El aire es inhalado (preferentemente caldeado en la nariz) a través de una serie de conductos que se van desmembrando en una serie de ramificaciones cada vez más pequeñas. La primera vía es denominada tráquea. Esta suave estructura semejante a un tubo, de un diámetro algo inferior a 2 cm. en el adulto, comienza exactamente debajo de "el bocado de Adán", y está encerrada por cartílagos de protección en forma de U (16 a 20). La tráquea se divide en dos tubos más pequeños, los bronquios, y éstos a su vez se multiplican en ramificaciones cada vez más pequeñas en el interior de los pulmones, acabando en las más diminutas de todas denominadas bronquiolos, los que a su vez terminan en una serie de pequeños sacos de aire llamados alvéolos. Estos últimos son tan pequeños que no pueden ser vistos por el ojo humano; hay aproximadamente 500 millones de ellos en los pulmones. Si se les colocase extendidos sobre el suelo cubrirían fácilmente un área más grande que la de un apartamento. Los alvéolos son estructuras de extrema importancia, puesto que el intercambio oxígeno/dióxido de carbono tiene lugar en ellos.
El oxígeno pasa a los vasos sanguíneos circundantes desde estas estructuras semejantes a burbujas y a través de ellas el dióxido de carbono va a los pulmones para ser expulsado.
Cuando una molécula de oxigeno entra en la corriente sanguínea, inicia su recorrido en una molécula de hemoglobina en el interior de un glóbulo rojo y así es transportada a través del organismo. La sangre cargada de oxígeno deja los pulmones y es bombeada a través de las arterias por el hemisferio izquierdo del corazón. La sangre oxigenada se desplaza por conductos cada vez más estrechos hasta que finalmente es presionada a través de diminutos capilares, desde donde el oxígeno pasa de la sangre a las células por un proceso de osmosis. Los desechos de dióxido de carbono son descargados de las células a la sangre, la cual se torna de roja brillante en casi azul. Esta sangre azul es transportada entonces a través de las venas hasta el hemisferio derecho del corazón, enviada a los pulmones en donde el desecho es expulsado, el oxígeno vuelve a entrar y el ciclo continúa.
2007-03-26 06:34:36
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answer #1
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answered by MARIANA 4
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El sistema respiratorio es el responsable de aportar oxígeno a la sangre y expulsar los gases de desecho, de los que el dióxido de carbono es el principal constituyente, del cuerpo. Las estructuras superiores del sistema respiratorio están combinadas con los órganos sensoriales del olfato y el gusto (en la cavidad nasal y en la boca) y el sistema digestivo (desde la cavidad oral hasta la faringe). En la faringe, los órganos respiratorios especializados se bifurcan. La laringe está situada en la parte superior de la tráquea. La tráquea desciende hacia los bronquios, que se ramifican en la bifurcación traqueal para pasar a través de los hilios de los pulmones izquierdo y derecho. Los pulmones contienen los pasillos más estrechos, o bronquiolos, que transportan aire a las unidades funcionales de los pulmones, los alvéolos. Allí, en los miles de diminutas cámaras alveolares, se transfiere el oxígeno a través de la membrana de la pared alveolar a las células sanguíneas de los capilares. Del mismo modo, los gases de desecho se desprenden de las células sanguíneas hacia el aire en los alvéolos, para ser expelidos en la exhalación. El diafragma, un músculo grande y delgado situado debajo de los pulmones, y los músculos intercostales y abdominales son los responsables de ayudar al diafragma, contrayendo y expandiendo la cavidad torácica por efecto de la respiración. Las costillas funcionan como soporte estructural de todo el conjunto torácico y las membranas pleurales ayudan a proporcionar lubricación a los órganos respiratorios de forma que no se irriten durante la respiración.
un saludo y feliz dia
2007-03-26 06:25:10
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answer #2
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answered by mayka007 3
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