es la de que Estados Unidos practicaba con los discos al anochcer (vuelos de prueba) a pesar de que la fuente de energía y el sistema de propulsión de las naves no ha podido ser duplicado con la tecnología terrestre.
Precisamente, el trabajo de Lazar en S-4 era investigar cómo trabajaba lo que él denomina "el reactor de antimateria del OVNI": "El combustible no existe en la Tierra y no puede ser sintetizado porque es un elemento superpesado, se requieren unos 34 grams (átomo-gramo) para mover cada disco. Una de las razones por las que creo que esta investigación militar se mantiene en secreto es por que todo se investiga desde un punto de vista militar".
Los delirios, fantasías y disparates alrededor de lo que algunos alocados llaman “fenómeno ovni” proliferan y se multiplican, a veces con la ayuda de agencias con mentalidad conspirativa (como las que se encargan de los servicios secretos) y en gran parte con el impulso de la industria del espectáculo y los medios masivos. En la primera entrega del año 2005 de Futuro, Pablo Capanna cuenta vida y milagros (literalmente) de uno de los lugares más misteriosos del mundo, la famosa Area 51, una (supuesta) base militar donde a juicio de los creyentes se llevan a cabo los más curiosos acuerdos y tratados bilaterales con los extraterrestres como el que dice que, a cambio de que tengan la plena libertad de extraer sangre y hormonas a los terrícolas, los alienígenas llevarían a 16 estadounidenses a capacitarse ni más ni menos que en la estrella Betelgeuse.

Si usted es amante del turismo de aventura y cuenta con algunos recursos, hay una increíble experiencia que lo aguarda. Váyase al desierto de Nevada (Estados Unidos) y tome la ruta 375, hasta donde cambia de nombre y se convierte en la “autopista extraterrestre”. Seguramente no encontrará el Bagdad Café (deben haberlo dinamitado), pero tendrá el privilegio de pasar cerca de la famosa Area 51, uno de los lugares más misteriosos del mundo.

Podrá ver los carteles intimidatorios y se cruzará con las patrullas armadas que se desplazan en jeeps blancos y helicópteros negros. Pero si tiene suerte podrá presenciar el despegue o el aterrizaje de alguna de esas naves alienígenas que frecuentan la región.

Todo esto es posible porque un gobernador de Nevada, en un gesto bastante bananero que en su momento motivó algunos piquetes, le vendió a la Fox 98 millas de ruta con el nombre de E. T. Highway. Lo hizo para celebrar el estreno de Día de la Independencia, una de esas películas de guión barato y costosos efectos especiales, cuyas demasías suelen disculparse con la excusa de la parodia.

En la película (que no fue filmada ahí sino en Utah), la Tierra es arrasada por crueles invasores. Pero se salva gracias al presidente de Estados Unidos, quien desde su refugio en el Area 51 recurre a la tecnología extraterrestre y les hace probar a esos bastardos su propia medicina.

¿Qué hay en el Area 51 para que durante más de medio siglo haya ido creciendo una de las más tenaces leyendas del folklore urbano? A orillas del lago seco Conocida como Groom Lake o The Ranch, el área es el lecho de un lago seco. No se permite el acceso tanto terrestre como aéreo y no se dan a publicidad las fotos satelitales que permitirían apreciar qué encierra. Todas las fotos que circulan son dudosas y clandestinas.

Por lo que se sabe, durante la Segunda Guerra Mundial, allí había un campo de tiro antiaéreo. En los ‘50 el gobierno federal norteamericano, que es dueño del 85 por ciento de las tierras de Nevada, lo convirtió en el Nevada Test Site para las pruebas nucleares.En el Area 51 se construyeron algunos hangares y una pista de pruebas para los aviones espías U2 (protagonistas de la crisis de los misiles cubanos), más tarde desplazados por los satélites. En los ‘80, hubo nuevas ampliaciones para el desarrollo de los misiles de crucero y los aviones F117A y B52 Stealth, invisibles al radar.

Entre 1986 y 1988, el área restringida creció en casi tres millones de hectáreas, absorbiendo la base militar Nellis. La última ampliación fue hace diez años y, aunque se dijo que la base había sido transferida al complejo misilístico de Green River (Utah), al parecer ahí siguen pasando cosas.

La zona está vigilada por tropas de élite con apoyo aéreo. Hay cámaras de video, sensores de movimiento y micrófonos, que no dejan de sorprender en un desierto donde el detalle más fotografiado por los visitantes es el solitario buzón de un granjero. De hecho, acude bastante turismo desde 1989, pero son muchos los que han tenido que pagar fuertes multas o ir presos por meterse donde no debían.

Hace años, una investigación periodística planteó la hipótesis de que allí se almacenen armas químicas o desechos nucleares, considerando la cantidad de demandas presentadas por ex trabajadores del área que se han enfermado. Teniendo en cuenta que el enorme presupuesto se financia con los impuestos de los casinos de Las Vegas, también se generó cierta inquietud política que en 1998 derivó en audiencias públicas y hasta una masiva caravana de autos, reclamando seguridad y transparencia. El persistente ocultamiento no hace más que alentar la cincuentenaria leyenda según la cual la base sería un centro de contacto con extraterrestres, establecido secretamente por el gobierno yanqui. Un secreto que habría logrado el milagro de mantenerse durante medio siglo, caso único en estos tiempos.

Todo empezo en Roswell Como es sabido, la leyenda nació en Roswell (Nuevo México) a comienzos de julio de 1947, apenas una semana después de que el piloto solitario Kenneth Arnold avistara los primeros ovnis cerca del monte Rainer.

En Roswell existía una base de la Fuerza Aérea donde había trabajado nada menos que Goddard, el pionero de la cohetería, y la gente estaba acostumbrada a ver curiosos objetos voladores.

En esos días, el ganadero Mac Brazel encontró algunos restos extraños en sus campos. Le dio parte al mayor Jesse Marcel quien, impresionado por las noticias recientes, insinuó que bien podían ser restos de un ovni estrellado. Eran trozos de plástico quemado y de aluminio; algunos con extraños “dibujos florales” que podían ser jeroglíficos. El primer informe de prensa lo dio un teniente, pero al día siguiente lo desmintieron, explicando que los restos pertenecían a un globo sonda meteorológico.

Por entonces, Raymond F. Palmer, el editor sensacionalista que luego fundaría la primera revista dedicada a los ovnis, ya había echado a correr un rumor: la Fuerza Aérea había recuperado varios cadáveres de extraterrestres amarillos, macrocéfalos y de grandes ojos, extrañamente parecidos a esos “marcianos” que pululaban en las revistas de ciencia ficción desde los tiempos de Wells.

Con los años y una mayor distensión política, todo pudo explicarse, pero ya era tarde para detener el mito. Los restos hallados en Roswell eran globos, pero no meteorológicos: formaban parte del proyecto militar Mogul, desarrollado por la Universidad de Nueva York.

Por entonces los rusos estaban haciendo sus ensayos nucleares y esas cadenas de globos permitían colocar a gran altura unos micrófonos diseñados para captar el eco de las explosiones. Todo tenía explicación, hasta los dibujos florales que traía impresos la tela plástica que se había usado para recubrir algunas piezas. Por supuesto, el gobierno no podía reconocer el proyecto, de modo que lanzó la versión del globo sonda,pero al mismo tiempo alentó la leyenda del ovni. De esta forma, manejaba a la vez dos niveles de desinformación, apuntando tanto a los rusos como al frente interno.

El encubrimiento surtió efecto, porque los rusos se convencieron de que todo era histeria colectiva y Kruschov llegó a decir que los avistamientos de ovnis se debían al consumo de whisky. Sin embargo, luego de la caída de la URSS, se vio que el vodka causaba los mismos efectos.

Pero la historia estaba creciendo por sí sola y terminó por convencer a aquellos mismos que la habían echado a rodar. Cuando llegó la hora de desclasificar los documentos secretos de entonces, se descubrió que los servicios de inteligencia y la propia Rand Corp. se inclinaban a considerar a los ovnis como experimentos rusos. El sistema se realimentaba por sí mismo, y se volvía contra sus propios emisores.

La leyenda continuó, posiblemente alentada por los servicios. Se dijo que el de Roswell era apenas uno de los tantos casos de catástrofes ovni ocurridos en esos días, y que todos los desechos habían sido enviados a Ohio, para guardarlos en el secretísimo Hangar 18 de la Base WrightPatterson. Pero ahora la chatarra era tanta que habían hecho falta seis aviones de carga C124. De ahí habrían sido llevados a la Base Edwards y por último concentrados en el Area 51.

Muchos años más tarde, en los ‘90, un mediocre escritor de ciencia ficción llamado Robert Spencer Carr fraguó una película donde se mostraba la autopsia de un muñeco de goma supuestamente filmada en 1947. Pero aunque su autor llegó a confesar en un programa de televisión que él era el responsable, nadie se inmutó.

El misterio de Nevada Si la famosa Area 51 fue el centro de ensayo de cuanto avión o misil se desarrolló en las últimas décadas, era inevitable que el avistamiento de objetos voladores extraños se hiciera habitual. Con esto se alimentaban varias leyendas a la vez: el contacto secreto con los extraterrestres, la paranoia conspirativa y la visión maniquea de una guerra cósmica entre el Bien y el Mal. Pero en esta versión los terráqueos venimos perdiendo, precisamente porque nuestros líderes nos han vendido, preparan un holocausto y simulan explorar el espacio cuando hace décadas que tienen bases en la Luna y Marte.

Hay quien cree haber encontrado un Area 51 gemela en Marte y exhibe fotos de la NASA donde se parecen verse hangares tapados por la arena y hasta “los restos de un avión”. Puede que sea un chiste, pero me temo que no.

Pero a esta altura ya ni siquiera una visita guiada por Condoleezza Rice podría desinflar el mito, tras medio siglo de desinformación y paranoia. Los ufólogos más fervientes dicen que “el Area 51 no es un pedazo de desierto, sino un estado mental”.

Los delirios más audaces se desataron en la segunda mitad de los años ‘80 y sirvieron para que algunos sujetos ganaran notoriedad y dinero con libros y conferencias o que otros hicieran exitosas películas. Sus guiones eran tan grotescos que cualquier revista de ciencia ficción los hubiera rechazado, con el argumento de que ya los había publicado cincuenta años antes.

Algo de eso ya había en un film clase B, This Island Earth (1955), basado en un libro escrito por Raymond F. Jones en 1949, donde un científico era secuestrado por un plato volador y junto a otros terrestres participaba de una guerra galáctica. Pero más detalles aún se podían encontrar en un programa televisivo de 1977 (Alternativa 3) que fue pensado como una inocentada, y también dio lugar a un libro.

Los arrepentidos Dos de los personajes que más han hecho para alimentar el mito son Milton W. Cooper, que dice haber trabajado cinco años para los servicios navales, y John Lear (hijo de William P. Lear, el creador de LearJet), quien asegura haber estado en la CIA. Cooper escribió el best seller Behold a Pale Horse (1991) y dirigió la milicia de Arizona, antes de morir en un tiroteo con la policía.

Tanto Cooper como Lear sostienen que tuvieron acceso a documentos ultrasecretos, pero al parecer la libertad de prensa es tan sagrada en Estados Unidos que nadie les impide divulgarlos. A nadie se le ocurrió atentar contra su vida o hacerlos desaparecer, aunque estén denunciando la más espantosa de las tiranías.

Según la Vera Historia de Cooper, los ET siguieron siendo chambones y en 1953 hubo diez choques (Lear habla de “decenas”) cuyos restos fueron llevados al Area 51. En 1954 se produjo el primer contacto con los extraterrestres y Eisenhower firmó en la base Edwards un tratado con los “narigones” de Betelgeuse, desoyendo los consejos que le daba otra especie humanoide.

El acuerdo era casi argentino: los narigones podían secuestrar a todos los humanos que quisieran para extraerles hormonas que eran vitales para ellos. También tenían derecho a destripar ganado con los mismos fines y a construir sus propias bases subterráneas en Nevada. En cambio, dieciséis yanquis serían llevados todos los años a Betelgeuse para capacitarse, y volverían como en un film de Spielberg.

Los narigones resultaron bastante poco confiables: así como nos chupaban los fluidos vitales, también conspiraban con los rusos para dominar el mundo mediante el ocultismo. En cambio, transfirieron tecnología militar al gobierno de Estados Unidos. Cooper llegó a fantasear un operativo comando en el Vaticano para apoderarse del tercer secreto de Fátima, que los ET no querían revelar. Según la profecía, una falsa religión iba a surgir en 1992 (¿el pensamiento único?), el anticristo sería aclamado (y reelecto) en 1995, pero antes del 2000 se acabaría el mundo. Aquí falló el efecto Y2K.

Por supuesto, en la historia no faltan las ciudades subterráneas para la élite que sobrevivirá a las guerras nucleares, el sida como arma diseñada para diezmar a la población y hasta las acusaciones contra George Bush, que también aquí tiene sus enemigos. Otros añaden detalles morbosos sobre los experimentos sexuales que se realizan con la gente secuestrada, y las clonaciones, gracias a las cuales los ET ya manejarían a un 10 por ciento de la población mundial.

Pero hay una esperanza. Según otra versión, el 25 de abril de 1964 en la base de Holloman se produjo un encuentro decisivo con los “grises”, los simpáticos enanitos cabezones que vienen de Orión y Zeta Reticuli para prevenirnos contra los planes de los malvados “reptiloides” de las Pléyades y Sirio.

Ya lo habíamos advertido, cuando se trata de atraer inversiones a toda costa siempre se corre el peligro de que la Tierra se vea envuelta en la interna galáctica. Y estos extraterrestres parecen comportarse como los peores imperialistas.

Mientras tanto, el subsuelo de Estados Unidos está casi enteramente privatizado. Aparte del Area 51, Cooper denuncia la existencia de otra base subterránea en Dulce (Nuevo México). Los grises operarían con su base K2, en el parque nacional Plumas (California). Según Lear hay otras bases en Arizona, Colorado y hasta en Sudamérica, donde por cierto abundan las pistas sospechosas.

Todo lo que ha salido del Area 51 es pues tecnología ET; desde los ovnis averiados que la Fuerza Aérea reparó, hasta el desarrollo de la “propulsión gravitacional”, el láser de partículas y el “control mental”. Según Lear, nada es lo que parece: la NASA es una pantalla, el SETI erauna red de comunicación y Star Wars era un proyecto compartido con los rusos para hacer frente a los reptiloides.

Todas estas supercherías circulan, se enquistan en los guiones de muchos conspirativos paranoides y Hollywood las multiplica. Es sabido que la mejor manera de ocultar un elefante es soltar una manada de paquidermos. Aunque queda por verse qué hacer para arreglar el estropicio que suelen provocar.

2007-03-29 05:47:13 · answer #1 · answered by Anonymous · 0 0

cuando es americano y esta en secreto, esta claro que algo hay, algo que están ocultando

2007-03-29 11:01:51 · answer #2 · answered by oliviago5 4 · 0 0

El Área 51 es un remoto trozo de tierra en Nevada, Estados Unidos. Es posesión del Gobierno Norteamericano y se usa, aparentemente, para probar tecnología secreta y nuevas aeronaves militares.

Alguna gente cree que el aeródromo de la superficie es sólo la punta del iceberg y que, debajo del desierto, hay un enorme búnker que alberga un centro secreto de pruebas. Supuestamente, es aquí donde se estrelló el famoso Ovni con sus ocupantes, los extraterrestres Roswell, y donde fueron examinados.

El Gobierno de los Estados Unidos ni admite ni niega la existencia del Área 51. Pero este lugar se encuentra fuertemente custodiado y, a los visitantes inoportunos, se los enfrenta con guardias armados y helicópteros.

Aún cuando el Área 51 no aparezca en ningún mapa del Gobierno Nortemericano, muchos creen en su existencia, y ha sido presentado en los Expedientes X, en el Día de la Independencia y hasta en Los Simpsons.
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Bill Clinton habla del ovni estrellado en Roswell y de los alienígenas del Área 51
"Lo de Roswell fue una ilusión. No creo que ocurriera", afirma Bill Clinton en una entrevista concedida a la revista FinanceAsia, de la que me ha informado James E. Oberg, ex ingeniero de la NASA y miembro del Comité para la Investigación Científica de las Afirmaciones de lo Paranormal (CSICOP). Recuerda el predecesor de George W. Bush en la Casa Blanca que durante su segundo mandato se celebró el cincuentenario del supuesto accidente de un platillo volante en Roswell (Nuevo México) en 1947, cómo gente de todo el mundo viajaba hasta la localidad y cómo había en Estados Unidos un segundo foco de atracción del turismo platillista, la famosa Área 51. "Existía también otro sitio en Nevada donde la gente creía que habíamos enterrado un ovni y quizás un alienígena profundamente bajo tierra porque no queríamos permitir que nadie fuera allí. Ahora puedo decirlo porque el secreto se ha levantado y es de dominio público. Había mucha gente en mi propia Administración que estaba convencida de que Roswell era un fraude, pero que lo de ese lugar de Nevada iba en serio, que había allí un artefacto alienígena. Así que mandé a alguien a que lo averiguara. Y se trataba realmente de una instalación de defensa en la que se hacían cosas aburridas que no queríamos que nadie más viera".

Pistas de aterrizaje, hangares, una piscina, carreteras, un campo de béisbol... Eso es lo que hay en la base del lago seco de Groom, en Nevada, conocida entre los fanáticos de los ovnis como el Área 51 o la Tierra de los Sueños. Se sabe desde hace años. Cualquiera puede comprobarlo en la web de la Federación de Científicos Americanos (FAS), donde hay imágenes de satélite de la región tomadas en 1968 por el Servicio Geológico de Estados Unidos. Sin embargo, tuvieron que salir a la luz, en abril de 2000, cinco instantáneas de un satélite para que el rentable mito ufológico se fuera abajo. Las imágenes, de una resolución de dos metros, fueron captadas en marzo de 1998 por un satélite ruso para Aerial Images. Esta firma participa, junto con Microsoft, Kodak, Digital Equipment, Autometric y la agencia Sovinformsputnik, en la realización de un mapa de la superficie terrestre. La sorpresa se produjo cuando Aerial Images puso cinco fotos del Área 51 en su web, donde podían verse gratis, aunque haya que pagar para descargarlas.

La ruptura del secreto alrededor de la famosa instalación militar copó las portadas de los principales medios de comunicación norteamericanos y los internautas se lanzaron en masa a ver cómo es la Tierra de los Sueños. Su gozo debió de ser efímero: lo que muestran las fotos no es nada de otro mundo. Pero, aún así, el servidor que las alojaba decuplicó su tráfico habitual -llegó hasta los 8 millones de páginas vistas por jornada-, y esto, unido a la acción de un hacker, hizo prácticamente imposible, hasta pasados unos días, conectar con esa web, extremo que los conspiranoicos de siempre atribuyeron a maniobras del Gobierno estadounidense. Ahora, quien desee puede contemplar, en la página de la Federación de Científicos Americanos, las imágenes de 1968, las de 1998 y unas encargadas por la propia FAS. Estas últimas tienen mayor resolución -un metro- que las de Aerial Images, pero tampoco se ve en ellas nada espectacular.

El mito del Área 51, al que tanta rentabilidad saca la ufología comercial, tiene su origen en el muro de silencio que Washington levantó alrededor la base del lago Groom desde que empezó a funcionar en 1950. La razón es obvia: en el lugar, la primera potencia del planeta ha probado sus más sofisticados aviones: desde el U-2 hasta el B-2, pasando por el SR-71 y el F117-A. El secreto llegó a tal punto que la Administración norteamericana ni siquiera reconocía la existencia de las instalaciones hasta principios de 2000. Ahora, admite que existen, pero da pocos detalles más. "Reconocemos tener ahí un centro de operaciones, pero el trabajo es materia clasificada", puntualizaba hace cinco años Gloria Cales, portavoz de las Fuerzas Aéreas, cuando millones de personas ya habíamos visto las nuevas imágenes del complejo secreto.

A preguntas de la periodista la revista FinanceAsia sobre la posibilidad de que él también haya sido víctima de un gigantesco encubrimiento, Bill Clinton responde que intentó comprobar si existen documentos secretos sobre el caso Roswell que revelaran cosas y que le habían sido ocultados. "Si existen, me los ocultaron también a mí", sentencia antes de ironizar con que haya burócratas "escondiendo esos oscuros secretos hasta a los presidentes electos". "Si es así, me engañaron con éxito y me avergüenza reconocer ante usted que intenté encontrar esos documentos", dice entre risas. Y, antes de dar el asunto por zanjado, hace un alegato sobre la necesidad de "continuar explorando los límites de nuestra existencia, en la Tierra y en el espacio", porque quedan muchas cosas interesantes por descubrir que los más jóvenes verán desveladas a lo largo de sus vidas. El ex presidente Clinton apuesta por la ciencia, como ya hizo en sus dos estancias en la Casa Blanca, y destaca que la secuenciación del genoma humano va cambiar nuestra vida en las próximas décadas, prolongándola y curando enfermedades hoy mortales. "Y muchas de las cosas que ocurran -buenas y malas- serán más extrañas que cualquier cosa escrita por la ciencia ficción", sentencia.

2007-03-28 20:26:14 · answer #3 · answered by Indy 1 · 0 0

Ay bueno, ése tema sí q me provoca muxa curiosidad...Me gustaría ir x allá aunque confieso q como a tí tb me dan escalofríos a veces.... Pero = sería muy interesante....

2007-03-28 20:13:31 · answer #4 · answered by Marianne Kriisstinita 5 · 0 0

Pues k hay algo es seguro, pero seguro seguro!

2007-03-28 19:07:43 · answer #5 · answered by Anonymous · 0 0

que esta despues del area 50, y antes de la 52.

2007-03-28 19:12:27 · answer #6 · answered by Anonymous · 0 1

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