Jesús profetizó el ‘oscurecimiento del sol y de la luna y la caÃda de las estrellas’ ante cuatro de sus apóstoles. Siendo judÃos, reconocerÃan aquel lenguaje como propio de las Escrituras Hebreas, donde en SofonÃas 1:15, por ejemplo, se llama al tiempo del juicio divino “dÃa de tempestad y de desolación, dÃa de oscuridad y de tenebrosidad, dÃa de nubes y de densas tinieblas”. Otros profetas hebreos también dijeron que el Sol se oscurecerÃa, la Luna dejarÃa de brillar y las estrellas se apagarÃan. Este lenguaje lo encontramos en los mensajes divinos contra Babilonia, Edom, Egipto y el reino septentrional de Israel. (IsaÃas 13:9, 10; 34:4, 5; JeremÃas 4:28; Ezequiel 32:2, 6-8; Amós 5:20; 8:2, 9.)Puede que las palabras de Jesús recordaran a Pedro y los otros tres apóstoles la profecÃa de Joel, recogida en Joel 2:28-31 y 3:15: “Derramaré mi espÃritu sobre toda clase de carne, y sus hijos y sus hijas ciertamente profetizarán. [...] Daré portentos presagiosos en los cielos y en la tierra, sangre y fuego y columnas de humo. El sol mismo será convertido en oscuridad, y la luna en sangre, antes de la venida del dÃa de Jehová, grande e inspirador de temor”. “El sol y la luna mismos ciertamente se oscurecerán, y las estrellas mismas realmente retirarán su resplandor.”
En Hechos 2:1-4 y 14-21 leemos que Dios derramó espÃritu santo sobre 120 discÃpulos, tanto hombres como mujeres, en el Pentecostés de 33 E.C. El apóstol Pedro dio a conocer que se habÃa realizado la profecÃa de Joel. ¿Y qué podemos decir de las palabras de Joel de que ‘el sol se tornarÃa en oscuridad y la luna en sangre y las estrellas retirarÃan su resplandor’? No hay indicios de que haya ocurrido algo asà en 33 E.C. ni en el perÃodo de la conclusión del sistema de cosas judÃo, que se extendió por más de treinta años. Por lo visto, la última parte de la predicción de Joel estaba más ligada a “la venida del dÃa de Jehová, grande e inspirador de temor”, la destrucción de Jerusalén. “Ciertamente ése fue un ‘dÃa de Jehová’ con referencia a Jerusalén y sus hijos. Y con relación a ese dÃa hubo bastante ‘sangre y fuego y neblina de humo’, el Sol no aclara[ba] la oscuridad de la ciudad de dÃa, y la Luna sug[erÃa] sangre derramada, no luz de Luna pacÃfica, plateada, de noche”. SÃ, los fenómenos celestes que predijo Joel, asà como las profecÃas que ya hemos mencionado, se cumplirÃan cuando Jehová ejecutara su sentencia. En vez de abarcar todo el perÃodo de la conclusión del sistema judÃo, el oscurecimiento del Sol, la Luna y las estrellas aconteció cuando las fuerzas ejecutoras marcharon contra Jerusalén. Lógicamente, podemos esperar un cumplimiento mayor de esta parte de la profecÃa de Joel cuando Dios dé comienzo a la ejecución del sistema actual. El cumplimiento de la profecÃa de Joel, en armonÃa con otras profecÃas que emplean expresiones semejantes, nos ayuda a comprender el significado de Mateo 24:29. Evidentemente, lo que Jesús dijo concerniente a ‘la oscuridad del sol y la luna y la caÃda de las estrellas’ no se refiere a sucesos que ocurrirÃan durante las muchas décadas de la conclusión del presente sistema, tales como lanzamientos espaciales, alunizajes, etc. No; él aludió a sucesos relacionados con “el dÃa de Jehová, grande e inspirador de temor”, es decir, la destrucción que ha de venir. Esto nos permite entender mejor cómo es que los fenómenos celestes ocurrirÃan “inmediatamente después de la tribulación”. Jesús no se estaba refiriendo a la tribulación que culminó en 70 E.C. Más bien, aludÃa al comienzo de la gran tribulación que le sobrevendrá al sistema mundial en el futuro, con la cual finalizará su prometida “presencia”. (Mateo 24:3.) Dicha tribulación no ha llegado aún. ¿Qué puede decirse de las palabras de Marcos 13:24: “Pero en aquellos dÃas, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su luz”? Las palabras “aquellos” y “aquella” son formas del pronombre demostrativo griego e·ke÷nos, que indica algo distante en el tiempo. Puede usarse para señalar un suceso que pertenece al pasado distante (o mencionado anteriormente), o algo que sucederá en el futuro lejano. (Mateo 3:1; 7:22; 10:19; 24:38; Marcos 13:11, 17, 32; 14:25; Lucas 10:12; 2 Tesalonicenses 1:10.) AsÃ, cuando Marcos 13:24 habla de “aquella tribulación”, no se refiere a la que trajeron los romanos, sino a la acción poderosa de Jehová que marcará el fin del presente sistema.Los capÃtulos 17 a 19 de Revelación armonizan con Mateo 24:29-31, Marcos 13:24-27 y Lucas 21:25-28, y confirman la explicación actualizada de estos últimos. ¿De qué manera? Los Evangelios muestran que esta tribulación no comenzará y terminará de una vez. Después del inicio de la tribulación, todavÃa habrá humanos desobedientes vivos que verán “la señal del Hijo del hombre”, se lamentarán y, como dice Lucas 21:26, ‘desmayarán por el temor y la expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada’. Se sobrecogerán de terror al ver “la señal” que presagia su inminente destrucción. Según la Revelación, el ataque de los “cuernos” militarizados de la “bestia salvaje” internacional contra “la gran ramera”, Babilonia la Grande, marcará el comienzo de la venidera gran tribulación. (Revelación 17:1, 10-16.) No obstante, quedarán con vida muchas personas, pues los reyes, los comerciantes y los capitanes de barco, entre otros, lamentarán el fin de la religión falsa. Sin duda, muchos se percatarán de que su juicio se ha acercado. (Revelación 18:9-19.) Los pasajes de los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, junto con los capÃtulos 17 a 19 de Revelación, arrojan considerable luz sobre lo que ocurrirá en breve. Al tiempo señalado de Dios, la gran tribulación comenzará con el ataque contra el imperio mundial de la religión falsa (Babilonia la Grande). Este será particularmente intenso contra la cristiandad, que corresponde a la infiel Jerusalén. “Inmediatamente después” de esta etapa de la tribulación “habrá señales en el sol y en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra angustia de naciones [sin precedente]”. (Mateo 24:29; Lucas 21:25.)
¿En qué sentido ‘se oscurecerá el sol, la luna no dará su luz, las estrellas caerán y los poderes de los cielos serán sacudidos’? Al principio de la gran tribulación, muchas lumbreras —los clérigos prominentes del mundo religioso— serán desenmascaradas y eliminadas por “los diez cuernos” mencionados en Revelación 17:16. Sin duda los poderes polÃticos también serán sacudidos. ¿Pudieran producirse asimismo sucesos aterradores en los cielos fÃsicos? Es muy probable que asà sea, y serán aún más impresionantes que los ocurridos al finalizar el sistema judÃo, acerca de los cuales escribió Josefo. Sabemos que en el pasado Dios usó su poder para causar cataclismos de esa clase, y puede volver a hacer lo mismo. (Ãxodo 10:21-23; Josué 10:12-14; Jueces 5:20; Lucas 23:44, 45.)
Al llegar a este punto, los tres evangelistas utilizan tó·te (entonces) para introducir lo que sigue. “Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre.” (Mateo 24:30; Marcos 13:26; Lucas 21:27.) Desde la I Guerra Mundial, los verdaderos discÃpulos de Jesús han percibido la señal compuesta de su presencia invisible, aunque ese no ha sido el caso de la mayorÃa de la gente. Pero Mateo 24:30 habla de otra “señal” que tiene que aparecer, “la señal del Hijo del hombre”, la cual todas las naciones se verán forzadas a reconocer. Cuando Jesús venga con las nubes de la invisibilidad, todos sus opositores humanos tendrán que reconocer dicha ‘venida’ (griego er·kjó·me·non) debido a la demostración sobrenatural de su poder real. (Revelación 1:7.) Mateo 24:30 emplea otra vez la palabra tó·te para introducir lo que sigue. Entonces las naciones se golpearán y se lamentarán al presentir las consecuencias de la situación en que se encuentran, quizás dándose cuenta de que su destrucción es inminente. ¡Qué distinta será la reacción de los siervos de Dios, pues podremos alzar nuestras cabezas, sabiendo que nuestra liberación se acerca! (Lucas 21:28.) Revelación 19:1-6 también muestra que los verdaderos adoradores en el cielo y en la Tierra se regocijarán por el fin de la gran ramera. La profecÃa de Jesús continúa diciendo, según Marcos 13:27: “Entonces [tó·te] él enviará los ángeles y reunirá a sus escogidos desde los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo”. Jesús ahora se concentra en el resto de los 144.000 “escogidos” aún vivos en la Tierra. En la etapa inicial de la conclusión del sistema de cosas se juntó a estos discÃpulos ungidos de Jesús en unidad teocrática. No obstante, según la secuencia utilizada, Marcos 13:27 y Mateo 24:31 hacen referencia a algo más. “Con un gran sonido de trompeta” se recogerá de todos los cabos de la Tierra a los “escogidos” que queden. ¿Cómo se les juntará? Jehová los ‘sellará’ y los identificará claramente como parte de “los llamados y escogidos y fieles”. Y a su debido tiempo, los reunirá en el cielo para que sean reyes y sacerdotes. Esto será causa de inmensa alegrÃa para ellos y para sus fieles compañeros, la “gran muchedumbre”, compuesta igualmente de personas marcadas para que ‘salgan de la gran tribulación’ y disfruten de bendiciones en una tierra paradisÃaca. (Mateo 24:22; Revelación 7:3, 4, 9-17; 17:14; 20:6; Ezequiel 9:4, 6.) La respuesta de Jesús a la petición de sus apóstoles “Dinos” traspasó los lÃmites de su comprensión. Sin embargo, se alegraron de ver el primer cumplimiento de esta profecÃa en el transcurso de su vida. (Mateo 24:29-31; Marcos 13:24-27; Lucas 21:25-28.) Ya podemos ver que nuestra liberación se avecina. Podemos esperar con anhelo el comienzo de la gran tribulación; entonces se verá la señal del Hijo del hombre y entonces se recogerá a los escogidos de Dios. Por último, en calidad de Ejecutor nombrado por Jehová, nuestro Rey-guerrero, Jesús entronizado, ‘completará su victoria’ en Armagedón. (Revelación 6:2.) El dÃa de Jehová, cuando ejecute venganza, será el grandioso final de la conclusión del sistema de cosas, que ha señalado el dÃa del Señor Jesús desde 1914 en adelante. Continúe beneficiándose de la enseñanza divina para que pueda responder al cumplimiento futuro de las palabras de Jesús: “Al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca”. (Lucas 21:28.) ¡Qué espléndido futuro aguarda a los escogidos y a la gran muchedumbre cuando Jehová santifique su sagrado nombre!
2007-03-28 18:18:01
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answer #4
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answered by dexter2005ve 2
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