Discurso es una noción con muchos sentidos.
* En el uso cotidiano un discurso es una alocución formal: el acto verbal y oral de dirigirse a un público.
* En lingüística y en las ciencias sociales y cognitivas el discurso es una forma de lenguaje escrito (texto) o hablado (conversación en su contexto social, político o cultural).
* En la antropología y la etnografía se habla también de evento de comunicación.
* En la filosofía, por ejemplo con Foucault, un discurso es más bien un sistema de discursos, un sistema social de pensamiento o de ideas.
El Análisis del discurso es una 'trans-disciplina' que se desarrolló en los años 1960s en la antropología, la lingüística, la sociología, la filosofía, y la psicología, y después también en otras disciplinas, como la historia y el estudio de la comunicación.
Dado la multiplicidad de los enfoques, el discurso se puede definir como una estructura verbal, como un evento comunicativo cultural, una forma de interacción, un sentido, una representación mental, un signo, etc. Tanto el discurso hablado como el discurso escrito (texto) se considera hoy en día como una forma de interacción contextualmente situada.
Como estructura verbal, un discurso es una secuencia coherente de oraciones. La coherencia global se define por los temas o tópicos -- que se expresan por ejemplo en los títulares o los resúmenes del discurso.
Como interacción (conversación, diálogo) el discurso es una secuencia coherente de turnos y acciones de varios participantes, en que cada acto se lleva a cabo en relación con el anterior, y prepara el siguiente.
Aparte de sus estructuras secuenciales, los discursos tienen muchas otras estructuras en varios niveles, por ejemplo estructuras de la gramática (fonología, sintaxis, semántica), el estilo, las estructuras de la retórica (como metáforas, eufemismos), y las estructuras 'esquemáticas' que definen el formato global del discurso, como la argumentación, la narración, o el formato convencional de una noticia en la prensa.
De la perspectiva de la cognición, el discurso se describe como procesos y representaciones mentales, en que los usuarios de la lengua aplican palabra por palabra, oración por oración, estrategias de producción o de comprensión antes de almacenar fragmentos del discurso en la memoria. Porque los usuarios de la misma lengua y cultura comparten tantos conocimientos, el discurso es fundamentalmente 'incompleto' La aproximación etnográfico del discurso enfatiza la variación cultural de los discursos: Conversaciones, discursos políticos, negociaciones, cuentos, y muchos otros géneros tienen otras estructuras y estrategias en otras culturas.
Discurso Informativo Consisten en informar a los lectores sobre hechos ocurridos en el pais o en todo el mundo.
Las Formas del discurso
La descripción y su técnica
La descripción pinta literalmente con palabras, seres, objetos y paisajes; es el cuadro que produce en la imaginación del lector una “impresión equivalente a la impresión sensible”. Trata de dar la ilusión de la vida.
La descripción exige al escritor una gran capacidad de observación y de objetividad: lo que se describe debe darse al lector con los detalles necesarios y sin aumentarle o restarle valor.
Al describir, casi siempre se procede por recuerdos; es difícil hacer una buena descripción de lo que se presencia en determinado momento, es un retrato, y no una copia instantánea. Martín Alonso dice: “Lo que mejor se describe no es lo que estamos presenciando, sino lo que hubimos de presenciar antes. El literato es un testigo desinteresado de la actualidad. La descripción vive y se elabora en el recuerdo, como un eco. Se describe a través de las propias emociones”.
Vayamos de la teoría a la práctica, y describamos algo sencillo: una casa, por ejemplo.
La residencia de mis primos está en el sur de la ciudad, precisamente en el Pedregal de San Francisco. Es una casa majestuosa, de dos plantas, construida en un peñasco que permite contemplar en las noches una espléndida iluminación de la ciudad.
El frente de la casa es un jardín cuidado con esmero; en él abundan las rosas rojas y las gardenias, que rodean una fuente en forma de hongo, traspasada por un puente de ladrillo.
Clases de Descripción. Presentaré las descripciones más aceptadas generalmente. Conviene observar qué se describe y cómo se describe.
A) DESCRIPCIÓN PICTÓRICA. Lo que se describe, debe quedar grabado en la imaginación del lector. Lo descrito debe darnos el goce estético –como al pintor un paisaje- por su luz, su color y distribución. El escritor puede describir pintando paisajes; el paisaje “es una porción de terreno considerada en su aspecto artístico”. Para el escritor, paisaje es el campo, el cielo y el mar, vistos a través de su luz, su color, su grandeza, su forma, su movimiento y su vida, todo lo cual influye en el alma mediante el sentimiento. El paisaje ofrece a la contemplación, los viejos olmos, las pacientes ovejas que cruzan de líneas los montes, los arroyos limpios, la fragancia de las rosas, la nube pasajera.
Existen tres maneras de describir pictóricamente:
a) Plásticamente. b) Comparativamente. c) Mediante antítesis.
a) Plásticamente. Describimos plásticamente cuando llenamos de color y damos vida a lo gris e incoloro. b) Comparativamente. Describir es plasmar imágenes, y se puede plasmar recurriendo a lo semejante en dos objetos o situaciones, subrayándolo y simplificándolo. Comparo cuando afirmo: “Su vida fue como un camino sinuoso”. Esta comparación facilita la comprensión del concepto que se tiene de la vida de un hombre; es más plástico que decir: “su vida fue cambiante.” La comparación como cualquier redacción, debe ser sencilla, clara y precisa. c) Mediante Antítesis. Un concepto puede ser comprendido mediante la contraposición con otro de significado contrario. Contraponer una palabra o una frase a otra de significado contrario es utilizar la antítesis. Lo negro destaca cuando se enfrenta con lo blanco, la luz con la oscuridad, lo bueno con lo malo, lo bello con lo feo.
B) DESCRIPCIÓN TOPOGRÁFICA. La técnica de esta descripción mantiene al observador inmóvil, contemplando todo desde un ángulo de visión. Es propio del cronista que viaja describir el paisaje desde un ferrocarril, un automóvil o un avión. No consiste en una enumeración de detalles, sino en la presentación de rasgos que caracterizan un paisaje.
C) DESCRIPCIÓN CINEMATOGRÁFICA. El observador puede permanecer inmóvil y los objetos moverse en su derredor; si éste es el caso, tendremos, al exhibirlo, una descripción cinematográfica. Es compleja; requiere movimiento, luz, color, sonido y contraste. El lector ve y oye lo que se describe, casi con sus propios ojos y oídos.
D) EL RETRATO. En las descripciones, es fácil advertir que se da una dualidad: el que describe y lo que se describe: se puede describir una casa, un pueblo, una noche, una fruta, etc. El que describe, siempre será un hombre: un objeto no puede expresarse. Describir es expresar. Pero el hombre: “la medida de todas las cosas”, ¿no podría describirse y ser descrito? Por supuesto, si el hombre es descrito , tendremos su fotografía si se presentan rasgos físicos; si se dan rasgos morales, etopeya; si reunimos estas dos, obtendremos un retrato. Si comentamos de un amigo lo siguiente, tendremos una fotografía física:
Su rostro es alargado, amplia su frente y sumidos sus ojos.
Este mismo amigo será descrito moralmente si decimos:
Su rostro es triste, la frente revela al pensador aislado del mundo, y sus ojos delatan al hombre que no ha encontrado la felicidad.
Su retrato resultará de combinar sus rasgos físicos con sus rasgos morales:
Su rostro alargado da la impresión de tristeza; su amplia frente revela al hombre meditabundo, y a su mirada asoma la expresión de la desgracia.
En el retrato, como en todas las descripciones, no deben presentarse demasiados detalles, sino sólo los suficientes para armonizar lo particular con lo general. La descripción no es un inventario, sino una realidad del hombre para la imaginación del hombre.
La Narración y su Técnica
La narración expone sucesos humanos ajenos a la intimidad del escritor, aunque éste puede figurar asimismo en ella. La descripción es diferente de la narración; la primera insiste en el aspecto externo de los hechos, percibidos sensiblemente; la segunda cala los hechos y se adentra en los personajes, en su intimidad moral.
Se puede considerar la narración como una descripción ampliada. En la descripción puede estar ausente el ser humano; en la narración no. Si escribo que la casa de mi amigo está rodeada de un jardín, y que en la parte de atrás se encuentra una fuente en forma de hongo, estoy describiendo; pero narro si doy la descripción de la casa y relato la vida de sus moradores. Para la retórica antigua, “la narración era una de las partes en que se dividía el discurso, precisamente aquella en que se aclaraba el asunto mediante el relato de los hechos.
Escribir una carta es tarea que puede aprenderse sin dificultad alguna; pero “el talento de narrar –dice martín Alonso- es la aplicación, el entrenamiento y la cultura del individuo. No basta tener un asunto atractivo, el entrenamiento y la cultura del individuo. No basta tener un asunto atractivo, es menester presentarlo con interés. Algunas personas son extraordinarias narradoras en la conversación; pero se les da una pluma y se turban: les falta la inscripción y no pueden escribir como hablan.
Narrar es un arte vital que está implícito en la esencia humana: todos, en distinta medida, hemos sido narradores, en más de una ocasión. En charla con los amigos, no falta el “chisme” picante que se relata y escucha con cierto “deleite sadista”, ansiamos regresar de nuestro viaje para contar a parientes y amistades las interesantes experiencias que adquirimos. Hay mujeres que están impacientes por contar las secuencias de la película que dejó una honda impresión en ellas. La abuelita relata cuentecillos hermosos a sus nietos, y los viejos de provincia gustan de sazonar la plática con sabrosas anécdotas de su pueblo natal.
Estas narraciones cotidianas son espontáneas; algunas resultan fluidas y bellas; un gran número de quienes las hacen, carecen de la más elemental instrucción. La narración es esencialmente connatural. Hay mucho que no se aprende con ella y mucho que sí se aprende. Las grandes narraciones son diferentes entre sí. Establecen reglas que sólo ellos aplican.
La narración –más que otros géneros literarios- debe ser sencilla, original y sincera; su imitación es copia sin frescura, sin vida propia. Sin embargo, difícilmente llegaremos a ser buenos narradores si no empezamos por imitar a los grandes, reconociendo que este procedimiento es provisional, es apoyo o muleta para aprender a caminar y, después, si la historia lo dispone, saltamos y corremos por sí solos en el ancho camino de la literatura.
Para que la teoría tenga aplicación práctica, anoto un trozo narrativo. En La muerte y otras sorpresas, de Mario Benedetti, encuentro uno que cala la personalidad de un individuo.
El OTRO YO
“Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos en la nariz, roncaba en la siesta, se llamaba Armando. Corriente en todo, menos en una cosa: tenía otro yo.
El otro yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente, se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su otro yo y le hacía sentirse incómodo frente a sus amigos. Por otra parte, el otro yo era melancólico y, debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como su deseo.
Una tarde, Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió. Cuando despertó, el otro yo lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el muchacho no supo qué hacer, pero después se rehizo e insultó concienzudamente al otro yo. Este no dijo nada, pero a la mañana siguiente se había suicidado. Al principio, la muerte del otro yo fue un rudo golpe para el pobre Armando, pero en seguida pensó que ahora sí podría ser íntegramente vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó.
Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió a la calle con el propósito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde lejos vio que se acercaban sus amigos. Eso le llenó de felicidad e inmediatamente estalló en risotadas. Sin embargo, cuando pasaron junto a él, ellos no notaron su presencia. Para pero de los males, el muchacho alcanzó a escuchar que comentaban: “Pobre Armando. Y pensar que parecía tan fuerte, tan saludable”.
El muchacho no tuvo más remedio que dejar de reír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del esternón un ahogo que se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía, porque toda la melancolía se la había llevado el otro yo”.
EJERCICIO: Redacta dos narraciones al ejemplo anterior.
ELEMENTOS DE LA NARRACIÓN
Se consideran como principales elementos de la narración los siguientes:
A) Los Personajes B) La acción C) El ambiente
LOS PERSONAJES. Toda narración se refiere a seres humanos y para que sea de calidad, es menester pintar sin exageración, pero con exactitud, a un sujeto determinado; de modo que el lector pueda representarlo fácilmente en su imaginación y no solamente en forma física, sino con su personalidad caracterizada del todo. Los grandes narradores y novelistas presentan a sus personajes (los importantes y los sencillos) en forma interesante y plenamente caracterizados.
EJERCICIO: Escoge a un conocido, penetra en su alma, hasta donde sea posible y caracterízalo.
LA ACCIÓN. Sin el movimiento emotivo, no se concibe una narración. Se dan antecedentes de una situación conflictiva, con los cuales basta para que se vaya desarrollando gradualmente, hasta llegar a un desenlace que completa la narración.
La acción no debe confundirse con movimiento físico o con agitación, se trata de movimiento de profundidad psicológica. El movimiento intrascendente es propio de las novelas de aventuras de poca calidad, que sólo busca amplia difusión con fines meramente comerciales.
EJERCICIO: Redacta un momento de tu vida donde haga ver claramente la acción narrativa.
EL AMBIENTE: Ortega y Gasset, entre otros pensadores, sostiene que el ser humano es una resultante de su ambiente, más que de la herencia. Afirma: “yo soy yo y mi circunstancia”. El ambiente conforma el escenario de los personajes: aparecemos pobres, sin casas, caminos, paisajes y aparatos. El ambiente permite al lector acercarse fácilmente a los personajes, sin brusquedad alguna. El escritor debe recoger datos verídicos para crear el ambiente de su obra; fracasaría si tratase de reconstruir situaciones y lugares que le sean desconocidos o poco conocidos.
EJERCICIO: Redacta la colonia donde vives, y ambiéntala de una manera atractiva.
PROCESO DE LA NARRACIÓN. Estudiados los elementos de la narración, considero oportuno dotarlos de vida y presentar el proceso narrativo.
A) El inicio de la escena B) La segunda escena C) El desenlace D) El engarce
A) EL INICIO DE LA ESCENA. Conviene empezar por algo que suscite el interés del lector, que lo haga estar pendiente de la continuación de esa escena. ¿Qué misterio encierra este personaje? ¿Por qué sufre tanto? ¿Cómo se resolverá el conflicto? ¿ Cuál fue la causa de la tragedia? ¿Qué significa este lugar desconocido?
B) LA SEGUNDA ESCENA. No todo puede ser de palpitante interés en una narración: el lector puede cansarse. Es necesario permitir que se vayan dirigiendo con calma imágenes y conceptos. Así como un cuadro se requiere del contraste luminoso del claroscuro, en la narración se requiere del descanso. Es posibilidad para que se puedan apreciar los pasajes más importantes.
C) EL DESENLACE. El desenlace es el término a que llega la acción y, por consiguiente, la parte en que se despeja la incógnita de los hechos que han ocurrido sucesivamente en el desarrollo de la trama. Los más de los narradores prefieren un final suave a uno estridente. Acrecienta el interés del lector al acabar sin acabar realmente, ya que a su imaginación se deja la interpretación posible y futura del asunto. Sin embargo, el desenlace no debe ser demasiado inesperado ni intuido claramente. La moderación es norma en cuestiones literarias.
D) EL ENGARSE. El inicio de la escena, la segunda escena y el desenlace, pueden ser de calidad, tratados separadamente, pero la obra no estará terminada mientras no se hayan limado las asperezas surgidas en la combinación de las diferentes partes que la integran. Nada de remiendos toscos. Se debe pasar de una situación a otra, en el espacio o en el tiempo, lógica y estéticamente, sin que se note la transición. Este problema quizá sea el más complejo y difícil de todos los problemas literarios.
LA EXPOSICIÓN
En la exposición se manifiesta el pensamiento del redactor, de tal manera que al exponer un tema científico, literario, político o filosófico, se conocen sus puntos de vista, así como los datos necesarios para comprender el concepto que se explica.
Como medios expresivos en la exposición se utilizan especialmente los verbos y sustantivos abstractos, que son las categorías que permiten la manifestación de las ideas del autor.
El procedimiento expositivo atiende más la inteligencia que los sentimientos o emociones. La cualidad más importante en la exposición es la claridad.
UTILIZACIÓN Y DEFORMACIONES DE LA EXPRESIÓN ESCRITA
“Toda obra maestra, literaria o pictórica, provocará en ínfimo nivel ridículas caricaturas”, dijo el pintor mexicano José Hernández Delgadillo a sus gratuitos atacantes. Las caricaturas son exageraciones de quien no alcanza a comprender algo o se queda lastimosamente en la superficie. Las grandes obras de la literatura, así como los artículos periodísticos más notables, tendrán a su vez absurdas copias y falsificaciones. En la descripción, en la narración y en la novela, no es simplemente la historia lo que importa; ésta puede ser de segunda importancia. Lo fundamental es que al autor piensa, siente y proyecta cuando se comunica con nosotros. Quedarse en la esterilidad de una trama cualquiera es conformarse con las sobras literarias.
No merecería mayor espacio el hablar de estas deformidades, si no tuvieran tan exagerada y multiplicada difusión. Y no es simplemente por la avidez irrefrenable de especuladores sin escrúpulos. El peligro radica esencialmente en que son el más cobarde y velado vehículo de enajenación y embrutecimiento colectivo. Caer en esta droga del espíritu es imposibilitarse, más aún, castrarse para llegar a comprender, analizar y enfrentar la propia realidad, humana y social. Nada crea un concepto más falso de la realidad que estas deformidades. En los países con mayor grado de opresión, incultura y enajenación, estas deformaciones no solamente son permitidas sino hasta auspiciadas, por las autoridades.
EL DIÁLOGO
El hombre habla en diálogo necesariamente, a tono con las circunstancias, par comunicarse en la vida diaria con los demás seres humanos; pero gusta de reproducirlo, si es escritor, dándole fuerza expresiva en la mayor parte de los géneros literarios, particularmente en la obra teatral, la novela, la didáctica, la entrevista.
El diálogo da frescura a los personajes de una narración, permite pintarlos tal como se desenvuelven en la realidad, es la entraña misma del lenguaje. Porque el lenguaje es un leve puente de sonidos que el hombre echa por el aire para pasar de su orilla a la del semejante, para transitar de su soledad a la compañía. Porque en el diálogo, el hombre habla a su interlocutor y a sí mismo, y las mismas palabras le sirven para adentrarse en su conciencia y para entregarla a los demás”.
El diálogo debe ser:
A) Natural B) Significativo
A) NATURAL. Pero no se trata de caer en un realismo indiscriminado, por apegarnos a la fidelidad de lo que se dialoga en la vida diaria, podríamos caer en el reflejo de ideas intrascendentes albergadas en formas incorrectas de lenguaje. Pero si evitamos lo intrascendente e incorrecto no debemos caer en lo artificial del rebuscamiento o amaneramiento. El personaje debe hablar a tono con su personalidad. Una sirvienta no puede utilizar los mismos conceptos y las mismas palabras que un catedrático; un político diferirá de un religioso en su expresión; un estudiante utilizará giros distintos de los de un anciano.
El siguiente es un diálogo natural tomado de Mis páginas mejores, de Carmen Laforet:
--- ¿Novedades, Vicentita? --- ¿ Se lo dijeron? --- Gentes peninsulares en la finca, ¿no? Hermanos de don Luis.
Sí
¿Señorita Teresa?
Igual
--- ¡ Si la viera ese hombre de tilde...! --- ¡Si la viera, sí...! pero nadita que hacer. Ni a escondidas me atrevo otra vez a meter a nadie. --- ¿La hija no la ayuda? --- La niña no cree en nada. Quizá cuando crezca...
Es fácil darse cuenta de que el escritor respeta la personalidad de sus personajes, cada quien actúa en su nivel.
B) SIGNIFICATIVO. Los diálogos de Platón son naturales, sus participantes era personas reflexivas y cultas; a la naturalidad se añadía la significación. Un diálogo natural que no sea significativo, no merece la pena de ser plasmado por la pluma; un diálogo significativo sin naturalidad es pesado, aburrido e indigesto.
Muchas conversaciones diarias no dicen nada. El escritor, por gusto estético y respeto al público, debe reflejar sólo aquellos diálogos que lleven alguna enseñanza al lector. Conviene afirmar que se puede ser profundo empleando un lenguaje rudimentario, y se puede ser natural encumbrándose al más depurado de los lenguajes técnicos.
2007-03-27 14:46:45
·
answer #1
·
answered by ...Ivanita... 2
·
0⤊
0⤋