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Necesito ayuda con esta pregunta... estoy buscando la respuesta pero no la encuentro. Cual es el origen de la educación?

2007-03-28 10:38:47 · 7 respuestas · pregunta de Anonymous en Educación Otros - Educación

La Educación desde su remoto inicio... A quien pueda ayudarme le agradezco!!!!!!!!

2007-03-28 10:53:21 · update #1

7 respuestas

Hola Vecita!, ojalá te sirva lo siguiente, saludos y mucha suerte!...

La educación está tan difundida que no falta en ninguna sociedad ni en ningún momento de la historia. En toda sociedad por primitiva que sea, encontramos que el hombre se educa.

Los pueblos primitivos carecían de maestros, de escuelas y de doctrinas pedagógicas, sin embargo, educaban al hombre, envolviéndolo y presionándolo con la total de las acciones y reacciones de su rudimentaria vida social. En ellos, aunque nadie tuviera idea del esfuerzo educativo que, espontáneamente, la sociedad realizaba en cada momento, la educación existía como hecho. En cualquiera de las sociedades civilizadas contemporáneas encontramos educadores, instituciones educativas y teorías pedagógicas; es decir, hallamos una acción planeada, consciente, sistemática. La importancia fundamental que la historia de la educación tiene para cualquier educador es que permite el conocimiento del pasado educativo de la humanidad.

El hecho educativo no lo presenta la historia como un hecho aislado, se estudia vinculándolo con las diversas orientaciones filosóficas, religiosas, sociales y políticas que sobre el han influido. Al verlo así, como un conjunto de circunstancias que lo han engendrado, permite apreciar en que medida la educación ha sido un factor en la historia y en que medida una cultura es fuerza determinante de una educación.


Los primeros sistemas de educación:

Los sistemas de educación más antiguos conocidos tenían dos características comunes, enseñaban religión y mantenían las tradiciones de los pueblos. En el antiguo Egipto, las escuelas del templo enseñaban no sólo religión, sino también los principios de la escritura, ciencias, matemáticas y arquitectura. De forma semejante, en la India la mayor parte de la educación estaba en las manos de los sacerdotes. La India fue la fuente del budismo, doctrina que se enseñaba en las instituciones a los escolares chinos, y que se extendió por los países del Lejano Oriente. La educación en l a antigua China se centraba en la filosofía, la poesía y la religión, de acuerdo con las enseñanzas de Confucio, Lao-tse y otros filósofos. El sistema chino de un examen civil, iniciado en ese país hace más de 2.000 años, se ha mantenido hasta el presente siglo, pues, en teoría, permite la selección de los mejores estudiantes para los puestos importantes del gobierno.

Los métodos de entrenamiento físico que predominaron en Persia y fueron ensalzados por varios escritores griegos, llegaron a convertirse en el modelo de los sistemas de educación de la antigua Grecia, que valoraban tanto la gimnasia como las matemáticas y la música.

La Biblia y el Talmud son las fuentes básicas de la educación entre los judíos antiguos. Se les enseñaba a los judíos conocimientos profesionales específicos, natación y una lengua extranjera. En la actualidad la religión sienta las bases educativas en la casa, la sinagoga y la escuela. La Torá sigue siendo la base de la educación judía.


Tradiciones básicas del mundo occidental:

Los sistemas de educación en los países occidentales se basaban en la tradición religiosa de los judíos y del cristianismo. Una segunda tradición derivaba de la educación de la antigua Grecia, donde Sócrates, Platón, Aristóteles e Isócrates fueron los pensadores que influyeron en su concepción educativa. El objetivo griego era preparar a los jóvenes intelectualmente para

asumir posiciones de liderazgo en las tares del Estado y la sociedad. En los siglos posteriores, los conceptos griegos sirvieron para el desarrollo de las artes, la enseñanza de todas las ramas de la filosofía, el cultivo de la estética ideal y la promoción del entrenamiento gimnástico.

La educación romana, después de un período inicial en el que se siguieron las viejas tradiciones religiosas y culturales, se decantó por el uso de profesores griegos para la juventud, tanto en Roma como en Atenas.

La educación romana transmitió al mundo occidental el estudio de la lengua latina, la literatura clásica, la ingeniería, el derecho, la administración y la organización del gobierno. Muchas escuelas monásticas así como municipales y catedráticas se fundaron durante los primeros siglos de la influencia cristiana.


La edad media:

En el occidente europeo, durante el siglo IX ocurrieron dos hechos importantes en el ámbito educativo. Carlomagno, reconociendo el valor de la educación, trajo de York (Inglaterra) a clérigos y educadores para desarrollar una escuela en el palacio. El Rey Alfredo promovió instituciones educativas en Inglaterra que eran controladas por monasterios. Irlanda tuvo centros de aprendizajes desde que muchos monjes fueron enviados a enseñar a países del continente. Entre el siglo VII y el XI la presencia de los musulmanes en la península Ibérica hizo de Córdoba, un destacado centro para el estudio de la filosofía, la cultura clásica, las ciencias y las matemáticas.

Persia y Arabia desde el siglo VI al IX tuvieron instituciones de investigación y para el estudio de las ciencias y el lenguaje. Durante la edad media las ideas del escolasticismo se impusieron en el ámbito educativo de Europa occidental. El escolasticismo utilizaba la lógica para reconciliar la teología cristiana con los conceptos filosóficos de Aristóteles.

Para este tiempo se abrieron varias universidades en Italia, España y otros países, con estudiantes que viajaban libremente de una institución a otra. Las universidades del norte como las de París, Oxford y Cambridge, eran administradas por los profesores: mientras que las del sur, como la de Italia y Alcalá de España, lo eran por los estudiantes. La educación medieval también desarrollo la forma de aprendizaje a través del trabajo o servicio propio. Sin embargo, la educación era un privilegio de las clases superiores y la mayor parte de los miembros de las clases bajas no tenían acceso a la misma.

En el desarrollo de la educación superior durante la edad media los musulmanes y los judíos desempeñaron un papel crucial, pues no sólo promovieron la educación dentro de sus propias comunidades, sino que intervinieron también como intermediarios del pensamiento y la ciencia de la antigua Grecia a los estudiosos europeos.


Humanismo y renacimiento:

El renacimiento fue un periodo en el que el estudio de las matemáticas y los clásicos llegó a extenderse, como consecuencia del interés por la cultura clásica griega y romana que aumentó con el descubrimiento de manuscritos guardados en los monasterios. Muchos profesores de la lengua y literatura griega emigraron desde Constantinopla en Italia.

El espíritu de la educación durante el Renacimiento está muy bien ejemplificado en las escuelas establecidas en Mantua (1.925), donde se introdujeron temas como las ciencias, la historia, la geografía, la música y la formación física. El éxito de estas iniciativas influyó en el trabajo de otros educadores y sirvió como modelo para los educadores durante más de 400 años.

Durante este período se dio una gran importancia a la cultura clásica griega y romana enseñada en las escuelas de gramática latina, que, originadas en la Edad Media, llegaron a ser el modelo de la enseñanza secundaria en Europa hasta el inicio del siglo **. De esta época datan las primeras universidades americanas fundadas en Santo Domingo (1.538), en México y Lima (1.551).


La influencia del protestantismo:

Las iglesias protestantes surgidas de la Reforma promovida por Martín Lucero en el inicio del siglo XVI establecieron escuelas en las que se enseñaba a leer, escribir, nociones básicas de aritmética, el catecismo en un grado elemental y cultura clásica, hebreo, matemáticas y ciencias, en lo que podríamos denominar enseñanza secundaria.

La moderna práctica del control de la educación por parte del gobierno fue diseñada por Lucero, Calvino y otros líderes religiosos y educadores de la Reforma.


La influencia de la iglesia católica:

Los católicos siguieron las ideas educativas del renacimiento en las escuelas que ya dirigían o que promocionaron como respuesta a la creciente influencia del protestantismo, dentro del espíritu de la Contrarreforma.

Los jesuitas, como se conoce a los miembros de la congregación, promovieron un sistema de escuelas que ha tenido un papel preponderante en el desarrollo de l a educación católica en muchos países desde el siglo XVI.


Desarrollo de la ciencia en el siglo XVII:

El siglo XVII fue un período de rápido progreso de muchas ciencias y de creación de instituciones que apoyaban el desarrollo del conocimiento científico. La creación de estas y otras organizaciones facilitó el intercambio de ideas y de información científica y cultural entre los estudiosos de los diferentes países de Europa. Nuevos temas científicos se incorporaron en los estudios de las universidades y de las escuelas secundarias.

Tal vez, el más destacado educador del siglo XVII fuera Jan Komensky, obispo protestante de Moravia, más conocido por el nombre latino de Comenio. Su labor en el campo de la educación motivó que recibiera invitaciones para enseñar por toda Europa. Su objetivo educativo podría resumirse en "enseñar a través de todas las cosas a todos los hombres", postura que se conoce como pansofía.


El siglo XVIII:

Durante el siglo XVIII se estableció el sistema escolar en Pursia; en Rusia empezó la educación formal. Durante el mismo período se introdujo el método monitorial de enseñanza, por el que cientos de personas podían aprender con un profesor y la ayuda de alumnos monitores o asistentes. Los dos planes abrieron la posibilidad de la educación de masas.

El teórico educativo más relevante del siglo XVIII fue Jean-Jaques Rousseau. Su influencia fue considerable tanto en Europa como en otros continentes. Entre sus propuestas concretas estaba la de enseñar a leer a una edad posterior y el estudio de la naturaleza y de la sociedad por observación directa. Sus propuestas radicales sólo eran aplicables a los niños, las niñas debían recibir una educación convencional.

El siglo XIX y la aparición de los sistemas nacionales de escolarización:
El siglo XIX fue el período en que los sistemas nacionales de escolarización se organizaron en el Reino Unido, en Francia, en Alemania, en Italia, España y otros países europeos. Las nuevas naciones independientes de América Latina, especialmente Argentina y Uruguay, miraron a Europa y a Estados Unidos buscando modelos para sus escuelas. Japón que había abandonado su tradicional aislamiento e intentaba occidentalizar sus instituciones, tomo las experiencias de varios países europeos y de Estados Unidos como modelo para el establecimiento del sistema escolar y universitario moderno.

El más influyente seguidor de Rousseau fue el educador suizo Johann Pestalozzi, cuyas ideas y prácticas ejercieron gran influencia en las escuelas de todo el continente. Su principal objetivo era adaptar el método de enseñanza al desarrollo natural del niño. Para lograr este propósito consideraba el desarrollo armonioso de todas las facultades del educando (cabeza, corazón y manos).


El siglo **: la educación centrada en la infancia:

A comienzos del siglo ** la actividad educativa se vio muy influenciada por los escritos de la feminista y educadora sueca Ellen Key. Su libro El siglo de los niños (1.900) fue traducido a varias lenguas e inspiró a los educadores progresistas en muchos países. La educación progresista era un sistema de enseñanza basado en las necesidades y en las potencialidades del niño más que en las necesidades de la sociedad o en los preceptos de la religión.

Estados Unidos ejerció una gran influencia en los sistemas educativos de los países de América Latina. El siglo ** ha estado marcado por la expansión de los sistemas educativos de las naciones industrializadas de Asia y África. LA educación básica obligatoria es hoy prácticamente universal, pero la realidad indica que un amplio número de niños (quizá el 50% de los que están en edad escolar en todo el mundo) no acuden a la escuela.


HISTORIA DE LA PEDAGOGÍA:

La pedagogía como movimiento histórico, nace en la segunda mitad del siglo XIX. Reconoce serios antecedentes hasta el siglo XVIII, pero se afirma y cobra fuerza en el siglo **, particularmente después de la primera Guerra Mundial (1.914 – 1.918). Sin embargo, la pedagogía general, combinada con la historia, tiene entre sus misiones la de intentar un esquema que haga las veces de brújula para orientar a los educadores en el laberinto de los sistemas y técnicas pedagógicas que surcan nuestra época.

El pensamiento pedagógico puede decirse que comenzó su desarrollo desde los propios albores de la humanidad. El si mismo no es más que una consecuencia de su devenir histórico, en correspondencia con la necesidad del ser humano de trasmitir con eficiencia y eficacia a sus congéneres las experiencias adquiridas y la información obtenida en su enfrentamiento cotidiano con su medio natural y social.

Las ideas pedagógicas abogan en ese momento crucial de la historia del ser humano como ente social por la separación en lo que respecta a la formación intelectual y el desarrollo de las habilidades y las capacidades que habrían de lograrse en aquellos hombres en que sus tareas principales no fueran las de pensar, sino las requeridas para el esfuerzo físico productivo, tales ideas pedagógicas debían insistir lo suficiente para lograra en la práctica que la mayoría o la totalidad de la "gran masa laboriosa" aceptara esa condición de desigualdad. Con estas concepciones es que surgen las denominadas escuelas para la enseñanza de los conocimientos que se poseían hasta ese momento para el uso exclusivo de las clases sociales selectas, asignándoseles a las clases explotadas, como única salida de sobre vivencia, el papel protagónico de la realización del trabajo físico.

Tales concepciones e ideas pedagógicas, conjuntamente con las cualidades que deben poseer tanto el alumno como el maestro, aparecen en manuscritos muy antiguos de China, la India y Egipto.

El desarrollo del pensamiento pedagógico tiene lugar en Grecia y Roma con figuras tan sobresalientes como Demócrito, Quintiliano, Sócrates, Aristóteles y Platón. Este último aparece en la historia como el pensador que llego a poseer una verdadera filosofía de la educación. El pensamiento pedagógico emerge con un contenido y una estructura que le permite alcanzar un cuerpo teórico verdadero. En el renacimiento la pedagogía figura ya como una ciencia independiente.

Entre 1.548 y 1.762 surge y se desarrolla la Pedagogía Eclesiástica, principalmente la de los Jesuitas, fundada por Ignacio de Loyola y que más tarde, en 1.832, sus esencialidades son retomadas para llegar a convertirse en el antecedente de mayor influencia en la pedagogía tradicional.

La pedagogía eclesiástica tiene como centro la disciplina, de manera férrea e indiscutible, que persigue, en última instancia, afianzar cada vez más el poder del Papa, en un intento de fortalecer la Iglesia ya amenazada por la Reforma Protestante.

Se puede decir que la pedagogía tradicional, como práctica pedagógica ya ampliamente extendida alcanza su mayor grado de esplendor, convirtiéndose entonces en la primera institución social del estado nacionalista que le concede a la escuela el valor insustituible de ser la primera institución social, responsabilizada con la educación de todas las capas sociales.

Es a partir de este momento en que surge la concepción de la escuela como la institución básica, primaria e insustituible, que educa al hombre para la lucha consciente por alcanzar los objetivos que persigue el Estado, lo que determina que la Pedagogía Tradicional adquiera un verdadero e importante carácter de Tendencia Pedagógica, en cuyo modelo estructural los objetivos se presentan de manera tan solo descriptiva y declarativa más dirigidos a la tarea que el profesor debe realizar que a las acciones que el alumno debe ejecutar sin establecimiento o especificación de las habilidades que se deben desarrollar en los educandos, otorgándoles a éstos últimos el papel de entes pasivos en el proceso de enseñanza al cual se le exige la memorización de la información a él transmitida, llevándolo a reflejar la realidad objetiva como algo de quienes aprenden.

La Tendencia Pedagógica Tradicional no profundiza en el conocimiento de los mecanismos mediante los cuales se desarrolla el proceso de aprendizaje. Ella modela los conocimientos y habilidades que se habrán de alcanzar en el estudiante, por lo que su pensamiento teórico nunca alcanza un completo desarrollo. La información la recibe el alumno en forma de discurso y la carga de trabajo práctico es mínima sin control del desarrollo de los procesos que subyacen en la adquisión del conocimiento, cualquiera que sea la naturaleza de éste, lo que determina que ese comportamiento tan importante de la medición del aprendizaje que es la evaluación esté dirigido a poner en evidencia el resultado alcanzado mediante ejercicios evaluativos meramente reproductivos, que no enfatizan, o lo hacen a menor escala, el análisis y el razonamiento.

La Tendencia pedagógica Tradicional tiene, desde el punto de vista curricular un carácter racionalista académico en el cual se plantea que el objetivo esencial de la capacitación del hombre es que el mismo adquiera los instrumentos necesarios que le permitan tan solo intervenir en la en la tradición cultural de la sociedad; no obstante, esta tendencia se mantiene bastante generalizada en la actualidad con al incorporación de algunos avances e influencias del modelo psicológico del conductismo que surge y se desarrolla en el siglo **.

Esta teoría resulta ineficiente y deficiente en el plano teórico, por cuanto ve a éste como un simple receptor de información, sin preocuparse de forma profunda y esencial de los procesos que intervienen en las asimilaciones del conocimiento.

La preocupación por lo educativo constituye, justamente, una de las características de la pedagogía de hoy: no siempre adopta una forma sistemática, ni se integra en una rígida concepción científica, sino que aparece junto a otras reflexiones en el sentido estricto del término.

2007-03-28 10:53:23 · answer #1 · answered by Anonymous · 1 0

La educación es un fenómeno social cuya historia se remonta a los grupos humanos más primitivos. Émile Durkheim[2] dice que educación es la acción ejercida sobre los niños por sus padres y los adultos en todos los períodos y momentos de la vida, mientras que la pedagogía no consiste en acciones, sino en teorías. Estas teorías son formas de concebir la educación, no modos de practicarla. Así pues, la educación es la materia de la Pedagogía y ésta, una manera de reflexionar sobre aquella.

Sin embargo, no todos están de acuerdo con esta definición y en la práctica observamos que las reflexiones sobre los problemas educativos tratan de enmarcarse en diferentes conceptos: pedagogía, ciencias de la educación, ciencias pedagógicas y pedagogía científica, entre otras.

Al cuestionarnos sobre la diversidad de términos y revisar la literatura especializada, observamos que en ella intervienen factores muy diversos de tipo histórico, político, social, cultural y hasta de preferencias personales, lo que no ayuda a aclarar el asunto. El Doctor Moreno de los Arcos rastrea el uso del vocablo Pedagogía desde la antigüedad clásica, hace constar que decrece su aplicación en la Edad Media y es retomado en el siglo XVI en Europa Occidental[3]. Como es de mi interés justificar el uso del concepto pedagogía en lugar de otros, haré un repaso sucinto de los diversos puntos de vista y finalmente tomaré mi propia posición.

El primer enfrentamiento que puede observarse históricamente es nacional: los alemanes sientan las bases filosóficas y establecen la relación entre esta disciplina y la ciencia de la educación llamada Pedagogía, Emmanuel Kant publicó a fines del siglo XVIII su libro pionero Über Pädagogik con lo que de hecho estaba fundando una ciencia, lo que fue prontamente comprendido por otros escritores y sabios de lengua alemana quienes siguieron sus principios en el desarrollo de sus propias investigaciones; tal fue el caso de Giovanni Enrico Pestalozzi, suizo de lengua alemana; Frederich Fröebel, alemán de Turingia formado en la Universidad de Jena y su contemporáneo Johan Friederich Herbart nacido en Oldemburgo, alumno de Fichte y Schiller también en Jena. Todos ellos escribieron y hablaron de Pedagogía, consolidando una tradición intelectual que tardó muchos años en extenderse a otros continentes[4].

Por el otro lado estaban los franceses, rivales tradicionales de los alemanes desde que el Sacro Imperio Romano Germánico fue dividido entre Carlos el Calvo y Luis el Germánico en el tratado de Verdún de 843 d.C. Por tanto, durante gran parte del siglo XIX, la ciencia francesa debió aceptar la terminología y las propuestas metodológicas alemanas, en vista de que ellos no tenían nada equivalente pero, en 1879 Alexander Bain publicó en París un libro pionero titulado La science de L´education, fundamentado filosóficamente en los principios positivistas de Augusto Comte, en lo que parecería un embate nacionalista galo a la ciencia alemana.

El siguiente libro con esta terminología y principios filosóficos fue publicado hasta 1925 bajo un título idéntico por el escritor J. Demoor-T Jankeere. Es evidente que la tradición iniciada por los alemanes era tan fuerte y tenía a su favor a personalidades europeas de tal nivel que no resultaba fácil retarla. La escuela alemana de Pedagogía era aún predominante pero ya no monolítica, y existían comunidades nacionales dispuestas a dar la batalla por la hegemonía científica en consonancia con la fuerza de sus naciones y la consolidación de sus sistemas universitarios.

No está por demás recordar aquí la obra de Thomas Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas, donde dice que el desarrollo acumulativo del conocimiento científico genera rupturas y transformaciones constantes en las comunidades científicas.

Esta teoría es complementada con la obra de Robert K. Merton[5] , quien dice que las comunidades científicas son colectividades que elaboran sus propias normas y cursos de acción, también desarrollan un “ethos” constituido por afectos, valores y normas comunes. Pierre Bordieu elaboró el concepto de “campo de producción simbólica”[6] del que dice está constituido por un conjunto de agentes e instancias con mecanismos que regulan la aceptación, competencia o eliminación de los productores y puede determinar lo que son las verdades científicas[7].

Cada campo científico es un espacio de juego que incluye a sujetos e

instituciones especializadas en la producción, la difusión y consagración

de conocimientos . En el campo se desenvuelve una lucha entre agentes

e instituciones por el monopolio de la autoridad científica, y no la

búsqueda de la verdad, en forma desinteresada, como lo afirma el

paradigma positivista de la ciencia. La autoridad científica es una

categoría que contiene básicamente dos dimensiones. Por un lado se la

entiende como capacidad técnica, como dominio de saberes y como

saber hacer; por el otro, un poder social. La autoridad es, entonces,

una capacidad de hablar y de actuar legítimamente, es decir, de manera

autorizada y con autoridad, en materia de ciencia, que se le reconoce

socialmente a un agente determinado. Esto explica por qué las luchas

que se entablan entre científicos son siempre epistemológicas y políticas

al mismo tiempo.[8]



Después de la primera guerra mundial, los Estados Unidos entraron al debate con su prestigiado educador John Dewey, quien favoreció el concepto de Ciencias de la Educación, porque Pedagogía no era muy aceptada en inglés y los diccionarios en ese idioma hacían sinónimos educación y pedagogía. Según el Doctor Moreno y de los Arcos en “la primera edición de la Enciclopedia Británica, publicada en 1771, (se) incluye únicamente la palabra pedagogo, definida como a tutor or master, to whom is commited the discipline and direction of a scholar. Aunque modificada, ésta siguió siendo la única mención relacionada con lo que nos ocupa hasta bien entrada la segunda mitad del siglo **. Es muy reciente, pero muy significativo, que las últimas ediciones de la Enciclopedia describan con amplitud la voz Pedagogy”[9].

Como las tradiciones y metodologías científicas tienen exacta coincidencia con las fronteras nacionales y las ideologías en boga[10], después de la segunda guerra mundial y hasta la caída del muro de Berlín en 1989, los países socialistas de Europa Oriental, incluyendo a la República Democrática Alemana, no quisieron quedarse atrás y comenzaron a hablar de Ciencias Pedagógicas, con la intención de marcar la diferencia al escribir en su propia notación sobre problemas similares, al tiempo que subrayaban con la palabra ciencia antes de pedagogía su apego a la tradición positivista del marxismo. Los cubanos, fuertemente influenciados por la Academia Rusa, hasta la fecha parece que siguen esta nomenclatura conscientes de su origen y motivaciones.

Las cosas se complicaron cuando los franceses Mialaret y Debessé defeccionaron del bando pedagógico en el que habían militado con bastante éxito, pues Gastón Mialaret había publicado entre otros libros una Nouvelle Pédagogie Scientifique y la Introduction a la Pédagogie, siendo editor con su colega Maurice Debessé del Traité des Sciences Pédagogiques, todos traducidos prontamente al español[11]; aparentemente fueron influidos por el libro de Guy Ferry publicado en 1967, Mort de la Pédagogie, o cuando menos consideraron que era tiempo de explorar otros campos.

En sus tiempos de afinidad con la Pedagogía, Mialaret y Debessé adjetivaban a la Pedagogía como científica para señalar sus simpatías con los estudiosos anglosajones desde Dewey, pasando por Russell hasta Huxley, quienes fueron netamente experimentalistas, en oposición a los pedagogos teóricos como Rousseau.

En 1973 Maurice Debessé publicó su Defi aux Sciences de l´education (Desafío a las Ciencias de la educación) y tres años después su colega Mialaret lo siguió con su pequeño libro Les Sciences de l´education, traducido ese mismo año por Alicia Ramón García para OiKos – Tau.

Para enfrentar a las Ciencias Pedagógicas de la Europa Oriental, los franceses, especialmente Mialaret, pronto resolvieron el problema diciendo que eran un subconjunto de las Ciencias de la Educación, con lo que de hecho trataban de revivir el viejo imperialismo francés en esa parte del mundo, pues subordinaban el esquema ruso al francés[12], como había ocurrido en sus relaciones culturales desde los tiempos de Pedro I El Grande, quien impuso el francés como lengua oficial de la corte zarista[13].

En línea con la tendencia de poner el vino viejo en odres nuevos, Guy Avanzini quien había publicado a principios de los años setenta del siglo pasado una recopilación muy correcta de lo que sucedía en Francia, bajo el título Le Pédagogie au 20 Siècle, traducida en España por Narcea en 1977 como La pedagogía en el siglo **, publicó en 1976 su Introduction aux Sciences de l´education.

Mientras tanto, los anglosajones habían seguido el camino de la psicología educativa o la psicología aplicada a la educación, y aprovecharon la obra de Lev Semionóvich Vigotski, un talentoso psicólogo soviético reprimido por Stalin en vista de su oposición a la psicología sin conciencia proclamada oficialmente, que tenía a Pavlovich como dios; por el contrario, Vigotski, cuya obra se archivó por órdenes de la policía secreta rusa, defendía la unidad e importancia del lenguaje, la conducta social y la conciencia en relación con el origen social del individuo. Vigotski murió el 11 de junio de 1934 en Moscú, supuestamente de tuberculosis, a la temprana edad de 37 años[14].

Los norteamericanos aprovecharon que oficialmente no existía Vigotski para apropiárselo y continuaron trabajando sus líneas de investigación hasta los años cincuentas, época en que David Ausubel publicó su famoso libro de Psicología Educativa. Desde esas fechas y hasta 1984 en que aparecieron las obras completas de Vigotski en ruso, muchos creyeron que este era un autor polaco residente en los Estados Unidos. El Doctor D.B. Elkonin discípulo suyo, tuvo que hacer una apasionada defensa del maestro; incluir fragmentos de su obra dentro de sus propios textos[15] para darlo a conocer, además de escribir una de las primeras biografías confiables de este científico. Como podemos observar, la política obstruía la verdad científica.

Sin embargo, gracias a los procesos de liberación nacional, descolonización y consolidación de las nuevas nacionalidades que se dio a partir de la independencia de los Estados Unidos, además de la fundación de universidades en regiones no europeas, así como a la creciente globalización, las ideas de los más grandes sabios viajaron a todas partes del mundo.

Cuando México empezó su vida como país independiente sólo sabían leer treinta mil personas de un total de cuatro millones ochocientos mil adultos[16]; por tanto la demanda de una educación popular figura en todos los proyectos políticos progresistas de los siglos XIX y ** mexicano.



La educación como responsabilidad de la sociedad en su conjunto y como base

para lograr una sociedad soberana en la que cada ciudadano participe, son parte

fundamental del ideario de José María Morelos y Pavón y otros luchadores por la

Independencia.

La importancia de la educación y la instrucción para la sociedad se fue haciendo

cada vez más evidente, y las fuerzas revolucionarias fueron asumiéndola como

uno de sus objetivos. Bajo la influencia de la Revolución Francesa y de la

Ilustración, dichas fuerzas vieron claramente que la ignorancia del pueblo

favorecía la explotación colonial de España. La libertad política y el avance

económico de la sociedad solamente se podían volver realidad a través de un

sistema educativo para todos [17].



A fines de la Colonia el Barón Alejandro de Humboldt visitó la entonces colonia de España y enseñó a sus hijos las grandes riquezas que contenía en su clásico libro Ensayo político...: “El vasto reino de la Nueva España, bien cultivado, produciría por sí sólo todo lo que el comercio va a buscar en el resto del globo: el azúcar, la cochinilla, el cacao, el algodón, el café, el trigo, el cáñamo, el lino, la seda, los aceites y el vino. Proveería de todos los metales, sin excluir aún el mercurio; sus excelentes maderas de construcción y la abundancia de hierro y cobre favorecerían los progresos de la navegación mexicana; bien que el estado de ellas y la falta de puertos... oponen obstáculos que serían difíciles de vencer”[18].

El sabio Humboldt creía que sólo el conocimiento y la ciencia fomentarían el desarrollo; mostró su amistosa simpatía hacia México asesorando a empresas europeas deseosas de invertir en el país y ayudando a los mexicanos de paso por Alemania hasta la fecha de su muerte en 1859. “Humboldt en esencia...dio a México su carta de naturalización en la historia occidental”[19].

El profesor de origen alemán Enrique Laubscher, fundó en 1885 en la Escuela Modelo de Orizaba, una Academia para actualizar a profesores en servicio, mediante un Programa de Ciencias Pedagógicas en donde se hacía una introducción general a la Pedagogía, se conceptualizaban sus componentes principales y se exponían los fundamentos de la enseñanza objetiva. En estas academias se enseñaban los principios de Kant, Pestalozzi, Fröebel y Herbart a los profesores mexicanos, quienes luego los aplicarían a la educación de los niños a su cargo.

El pedagogo suizo de lengua alemana Enrique C. Rébsamen, empezó sus disertaciones públicas ese mismo año en Veracruz, a partir de la idea de que nuestro país necesitaba consolidarse políticamente sobre la base de la unidad intelectual y moral. Escribió un libro de texto de civismo para uso de sus alumnos, en donde vertió las ideas nacionalistas generadas por J.G. Fichte[20] que se refieren al papel redentor de la educación popular, a la unidad nacional en torno al lenguaje, el concepto de pueblo originario, la formación del ciudadano a través de la educación democrática, la unidad de intereses entre el pueblo y el Estado, la obtención de la ciudadanía por la educación y el desarrollo de habilidades cognitivas y conativas entre los ciudadanos.

Dividió a la Pedagogía en: general, histórica y práctica, y distinguió entre educación e instrucción, entendiendo a ésta como simple adquisición de conocimientos, mientras que aquella significa desarrollo gradual y progresivo de las facultades humanas.

Dentro del exitoso y omnipresente paradigma pedagógico positivista, brillaron con luz propia expertos de muy diversas disciplinas que contribuyeron a desarrollar la pedagogía mexicana; así, el médico Manuel Flores fue el primer mexicano en usar el nuevo concepto en nuestro país al publicar su Tratado elemental de Pedagogía en 1887[21]. Aunque afirma el Doctor Moreno y de los Arcos que Flores organizó un curso de Pedagogía en la Escuela Nacional Secundaria de Niñas en 1878, publicó sus Elementos de Pedagogía en 1884 y lo transformó en Tratado... en la fecha enunciada arriba, como una segunda edición[22].

En esta obra, el doctor Flores muestra la influencia de Spencer y Stuart Mill, con cuyo auxilio expone las bases de la enseñanza objetiva basada en el "realismo pedagógico", el cual debe poner en juego las facultades del niño, desarrolladas mediante una educación física, moral e intelectual que substituya los antiguos y bárbaros castigos corporales, fortaleciendo la voluntad con medios adecuados y buenos fines.

Siguiendo esta misma tónica, el Doctor Luis E. Ruiz había iniciado cursos de Pedagogía en la Escuela Nacional Secundaria de Niñas en 1880, siguió con la misma materia en la Escuela Nacional Preparatoria y fue contratado después por la Escuela Normal[23]. Si para Flores la pedagogía era un arte, para Ruiz era necesario que tuviera fundamento científico.

La pedagogía volvió a aparecer en la Escuela Normal Superior en 1924, mientras que la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional conservó el influjo anglosajón del Rector Ezequiel A. Chávez y mantuvo los estudios de Maestría en Ciencias de la Educación entre 1935 y 1954. Fue hasta 1956 que el Doctor Francisco Larroyo convirtió el Departamento de Ciencias de la Educación en Colegio de Pedagogía, de donde surgió primero el doctorado, luego la maestría y finalmente la licenciatura.

El Doctor Moreno y de los Arcos atribuye este cambio a la formación del Doctor Larroyo como filósofo neokantiano de la Escuela de Marburgo, “profundo conocedor de la pedagogía alemana, seguidor – en particular – de la Pedagogía social de Natorp, contribuyó en gran medida a dar personalidad propia a la pedagogía en nuestro medio y a perfilar con nitidez la vida y profesión del pedagogo”[24], lo que hizo con gran claridad en un libro publicado en 1959[25].

Aunque la pedagogía se había anotado un tanto a su favor con la decisión de Larroyo, no tenía ganada la batalla ni en la UNAM ni en México. El gran prestigio de Mialaret, Debessé y colegas, así como su producción intelectual intensa y sostenida, apoyadas por los argumentos de pluridisciplinariedad y positividad científica entonces en boga, obligaron a pensar con mayor detenimiento en las Ciencias de la Educación, de tal modo que fuera de la UNAM se comenzaron a crear Escuelas y Facultades de Ciencias de la Educación a fines de los setentas y principios de los ochentas del siglo **, como sucedió en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Tabasco donde, en un plan cauteloso y conciliador se creó una Facultad de Pedagogía y Ciencias de la Educación. Como hasta la fecha sucede, nadie ha salido bien librado de un enfrentamiento con la UNAM, por lo que prevalecieron la prudencia y el pragmatismo, no sólo en el sureste sino en el resto del país. A la fecha existen unos mil programas de licenciatura avalados por la Secretaría de Educación Pública, Universidades Privadas, FIMPES, ANUIES y Universidades Autónomas de los estados, donde se hacen sinónimos Pedagogía y Ciencias de la Educación, sin profundizar en los problemas epistemológicos que estas últimas generan. Así por ejemplo Georges Vigarello critica a las Ciencias de la Educación por la no especificidad de esta disciplina, que por cierto no está del todo clara, hasta el punto de no aparecer; parecería que estas “Ciencias..” se constituyen por su objeto de estudio, sin la creación de nuevos ámbitos científicos; ¿se trata de crear un oficio y no una profesión?; ¿se pretende mediante ellas imponer una línea tecnocrática de consultores profesionales que desconocen la filosofía y desdeñan el humanismo tradicional en la Pedagogía? Lo menos que se puede decir es que las Ciencias de la Educación no tienen un campo ni son epistemológicamente originales[26].

Sin embargo, ya iniciado el debate por Mialaret y compañía, las discusiones por la terminología se desbordaron; se decía que la pedagogía strictu sensu se refiere únicamente a la educación de los niños, que para los hombres adultos debía hablarse de “Andragogía”, para los ancianos “Gerontogogía”; además, se sugiere aplicar términos específicos para cada actividad como educología, educonomía, edumática, curricología o curricultología, etcétera[27].

En el mismo período que analizamos arriba en México (1924 – 2000), muy enriquecido por la práctica educativa de indígenas, las alfabetización acelerada de grandes grupos, la educación popular y técnica, la capacitación para el trabajo y demás, los educadores latinoamericanos enfrentaban problemas similares y trataban de resolverlos con recursos propios, generando reflexiones pedagógicas originales muy valiosas, como Enrique Corona Morfín y la educación rural[28], Rafael Ramírez y la escuela rural mexicana[29], Francisco Gutiérrez con su Pedagogía de la Comunicación, María Torres con la alfabetización popular, María Teresa Nidelcoff: la formación del profesor – pueblo; Fernando de Azevedo con su proyecto liberal y Paulo Freire con su Pedagogía del Oprimido[30], por mencionar sólo a los más destacados, quienes sin embargo no entraban en las definiciones generadas en Europa o Norteamérica por su origen local tanto de problemas como de soluciones, por lo que a todos ellos se les englobó en la Teoría de la Educación, metiéndolos en el mismo saco del constructivismo, personalismo y culturalismo[31].

El comunismo cayó con el muro de Berlín y tiene su acta de defunción oficial en 1989 pero, los intereses nacionales siguen en pie, tanto como las preferencias de los grupos o camarillas científicas que usan su terminología para diferenciarse de los demás y tratar de sentar sus propias tradiciones; debido a esto, las distintas nomenclaturas continuarán Ad aeternum. “Esa quimera (de unidad intelectual internacional) imaginada por el historiador católico alemán Lord Acton, quien tanto hizo por introducir los métodos de la historiografía científica alemana en Inglaterra, (es irrealizable). Acton esperaba dirigir una Historia Moderna para la Cambridge University Press, una obra en la cual resultara imposible inferir la nacionalidad de los colaboradores a partir del método y contenido de sus artículos... Una historia que será escrita cuando el mar se vuelva limonada”[32].

Por lo anterior concluyo que la ciencia de la Educación es la Pedagogía; debemos utilizar este concepto con plena conciencia de su antigüedad y valor teórico, aunque no está de más entender históricamente el uso de los conceptos similares en otras regiones.

2007-03-28 10:47:44 · answer #2 · answered by pigmalion_26 2 · 1 0

La educación (del latín educare, "guiar", y educere, "extraer") puede definirse como:

El proceso bi-direccional mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar. La educación no sólo se produce a través de la palabra, está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes.
El proceso de vinculación y concienciación cultural, moral y conductual. Así, a través de la educación las nuevas generaciones asimilan y aprenden los conocimientos, normas de conducta, modos de ser y formas de ver el mundo de generaciones anteriores, creando además otros nuevos.
Proceso de socialización formal de los individuos de una sociedad.
También se llama educación al resultado de este proceso, que se materializa en la serie de habilidades, conocimientos, actitudes y valores adquiridos, produciendo cambios de caracter social, intelectual, emocional, etc. en la persona que, dependiendo del grado de concienciación, será para toda su vida o por un periodo determinado, pasando a formar parte del recuerdo en el último de los casos.

La educación es un derecho fundamental reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 y en la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989; es, en definitiva, el instrumento de derechos humanos que más ratificaciones ha recibido en toda la historia. La educación es importante , por lo tanto, una responsabilidad internacional compartida y reconocida como motor de desarrollo humano porque salva vidas, porque favorece el crecimiento económico y la distribución de la riqueza y porque permite a los ciudadanos participar en la vida pública y defender sus opiniones y derechos.

personalmente le educacion como la conocemos hoy en dia se origino en grecia donde los sabios instruian a un limitado grupo de destacados alumnos, normalmente en una sola rama,

2007-03-28 10:46:59 · answer #3 · answered by The Rooth 3 · 1 0

Claro que si , el niño va a tratar a l. a. mujer segun lo ve en su casa, en l. a. sociedad , en los medios, en l. a. escuela, en el concepto que se le forme de l. a. mujer, si este es de desprecio al crecer sera un machista consumado.

2016-12-19 15:51:38 · answer #4 · answered by berkey 3 · 0 0

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2016-07-16 01:10:12 · answer #5 · answered by Anonymous · 0 1

la malaeducacion, elemental querido guason, si tos fueramos educados pues no haria falta verdad .

2007-03-30 07:33:18 · answer #6 · answered by Anonymous · 0 1

el origen no lo se, pero si tu eres educada es porque te han enseñado a serlo, entonces el origen de tu educación es de tus padres o tutores.

2007-03-28 10:48:43 · answer #7 · answered by Anonymous · 0 1

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